Supalonely
5. Azul.
No le gustaba levantarse temprano, lo odiaba demasiado y aún con eso encontraba la fuerza suficiente para prepararse todos los días y así poder asistir a la escuela. Cuando se retiró de su escuela anterior pensó en decirle a su padre que escogiera una en la que, al menos, las clases comenzaran un poco más tarde, pero eso no estaba en su potestad y simplemente asistió a la que él decidió era la mejor opción.
Comida normal o nutritiva, solía tomarla muy poco ya que no tenía ninguna idea sobre cocinar y cuando solía pedir a domicilio terminaba por desayunar, almorzar o cenar hamburguesa con Coca-Cola; sus gustos no variaban lo suficiente como para decidir sobre algo diferente y quizá ahí estaba el mayor sus problemas.
Cuando le agarraba amor a algo lo hacía sin medida.
Mientras vivía en casa de su padre, su tutor de inglés acostumbraba a golpear sus manos con una gruesa regla cada vez que se equivocaba usando algún verbo o lo conjugaba mal; hacía que todo fuera más frustrante, pero logró aprender el idioma extranjero a la perfección por lo mismo, a tan sólo la edad de 8 años.
Sus amigos se reducían a sólo dos, los mismos solían hablar a sus espaldas sobre lo idiota y fantasioso que era, lo mentiroso y adinerado que podía llegar a ser, que estar cerca era bueno tan sólo porque sacaban beneficio de ello; lo sabía y aún así se conformaba porque no le importaba si era de esa manera, aún con eso era mejor que no tener a nadie de quien recibir atención.
Su vanidad era otra historia muy diferente, a pesar de que era consciente de que podían existir hombres más bellos, solía constantemente decir — y decirse a sí mismo. — que era el hombre más bello todo el país, no había nadie que se le comparara y llegó un tiempo en que el pensamiento cobró tanta fuerza, que ya no hubo forma de verse a sí mismo como menos que nadie.
Simplemente amaba su belleza sobre todas las cosas.
Odiaba el insistente ruido de la ciudad, siempre lograba aturdir su mente ya demasiado inquieta; la misma que mantenía vacía se llenaba de esas voces, gritos, algarabía, pitos de motos, carros... era agotador así que prefería escuchar música para centrarse en una sola cosa, las bandas de los 80's solían ser mejores para ese tipo de situaciones, pero si de tener sexo se trataba entonces escogería a Cigarettes After Sex.
No era nada personal, sólo fue algo espontáneo que descubrió mientras cogia con él.
Le gustaba jugar, cada ámbito de su vida estaba relacionado con esa forma de manipulación o chantaje que le ayudaba a conseguir lo que sea que le gustara o quisiera, su mente misma no se detenía de querer torcer como fuera las situaciones que se le presentaban en frente y sólo sabía que le satisfacía hacerlo, que muchas de esas veces, aunque fuera injusto, disfrutaba de salir vencedor.
Mentía todo el tiempo, era cierto, incluso cuando decía que había ido por un año entero a terapia hasta que su médico murió, la verdad era que fue a cinco simples sesiones en las que se dedicó a decir cuanta cosa obscena se le ocurría, pretendía estar loco — aunque eso era precisamente lo que sucedía — o se quedaba callado mirando una esquina mientras la doctora le pedía, por favor, dejara de actuar así.
No le agradaba expresar lo que sentía abiertamente, mucho menos lo que pensaba, porque en el tiempo en que lo hacía fue dañado muy seriamente, así que aprendió de mala manera a sufrir en silencio y callar por su mismo bien; esto sucedía más seguido de lo que podría esperar y precisamente lo vivía otra vez, sobre todo con lo correspondiente a él.
¿Parejas? Oh no
nunca intentó nada serio con absolutamente nadie, porque pensaba que disfrutaba mucho más sin tener que comprometerse con ninguna persona, sin ningún tipo de atadura y sin la necesidad de tener que ser en extremo cariñoso o meloso con otro sólo por simple compromiso, más que por voluntad propia; actuaba por su cuenta siempre haciendo lo que le gustaba y ya.
Las relaciones no eran necesarias.
Había descubierto con elocuencia que el sexo era muchísimo mejor si lo tenías con quien desearas en serio, con esa persona que pusiera tus sentidos en off e hiciera tus manos temblar de emoción al simplemente instante en que gemía a tu oído; no era complicado de distinguir, sólo sucedía muy pocas veces en la vida y junto a él había sido su primera.
Hoseok.
Para describirlo a él y encacillarlo entre las cosas que amaba y odiaba habría que echarse una vida entera y de esas sólo tenía una a medio usar, así que no se complicaba, simplemente lo dejaba hacer y deshacer como si realmente no le importara; bueno, no era el caso.
You hate him but love him in the same way.
Se imaginaba siempre cayendo desde muy, muy alto a un extenso mar, caía al fondo sin conciencia y sin posibilidades de salvación, sólo caía y era envuelto por ese intenso azul que pretendía devorarlo todo a su paso; no podía respirar, sus manos no eran suyas, sus piernas, mente, ojos, sus sentidos, cada cosa que hacía o pensaba estaba lleno de ese tinte azul llamado Hoseok y no había forma de escapar de él porque no hallaba... No, la respuesta correcta era que no quería hallar la salida a ese embrujo.
Conociéndolo como lo conocía, seguramente él se echaría a reír si le expresaba su intenso pensamiento, aunque fuera por un poco; lo sabía, lo había intentado y tuvo que aceptar que fue un patético intento el haber intercedido, aún cuando tenía total desventaja sobre ello, pero ¿qué más daba? Lo había hecho y luego de constatar que no era más que el tonto enamorado de un imposible, se dedicó a ceder hasta perderse por completo.
You love him...
No era complicado ¿qué era complicado en el amor?
Absolutamente nada es complicado.
Unas personas se mataban consumiendo drogas, apostado sus vidas en peligrosos juegos, bebiendo alcohol, hiriendose a sí mismas, culpandose de cosas que sus mentes rechazaban como imposibles, y luego estaba el que amaba ser usado por la única persona que logró encontrar la llave de la última puerta al fondo y que no le mostraba a nadie; él la había abierto sin ningún permiso y lo único que hizo fue caer.
Sus manos tenían esa fina caricia que necesitaba para renacer en un día de intenso azul, pero las mismas eran las que lo sumergían en el, los días soleados tenían el nombre de Hoseok y los días de Invierno también; era difícil matar la necesidad de estar a su lado incluso si lo odiaba por ser como era, por ser el Hoseok que necesitaba a diario para volver a levantarse de donde lo dejaba siempre que actuaba como si fuera nadie en su vida.
Estúpida perra tonta...
Pero algo no entendía, sólo una cosa no comprendía y era si Hoseok realmente sabía lo que era el amor, porque aunque para el no era más que una simple fórmula con simple solución, para Hoseok parecía ser algo incomprensible que no lograba ver claramente y que rechazaba por el mismo hecho de ser desconocido.
Quizá ustedes sean dos extremos diferentes y por eso hiciste lo que hiciste.
No podría saberlo bien.
Caminando por la calle respiró el horrible y pesado aire de Seúl, movió su cabello negro y enseguida lo llevó hacia atrás haciendo que sus bellas facciones se resaltaran; abriendo la pequeña reja entró atravesando el jardín y miró el ramo de lirios blancos que había comprado porque le parecieron bonitas y adecuadas.
Llegando a la puerta tocó y miró su chaqueta de Jean; no había pensado mucho en su ropa, sólo escogió lo que mejor le parecía y le acentuaba. Movió de nuevo su cabello y vio la puerta ser abierta, sonriendo brillante se fijó en la mujer de cabello negro, su sonrisa y lo parecida que era.
Well...
— Buenas trades ¿se encuentra Hoseok? — ella parpadeó varias veces antes de poder decir una palabra, asintiendo abrió más la puerta.
— sí, sí está. — respondió algo nerviosa, quizá por su presencia. — ¿quién lo busca? — aún sonriendo brillantemente ladeo la cabeza en señal de comprensión, buscando que ella dejara de estar tensa y cediera ante su atractiva presencia.
