Indebido

1. Espionaje.

Hoseok subió las escaleras a pasos agigantados, no sabía cómo diablos olvidó llevar consigo la libreta de asistencia una vez las clases terminaron; estaba cansado, hambriento y seguramente su madre ya debía de estarlo esperando con algún tipo de estofado o sopa. Su estómago crujio.

Maldita sea...

Sus zapatillas chirriaron al contacto con el piso liso y brillante, su pantalón deportivo vinotinto que estaba doblado en una pierna dejando el otro lado caer con normalidad, su cabello castaño con el flequillo largo que casi cubría su ojo y su camiseta escolar blanca; Hoseok no podía creer que en serio hubiese tenido que regresarse todo el camino a pie, por una maldita libreta que a duras penas el profesor titular revisaba al día siguiente.

Es totalmente ridículo.

Arreglando su morral caminó por el corredor, mantenía las manos dentro de los bolsillos del pantalón deportivo y su chaqueta escolar la llevaba cruzada en el torso; no tenía importancia llevar el uniforme completamente organizado, si las clases ya habían terminado hace un tiempo.

Mirando a través de la extensa ventana que se extendía a lo largo del corredor, Hoseok notó el cómo las luces iban encendiendose una a una y soltó un profundo suspiro lleno de rendición porque, al parecer, llegaría demasiado tarde para la cena; llegando al salón, de manera natural, despegó la mirada del paisaje lúgubre y tomó la chapa viendo en su lugar por la abertura de la puerta, el castaño casi se ahoga una vez lo hizo y se retiró tan rápido como sus reflejos se lo permitieron, el corazón le iba a mil y frunció el ceño creyendo que estaba viendo mal, muy, muy mal. Retirándose de la pared intentó asomarse de nuevo, esta vez, con mucha más cautela que antes, viendo con impresión el cómo Chae literalmente se cogia a Kihyun de la clase B en la puta mesa del profesor.

Guat te fok???!!!

Su respiración se hizo irregular a medida que veía al hombre de cabello negro, extremadamente alto y de cuerpo delgado, penetrar y hacer gemir al enano de la clase siguiente con sumo gusto, como si nada le costara; se retiró apoyándose en la pared por cuenta nueva, recapituló y cerró los ojos tratando de entender un poco lo que sucedía en ese maldito momento.

Chae Hyungwon era su compañero de clase, el tipo solía ir a la escuela sólo para  perder el tiempo, y los pocos amigos que tenía solían hablar a sus espaldas diciendo que era un idiota y un perdedor; teniendo ello en cuenta abrió los ojos encontrándose con el panorama del casi anochecer, se suponía que debía irse a su casa, que podría simplemente llegar más temprano al día siguiente y recoger la estúpida libreta para mostrarla durante el receso, sin embargo, un dócil gemido le puso la piel de gallina.

Sólo sal de aquí Hoseok, es el momento de hacerlo.

O simplemente sí tú...

Miró hacia los lados por el pasillo dándose cuenta de que nadie estaba por ahí, luego miró sus zapatillas blancas y movió los pies de manera torpe pensando; pensando en si era lo mejor. Viendo de nuevo a los lados constatando y sintiéndose extrañamente a gusto, volvió a asomarse por la puerta dándose cuenta de que Hyungwon besaba de una manera demasiado sucia a aquel chico de cabello rojizo, claramente veía desde su posición como entraba y salía de él, y su pecho de llenó de una extraña satisfacción una vez escuchó gemir al más alto.

Oh, Dios...

Mordiéndose el labio inferior se acercó mucho más a la puerta; la curiosidad no podía ser tan mala ¿o sí? Era demasiado estimulante poder ver de cerca tal cosa y sintió su cuerpo arder una vez observó con atención la manera en que el más alto salió de Kihyun mostrando su polla; Hoseok se  humedecio los labios detallandolo y se asombró al ver que el más bajo se giraba poniendo su pecho sobre la mesa.

— sé noble conmigo, Hyungwon. — le dijo en un tono de voz que estaba totalmente sumergido en el placer y enseguida Hyungwon lo penetró robándole un ruido gutural. El pelinegro se inclinó poniendo su dedo sobre sus gruesos labios para callar a Kihyun, y una vez se irguió, como si su suerte fuera la peor de todas, él miró hacia la puerta robándole el peor susto de su vida.

— ¡mierda! — se retiró de la puerta convencido de que Chae lo había atrapado por completo, el corazón se le quería salir del pecho y la erección que estaba en proceso, prácticamente desapareció por culpa de la impresión. Dispuesto a marcharse antes de que los sujetos ahí dentro lo enfrentaran por andar viendo lo que no debía, dio un par de pasos afanado en dirección a las escaleras principales, eso, antes de escuchar una poderosa nalgada y un gemido que lo hizo detenerse.

Debe estar bromeando ¿no?

— vamos, Hoseok, sólo deja de ser tan estúpido y marchate de una puta vez. — se habló a sí mismo muy seriamente, pero al parecer era como un gato; tan malditamente curioso.

En serio tú...

Regresó en sus pasos con cautela, y mucho más precavido que la primera vez, asomó medio rostro viendo a Hyungwon embestir con todo al enano de la clase B; trago grueso. El más alto dio otra fuerte nalgada en su trasero blanco y la marca roja fue visible desde donde estaba, aturdido dirigió su mirada hacia él y lo halló viéndolo directamente al rostro y sonriendole; Dios, ese idiota era un puto cínico de mierda y lo único que Hoseok pudo hacer fue sonrojarse ahí de pie mientras le sostenía la mirada.

Corre, corre, corre, corre ya.

¡Muévete!

¡Haz algo. Maldita sea, Hoseok!

creía que Hyungwon en cualquier momento se detendría para así enfrentarlo, pero descubrió con extraño placer que él simplemente continuó cogiendose a Kihyun hasta que lo escuchó gemir de la inmensa satisfacción que le producía el clímax; la sonrisa él nunca la perdió, y lo único que pensó Hoseok, era que estaba malditamente caliente sin ningún motivo y que ese tal Chae era un puto enfermo de mierda.

¿Acaso perdiste la cabeza? 

Se obligó a dejar la puerta y como una  estampida salió de ahí, mientras que el chirrido de sus zapatillas era ruidoso en medio del solitario y casi oscuro pasillo; Hoseok bajó las escaleras súper rápido, dio un increíble salto en el último tramo de tres escalones, y siguió corriendo hasta la puerta alcanzando el patio delantero, lo hizo hasta seguir de largo y llegar a la calle.

¿Qué maldita cosa fue eso?

Estaba sin aire. Una a una las imágenes se reproducían en su cabeza como una película porno mal contada, sólo que esta era tan excitante y asquerosa a la vez; es decir, era su compañero Hyungwon, ese tipo a duras penas asistía a clases pues siempre estaba siendo castigado, él no hacía más que inventar historias sobre su extraordinaria belleza  y dinero que, a lo mejor y eran mentiras por lo muy fantasiosas que se oían.

Dios, Hoseok...

