El resurgir de entre los escombros

Que quedaron como muestra fidedigna

De una contienda que presagiaba

El final de lo conocido y la instauración de lo perdido,

Una vez el sol eclipso el cielo

Ante el despertar que el ocaso marcaba,

Fue el alumbramiento del ser convertido en deseo,

Una aspiración que en medio

De una batalla incesante,

La iluminación como un rayo surcando el cielo

Y estridente en su anuncio,

Fue como la conciencia del alma

Ideo una estrategia y trazo cada línea,

Que oculta debía permanecer,

Emigrando lejos de su conocimiento después,

Ya que así, y solo así

El resurgir seria guiado por la luz del alba refulgente

Y el ocaso en medio del crepúsculo,

En un encuentro asincrónico y desafiante.

Y fue allí donde el fulgor

Se condenso y sobrecargo el aire de partículas

De las que emanaron

El frenesí de la vida que tanto deseaba el ser,

Cuando finalmente la crisálida

Despidió una lluvia tornasolada

De un cuerpo que se recuperaba

Y el alma que se levantaba como una contendiente esperada.

El deseo, dejo de serlo,

Ya no era una ilusión

O una fantasía a la cual aspirar,

Ahora, en este momento

Mientras el aire abandona el cuerpo en medio de una exhalación

Y retorna como una bomba de oxígeno a los pulmones,

Es una realidad,

Tan solo única y verdadera,

Ininteligible para aquellos ojos

Que desviaron la mirada y continuaron un camino ciego,

Para quienes silenciaron sus oídos

Y solo se alejaron pretendiendo mudez y desconocimiento,

Ese ser que ahora se impone

Y resplandece con su llama propia

Es la vida que quiere ser cumplida,

El alma que con su energía ancestral

Busca emprender su recorrido

Que incierto y salvaje,

Se presenta como el yugo que quiere volver a destruir

Sus alas iridiscentes y lágrimas doradas.