— soy Hyungwon, el compañero de clase de Hoseok. — En cámara lenta la vio expandir los ojos y juntar sus palmas de manera sonora. Ella estaba soprendida y casi aliviada, e imaginó el por qué.
— ¡eres tú ese Hyungwon! — le dijo con euforia — Dios, pensé que eran charlatanerías de Hoseok. Jamás imaginé algo como esto. — el chico de cabello negro soltó una risita y extendió el ramo de flores frente a la mujer.
She is too easy.
— soy real. Mire, le traje este presente en agradecimiento. Hoseok suele ayudarme mucho a estudiar y a sacar buenas notas casi siempre.
— ¿en serio eso hace? — ella estaba absolutamente encantada por sus palabras, así que Hyungwon asintió con una nueva espléndida sonrisa. — ¡Vaya! Mi hijo es un buen chico que ayuda a los demás. Quién lo diría.
Sí, quién lo diría...
— Por favor, pasa. — la madre de Hoseok recibió las flores de manera dulce y las olfateo sonriendo. — eres un chico muy considerado, muchas gracias por esto ¿Cómo en los cielos mi hijo fue a dar con alguien tan amable?
Si le contara.
— lo hago porque en serio la aprecio, ya sabe, por permitir que su hijo me ayude siempre. Y lamento si le di algún dolor de cabeza también. — entró y esperó a que ella cerrara la puerta, volteo a verla y con la mano le indicó de seguir.
— no es ningún dolor de cabeza, por favor no me malinterpretes, es sólo que no lograba saber quién eras y una madre soltera se preocupa también. — su voz llena de aflicción le hizo levantar ambas cejas, proceso aquello y escogió lo que mejor se adecuaba a la situación.
— Usted tiene razón. — Hyungwon hizo una profunda reverencia. — lo siento mucho por eso, por favor perdone mi atrevimiento. — agachado sonrió y volvió a erguirse luego de un corto tiempo. — no volverá a suceder, lo prometo. — su tono y expresión seria hicieron que una sonrisa alumbrara en el rostro de la mujer que se abrazaba al ramo con afecto; ella parecía ser una señora que amaba ese tipo de detalles, y por lo que había escuchado, al parecer no estaba con nadie hace mucho tiempo.
It's too easy.
— eres un chico muy educado, Hyungwon; estoy feliz de saber que mi hijo ha estado en buenas manos. Eres bienvenido a nuestra casa y espero por favor no te molestes si te hice sentir incómodo por algo. — su expectación ante lo último hizo a la mujer mirarlo apenada, mientras Hyungwon se limitaba a pensar que estaba de acuerdo con que Hoseok no podría estar mejor en otras manos.
— No, por favor, si usted tiene toda la razón; lo importante es que Hoseok esté bien.
Estando de acuerdo con eso ella sonrió casi que respirando de nuevo. — Es increíble escuchar eso. Puedes subir por la escalera, justo en frente, ese es el cuarto de Hoseok. Tienes que tocar algo fuerte si quieres que te responda. — volvió a asentir.
— muchas gracias, es usted una madre increíble. — ella negó con la mano casi poniéndose roja, su risa sosa salió y se limitó a clavarle la mirada.
— prepararé algo para comer ¿hay algo en especial que desees? — sus palabras le indicaron que había ganado su confianza, ella sonaba protectora y supuso que al fin y al cabo su amabilidad la hacía ser así de fácil de acceder y convencer.
— Lo que sea que preparé seguro será espectacular.
La mujer dio la vuelta hacia el pasillo en medio de una noble sonrisa, miró a su derecha la escalera y se echó a andar mirando al rededor; era humilde pero bonito, mucho. La madre de Hoseok parecía que lo amaba un montón, estaba divorciada o quizá su esposo había muerto y de ahí a que fuera como era.
No sabía lo que era que su madre estuviese orgullosa de cualquier cosa que hiciera, pero suponía el sentimiento.
Subió uno a uno los escalones sintiendo, casi al llegar al final, un cosquilleo en el estómago; música salía de la habitación, era de su estilo la tal BENEE, a Hoseok le gustaba un montón, lo sabía porque había pasado una tarde mostrándole sus videos y hablándole sobre su música.
Lo aceptaba, le encantaba incluso eso.
Al llegar al final de la escalera se puso frente a la puerta, levantó el puño y escuchó un débil gemido prevenir de dentro, deteniéndose frunció el ceño, se acercó más y un nuevo sutil gemido se escuchó; soltó a reír y sin dudar tocó. La música siguió sonando sin detenerse por un buen momento en el que miró hacia el fondo del pasillo la puerta de lo que suponía era otra habitación y volvió la vista al escuchar que por fin abría.
— Mamá ¿por qué no me llamas... guat te fok!!??? — de un portazo volvió a cerrar Hoseok al verlo justo ahí. Hyungwon cerró los ojos por lo fuerte que sonó el impacto, la música se detuvo y de la nada escuchó desde abajo la voz de su madre.
Gosh...
— Hoseok, hijo ¿qué fue eso? — gritó ella desde el pie de las escaleras. — por favor se educado con Hyungwon.
— ¡Mamá! ¿¡por qué no me dijiste que había llegado alguien!? ¡Dios, debiste avisarme, debiste llamarme! — él lo gritó desde adentro y lo escuchó patalear.
— Vamos, Hoseok. Es tu amigo y vino de visita, no te comportes así o se llevará una mala impresión de ti.
This is funny.
Levantando una ceja volvió a tocar. — it's what the fuck not guat te fok. Ahora abre. — la puerta fue abierta de nuevo como lo pidió, Hoseok ya se había deshecho del adorable gancho que agarraba su flequillo y lo peinaba con la mano estando sonrojado.
— ¿qué - qué diablos haces aquí, Idiota? — Hoseok lo miró juntando sus cejas y desde su ángulo le regresó la mirada sonriendo con sorna. — ¿cómo es que conoces mi casa, Hyungwon?
— Internet — mintió por supuesto. No le recordaría que lo había seguido hace un año atrás y que constantemente lo hacía porque sí y porque no. Continuó hacia dentro mirando a detalle el interior, mientras Hoseok cerraba la puerta observó el escritorio, el closet, la cama a medio hacer y finalmente a él. — ¿y qué hacías?
Se lo preguntó con naturalidad, Hoseok vio a otro lado evitando su mirada y jugó con él borde de su camiseta gris — estudiando. — su respuesta mientras se encogía de hombros le hizo levantar una ceja de nuevo, acercándose a él se agachó hasta que su rostro quedó justo frente a él.
¿Estudiando?
Su madre podría haber mentido mejor.
— ¿ah sí? — le hizo burla a su pobre intento de mentira. — ¿y por qué gemias? — el impacto en Hoseok le hizo soltar a reír con ganas, se dio la vuelta sentándose en la cama y lo llamó. — ven aquí, pet.
— ¿có-cómo sabes eso? — Hoseok se quejó profundamente — Santo Dios, eres insoportable, en serio. — a hurtadillas se sentó en sus piernas sintiendose en serio bien; al fin.
— Tengo oído biónico. — comentó besando su barbilla y Hoseok comenzó a golpear levemente sus costados con sus puños, haciendolo quejar y reír al mismo tiempo.
— Cállate, tú no tienes nada. Lo único que tienes es olfato para lo guarro. — Hyungwon lo miró de arriba a abajo mordiendose el labio y besandolo agarró su evidente erección sobre el pantalón corto que llevaba puesto.
Por fin...
— sólo eres una perra sucia. — se rio sobre sus labios y le encantó cuando el castaño gimió en su cara; pasó su mano estimulando sobre la ropa ganándose que de inmediato le rodeara el cuello con sus brazos.