Alcanzó la calle principal llegando a la parada de bus, quitó su morral sentándose y desamarrando su chaqueta la puso esperando dejar de temblar de una buena vez; quería creer que era debido al frío, pero en su lugar una extraña emoción se había apoderado de su cuerpo como si nada, su corazón no paraba de latir alborotado y su boca se encontraba demasiado húmeda.

Borralo de tu mente, vamos, vamos. Borralo ya.

Cerró los ojos intentando acomodar sus pensamientos, pero la cínica sonrisa de Chae salió en su mente como pantallazo de juego de terror; Por Cristo, quería darse contra el anuncio publicitario de Kyuhyun que tenía cerca. Mirando a todos lados se aseguró de que nadie lo estuviera viendo, reguló su respiración cuánto pudo y trató de actuar normal, porque de alguna manera le quedaba la terrible sensación de haber hecho algo muy malo, de que muy seguramente debía de haber sido descubierto y lo peor era que sí; lo sabía, porque él lo vio con ese par de ojos de rana.

¿Qué mierda tenías en la cabeza, Hoseok?

◇◇◇

Clase de literatura.

Hoseok amaba con locura desmedida que llegaran los miércoles, porque siempre tenía la oportunidad de verlo a él durante dos espléndidas horas seguidas; era increíble.

Dios, es tan endemoniadamente ardiente...

El profesor Hyunwoo era el más joven del plantel, con tan sólo 27 años era — para Hoseok — el profesor más elocuente, gracioso, inteligente, elegante, increíble, maravilloso, sexy y atlético de todo el vecindario entero; Jesús, le encantaba un montón y cada día soñaba despierto con besar esos labios gruesos que eran su fuerte, que le valiera una mierda que tuviera novia que era la profesora de historia, y simplemente se lo cogiera en la mesa del profesor, tal como Hyungwon había hecho hacía días con Kihyun.

Espera...

Cerró los ojos totalmente frustrado.

Desde que descubrió a Hyungwon haciendo tal tontería en el aula después de clases, no había podido dejar de fantasear con esa estupidez sin sentido; furibundo volteó a ver al centro del salón el cómo, el tipo en cuestión, cabeceaba plácidamente mientras estaba con los brazos cruzados luciendo dizque intelectual.

Maldito cara de rana.

Quería molerlo a golpes.

Volvió su vista hacia el profesor Hyunwoo que seguía escribiendo en el tablero concentrado, él sostenía un libro en su mano izquierda y sus gafas, más ese saco formal café, le daban un toque mucho más sensual y ardiente que el mismísimo infierno; Hoseok suspiró en su intimidad. En serio le encantaba como a nadie su profesor de literatura, era un cruel gusto desmedido que comenzó dos años atrás cuando él fue contratado y que se había mantenido intacto porque soñaba despierto con demasiada frecuencia.

Si tan sólo te cogie....

— ¡achu! — aquél estornudo retumbó por todo el salón. Hoseok volvió a ver al centro del lugar al idiota de cabello negro que movía la nariz como si se creyera sabrina la bruja, y cuando él lo miró a la cara, torció los ojos con un alto desprecio que ni a su madre bendita le quedaría la duda de que lo odiaba.

Es un puto dolor de ano.

Sin querer desperdiciar su tiempo, volvió su vista al profesor Hyunwoo encantandose de nuevo; con el bolígrafo en la boca lo mordió analizandole el trasero, detalló su forma, sus piernas y casi boto la baba cuando reafirmó, por millonésima vez, que estaba buenísimo.

¡Dios, sí! No puedo esperar para que...

— profesor se equivocó. — una voz aperezada Y profunda inundó el tranquilo lugar, las miradas de varios se posaron en el pelinegro que permanecía con los brazos cruzados en el pecho y recostado en la silla como su estuviera en receso, o peor aún, en vacaciones.

¿Es imbecil o qué?

Miró hacia el profesor que veía al idiota de la clase y esperó a ver su respuesta a tal tontería. — ¿dónde cree que me equivoqué, joven Chae? — Hyunwoo se acomodó los lentes de manera caliente y su voz masculina supo hacerlo sentir cosas en su vientre. — muestreme, por favor.

— Ahí, se equivocó ahí — el señaló con sus labios gruesos que eran color rosa y mirando al tablero Hyunwoo buscó por lo que sea que veía el idiota, pero no lograba captar nada.

— ¿puede señalarme la parte exacta? — Comenzando a leer desde arriba Hyunwoo se retiró lo suficiente del tablero, incluso Hoseok y varios más que estaban curiosos comenzaron a leer de sus libretas, pero nada estaba mal; absolutamente nada estaba mal. — ¿está seguro de lo que dice, joven Chae? No veo ningún error.

— yo tampoco lo veo, profesor. — intervino Hoseok al parecerle una tontería más del idiota de Hyungwon. Hyunwoo volvió a revisar por cuenta nueva y soltó un suspiro pesado que lo dijo todo; el cara de rana estaba en problemas.

Se lo merece.

— ¿es acaso alguna broma, joven Chae? — la voz seria de su profesor retumbó y Hoseok vio al tonto hacer un esfuerzo con los ojos poniéndolos chiquitos y luego hacer una expresión sorprendída en la que abrió sus horribles ojos de rana, aplaudió de manera estripitosa y soltó algo en inglés que le fue imposible saber porque le iba terrible en esa materia.

— fucking bitch, I was wrong! — negó con la cabeza lamentándose y apoyó su mentón en la mano. — lo siento, profesor, pensé haber visto que se había equivocado. Lo juro, lo vi. Seguro debe ser mi dislexia.

¿Qué?

— ¿usted sufre de dislexia? — Hyunwoo dejó el libro sobre la mesa bastante inquieto, y quitando sus lentes centró toda su atención en el joven que ponía un rostro triste y asentia.

Eso es terrible.

De verdad no lo habría pensado jamás, es decir, ese problema no era ninguna broma y ahora entendía la razón de que fuera tan distraído y tonto durante las clases. Trago grueso creyéndose el peor ser en el universo por haberlo molestado o tan siquiera tratado de idiota, y miró al profesor quien asentia pensativo porque  seguramente estaba muy preocupado ya; él era siempre atento con todos y no le sorprendía nada que quizá quisiera ayudar a Hyungwon con su serio problema.

— ¿le gustaría asistir a un programa para jóvenes dislexicos? — preguntó el profesor confirmando su pensamiento. — Comenzó hace un mes pero siempre son bienvenidos, joven Chae. Considerelo.

— Sí, señor. Lo haré — él sonrió brillantemente ante el ofrecimiento y Hoseok se compadecio lo suficiente. Su profesor era increíble, no estaba equivocado cuando decía que era el ser humano más asombroso a kilómetros de distancia.

Te fascina todo de él.

— Perfecto. Continuemos entonces con la clase. Joven Chae, no se preocupe y simplemente acérquese por una guía para que no se esfuerce demasiado.

◇◇◇

A la hora del receso, mientras escuchaba a su amigo Changkyun hablar, Hoseok tomó su tercera bola de arroz devorandola en cuestión de segundos; el chico de cabello rubio y uñas pintadas de negro lo miró con genuino asombro, dedicándose simplemente a beber de la lata de soda que sostenía en la mano.

