La luminiscencia fracasa,

Cede ante la presión

Y colapsa cuando la sombra reaparece,

Carente del vitalicio oxígeno

Puro y constante

Que es aprisionado al interior

De los pulmones fatigados y afectados,

Sobre los cuales la agonía se cierne

Acapara cada lugar conocido,

Lo invade hasta reclamar el nuevo territorio.

La esperanza no logró mantenerse,

Se deshace por acción propia,

Voluntaria de una condena cíclica

Que se repite con frecuencia,

Reaparece y se presenta,

Como una estrella lejana que alumbra

En un destello débil y mortífero,

Que extingue cada vez más

La consecución anhelante,

Inmóvil permanece y suspendida agoniza

Replegando su energía sobre sí misma,

Como un intento de autopreservación

Burlesco y nefasto,

Un último suspiro de vida es drenado,

Suprimiendo cualquier nuevo intento

De una conservación tardía.

El tiempo se reinicia

Se esparce como una infección

Un agente invasivo y agresor,

Calcinando con su frialdad

Y en compañía de la oscuridad,

Como dos dimensiones afines y contradictorias,

En unidad para crear una instancia reconocida,

El vacío absoluto como único regente

Que ha atraído cada objeto y cuerpo

Hacia su centro de inexistencia,

Devorando y ejecutando su maquiavélico esplendor

Tomando la vitalidad que ha hurtado

Y en su centro resguardada se encuentra,

Sin expectativa de continuidad

Apresa y desgarra en una construcción blasfema,

Lo que codicio a través del espacio,

De un lucero que a su existencia ha renunciado.