— Es como un maldito sueño. De verdad estás aquí. — un beso urgido de su parte volvió a sumergirlo, su respiración entrecortada y débiles gemidos se ahogaban en su boca, mientras buscaba mover su mano a lo largo de su miembro, haciendo que moviera la caderas buscando más contacto. — me encanta, Dios, amo tenerte aquí, Hyungwon. De verdad, de verdad te extrañé. — Hablaba tan rápido y en un tono desesperado que sonrió.
Quitando su camiseta y lanzandola al suelo Hoseok volvió a besarlo mientras le sostenía el rostro con ambas manos, en un afán Hyungwon se deshizo de su chaqueta y rompió el beso para repartir besos en el pecho del castaño. Atrapando su pezon lo sintió suspirar de manera temblorosa, su aliento caliente le dio en el hueco del cuello y se sintió sensible ante eso; luego de un leve gemido sintió varios besos húmedos sobre su piel mientras aún seguía jugando con sus erectos pezones.
— sólo ha pasado un día. — lo obligó a separarse, pasó su delgada mano por el torso de Hoseok viendo como cerraba los ojos y suspiraba de nuevo totalmente sensible; Hyungwon prácticamente pretendía que no estaba ahí porque también le hacía falta y simplemente jugó a seguir intentando hacerle perder la cordura.
Lo quieres tanto que no puedes detenerte.
— no-no importa, no importa Hyungwon. Yo te necesito no importa qué.
Levantándose Hyungwon lo dejó caer en la cama, se retiró las zapatillas y le quitó los pantalones cortos rojos que eran más calientes que el mismísimo infierno; abriéndose el Jean lo miró fijamente, la manera en se humedecia los labios, cómo su pecho subía y bajaba debido a la emoción del momento. Hoseok era todo lo que quería, todo lo que deseaba con fervor e incluso si cualquier cosa salía mal de ahí en adelante debido a su mentira, incluso con eso no se arrepentiría jamás porque él era la razón y el principal motor.
Se deshizo de sus jeans con paciencia jugando con la de él y cuando logró hacerlo rogar se hizo entre sus piernas, con los brazos a sus costados hundió su lengua en su boca, los ruidos que hacía eran mínimos a cuando estaban en el paraíso y supuso que lo hacía por su madre que se encontraba justo abajo.
— God, Hoseok ~ — sus labios recorrieron hambrientos el cuello de Hoseok, cada parte de él la amaba con locura y no buscaba nada más a parte de tenerlo, disfrutar de él y sentirlo tal y como estaba haciéndolo.
Just one more time, Hyungwon...
tomó su propia erección y lo fue penetrando soltando un suspiro de satisfacción una vez hizo lo que quería hacer prácticamente desde que lo despidió el día anterior, su miembro entraba con suavidad en tanto Hoseok rodeadaba con sus piernas su cintura y se ayudaba empujandose contra el, haciendo que cobrara impulso con cada erotico movimiento.
La sensación misma de ir profundo le hizo cerrar los ojos, sus propias manos se cerraron atrapando la sabana azul y sintió los labios de Hoseok embriagarlo enteramente una vez volvió a besarlo ahogando sus gemidos en su boca, jadeante y entregado.
Dio la primera embestida rompiendo el beso y gemiendo muy suavemente lo miró al rostro; sus ojos entrecerrados y la boca entreabierta. Mordiéndose el labio jadeo antes de volverlo a embestir buscando su punto y lo sintió temblar y suspirar de nuevo bajo su cuerpo.
— Vamos, vamos, Hoseok — gimió por su cuenta, no se cansaba de besar su cuello que era tan suave, el calor comenzaba a ser bastante notorio y se irguió quitándose la camiseta negra de una banda inglesa que amaba escuchar durante tortuosos ratos. Tomando su cintura aumentó el ritmo de sus penetraciones haciendo mover contra el colchón, Hoseok se puso rojo por la acción, sus ojos se apretaron y apenas y dejó salir un sollozo lleno de placer.
Por dios...
Satisfecho por el momento redujo el ritmo cambiandolo por uno lento y sensual, su miembro salía y entraba lo suficiente permitiendo que Hoseok volviese a recuperar el aire, su pecho fuerte se encontraba perlado por el sudor, y su manos viajaron a su nuca para atraerlo de nuevo y pegarse en un beso profundo; se encontraba agitado.
— ¿Có-cómo mierda voy a sacarte de mi cabeza si-si de la nada apareces con tu verga en mi habitación, Hyungwon? — lo murmuró moviendo sus maderas buscando más, eso lo hizo enloquecer y le resultaba hasta gracioso porque lo mismo pensaba sobre él y su maldito cuerpo que siempre lo llamaba a gritos. — no se supone que debería ser así, e-stoy - oh, Dios - estoy comenzando a sentirme demasiado tonto de no poder manejar nada de esto.
Dos extremos.
— entonces sólo dejate caer, Hoseok — lo murmuró rápido saliendo casi por completo y lo penetro firmemente robándole un gemido que contuvo apenas. — déjate caer y quedate conmigo. No me saques de tu cabeza y no dejes de pensar en mi, sólo dejate caer. — gimió por cuenta nueva al sentirlo ceder a ello, su propio cuerpo ardía con cada penetración.
y él sonrió.
Cerrando sus ojos por completo Hoseok mostró una sonrisa llena inmenso de placer, entre íntimos gemidos lo vio soltar su cuello y dejar caer los brazos a sus lados para luego subirlos por encima de su cabeza.
— más rápido, amo, por favor...
Perra astuta...
Hoseok lo era.
◇◇◇
— no entiendo esta maldita fórmula. — el castaño se levantó de la mesa preso de una enorme molestia, así que lo siguió con la mirada; él iba dando zancadas en dirección a la cocina, escuchó el grifo ser abierto y una maldición de su parte. — Bajando el libro de poemas Hyungwon dirigió curioso su mirada al cuaderno que permanecía abierto, leyó la fórmula y riendo volvió a lo suyo.— ¿cómo diablos aprobaré si no tengo una maldita idea de cómo resolverlo?
¿Uh?
Una queja ahogada se escuchó una vez Hoseok hundió su cabeza en el cuaderno y el pelinegro a su lado soltó un suspiro pasando de hoja; Hyungwon leyó el poema prácticamente prestando atención a lo que hacía y también al chico castaño que seguía quejandose y lloriqueando sin detenerse.
— es 3,4
Lo dijo y siguió con su vista pasando las letras cuidadosamente. Hoseok levantó la cabeza del cuaderno donde la tenía clavada y lo miró atentamente sin decir nada; revisando de nuevo el cuaderno comprobó que no estaba tomándole del pelo.
— ¿cómo sabes eso? — la pregunta lo ofendía un poco; aunque no era el más diestro con los números, siempre dio lo mejor de sí por aprender lo que le enseñaban.
— lo aprendí en casa de mi padre. — le respondió y repasó por cuenta nueva el poema recordando aquella vez en que Hoseok lo había cargado como una princesa, dizque mostrándole lo fuerte que se estaba volviendo y haciendolo reír tanto.
— creí que esta era la casa de tus padres. — el pelinegro paró de rememorar, cayó en cuenta de lo que había dicho y el corazón comenzó a latirle muy, muy rápido. Pasado sus ojos por las páginas del libro pensó en qué decir, su mente comenzó a trabajar buscando rápido un motivo y una razón creíble, en tanto sus manos y frente sudaban. — de hecho ¿dónde están tus padres, Hyungwon?
Su pregunta le añadió más peso a la miserable ansiedad que le producía ser atrapado, cerró el libro y se levantó como resorte.
— ¿no tienes hambre? — fue de camino a la habitación, pero Hoseok insistió en seguirlo haciendo preguntas inútiles.
Stop him, Hyungwon.
— espera ¿a dónde crees que vas? he venido incontables veces pero nunca he visto a tu padre o madre, nada. — para cuando entró a la habitación tenía la boca seca y movía las manos de manera involuntaria. — y tu primera casa ¿dónde queda exactamente?
— ¿quieres hamburguesa del McDonald's? La pediré para ti ¿algo más? Pide lo que quieras, lo pagaré.