Ñam ñam ñam ñam ñam

— mi novio Kihyun debería poder asistir a la presentación este fin de semana. Me lo prometió. — Hoseok escupió un pulmón al escuchar aquellas palabras.

Pero-

— ¿de qué demonios hablas? — limpiandose la boca con el dorso de la mano miró a Changkyun sin creer una puta palabra; no podía ser el mismo Kihyun que estaba gumiendo como loco hacia poco más de semana y media. Dios, eso era terrible.

— ¿Qué? ¿Jamás te dije que salgo con Kihyun? — negó con la cabeza atónito — llevó un mes completo con él. Me encanta, es un hyung con un trasero bastante juegoso.

Por Dios...

— pe-pero... Ey ¿él sabe que salen? — lo preguntó intentando de nuevo entender lo que sucedía, pero en su lugar el rubio lo miró como si estuviera diciendo la peor tontería.

— ¿cómo no lo sabría, por el amor a Dios, Hoseok? — la obviedad en sus palabras le hizo sentir aún más impresionado; es decir ¿qué le valía una mierda a ese tal Kihyun la relación con su amigo que andaba tirándose a Hyungwon?

O maigad...

Como si hubiesen nombrado al mismísimo diablo, vio entrando a la cafetería hecho un rayo a Kihyun del aula B; sus ojos lo siguieron por todo el trayecto, así que Changkyun giró a ver qué tanto lo tenía consternado.

— Cariño, ho... ¿La? — él se quedó a medio saludo en el momento en el que Kihyun siguió de largo sin prestarle el más mínimo de atención. — ¿qué le sucede? — con el entrecejo arrugado Changkyun lo siguió igualmente con la mirada, viéndolo ir directamente a un chico de cabello negro partido a la mitad y algo largo, labios gruesos, alto, delgado y ojos de rana; sí, era Chae Hyungwon.

¿Ahora qué hizo ese idiota?

Kihyun se veía tan molesto, que no tuvo que analizar mucho para deducirlo; caminaba dando zancadas y podía incluso escuchar cuando daba una pisada tras otra, además sus ojos se encontraban totalmente fijos en la figura que se mantenía hablando junto a un par de chicos más que negaban con la cabeza y mantenían la conversación.

El pelirrojo que atravesó gran parte de la cafetería bajo la mirada de varios curiosos que lo distinguían, llegó a la mesa correspondiente llamando la atención de todos ahí, pero sobre todo de Hyungwon quien le sonrió brillante extendiendo su mano.

Algo anda mal...

Pues efectivamente.

Al parecer el tal Hyungwon era más que dislexico, él era un verdadero idiota para no entender en qué posición se encontraba en esos momento, pues Kihyun se veía peor que molesto; es que podría masticarlo y escupirlo mil veces si él lo quisiera. Hoseok se quedó atento esperando saber lo que sucedería, mientras veía a Kihyun alejar la delgada mano que le extendía el cara de rana, de un solo golpe.

— ¿qué le pasa a ese imbecil haciendo enojar a mi novio? — Changkyun hizo el intento de levantarse, más sin embargo Hoseok lo tomó de la muñeca indicándole de volver a su puesto.

— sólo observa y sabrás.

Supuso que era mejor así.

De nuevo miró en dirección a donde se encontraban ambos hombres discutiendo, Hyungwon se mostraba completamente afligido y negaba con la cabeza, pero extrañamente lo único que lograba es que el rojo de las orejas de Kihyun se hiciera más intenso hasta ponerlas brillantes; él, tal vez cansado o aún más molesto, tomó la soda que estaba frente a Chae y se la virtio toda en la cabeza sacudiendo hasta la última gota.

Santos cielos, seguro lo merecía.

Hoseok abrió los ojos enormes mirando la escena, incluso las personas que no estaban atentas al principio comenzaban a murmurar pidiendo saber lo que sucedía, mientras Hyungwon simplemente cerraba los ojos sonriente recibiendo la humillación pública como si nada; creyó que se levantaría enojado,  que gritaría furibundo o tan siquiera molesto, pero no, él sólo se pasó la lengua por los labios saboreando la soda y se frotó los ojos mirando finalmente a Kihyun.

— ¿qué hiciste? — le preguntó con una sonrisa perniciosa que no era ni el uno por ciento de normal. — voy a tener que castigarte la próxima vez, bebé. Ahora vete.

Y como si nada Kihyun levantó el brazo dándole una bofetada de padre y señor nuestro; aquél golpe se escuchó tan fuerte, que hasta los profesores en su sala tendrían que haber escuchado tal impacto.

— No quiero acostarme contigo nunca más ¡mentiroso! — gritó para todo el mundo Kihyun y Hyungwon sólo se encogió de hombros y levantó un brazo en son de despedida en tanto ponía esa horrible expresión de rana.

— Goodbye, Kiki!

Es un cínico de mierda.

Escuchando la incontrolable tos de Changkyun se dedicó a destapar la botella de agua para que dejara de querer morir; él tomó un buen sorbo, golpeó la mesa levantándose e hizo que Hoseok abriera los ojos más grandes por la sorpresa.

— ¿a-a dónde vas? — le preguntó y Changkyun soltó una maldición tremenda.

— ¡voy a partirle la cara al imbecil que se acostó con mi novio! — mirandolo y luego a Chae, se preguntó si lo mejor era dejar que su amigo lo hiciera, pensó en que seguramente Changkyun no lo dejaría pasar fácilmente y que si no lo hacía en ese mismo instante, entonces lo haría en cualquier otro momento; consideró la densidad del lugar, el clima del día, la hora, las personas, el ambiente, frunció los labios obviando, considerando el tema una y otra vez, y para cuando se decidió, Changkyun ya tenía el cuello de Hyungwon en sus manos.

Oopps

Se lo merece por idiota.

◇◇◇

Acostado en su cama Hoseok se puso a pensar en Hyunwoo; como de costumbre. Mirando al techo recordó la clase del pasado miércoles, lo sexy que se veían esas piernas en esos jeans y ese abrigo que le daba el toque semiformal que necesitaba; Dios, le encantaba tantísimo, que sólo pensaba en que desesba lo hiciera gemir intensamente a como de lugar, pero de ahí a convencerlo estaba resultando ser imposible.

Usualmente ayudaba al profesor Hyunwoo a llevar sus libros y así poder conversar por largos ratos durante los recesos, ayudaba en los eventos de caridad que el mayor organizaba y hasta en los días dedicados al idioma hacia exposiciones especiales para su materia; era increíble la manera en que quería ser notado por él, a veces soñaba que le permitía comerle esos labios tan estúpidamente calientes que el universo le había dado.

¿Cómo putas no lo soñaría?

Hyunwoo era alto, masculino, con brazos que se veían súper fuertes — lo sabía porque lo había visto ya cuando se quitaba el saco durante los receso — su sonrisa era matadora y su voz... seguramente gimiendo el hombre debía sonar condenadamente tentador.

Mierda...

