El ciclo de la vida

Que se acumula y se convierte en tiempo,

En el minutero que avanza

Y marca el final constante de una infinidad de posibilidades

Que pueden estallar sobre la vida,

Aventurar al ser en busca de sosiego

Luego de la travesía que su alma emprendió

Y de la cual finalmente se levantó triunfante,

Después del suplicio que despedazo a su espíritu

Y le dio comienzo a su descanso,

A la hibernación de su cuerpo

Para sanar y reparar aquello que yacía corrompido y diseminado

En las corrientes de aire

Cual filigranas de cristal,

Que perforaba al cuerpo con sus álgidos e inmutables azotes

Hasta el cataclismo final que desintegro lo que una vez fue vida.

El despertar del génesis,

Un comienzo que reinicia desde cero,

Saldando las cuentas pendientes

Y los errores escenificados,

Las máscaras que fueron representadas y ovacionadas

Ahora han caído,

Se han disuelto y desgastado,

Para dar pasar al advenimiento del ser

Que indomable y orgulloso

¡Se vanagloria en su fortaleza que enaltece su renacimiento a través de las cenizas enlodadas y añejadas!

Que van dando forma y relieve

Al cuerpo que dormitado descansaba,

Y ahora sumergido en el caldo del cosmos

Se reintegran sus partes perdidas y desmembradas,

Vuelve a ser un ser y un cuerpo,

Completos en unidad

Y unidos en sentir,

Siendo el aliciente para el alma

La cual sacrifico su llama eterna

Para resucitar de entre las llamas de la condena.