— no- no quiero nada, Hyungwon. Quiero que me digas la verdad ¿dónde está tu familia? Esta es tu única casa ¿no es así? Siempre estás aquí y en las otras habitaciones no hay mayores cosas.
Para, para ya.
— tengo otra casa, es-es verdad.
— ¿y dónde queda? — cruzandose de brazos Hoseok lo acusó con la mirada, esa manera de acorralarlo lo hizo sentir indefenso y una furia lo poseyó porque no le gustaba sentirse de esa forma; no le gustaba hablar sobre el mismo, tampoco quería decir la verdad sobre quién era su familia y luego tener que ir a donde Hoseok quizá no podría ir más.
No.
— cállate de una vez... — murmuró demasiado imperceptible para Hoseok que se encontraba centrado en reclamar por si mismo.
— siempre dices que vives con tus padres, pero seguramente no es así, debe ser así ¿por qué me mientes? — miraba a una esquina en la habitación y luego lo vio a él. — Hyungwon ¿no confías en mi?
— dije que te callaras. — murmuró de nuevo y Hoseok frunció el ceño. — ¿por qué no me escuchas cuando te digo que te calles? Cállate, cállate ¡cállate ahora! ¡No te importa, así que no te lo diré! ¡no te lo diré!
se tomó la cabeza creyendo que perdía todo el juicio por culpa de Hoseok; el no estaba mal y menos tenía la culpa de nada, los demás eran los únicos que estaban mal. Su padre estaba mal, sus tutores que todo el tiempo lo golpeaban estaban mal, su maldita madre que lo abandonó en esa casa sin siquiera una pizca de remordimiento estaba mal, su ex pareja que lo engañaba con su mejor amigo estaba mal, sus supuestos actuales amigos estaban mal y Hoseok estaba mal.
¡Silencio!
— Perdón. En serio lo siento, Hyungwon. ¡Hyungwon! — Hoseok corrió y cayó en el suelo tomándolo del brazo para tratar de levantarlo de donde había caído, su cuerpo dolía un montón, cada musculo estaba rígido y al vacío que había en su cabeza constantemente se le añadió una espantosa oscuridad que no había sentido en mucho tiempo.
◇◇◇
— Y Changkyun intentó saltar el charco, pero el tonto dejó caer su zapato e igualmente aterrizó casi en el mismo punto.
Hyungwon rio al escuchar la historia y risa de Hoseok; estaba acostado en la banca del jardín trasero con la cabeza en sus piernas y él le acariciaba el cabello negro pasando su mano por el mismo en repetidas ocasiones; de vez en cuando, luego de asegurarse que nadie lo veía, Hoseok se inclinaba y lo besaba de manera suave y lo veía a los ojos mordiéndose el labio o sonriendo.
You love him.
Había sido honesto con él, increíblemente, luego de decirle toda la verdad, Hoseok comprendió y le dio la razón, le dijo que no había por qué preocuparse y prometió que no se lo diría a nadie. Se sentía bien tener su atención, que se preocupara y que lo llamara incluso para preguntar si había comido o cualquier otra cosa.
Lo amaba, ese era su pensar, porque cuando estaba cerca de él sus sentidos estaban todos en distorsión, Hoseok lo hacía sentir cosas diferentes y su corazón latía muy fuerte, quería aferrarse a él cuanto pudiera, que aquello nunca terminará, y sin embargo, sabía perfectamente que aquello no sería así, que en cualquier momento lo que había hecho y alimentado con tanto rencor pronto estallaría, y cuando ese momento sucediera, sería el turno de Hoseok para darle o no la razón.
— Hoseok ¿puedes venir un momento? — escuchó la tercera voz interrumpirlos, levantó la cabeza viendo al prefesor de literatura estar de pie a una distancia considerable, tenía un rostro preocupado, pero incluso eso le parecía una jodida mierda.
That son of a bitch...
Hoseok se levantó rápido de donde estaba y corrió a su lado como una perra obediente; sentándose y mirando como sonreía nervioso y negaba con la cabeza, Hyungwon se cruzó de brazos, levantó una ceja y soltó a reírse con extrema amargura.
Fucking bitch, maybe are you jealousy, now?
Cada vez que sucedía se arrepentía menos y se convencía más de que definitivamente no estaba mal, que estaba en lo correcto.
Fuck them...
─ 〄 ─
— Hoseok, recuerda que puedes meterte en problemas si te descubren ¿entendido? Por favor ten más cuidado de hacer este tipo de cosas dentro de la escuela; esta vez fui yo, pero pudo haber sido cualquier otro o hasta el mismo director. — Hyunwoo dio un par de toques sobre su cabeza. — no te sientas mal, es por tu bien. — el castaño asintió y se inclinó en son de disculpa antes de verlo salir por el pasillo hacia el aula de profesores.
Habían contado con suerte de que ese día fuera él quien hacía la ronda escolar y no cualquier otro profesor; cerró los ojos sintiéndose tonto y temeroso al mismo tiempo. Estaba perdiendo la cabeza y comenzaba a comportarse como si nada le importara ya, su profesor tenía la razón al regañarlo pues justo cuando pasaba por la zona del jardín trasero lo vio besándose con Hyungwon.
¿En qué demonios estabas pensando?
Se golpeó la cabeza varias veces para recobrar sus sentidos pues ya no era el, ni siquiera se sentía profundamente arrepentido, sólo esperaba y pensaba en que Hyungwon estuviera bien y no se metiera en ningún problema. Yendo al baño abrió el grifo mojandose el rostro un par de veces, escuchó que abrían la puerta de uno de los cubículos y se fijó en que era uno de los chicos del aula C; él tipo lo miró y soltó a reírse sacando su teléfono del bolsillo del pantalón.
— Daebak! — tomándole una foto regresó a la pantalla y se fue en medio de risas que ni entendió.
Guat te fok?
— jodido idiota. — se miró en el espejo y sí, se veía ridículo con el rostro mojado. Tomando algo de papel papel se secó y salió del baño molesto debido al idiota aquel que quiso burlarse de el; rodó los ojos en su camino al aula al pensar en la clase de inglés que tendrían en menos de 20 minutos.
A el no se le daba el inglés de ningún modo, lo intentaba pero era duro y muy complicado recordar tantas cosas gramaticales. Se rasco la nuca entrando a su salón correspondiente, pensando en que quizá le diría a Hyungwon que lo ayudara aunque fuera un poco con los ejercicios, y cuando se dio cuenta de que de nuevo estaba pensando en Hyungwon, se dio una palmada en la frente.
Tienes que detenerte.
Debía hacerlo o terminaría jodiendola para los dos.
Hyungwon le había dicho absolutamente la verdad, creía en ello porque su tono de voz no era el mismo que usaba para proponer sus juegos sin sentido o enredar lo, no, Hyungwon estaba muy mal, tuvo incluso un ataque de ansiedad y no supo siquiera cómo ayudarlo adecuadamente a que se recuperara; estaba asustado como nunca.
Él era hijo de un ministro importante de Corea, uno que por supuesto tuvo un hijo del que nadie tenía la más mínima idea y que por ende ocultó como si fuera el mismo mal; no era justo, Hyungwon no podía ser perfecto, pero era una persona dulce que necesitaba de alguien que le enseñara y lo ayudara verdaderamente.
Maldito hijo de puta.
¿Quién en el infierno tendría suficiente con sólo una monstruosa mesada al mes si ni siquiera se la daba él mismo? Para Hoseok el padre de Hyungwon era un cretino que lo tenía amenazado con enviarlo a cualquier parte del mundo, por el simple hecho de no querer arriesgarse a quedar como el irresponsable cara dura que realmente era.
Estaba profundamente preocupado.
Hyungwon necesitaba ayuda y sinceramente no sabía cómo más hacérselo entender; varías veces había insistido con ello, y, aunque él prometía que lo haría, cada vez que le preguntaba sobre los resultados salía con alguna excusa que por supuesto era mentira.