Se mordió el labio sentándose en la cama, porque cada que pensaba en su profesor de literatura se ponía demasiado caliente,  querría desahogarse con alguien, pero la verdad era que no tenía a ningún candidato  que pudiera siquiera darle un aliento de vida; no salía con nadie. Suspiró atormentado tirándose en la cama de nuevo y miró el reloj en su muñeca dándose cuenta que pronto serían las tres de la tarde.

¿Deberías levantarte?

El día estaba perfecto para salir un rato con Changkyun, y de hecho lo haría a las 5, pero aún seguía ahí acostado imaginando que era cogido por Son Hyunwoo; panplinas, estaba volviéndose frustrante a morir, porque a pesar de que había estado guardandole fidelidad por dos largos años, Hoseok comenzaba a querer rendirse y todo porque creyó escuchar que el mayor se casaría en otoño con la profesora de historia.

Sintió mucha envidia.

Ambos eran jóvenes y se tenían uno al otro, se sonreían a la hora del almuerzo, iban juntos al trabajo y cuando se trataba de crear clubes o cursos especiales, siempre estaban dispuestos a ayudarse mutuamente; eran la pareja perfecta, pero claro, eso era porque Hyunwoo todo lo hacía perfecto.

Incluso en la cama debe ser perfecto.

Vamos, Hoseok. Ya basta.

— ¿Hoseok?

— ¿sí, mamá? — respondió al llamado de su madre que seguramente estaba al pie de las escaleras y se sentó en la orilla de la cama esperando por lo que le diría.

— ven a sacar la basura antes de salir. — rodó los ojos porque no sabía exactamente, cómo era que no se le ocurrió antes.

— ¡ya lo hago, mamá! — se levantó dispuesto a obedecer, se puso unas ridículas pantuflas amarillas y salió de la habitación en dirección a la cocina. Recorrió parte del pasillo, bajó las escaleras y dobló la pared encontrándose con la entrada de la sala; yendo al fondo estaba el comedor y en la habitación contigua la cocina.

— ¿a qué horas saldrás hoy, hijo? — su madre sonrió con calidez una vez lo vio entrar, estaba en unos pantalones cortos rojos y su camiseta blanca estaba enrollada en las mangas mostrando sus brazos tonificados; Hoseok esperaba en un tiempo tener la suficiente masa muscular.

— a las 5 — respondió y se estiró bostezando — iré a la casa de Changkyun para ver una película. — acercandose tomó una manzana del frutero que decoraba el mesón de la cocina y se apoyó en el mismo viendo como su madre cortaba varias verduras.

— oh, cariño, entonces deberías llevarle algo a la madre de Changkyun. Hazlo por mí. — su comentario le hizo expandir los ojos.

Wow, wow, wow ¡no!

—¡no, mamá! — se quejó e hizo una pataleta en la que ventiló sus brazos y piernas. — estaré lleno de cosas en el camino ¿por qué no puede ser en otro momento? — sus cejas que eran pobladas se juntaron buscando la compasión de su madre, pero de entrada ya sabía que aquello era imposible.

— lo empacaré bien y así podrás llevarlo sin ningún problema. — replicó ella e intentó de nuevo desesperado.

— mamá... — llamó una vez más a su conciencia, pero la mujer simplemente siguió sonriendo en tanto caminaba a la nevera tarareando una canción trot.

Cubriéndose el rostro con ambas manos, Hoseok se lamentó el tener que cargar con las mil y un cosas que seguramente su madre le haría llevar todo el camino a casa de Changkyun. Sabiendo que sufriría se rindió y dio otra mordida a su manzana sintiéndose penumbroso de tan sólo tener que tomar el autobús con toda esa comida.

— Por cierto Hoseok, me gustaría que le dijeras al profesor Hyunwoo que está invitado a cenar; él puede elegir el día, ya que es alguien muy ocupado.

— ¡se lo diré! — las penas del joven Hoseok desaparecieron de inmediato, sus ojos alumbraron en estelas de colores, la bandera del orgullo gay se vislumbraba desde su espalda y sólo le faltó saltar emocionado; cosa de la cual por supuesto se abstuvo porque era demasiado ridículo ya.

— gracias, hijo. — sonrió y habló ella con orgullo — La última vez creo que le agradó el pavo al horno que hice ¿debería preparar lo mismo o sólo hacer algo diferente? — su pregunta le hizo pensar en que aquello le daría la oportunidad de estar cerca a Hyunwoo, de hablarle, y quizá lograr lo que tan firmemente soñaba a cada rato.

— quizá yo pueda preguntarle si quiere algo en especial — Hoseok comentó animado. Había terminado su manzana en menos de lo que escatimó y luego se acercó a su madre — quizá si haces ese aderezo para la ensalada que es tan delicioso, mamá.  A él seguramente le encantará.

— es cierto — dijo cayendo en cuenta ella — debería hacerlo. Gracias, hijo. — dándole un beso en la frente volvió a revolver cosas en el refrigerador, en tanto Hoseok se encargaba de manera diligente de la basura.

Fue quien al principio le propuso a su madre el invitar a su profesor de literatura a casa, lo hizo porque creía fervientemente que en medio de la cena podría obtener la oportunidad de que él lo llevara arriba y le devorara la boca como nunca nadie; sin embargo, lo único que Hyunwoo hizo fue hablar con su madre de su rendimiento académico, del clima y ya.

Dios, estabas tan decepcionado.

Sí, lo estuvo y muchísimo, nadie sabía cuánto deseo le generaba ese cuerpo ardiente; llegó incluso a pensar que su profesor era un tonto y se arrepintió el lunes después de esa cena, cuando lo vio entrar al aula de clases tan elegante y sexy como siempre. Estaba en círculo vicioso, uno que giraba al rededor de la existencia de su profesor de literatura y que lo tenía tan embobado, que no se imaginaba nada más, no pensaba en nada más y sentía no necesitaba a nadie que no fuera Son Hyunwoo

A las 4:30 estaba listo para salir. Revisando su imagen en el espejo se acomodó el flequillo largo castaño que caía bien peinado por un lado de su rostro y que casi cubría su ojo, puso argollas en la parte de arriba y abajo de la oreja y salió tomando una chaqueta.

— vendré en un rato, mamá — avisó antes de salir. Su madre le advirtió de ir con cuidado, le respondió que lo tendría y salió rumbo a la parada de autobus con una enorme cantidad de comida entre las manos, sobre la cual bromeaba por poco y no era consciente; en lo único que pensaba era en la manera de poder alcanzar un asiento libre en el bus o al menos  no morir por el peso.

Tuvo que esperar unos diez minutos antes de que la ruta que necesitaba apareciera, y como si sus rezos hubiesen sido escuchados, encontró un puesto libre donde sentarse. Miró fuera de la ventana distrayendose mientras Supalonely se reproducía en su oídos, le encantaba BENEE y de alguna forma sentía esa canción no podía irle mejor en esos momentos.

Podría incluso ser tu lema de vida si tuvieras a alguien a quien maldecir.

I'm a lonely bitch...

Frunció levemente los labios al pensar que, si tan sólo apareciera una persona lo suficientemente interesante, así fuera para sólo tener sexo, entonces seguramente dejaría de patalear porque Hyunwoo estuviera entre sus piernas; dejaría de fantasear al menos por un tiempo, aunque eso era demasiado improbable.