"se me perdió la cartera", "no hallaba transporte", "se daño mi zapato", "perdí la sesión" Hyungwon no dudaba ni un segundo en mentir sobre cosas que evidentemente no eran así, incluso cuando había visto su cartera sobre la mesa de noche hacia sólo instantes, él diría que se quemó y lo haría sin remordimiento alguno, hablaría totalmente convencido de ello e incluso pondría un rostro afligido si era necesario.
Hyungwon tenía un enorme problema y lo más grave es que no lo aceptaba; al menos no del todo.
Sentado en su mesa se dispuso a pensar en alguna nueva forma de hacerselo saber, de convencerlo para que asistiera así fuera en su compañía, no importaba, lo haría sin dudarlo porque lo único que quería era que él mejorara y llevara una vida más tranquila; incluso había pedido a su madre cocinar comida extra para llevarle y que se alimentara mucho mejor.
Es porque lo quieres.
Le importaba, de verdad le importaba el bienestar de Hyungwon y más luego de haber visto con sus propios ojos lo mal que se encontraba; ya no era sólo sobre el sexo o lo que bien que lo pasaran juntos en su largos ratos, no, también era sobre lo que él comenzaba a significar y el cómo se sentía si pensaba que Hyungwon saldría herido o cualquier otra cosa.
De la nada él apareció
Hyungwon entró al aula con su típico mood que lo atrapaba, trago con muchísima dificultad y el corazón se le aceleró un montón; incluso si entendía que no debía envolverse con él dentro de la escuela, aún seguía queriendo levantarse y estamparle un beso en esos labios regordetes que se cargaba, era una locura y no podía evitar pensar en que quería estar mucho con él.
pero ya no era sólo físicamente.
Su forma de hablar era especial, la voz de Hyungwon tenía una tonada particular muy envolvente que le hacía vibrar el pecho o lo movía alegre cuando, de la nada, reía y decía cualquier estupidez sin sentido, sólo para hacerlo reír también; no sólo eso, sino también las dulces caricias que le regalaba mientras estaban en la cama luego de haber tenido sexo, Hyungwon era dulce a su manera, él simplemente lo hacía de repente, sin previo aviso o nada, haciendo de que su corazón sorpresivamente palpitara emocionado por incluso eso.
Él lo había dicho, dos veces lo había dicho.
"Te amo"
Era complicado, para Hoseok el amor no era tan sencillo como él pretendía hacerlo ver, porque aunque Hyungwon jurara a los cuatro vientos que era sumamente fácil manejar cada parte sobre el amor, en realidad es que no era así, no era así de ningún modo; si lo fuera ¿no sería todo el mundo feliz y nunca nadie sufriría por amor?
Él miente, por supuesto.
Hyungwon era un mentiroso, uno maestro que no dudaba ni siquiera un minuto en decir cualquier cosa para convencerlo de las locuras más inesperadas; viéndolo tomar asiento en la mitad del aula como de costumbre, sintiéndose así como se sentía, detallandolo con una mirada que jamás le había dado a nadie antes y creyendo que su mente viajaba a otro lugar.
¿Cómo podía Hyungwon decir 'te amo' sin siquiera considerar lo mucho que eso significaba?
Quizá para él ni siquiera eso tenga un verdadero significado o valor, Hoseok. Eso tú no lo sabes.
Cómo le gustaría en serio que fuera verdad.
◇◇◇
— Well, what is your name?
— aahmmm — Hoseok elevó la vista al techo pensando, punzó su cabeza con el dedo y rebuscó en su memoria lo que había estudiado hace cinco minutos.
— ¡yes!
— ding! — Hyungwon sonrió a gusto. — quítate los pantalones. — él señaló con la regla sus piernas y Hoseok cubrió su rostro con ambas manos.
— ¿¡qué demonios está mal ahora!? — gritando debido a la frustración Hoseok quitó el Jean ajustado y se quedó con su ropa interior y camiseta; no se suponía debía ser así, pero Hyungwon lo había propuesto de la nada.
Maldito cara de rana.
Era sábado, estaban en su habitación estudiando para el examen de inglés que habría el lunes a primera hora, y cuando se refería a "estaban", hablaba sobre Hyungwon deleitandose o burlándose mientras el perdía el toda paciencia, porque no entendía ni un puto rábano.
— ¿crees que "yes" es una respuesta adecuada para la pregunta, Hoseok? — Hyungwon agitó la regla y Hoseok se sentó en su silla frente al él que estaba prácticamente tendido en la cama.
— ¿no?
— ¿qué estás tratando de decirme? — Hyungwon levantó una ceja mirandolo, su camiseta negra de mangas cortas lo hacía ver jodidamente sexy, su cabello negro y esos labios gruesos... mordió su propio labio inferior y levantó los brazos poniendolos tras su cabeza mostrando sus bíceps bien formados, luego abrió sus piernas y lo vio quedarse más quieto que una estatua.
Ja! Tonto guarro. Te atrapé.
— Yes, Daddy! — lo susurró en un tono sensual muy lento, bastante seductor para él que ciertamente enloquecía con esas cosas, porque lo conocía muy bien.
— gosh, Hoseok... — levantándose de la cama Hyungwon dio dos zancadas hasta casi llegar a donde estaba sentado. — Te gusta hacerme sentir tremendamente tonto. — el castaño sonrió poniendo su pie en alto para detenerlo, quería hacerlo sentir desesperado en venganza por no ayudarle en serio con sus estudios y sólo estar ahí en su habitación distrayendolo.
— ¡Hoseok, Hyungwon. Bajen a cenar! — la voz de su madre sonó desde el pie de las escaleras salvandolo por la campana, miró a Hyungwon y le sacó la lengua liberando su pierna de su agarre.
— Puedes bajar primero, me pondré algo cómodo. — se levantó yendo hacia el baño y Hyungwon los atrapó desde atrás queriendo no permitirle nada, sin más deslizó su mano dentro de sus boxer tomando su miembro; tocandolo habló a su oído, cerró los ojos suspirando por la simple sensación que era tenerlo cerca.
— ¿y por qué no hacer un rápido antes de bajar a cenar? — gimió estando ya duro por la manera en que Hyungwon lo masturbaba, apoyó sus manos sobre el escritorio y escuchó el cierre de sus jeans negros ser bajado.
Conteniendo los gemidos y sintiendo como entraba hasta que chocó con su trasero, recibiendo las rápidas estocadas que lo hacían ir hacia delante sobre el escritorio, agachando la cabeza y sintiendo sus manos en su cadera Hoseok se preguntaba en serio dónde había quedado ese enorme orgullo que le decía de detenerse cuando fuese necesario.
Ya no puedes detenerte, no puedes hacerlo, Hoseok.
—oh, Dios santo, Hyungwon. — se mordió el labio y cerró los ojos muy fuerte cuendo lo obligó a inclinarse pemetrandolo mucho más profundo — más... — jadeo y gimió de manera íntima perdiendo toda cordura — más - por- por favor, por favor — sin medir nada comenzó a moverse contra su polla buscando lo que quería y escuchando una risita de su parte lo consideró.
Hyungwon siempre lograba lo que quería.
◇◇◇
— Vamos, inglés no es tan difícil como crees ¿por qué eres tan descuidado? — Hoseok prácticamente lloraba por las notas desastrosas que había obtenido y casi que maldecia a Hyungwon porque no le ayudó prácticamente en nada, más que a darle su verga y hacerlo delirar del placer.
Dios, Hoseok ¿qué crees que estás haciendo?
— estoy perdido. — se permitió hundirse en la miseria.
— bah, sólo haz más ejercicios y ya. — hablando muy tranquilo Changkyun tiró su espalda en la silla creyendo que Hoseok era demasiado dramático sobre algo con una solución demasiado sencilla.
Para él todo era complicado.
— lo dices porque vas a vacaciones cada verano a casa de tu padre en Estados Unidos; por Cristo, prácticamente podría hacerte pasar por extranjero y todos lo creerían. — Hoseok lo vociferó y Changkyun soltó a reírse porque en serio era divertido verlo desesperado de esa manera.
¡Idiota Changkyun!