Bajando del autobus acomodó la caja entre sus brazos y caminó con paciencia todo el tramo hasta la casa de Changkyun; una vez en frente, bajó la caja poniéndola en el suelo y timbro tomándola de nuevo suspirando cansado, totalmente cansado y eso que aún no comenzaba ni siquiera a preparar todo para la película.

— ¡Hoseok, mi único y más fiel amigo! — él le tomó el rostro entre las manos moviendolo de un lado a otro quitándole los audífonos en el proceso, lo hizo hasta que se alejó queriendo hundirle la cabeza de un golpe.

Maldita sea, Changkyun.

El chico de cabello rubio dejó de intentar molestarlo más, tomó la pesada carga y la llevó a la cocina en medio de quejas. Al fin libre, Hoseok acomodó su flequillo y sopló aire con su camisa por el leve calor que tenía, todo esto mientras veía al rededor la bonita decoración de la sala; no tardó casi nada en ver a la madre de Changkyun salír con una hermosa sonrisa en el rostro.

— ¿cómo has estado, Hoseok? — su amable voz le hizo sonreír, asintió antes de hablar y recibió el beso en la frente. — te ves muy guapo, hoy.

— Muchas Gracias, señora Im. Gracias por recibirme en su casa. Mamá dice que espera le agrade el kimchi.

El muy, muy pesado kimchi.

— Por supuesto que será así, tu madre posee unas excelentes habilidades en la cocina. Me gustaría mucho aprender de ella. — la mujer  golpeó amablemente su hombro y se sintió apenado.

— ¡Hoseok, ven de una vez. Necesitamos escoger qué película veremos! — miró hacia arriba de las escaleras.

¡Es cierto!

— no se preocupe, señora Im, su comida también es muy deliciosa.— la madre de Changkyun sonrió dejándolo libre, se disculpó y corrió hacia arriba con una sonrisa plasmada en la cara, las escaleras incluso sonaron bajo sus pies; yendo a la primera habitación diagonal a las mismas, abrió la puerta encontrando a Changkyun revisando la televisión.

— ¿qué hay de nuevo? — preguntó viéndolo y Changkyun le indicó de terminar de entrar.

— no lo sé ¿qué quieres ver? — entró cerrando la puerta, pensó, pensó y pensó, pero sólo una cosa venía a su cabeza.

— Strang...

— no veremos Stranger Things por millonésima vez, Lee Hoseok ¿perdiste la cabeza? Siempre quieres ver esa serie como si fuera la maldita primera vez.

Changkyun no sabe nada por supuesto.

— pero es excelente ¿cuál es el problema? — sentándose en la cama llevó sus manos hacia atrás apoyándose, cruzó las piernas y miró a su amigo esperando que al menos se disculpara por no dejarlo proponer su tan magnífica idea.

— bueno, pues estoy cansado de verla. Escoge otra — dijo Changkyun poniéndose frente a Hoseok, dispuesto a hacerlo cambiar de parecer. — no sé, no importa si es alguna maldita película romántica. — pensó en alguna y propuso — stand de besos ¿no te parece mejor?  el protagonista es el típico chico atlético americano que todos desean.

Dios, seguramente es una mierda de película.

— no quiero ver tal tontería, Changkyun. — soltó a reírse sin más. Hoseok pensaba que Changkyun estaba haciendo prácticamente lo que fuera para que dejara de querer ver su serie favorita. — puedo asegurar que el tipo es un idiota. A lo mejor y se cree súper sexy, muy cool, diestro para las mujeres y todas esas mierdas ¿no?

Seguro es así, Jesús...

Encogiendose de hombros Changkyun tomó el mando del televisor, pasando por el menú de Netflix suspiró y chasqueo la lengua al encontrar la descripción de Hoseok un poco demasiado acertada. — bueno, a mi me gusta el sujeto. — refunfuño sin querer rendirse tampoco.

— Quizá ese tipo no es ni la mitad de sexy de lo que es el profesor Hyunwoo ¿cuánto quieres apostar? — acostandose por completo, Hoseok miró el techo récordando aquellas calientes piernas que lo ponían on fire, soltó un suspiro morboso y Changkyun cayó justo a su lado.

Con un demonio, necesitas tanto a Hyunwoo.

— no sé qué le ves. Es como ver todo el tiempo a un papá. — el disco en su mente  se rayó, abrió los ojos y fijó la mirada en Changkyun que se encontraba de lado, apoyando su cabeza en la mano; él movió las cejas animandolo a responder y quiso lanzarle una patada en toda la cara para que no fuera así de aguafiestas.

Tienes razón, él definitivamente no sabe nada a cerca de nada, Hoseok. Sólo callalo.

— Cállate, tú no sabes absolutamente nada de hombres. — Changkyun soltó a reírse sin más por su respuesta.

— que ¿y tú sí? — le refutó — el profesor de literatura ni siquiera sabe lo que es vestir, Hoseok; me atrevo a decir que su armario está lleno de puros jeans y sacos de colores, su cabello siempre es igual, sus horribles lentes gruesos de marco negro que nunca cambian y esa voz tonta que no soporto más. Santísimo Dios, preferiría tirarme al profesor de biología en la mismísima sala de profesores.

¡No!

— ¡por Cristo, Changkyun, es un anciano a punto de jubilarse! ¿cómo puedes? — se levantó con los ojos totalmente abiertos debido a la desfachatez de su amigo y soltó a reírse en seguida porque en serio se había imaginado a Changkyun tratando de abusar del pobre anciano.

Que puto asco, estúpido pervertido.

Riéndose también Changkyun le respondió. — entonces acepta que tengo razón — insistió — Cualquiera podría ser más cogible que nuestro profesor de literatura. No lo sé ¿su esposa? — su comentario hizo que Hoseok rodara los ojos impaciente.

— no es su esposa, no lo es — corrigió y se cruzó de brazos. — ella aún no se casa con él y tengo la esperanza que mi hombre se vuelva gay de la nada y se case conmigo.

Y te coja como debe ser.

— oh oh, delulu time. — Changkyun se levantó soltando el aire, volvió a tomar el control y comenzó a buscar entre las listas de películas. — te mostraré a un hombre de verdad con el que comenzarás a fantasear sin ningún reparo, ya lo verás.

— ¿Hyunwoo? — preguntó curioso y Changkyun chasqueo la lengua por segunda vez. — debería ser Hyunwoo, claro.

Hyunwoo es el único hombre de verdad con el que fantaseas ¿no?

— Hyunwoo, Hyunwoo, Hyunwoo. Que le den por el culo al tal Hyunwoo, maldita sea; Hoy veremos al preciosísimo Jacob Elordi. — reprodujo la película y Hoseok frunció los labios aburrido de tan siquiera escuchar que había alguien mejor que Son Hyunwoo.

Changkyun lucer.

Al cabo de veinte minutos de película ya estaba comiendo palomitas como una máquina hecha para ello, en tanto se preguntaba cómo diablos era que  no se daba cuenta la estúpida protagonista que Noah estaba profundamente enamorado de ella; Por la barba de San Patricio, ese sujeto era tan ardiente que su garganta se sentía seca de sólo imaginar, Changkyun no se había equivocado en absolutamente nada.