Para Hoseok era duro, no importaba cuánto estudiara la materia no podía siquiera atinar a una pregunta sin terminar haciendo de todo un revoltijo que cosas que ni entendía; a ese paso realmente reprobaria la materia de manera espantosa. Suspirando miró por encima del hombro de su amigo y abrió los ojos enormes estando convencido de algo.
¿¡Cómo no lo pensaste antes!?
— ¡claro! — dijo alegre y miró a su amigo el rubio. Él frunció el ceño y revisó su teléfono sonriendo casi enseguida. — voy a decirle al professor Hyunwoo que me ayude con la materia. Lo sé, él entiende y puede explicarme al menos lo básico. Con él seguramente aprenderé en serio. — se levantó tomando sus cosas y Changkyun lo detuvo.
— espera ¿Por-por qué de repente? — no lo entendía, su amigo lo veía al rostro con una mirada que no entendía para nada y su pregunta estaba fuera de serie.
¿No es eso obvio?
— él sabe y si le pido que me explique sé que lo hará porque es muy amable, Changkyun. — el rubio miró a todos lados y se inclinó hacia adelante para evitar los oídos de los chismosos dentro de la cafetería.
— ¿estás seguro de eso? — preguntó de nuevo y le reclamo. — sabes que somos amigos y que no nos ocultamos nada ¿no? Deberías soltarlo todo de una vez en lugar de mentirme.
¿De qué rayos habla?
— ¿qué te sucede, Changkyun? Dios, estás más raro que de costumbre. — agarró su morral prestándole la atención necesaria y volvió a verlo encontrándose con que él lo miraba fijamente.
— ¿estás saliendo con el profesor Hyunwoo? — soltó una enorme carcajada porque de todas las cosas que había dicho Changkyun en su vida, esa si que había estado fuera de serie. Ni siquiera tenía sentido.
Jesús, quizá salir con Jooheon ha estado atrofiando su mente ¿qué clase de fantasía es esa?
— Changkyun, tonto ¿acaso no sabes que el profesor está felizmente casado hace ya casi un año? Lo que dices no tiene nada de sentido. — soltando un suspiro se despidió de su amigo dejándolo atrás y llamó al su profesor de literatura yendo trás él; podía ser que antes hubiese estado enfebrecido hasta la medula con la idea de acostarse con el profesor Hyunwoo, pero ahora simplemente le parecía una idea más, una fantasía que no se comparaba en nada con lo que tenía junto a Hyungwon.
◇◇◇
— y-¿y qué piensas de tener una relación? — se lo preguntó mirándolo fijamente a la cara. Hoseok estaba sobre su estómago en la cama de Hyungwon, y este último permanecía acostado a su lado levantó las cejas mirando al frente y luego a el; conectando su mirada esperó respondiera, el castaño sentía el corazón acelerado por la simple acción, era así cada vez.
Lo quieres tanto que pierdes al instante.
— ¿qué quieres tú que te responda? — su pregunta como respuesta no resolvió absolutamente nada, Hoseok se desinfló y tomó la sabana cubriéndose por completo porque de repente odiaba demasiado a Hyungwon.
¡Maldito cara de rana, maldito!
— Cállate, maldito guarro. Iré a dormir de una vez, porque si sigo hablando contigo siento que envejeceré mil años. Te odio demasiado, eres un puto dolor de culo. — quería golpearle las pelotas de una patada y hacerlo ver estrellas. No fue sencillo para el hacer esa pregunta y aún así se atrevió a hacerlo porque lo deseaba en serio, quería darle un nombre propio a lo que tenía con Hyungwon y no sólo pretender ignorar que no estaba demasiado fuera del planeta por culpa del hombre delgado alto de cabello negro.
¿Por qué nunca te toma en serio?
Seguramente ha estado mintiendo todo este tiempo, tú sabes que es así. No hay nada más que quiera de ti.
Dios ¿por qué?
— vamos, Hoseok, estoy tratando de saber qué quieres ¿por qué te enojas hasta ese punto? — Hyungwon entró a las sábanas tomándolo de la cintura y acercándose beso atrás de su oreja; Hoseok estaba con el ceño fruncido y se encontraba totalmente dispuesto a no ceder.
— es porque juegas conmigo ¿es acaso una jodida broma para ti? — se giró dándole frente y se fijó en que Hyungwon lo miraba con sus ojos enormes de rana bajo la sabanas; su corazón se sentía débil, su cuerpo se sentía débil y su mente en su totalidad era débil ante él. — no quiero seguir así, no quieres decirme dónde mierda estuviste el fin de semana pasado ¿por qué? — alejándose Hyungwon resopló negando con la cabeza y llevado su cabello hacia atrás soltó una maldición.
— últimamente siento que sólo buscas cualquier excusa para discutir, Hoseok, cada mínima cosa te molesta y ahora esto ¿por qué no podemos simplemente seguir como antes? — encogiendose de hombros Hyungwon lo miró. — ¿qué más quieres comprobar, baby? I'm your man and you're my boy, that's all.
— ¿qué?
— sólo digo que no importa si le damos un nombre o no a esto ¿salir? ¿Qué tiene de bueno eso con un demonio? Seguramente apenas lo hagamos todo se hará aburrido y monótono, lo sé. Lo que tu y yo tenemos es mucho más grande que eso ¿no me crees? — Hoseok se quedó mirandolo y recibió un beso de su parte. — ¿qué quieres que haga para comprobarlo?
— sólo di la verdad, Hyungwon.
Por favor...
— lo hago, Hoseok. — dijo él saliendo de las sábanas y tirándose de espaldas exaltado. — te lo he dicho varias veces lo que pienso, pero sigues pensando que es una maldita mentira ¿Cómo diablos quieres que pelee contra eso?
— promete entonces que no me dejarás. — respondió sentándose a su lado. — promete que no me cambiarás por algún otro idiota. Dime que amas de esa manera estúpida cuántas veces quieras, pero por favor, Hyungwon, no vayas a defraudarme por que estoy siendo serio con esto y es mi primera vez.
Tengo miedo.
— hay muchas primeras veces en tu haber, pet.
¿Por qué nunca puede decir algo que te haga sentir seguro?
— es porque nunca me había arriesgado a tanto por alguien. — viéndolo ahí siendo ser iluminado por la luz de la lámpara, Hoseok se rindió aceptandolo y nada más. Había perdido. — No importa — soltó un suspiro languido — ahora quiero tu cuerpo como pago. Ven aquí, cariño, déjame sentirte.
La risa alegre de Hyungwon le lleno el alma, todo su ser le causaba un millar de sentimientos que se entremezclaban constantemente en su pecho; su mente funcionaba a medias cuando sentía sus caricias y una vez penetró su cuerpo el sentimiento sólo supo crecer sin ningún límite.
¿Qué es todo esto, Dios?
Cerró los ojos gimiendo una vez Hyungwon apoyó sus manos en sus pectorales moviéndose encima suyo, las chispas de placer que por su cuerpo corrían lo hacían ver todo totalmente diferente y ni siquiera era consciente de lo muy mal que se encontraba, de lo tan profundo que había caído por él.
— Hyungwon...
si hace un año y medio le hubiesen preguntado sobre ¿quién era Chae Hyungwon? Habría dicho muy seguro que era un idiota más de la escuela, un tonto con cara de rana que se había cogido a un chico en su aula de clase y que solía decir cosas sin sentido todo el tiempo; pero en ese momento, mientras embestia firmemente haciendo gemir sin parar al mismísimo Hyungwon y lo afirmaba de sus delgadas caderas, lo único que venía a la cabeza de Hoseok era que lo quería de miles de formas que no habría esperado, que su corazón le pertenecía y que quería intentarlo
Pero el dice que así es suficiente.
Hoseok lo entendía, lo sabía y Hyungwon no había querido aceptarlo de ninguna manera; las cosas en el amor eran absolutamente complicadas.
◇◇◇
— vamos, ayúdame con ese estúpido exámen y te daré lo que pidas. — Hoseok jugó a convencerlo y Hyungwon siguió cruzado de brazo en su característico puesto; incluso se había sentado en su mesa buscando seducirlo, pero Hyungwon simplemente cerró los ojos y siguió siendo terco sin ninguna media.
Maldito guarro.
— ¿qué diablos quieres para convencerte? — quería darle un cabezazo ahora sí. Estaba a lo sumo con ganas de gritar y llorar, pero Hyungwon seguía haciéndose el difícil.
— Dame un beso, Hoseok. — Hyungwon lo dijo aún con los ojos cerrados, el castaño pasó la vista por sus facciones hermosas y casi muere en el intento; suspiró recordando su restricción.
Vaya que me la pone difícil.
— qué más quisiera que comerte la boca justo ahora, Won — lo dijo con lástima porque en serio quería hacerlo. — pero le prometí al profesor Hyunwoo que me mantendría a raya con lo nuestro. No quiero que tengamos problemas y menos tú, si tu padre se entera podría irte verdaderamente mal.
Podrías no volverlo a ver.
No.
— ¿y eso qué mierda importa? — Hyungwon parecía verdaderamente molesto, lo miró y se acomodó en la mesa entendiendo a dónde iba. No quería discutir y sin embargo ahí estaban de nuevo. — papá no está aquí y el profesor Hyunwoo no tiene nada que ver contigo ¿o sí? ¡Que se joda, that son of a bitch!
¿Qué le sucede?
Sólo calmalo y luego averigua, ya sabes cómo es.
— Vamos, Hyungwon, el profesor se preocupa por nosotros. El es demasiado bueno y eso hace que se interese en el bienestar de todos. — le explicó la personalidad del profesor Hyunwoo; a pesar de no lograr nada con él, los años que se había dedicado a observarlo le valieron para al menos saber eso a seguridad.
— ¿por todos o por uno solo? Dímelo ¿estoy mal o no? No creo estarme equivocando, lo haces con él todo el tiempo. Perra hipócrita.
¿Qué trata de decirte?
Frunciendo el ceño esperaba poder dialogar más sobre eso que comenzaba a inquietarlo, hasta que escuchó la puerta del salón ser deslizada.
— Estudiante Lee Hoseok ¿puede por favor acompañarme un momento a la dirección? — su profesor titular apareció por la puerta, extrañado por el llamado se bajó rápido de la mesa y miró a Hyungwon que lo veía encogiendose de hombros.
— Anda, ve a ver qué quieren. — el movió su cabeza prácticamente echándole y Hoseok soltó un bufido antes de seguir al hombre robusto de cabello canoso.
Caminó por el pasillo detrás del profesor inquieto ¿será que él lo había visto con Hyungwon? Últimamente era mucho más cauteloso que nunca, había seguido muy bien las recomendaciones de su profesor de literatura y trató de minimizar cuánto pudo el contacto con Won, así que no debía ser eso ¿o sí?
Debiste haber jodido todo ya.
Una inmensa preocupación lo agobió lo suficiente, y cuando el profesor titular de su aula tocó la puerta para seguir, el corazón le estalló por el temor de saber que quizá obtendría problemas por haber besado a Hyungwon dentro de la escuela.
Luego de la autorización de pasar la puerta fue abierta dejando ver al director y al profesor de literatura; Dios, seguramente era eso, quizá el profesor Hyunwoo no había podido mantener su boca cerrada y ahora tendería problemas.
Saludo nervioso; algo no andaba bien, porque su profesor de literatura no lo miró ni una sola vez y siguió con la vista casi gacha, además, el director estaba muy serio también y el otro no tenía mejor cara.
Qué diablos...
— Siéntese, joven Lee. — lo hizo sin decir una palabra, no sabía lo que sucedía. — en vista de que esta situación se ha salido de enuestras manos, hemos decidido llamarlo para comprobar los fuertes rumores que están rondando nuestra escuela. — al escuchar eso su corazón retumbó. — Hemos hablado ya con el profesor Son Hyunwoo y sabemos la parte de su historia, ahora nos gustaría escuchar su parte, joven Lee.
¿Qué harás ahora? ¿Qué harás?
Sólo salva el trasero de Won y luego ve por el resto.
— Hoseok, sólo diles la verdad ¿está bien? No estés asustado.
Finge demencia.
— no - no entiendo — lo cierto es que el tono del profesor Hyunwoo le hizo poner aún más nervioso que antes, el director soltó un quejido y vio al profesor titular salir de nuevo dejandolos solos.
— Nos llegó una queja sobre usted saliendo con el maestro de planta, Son Hyunwoo. Los hemos llamado como primera instancia para corroborar sus declaraciones y así tomar una decisión sobre esta falta que es en extremo gravisima.
¿¡Qué!?
— ¡pero - pero eso es imposible! — Hoseok casi saltó de su silla al escuchar tal tontería — ¡no estoy saliendo con el profesor Hyunwoo! ¿Está usted fuera de sus cabales?
— eso lo comprobaremos luego de que el testigo quien los vio aclare qué es lo que sucede aquí. — la puerta fue abierta de nuevo y volteó a ver quién en el infierno podría haber dicho tal estupidez tan absurda y cuando vio a la persona su mente prácticamente dejó de funcionar; el delgado alto de cabello negro hizo una reverencia antes de sentarse en la silla de al lado, mirandolo como si no lo conociera de nada y luego al director.
Vamos Hoseok, no es cierto. No puede ser cierto.
— Joven Chae ¿puede por favor decirnos de nuevo lo vio? — Hyungwon asintió de manera quedada, su expresión, una infantil y tonta que no era propia de él, le hizo dar náuseas y la ira hace mucho había poseído su interior.
No me hagas esto.
— Hyungwon, di la verdad. — le exigió. No había visto a nadie más que a él durante todo ese tiempo, no había estado con nadie más que con él y no tenía a nadie en su cabeza más que a él ¿qué significaba eso ahora?
Él no lo está haciendo en serio ¿o sí?
— Yo- yo vi cómo ellos se besaban en el aula de clases. El profesor Hyunwoo tenía sus manos entrelazadas con las de Lee y se estaban besando, Yo- oh, por Dios, yo sólo quería darle una hoja de asistencia a Hoseok porque la había olvidado en mi casa luego de haber estudiado, era muy temprano. Lo recuerdo muy bien.
— Joven Chae, por favor, diga la verdad. — el profesor de literatura estaba por mucho enojado y aún así no gritó en ningún momento. El director comenzaba a tener migraña y quitó sus lentes frotando su tabique con sus dedos.
— ¿y hace cuánto sucedió esto, joven Chae? — La pregunta del director fue contundente, ni siquiera les daba la oportunidad de defenderse o nada, es como si creyeran más en su cara afligida que en el mismo sentido de las cosas.
— al rededor de año y medio. Los he visto juntos varias veces luego de eso. — Hoseok se quedó mirandolo, pensando y tratando de entender cada cosa que de su boca salía expulsada sin ningún tipo de problema o remordimiento.
Debe ser una pesadilla ¿no?
— tú- tú está bromeando ¿no es así? — sonrió con los labios temblorosos rogándole a los cielos por favor Hyungwon estuviera bromeando, porque en serio estaba comenzando a sentir el desespero y la profunda decepción destruirle todos los sentidos. — ¿Hyungwon? Ey, mirame.
— Joven Lee, nos pondremos en contacto con su madre para hablar sobre esta desafortunada situación que perjudica a toda la institución. Por otro lado, no creo que deba repetirle profesor Hyunwoo, que las reglas son estrictas en esta escuela y no se nos permite tener en nuestro plantel a alguien quien mancha la buena reputación y buen nombre que portamos. Estoy muy decepcionado de su deplorable actuar.
— pero ¡el profesor Hyunwoo no ha hecho nada malo! — Hoseok se levantó totalmente preso del del enojo porque en serio estaban siendo demasiado injustos. — ¡Hyungwon está mintiendo, él miente todo el tiempo!