Uufffff

Primero que todo, el tal Jacob tenía un cuerpo de muerte, cada musculo estaba más que marcado, era alto, con cabello y sonrisa brillantes, y ni hablar de esa actitud de chico malo que le derretia todo; fue tanta la emoción, que detuvo la película para buscar sobre él en su teléfono, descargar sus fotos y satisfacer sus muchas ganas de tenerlo justo ahí para hacer hasta para vender.

¿Por qué no puedo tener a alguien como él en mi cama?

Se mordió el grueso labio inferior analizándolo en la película y envidiando la enorme suerte que tuvo la actriz al haber trabajado junto a tal espécimen.

Casi terminando la película el timbre de la casa se escuchó, haciendo que Changkyun saliera de la cama tropezando y cayendo al suelo como todo un torpe; Hoseok, quien se encontraba sentado cerca al televisor, lo miró y negó con la cabeza volviendo su vista a la pantalla de nuevo.

Torpe.

— ¿quién es? — preguntó Hoseok terminando sus palomitas y casi rogando por los cielos la protagonista dejara de ser tan tonta y regresara con el sexy de Noah.

— debe ser Minhyuk. — el chico de cabello castaño se detuvo en seco y miró de nuevo hacia Changkyun que arreglaba su camiseta, su cabello y revisaba sus dientes en el espejo del tocador.

No es posible ¿o sí?

— ¿Minhyuk? — preguntó sin saber de quién hablaba — ¿quién jodida mierda es Minhyuk?

— mi novio, Hoseok ¿no te conté de él? — Hoseok entrecerró los ojos porque nunca escuchó ese nombre jamás, era su primera vez y seguramente su amigo lo estaba jodiendo. — comencé con él hace tres días.

Tres... ¿¡Tres días!?

— pero si exactamente hace tres días terminaste con Kihyun por el problema en la cafetería ¿de qué hablas? — se lo reclamó no creyendo que estuviera diciendo aquello en serio, pero Changkyun se encogió de hombros antes de arrancar a correr hacia la puerta.

O maigad, es un maldito perro.

Odiaba la mera situación, no comprendía cómo era que a su amigo de toda la vida le resultaba tan sencillo salir con cuanta persona le apetecía, mientras el seguía estancado fantaseando sobre su profesor que no le daba ni la hora; quería romper todo de la ira. Resopló considerando el hecho de que también era muy exigente, no especialmente por ser follado o follarse a alguien, era que, si tan sólo pudiese encontrar un persona realmente sexy que lo hiciera alucinar, ver las estrellas y hasta perder la razón, entonces estaría sumamente satisfecho

Pero no existe tal persona.

Sólo Hyunwoo.

Escuchó a Changkyun regresar y silenciosamente observó al chico que entraba junto a él mirando al rededor de la habitación, haciendo un movimiento de cabeza el tipo saludó... Era eso un saludo ¿no? En fin, eso creía así que correspondió.

— Hola, Lee Hoseok — dijo desde su posición y levantó su mano libre pretendiendo ser amable. No lo conocía, pero al menos podía decir que no era nada feo; tenía el cabello blanco, facciones masculinas muy atractivas y era alto, labios delgados y se veía muy cool con esa camiseta de Metallica que era un poco más ancha de lo normal.

— Minhyuk.

Eso fue todo lo que dijo.

Durante las siguientes horas Hoseok se dedicó a ver Stranger Things, en tanto, a sus espaldas, Changkyun se comía a besos al tal Minhyuk. No les prestó atención, estaba tan centrado y preocupado por Will, que ni siquiera le importó nada más; sólo deseaba que los chicos salieran bien librados, sin importar que ya supiera la respuesta a eso.

◇◇◇

Caminando por la calle hacia la parada de autobús Hoseok bostezo sin cubrir su boca, tenía las manos dentro de su chaqueta cubriéndose del leve frío de la noche y dejó que las luces de la calle lo iluminaran hasta hacer que su cabello castaño brillara.

Saliendo a la avenida principal llena de tiendas con dintintas iluminaciones y anuncios, supo ir acera abajo divisando la parada a lo lejos, sonrió y siguió caminando a su propio ritmo pensando en que, al día siguiente debía hacer sus tareas a como de lugar si no quería sacar una mala nota; observando sus zapatillas grises pateó una piedrita y levantando naturalmente su mirada obtuvo un impacto real al verlo. Un tipo alto de cuerpo delgado, cabello negro y cara de rana pasaba por su lado en sentido contrario, llevaba puesto auriculares y ni siquiera lo determinó una vez estuvieron los suficientemente cerca; no hizo ni siquiera el ademán de reconocerlo.

Gracias a los cielos que fue así.

Fok...

Respirando de nuevo siguió derecho hasta alcanzar la parada.

Lo mejor era que Chae no le hablara ni nada por el estilo, terriblemente aún sentía que en cualquier momento el tonto de la clase lo llamaría para reclamarle el haberlo espiado mientras cogía y no estaba en condiciones de responder a ello, por la simple razón de que no tenía ni puta idea de cómo o por qué se quedó a verlo coger aquel día después de clases.

Es un lunático.

Existían muchas personas que hacían cosas impensables a la hora de tener sexo, pero creía que Hyungwon sencillamente había cruzado la línea; luego de aquella locura no pudo volver a ver la mesa del profesor de la misma manera, a veces incluso se imaginaba estando ahí mientras era empotrado por Hyunwoo.

¿Por qué nunca se te ocurrió algo así?

En serio lo consideraba, y aunque sonara muy loco, le agradaba pensar en probarlo; es decir, de eso se trataba ¿no? Habían cosas que por más enfermas que sonarán, terminaban siendo excitantes e increíbles de vivir a la hora de tener sexo; pero era demasiado tonto para intentarlo y seguramente también un cobarde.

Necesitas tener sexo.

Se desinflo nuevamente deseando tener a alguien, realmente lo necesitaba como a respirar, su cuerpo lo pedía a gritos porque a pesar de todo llevaba meses sin tener sexo, sin dar un beso siquiera y lo único que tenía para calmar sus enormes ganas era fantasear sobre su profesor, nada más; odiaba ser un idiota solitario que no podía ni siquiera conseguir un buen polvo que lo satisfajera, al menos por otros seis meses en los que intentaría como fuera volver a Hyunwoo gay

No sea más delulu, Hoseok.

Pero puedes tratar de hacerlo. Súbete en su polla  y...

No.

Quejándose en un murmullo sintió a alguien tomar asiento en el extremo contrario al suyo, giró a ver de manera natural y se impresionó hasta el infierno de ver que era Hyungwon; él mantenía una vista sería, se sentía muy aislado de la realidad mientras miraba al otro lado de la calle totalmente perdido y aún tenía sus audífonos puestos. Hoseok se quedó observándolo por un tiempo indeterminado esperando le reclamara sobre cualquier cosa, le importaba una mierda ya, si él llegaba a abrir su horrible boca entonces le diría que era un maldito guarro de mierda; pero el sujeto ni lo determinó.

La llegada del autobús demoró al menos unos diez minutos más luego de eso, Hoseok no comprendía si era que Hyungwon lo estaba siguiendo o sólo era coincidencia que hubiese abordado la misma ruta. Tomando asiento en uno de los puestos de la mitad, lo vio seguir derecho hacia atrás hasta que se sentó en un puesto de la fila contraria, justo díagonal a el, y de reojo detalló la manera en que iba vestido; Hyungwon tenía una camiseta negra sin mangas, jeans azules y zapatillas blancas, su cabello negro un tanto largo partido a la mitad y seguía sumergido escuchado música sin prestar atención a nadie.

Dios, es feo como el infierno.

Y sin embargo lucía muy, muy diferente de lo que normalmente era en la escuela.

Quizá Hyungwon era un simple fanfarrón, un tonto creído que buscaba encajar haciéndose el idiota, y que en realidad esa personalidad aburrida y distante que mostraba en ese instante era su verdadera fachada; no lo sabía. Volvió su vista al frente recordando alguna vez haber escuchado que Hyungwon vivía en un muy buen vecindario de la ciudad, justo al lado contrario de donde se dirigían; pero ahora que lo veía ir hacia el lado opuesto, suponía que eso no debía ser así y que eran simples rumores.

El tipo es un tonto, Hoseok.

Sufre de dislexia, es un cara de rana, Kihyun lo humilló públicamente y además tiene sexo en la mesa del profesor.

¿Tiene eso último que ser mencionado, Hoseok?

Quizá.

No

Sólo cállate.

Durante el trayecto esperó que Hyungwon se bajara en alguna de las tantas paradas que hacía la ruta, más sin embargo él no se bajó en ninguna, ninguna a excepción de la última parada; la suya. Levantándose Hoseok fue directo a la salida y lo vio ponerse de pie, él se hizo a su lado y  frunció el ceño esperando que fuera una maldita broma, igualmente fuera lo que fuera realmente no estaba considerandolo gracioso.

Este hijo de puta...

Bajando primero, comenzó a caminar rápidamente buscando la calle directo a su casa, esperaba lo perdería, que era una alucinación tonta y que estaba paranoico por tan siquiera imaginarlo, pero volteando a ver hacia atrás lo vio de nuevo caminando a menos de dos metros de distancia suyo.

¿Te está siguiendo en serio?

Claro que lo está, el maldito debe estar haciéndolo.

Hyungwon debía ser un psicópata o algo peor; asustado por la idea aceleró el paso y se puso totalmente tenso al descubrir que un tramo de la calle no estaba siendo alumbrado para nada, quizá porque la lámpara estaba rota o alguna mierda así. Impresionado por la situación misma, se detuvo y tomó aire decidiendose por algo pronto.

No vas a dejar que te intimide ¿o sí?

¡A la mierda que no!

— ¿acaso me estás siguiendo? Eso es demasiado enfermo ¿ok? Detente de hacerlo, ahora mismo. — habló con temple y potencia para él que venía a la distancia. Hyungwon, quien estaba centrado en su teléfono, levantó la vista mirandolo muy brevemente y volvió sin inmutarse a su celular, en tanto seguía el rumbo de la calle; Hoseok frunció el ceño al verlo pasar frente suyo y luego sobrepasarlo sin ningún comentario o nada.

Estás paranoico y has hecho el peor ridículo de tu vida. Seguramente es así.

Se golpeó la frente con verdadera fuerza al caer en cuenta de ello.

Siguió su camino prestándole atención a la delgada figura que caminaba delante suyo sin ningún tipo de preocupación, llegó a su casa, y antes de abrir la pequeña reja de hierro que custodiaba la entrada, observó ir a Hyungwon casi que sin rumbo fijo; negando con la cabeza sencillamente lo ignoró y entró.

Demasiado cripi.

◇◇◇

Clases con Son Hyunwoo.

Nuevamente miércoles y Hoseok se sentía más encantado, anonadado, impresionado y loco por su sexy profesor de literatura; animado caminó por el pasillo llevando los libros de Hyunwoo, mientras le sonreía de oreja a oreja buscando toda su atención.

— te he dicho que no tienes que hacer eso, Hoseok. Puedo llevarlos por mí mismo. — el hombre moreno de prominente altura lo miró con una sonrisa matadora y Hoseok casi estalla de la emoción.

Fok, Fok, Fok!

— no-no importa, a mi me gusta ayudar. Así como a usted. — sus ojos parpadearon mostrando sus largas pestañas y la sonrisa que cargaba era más brillante con cada pasar de los segundos; es que su profesor era tan increíble.

— Está bien. Sólo espero que hayas estudiado para el examen de la próxima semana. — él lo comentó y asintió como un cachorro obediente.

— lo hice, sí. — respondió rápidamente — he-he estudiado hasta el último punto y estoy seguro que obtendré un buen puntaje. No lo desfraudaré, no lo haría jamás.

Así usted puede darme su verga.

Pero eso no lo diría.

— sé que no lo harás, Hoseok. Eres el mejor estudiante de mi clase — Hyunwoo acarició su cabello castaño alisandolo desde atrás y casi desfallece al sentir esa caricia como un aliento de vida mismo. Suprimió dolorosamente un suspiro y sonrió como un tonto hasta que llegaron a la sala de profesores.

Dejando los libros sobre el escritorio perteneciente a Hyunwoo, esperó a que tomara asiento y sonriendo mordió su labio al ver su cuello y labios. — mamá dice que le encantaría que pudiera aceptar ir a cenar a nuestra casa, que usted puede elegir el día. — escuchándolo Hyunwoo lo miró con atención pensando luego en la respuesta, jugó con su mentón y abrió los ojos.

Diga que sí, diga que sí.

— seguro podré ir el próximo mes cuando esté libre de exámenes. — comentó el moreno y Hoseok celebró su victoria internamente — Dile a tu madre que estoy muy agradecido por la invitación.

— Para nada profesor. — tomando su mano que descansaba en la mesa, Hoseok la acarició y sonrió mostrando sus dientes. — siempre es un placer tenerlo en casa, siempre. — el mayor asintió riendo.

— está bien, llavaré algo para no ir con las manos vacías. Siento mucha vergüenza de que tu madre sea tan amable conmigo y yo no he podido compensar eso — safandose y tomando  su mano, Hyunwoo la apretó en un trato afectuoso, sonrió devuelta y el corazón casi se le detuvo por tal motivo.

Estaba delirando. ¿Qué si era un delulu y un imbecil soñador?

Sólo besalo y que te coja aquí mismo, vamos.

¡Ya, ya, ya!

¡Basta!

Se contuvo de hacer una locura, sonrió de manera frenética y salió de la sala luego de varios minutos sintiendo que alucinaba, volaba alto y tenía el rostro completamente sonrojado. Durante el receso y el resto de clases no logró hacer absolutamente nada bien, sus pensamientos estaban en otro planeta y lo único que contenía ese planeta era:

Son Hyunwoo.