— joven Lee, vuelva a su lugar
— ¡diles la verdad, Hyungwon. Diles que no me acuesto con el profesor, tú lo sabes perfectamente! — Hyungwon asintió mirándolo fijamente y Hoseok se quedó de pie retandolo también con la mirada, porque él en serio se había atrevido a llorar frente a todos cuando nunca, ni sola una vez, lo había hecho antes.
— Sí lo haces, yo los vi.
Algo se rompió dentro de Hoseok una vez escuchó esas palabras, incluso si era por cualquier juego o lo que sea, aquello se había tornado demasiado oscuro e imposible de manejar; su cuerpo dolía y una furia incontenible le dominó por completo
— ¡Maldito hijo de puta, di la verdad! — se lanzó sobre él sin pensarlo dos veces, estaba decidido a golpearlo antes de haber sido detenido por el profesor titular y Hyunwoo — ¡di la verdad, Hyungwon! Lo sabes, sabes que no es así ¡di la puta verdad! ¡Tú sabes más que nadie, así que di la maldita verdad! — gritaba fuera de sí intentando zafarse del agarre de ambos profesores, intentando alcanzarlo mientras en su mente rondaba un gran
¿Por qué?
◇◇◇
Su madre ni siquiera quería verlo a la cara; acostado en la cama cerró los ojos y lo primero que llegó a su mente fue la imagen del profesor Hyunwoo con sus cosas dejando la escuela. Abriendo los ojos se sentó en la orilla de la cama pasando en la inmensa culpa que sentía por haber envuelto a personas en un juego que ni siquiera entendía.
Escuchó su teléfono sonar, lo miró desde su lugar y se levantó tomando la llamada.
— hola, tontita. — Hoseok creyó que partiría a llorar de la mera frustración
— ¿por qué lo hiciste?
— vamos a vernos, estaré esperadote en el paraíso ¿vas a venir? He pedido comida para los dos. — su voz era tan natural. Hyungwon ni siquiera pareciese hubiese lastimado a tantas personas con sus mentiras, él simplemente estaba ahí hablando de comida como si fuera siquiera fácil pensar en algo así; por un demonio, por supuesto que no lo era.
— iré en seguida. — colgó mirando al rededor y fue directo al closet, tomando una caja comenzó a echar cosas; desde zapatillas, ropa, su mismo teléfono y hasta el fino reloj dorado que alguna vez tuvo un significado profundo. Se puso un hoddie negro, un Jean y zapatatillas, y con caja en mano tomó rumbo a su casa.
Hyungwon había mentido muchas veces e intuía que en algún momento las mismas lo consumirian, que algo malo pasaría, y aún así continuó dejándo todo eso crecer hasta que resultó de ese modo; no lo entendía y su corazón dolía de sólo pensar en que realmente había sido el idiota más grande del mundo al no verlo, el único de que a pesar de que vivía una fantasía, seguía comiéndose el cuento como si fuera eso lo real.
Fuiste un idiota inocente.
Bajó del bus dando mil batallas, caminando por la calle las luces blancas lo alumbraron, llegando abrió la reja bonita y fue por el camino de cemento hasta alcanzar las escaleras de metal; al llegar tocó la puerta y vio que abrió con una sonrisa en la cara.
— Pet! — él lanzó a besarlo y lo esquivó con hastío, él se asombró de verlo así y luego, como si no se hubiese fijado en nada más antes, miró la caja entre sus manos. — ¿qué...
— no quiero verte nunca más en mi puta vida. Vete a la mierda ¡mentiroso!
Dejando caer la caja frente a el dio media vuelta, siendo detenido en el momento en que Hyungwon lo tomó del brazo; estaba por mucho hastiado, cada parte de su cuerpo lo necesitaba demasiado, pero esa furia en su interior le decía de romperle la cara en ese mismo instante.
¿Cómo pudo en serio?
— ¿a-a dónde crees que vas, Hoseok? No- no he dicho que te puedas ir. — el castaño se soltó con brusquedad y dio un paso hacia la escalera. — ¡él se lo merecía! ¡Se acostaba contigo! ¡Tengo razón, no estoy mal! — siguió caminando y bajando escalones pensó en por qué diablos había sido tan imbecil de creer en alguien como él — ¡Hoseok, si te vas voy a cambiarte por cualquier otro tonto, lo haré! ¿¡Hoseok!? ¡Hoseok, voy a conseguir a alguien mejor y cuando eso suceda no volveré a buscarte nunca más, nunca más volverás a verme!
Jodido idiota...
◇◇◇
Se había cambiado hasta de escuela con tal de no volverlo a ver, sonriendo caminó por la acera animado de que se encontraría con Changkyun quien pronto viajaría a estudiar a Boston; era una tremenda sorpresa, pero suponía que aquello era la mejor opción a considerar.
Pero lo extrañará un montón.
Esperando un poco menos animado el cambio de luces elevó la vista al cielo deseando encontrar a alguien pronto y así poder al menos cambiar de rutina; quizá pensarlo menos, extrañarlo menos... Amarlo menos
Ojalá fuera sencillo.
Nunca nada era sencillo en las cuestiones del amor y menos con el que era tan complicado ¿cómo no podría ser complejo? Si incluso después del daño que le había causado Hyungwon aún seguía deseando poder tenerlo entre sus brazos como un terco bastardo que no aprende su lección; fue fuerte al alejarse primero, pero incluso hasta en las guerras más pacíficas hay soldados caídos.
Menuda mierda.
Bajando la mirada se fijó en la figura delgada al otro lado de la calle y el poco entusiasmo que tenía se esfumó. El semáforo le dio via y comenzó a cruzar intentando ignorarlo, intentando no ver por nada del mundo quién era el otro idiota a su lado, que aunque su suerte fuera una mierda o quizá su insistencia demasiada, no cedería ante eso que se había quedado en su interior, esa semilla que había sido implantada
Pasando de largo sin atreverse a mirarlo sintió un roce de su parte en su mano y se detuvo justo en el medio de la calle exasperado; mirando al cielo de nuevo se preguntó en serio cómo diablos había sabido dar con él, si de todo era él lo que más odiaba en la vida por el simple hecho de ser como era.
Sólo déjame en paz...
La reunión con Changkyun trató de llevarla como mejor pudo, se dedicó a sonreír y a hablar con sus amigos como era costumbre, sin necesidad de tristezas o nada; sólo trató de ser el mismo Hoseok de siempre — o al menos parte de el, ya no le quedaba claro. — se despidió y cuando tuvo que volver a casa fue cuando se permitió estar realmente azorado sobre lo que le deparaba.
No era muy listo, luego de conocerlo comprendió que sus notas en comparación eran en extremo diferentes, él parecía ser no sólo el genio de las mentiras sino también para todo lo demás; sabía qué parte de su cuerpo tocar, cómo hacerlo sollozar de placer, lo sabía besar y decirle palabras que lo ponían a fantasiar incluso sin siquiera ser consciente de que estaba haciéndolo.
¿Por qué, Dios, por qué?
Su mirada se nubló.
Mientras sonaba Supalonely en su reproductor se preguntaba en qué momento tanto azul en su vida se iría, y con ese azul, los tontos recuerdos que lo tenía ya harto de tanta mierda.
¿Acaso aún no encuentra a nadie mejor que sigue buscandote?
Seguro miente...
¿Cuándo sería el día en que él se rendiría?
Se lo preguntaba sinceramente, pero eso jamás lo sabría porque nunca entendió su forma de pensar, su manera de actuar era un misterio y muchas de las cosas que decía eran unas más inciertas que la otras.
No caigas, no caigas, no vayas a caer, no lo hagas. Por favor, no lo hagas, Hoseok.
Pero aún lo necesitas, tú perra tonta....
Bueno, absolutamente nada es sencillo cuando se trata de amor...
___________________
Hola, este es... El final de esta historia 😔
Espero que recuerden que las adoro, hay yb epílogo muy *chimbita* así que esperenlo. Más tarde lo publico, voy a dormir un rato 🥺❤️
Las amo y si tienen alguna duda recuerden dejar sus comentarios y to los responderé a la mayor brevedad.
Las adoro!
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