Al finalizar las clases se levantó tomando su morral, se aseguró firmemente en tomar la libreta de asistencia diaria y salió del aula con una sonrisa enorme en el rostro. En el camino iba repasando la conversación que había tenido con Hyunwoo y recordó que nunca le preguntó sobre lo que quería para cenar, pero no importaba ya, porque tenía ahora otra excusa para hablar con él; enseguida rememoró sus expresiones y sus sensuales labios que lo ponían a fantasear tan seguido

¿Era muy insistente?

Es que lo deseaba como a un loco, cada miércoles era maravilloso precisamente porque lo veía a él, porque tenía la oportunidad de escucharlo, de admirarlo y constatar de manera asombrosa que era el hombre más espectacular que jamás conocería en su vida.

Soñaba en alto.

— ey, hola. — Volviendo a la realidad miro a su costado a la persona inoportuna que no lo dejaba seguir soñando tranquilo, su frente se frunció profundamente y se detuvo en seco al reconocerlo de inmediato. — hola, ahí ¿ya regresaste de las nubes?

¿Cara de rana?

— ¿qué quieres? — Hoseok estaba por mucho irritado, odiaba haber estado pensando en su hombre maravilloso y tener que ver en seguida al tonto de la clase.

Maldito cara de rana inoportuno

Hyungwon se acercó quedado justo en frente, limpió con la mano algo inexistente en su nariz  y pasó sus dedos por el cabello negro llevándolo hacia atrás; tenía la camiseta escolar abierta mostrando debajo una camiseta negra, el pantalón beige era ancho y su sonrisa no le causaba la menor gracia.

— ¿cómo has estado estos días? — la expresión de Hoseok no alcanzaba a decir ni el uno por ciento de las palabrotas que quería profesarle; simplemente rodeó y siguió su camino dejándolo atrás.

Por el amor a dios, es un idiota a todo lo que da.

No podía perder el tiempo de esa manera, debía llegar lo más pronto posible a su casa para estudiar el tema que había dado el profesor de literatura ese día, porque quería cumplir su palabra de ser el mejor de la clase; de verdad que quería ser el mejor por Hyunwoo.

— ey, Hoseok ¿vas a tu casa? — la vocecita esa quería romperle las bolas. — te invito a la mía ¿no quieres? — Hoseok se detuvo por cuenta nueva al escucharlo decir tanta mierda de una sentada.

¿Qué quiere de ti?

— ¿qué mierda quieres, Hyungwon? — se encontraba molesto, muy molesto ya porque Hyungwon seguía insistiendo en interrumpir sus pensamientos. Quería darle con la libreta en toda la cara, Dios, quería matar a alguien.

¡Por todos los cielos hagan que se calle ya!

— pues ya sabes... — uniendo su dedo índice y pulgar Hyungwon hizo un círculo por el cual pasó su lengua de manera sugestiva, Hoseok arrugó el rostro creyendo entender y no entender.

Jaja, no puede ser ¿o sí? Naaah, debe estar demente, eso es seguro.

— qué... — soltó a reírse nervioso, muy nervioso. — ¿qué diablos significa eso? — Hyungwon movió las cejas de arriba a abajo, se acercó inclinándose y habló cerca a su oído.

— tú, yo y mi juguete sexual favorito, hoy en mi casa. Piénsalo. — fue un susurro que le hizo poner al piel de gallina, Hoseok cerró los ojos temblando y luego cobró los sentido casi al instante.

Este hijo de la gran...

— ¡maldito guarro! — lo empujó lejos para que lo dejara en paz. Hyungwon sonreía de oreja a oreja y se mordió el labio mirandolo tan profundamente, que se podía ver lo malditamente lascivo que estaba siendo. — aléjate de mi si no quieres que te de un puño en el estómago y te deje paleto con sólo eso. Idiota.

¿Qué maldita cosa está mal con él?

O maigad!

Acomodó su camisa de un jalón, dio la vuelta y siguió caminando cuesta abajo.

Aquello estaba fuera de su liga y era una absoluta locura ¿por qué diablos seguiría a un tonto, morboso, sucio y desadaptado larguirucho cara de rana a su casa? Dios, es que sólo en la cabeza de él cabía la estúpida posibilidad. Podía ser que personas como Kihyun cayeran en sus guarradas, pero el no iba a prestarle ni un céntimo de  atención.

— ¡Te vi, estabas masturbandote mientras me veías follar!

¿¡Qué!?

No, no, no, no, no ¡está de broma este infeliz!

Hoseok se giró a verlo hecho una fiera, el más alto estaba de pie en medio de la calle con las manos dentro de los bolsillos del pantalón y frunció esos feos labios gruesos que tenía, mientras se encogía de hombros. — Te dije que lo vi todo. — reafirmó — estabas tocandote y disfrutaste de una buena vista ¿por qué ahora te niegas? La hipocresía es mala cosa.

Pero-

— ¡no me estaba tocando viendo a nadie, maldita sabandija! — lo gritó, y al ser consciente de que estaban en medio de la calle, se acercó dando zancadas. Su dedo impactó en el pecho de Hyungwon haciendolo quejar de dolor debido a las punzadas certeras. — no me masturbe  viéndote coger ¿estás loco? — habló para los dos y creyó perder la razón una vez el otro sonrió ignorando su reclamo.

— anda, vamos a mi casa y ya. — el brazo de Hoseok fue cayendo con suavidad, Hyungwon volvía a hacer ese gesto de mover sus cejas y sus enormes ojos se entrecerraron mostrando una expresión pervertida que no tenía ni puta idea podía llegar a ver en alguien.

— ¿qué diablos quieres de mi, Hyungwon?

— tu amistad o tu culo, eso veremos. — Hyungwon lo tomó de la muñeca llevándoselo, le tomó varios largos segundos darse cuenta que estaban llendo cuesta arriba otra vez, cuando en realidad la parada quedaba hacia abajo; frenó haciendo que el más alto se detuviera.

— es-estamos yendo al lado contrario. — se compuso de la impresión y se soltó bruscamente alejándose; lo miró y habló con orgullo. — nuestras casas quedan al otro lado — señaló y lo miró esperando reaccionara.

Seguro su maldito morbo no lo deja ni pensar.

— Oh, es que vamos a mi otra casa. — Hoseok de quedó mirandolo y frunció el ceño totalmente incrédulo.

— ¿tienes dos malditas casas? ¿Dos casas? Me estás mintiendo ¿no? — apretando la libreta contra su pecho el castaño esperó que Hyungwon le respondiera, el movió los labios de un lado a otro y apretó las manos soltandolas en seguida.

— sí, tengo dos casas. Una hacia allá y otra hacia acá ¿vienes o no, señor me toco mientras veo a los demás coger?

¡Lo mataré!

— ¡ya dije que no me estaba tocando, maldita sea! — y con eso comenzó a dar zancadas hacia arriba completamente molesto. Si Hyungwon creía que se iba a salir con la suya, entonces estaba completamente equivocado.

¿Mi culo? Vaya broma más estúpida.
_________________________

Hola a todas 🐸

Estoy aquí con una nueva historia corta que seguro terminaré de publicar hoy mismo, siéntanse a gusto de ir leyendo en tanto público 😆❤️

Ya saben, si tienen alguna duda o demás, pueden dejar su comentario y con gusto les responderé.

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