#12

¡Ares Dickerson, corre a toda velocidad y lo lanza hacia su hermano menor, este la pasa a Daniel Richard! ¡Los gritos de los aficionados generan tensión al equipo contrario!

¡No pude ser Larry! ¡Eros Dickerson, el capitán de los Alcones esta a punto de anotar el punto ganador! ¡Mira como corre, ese muchacho tiene piernas de acero!

Miro extasiada como Eros corre a toda velocidad hasta el marco del equipo adversario. Su rapidez es alucinante, tan concentrado en anotar que parece que estuviera solo sin nadie gritando a su alrededor.

—¡Dios, va a anotar! —grito emocionada.

Emma se encuentra gritando porras con sus compañeras del equipo de porrismo.

¡Tres yardas y esto se acaba señores! ¡Dickerson!

—¡Vamos! —continuo gritando aún sabiendo que no puede escuchar.

Las voces de los locutores se vuelven gritos de júbilo al ver como Eros logra pasar la defensa y anota el punto ganador.

¡La universidad de Bagusth a salido vendedora una vez más, Marck! ¡Nos demuestran que los campeones del año anterior siguen más firmes que nunca en este nuevo campeonato!

El equipo ganador celebra lanzándose unos sobre otros, mientras que los del equipo contrario salen de la cancha decepcionados.

Mi vista recae en Eros, se encuentra lejos de su equipo.

Se saca el casco y lo mira unos segundos, él lo sabe, sabe que es un ganador. Instintivamente empieza a caminar en dirección a las duchas, pasando justo al frente de nosotras, pero inesperadamente se detiene y gira su cabeza en nuestra dirección, por primera vez puedo mirar una sonrisa genuina de su parte.

—¡Eso hermano! —grita Iris emocionada.

Las porristas corren hacía los jugadores y estos gustosos las reciben.

—Mira, como es rechazada —me murmura Camila al oído—. Ares, su segunda opción.

Fijo mi vista en donde me señala está y para mi sorpresa puedo ver como Emma trata de enrredar sus brazos en el cuello de Eros, pero este la aparta y continua su camino. Y tal como predijo Camila, está al ser rechazada corre en busca de Ares quien le  permite besarlo.

—Lo ves, siempre es así. A veces me pregunto si no se cansa de ser rechazada —comenta Camila tirando de mi brazo.

—¿A dónde vamos ahora? —pregunto.

Esta me sonríe mientras esquiva a decenas de adolescentes.

—A los vestidores en busca de los chicos —responde obvia—. Ven, vamos. Ellos nos llevarán a la fiesta.

Detengo mis pasos.

—¿Qué fiesta?

—La única fiesta que Eros realiza y es exclusiva para los chicos del equipo —dice caminado a mi lado con calma—, pero tú irás con Iris y yo, necesitamos a  alguien más con nosotras. Mía y Emma son solo dos parásitos, una atada al idiota de Leiton y la otra de ofrecida con mi cuñado.

Desde de sus aclaraciones me dejo guiar hasta nuestro destino. Minutos después los chicos salen y se reúnen en un círculo gritando eufóricos.

«Claro, falta Eros».

—¡¡Hoy voy a embriagarme hasta perder la conciencia!! —grita Ares a todo pulmón.

—Serás idiota —le grita devuelta Oriel.

Intento concentrarme en ellos, pero no puedo mentirme a mí misma. Lo busco a él, a Eros. Quisiera verle salir de los vestidores con una sonrisa, poder abrazarlo y decirle que estuvo magnífico.

—Estoy listo —su voz me sobresalta.

«¿Cómo es que llegó a mi lado y no me dí cuenta?»

¿Pues qué hacemos aquí? Vamos —responde Ares —. Esperen un momento ¿Con quién irá Blair?

«¡Mierda!»

—Tengo que ir unas horas  con Abby a casa de su madre, de otra forma yo hubiera llevado a Blair —informa Leo—. Lo siento chica trece.

—No yo......... —soy interrumpida por Ares.

—Yo voy en mi motocicleta con Emma. Estamos completos.

—Yo debo ir a los departamentos por las maletas con Camila y Iris —agrega Oriel.

—Yo voy por el Alcohol, junto con Leiton y Mía —grita Daniel​ alejándose con sus acompañantes.

—¡Tengo una idea! —dice Iris sonriendo—. Que Blair se marche con Eros, en su camioneta.

—¡¿Qué?! —gritamos Eros y yo al mismo tiempo.

—¡Ni de coña! No llevaré a nadie en mi camioneta —refuta este molesto.

—¡Vamos hermanito! Es mi amiga. Podrías llevar un circo completo en tu camioneta —habla Iris.

—Dije que no.

Miró como Iris aprieta sus puños y su ceño se frunce.

—Eres un... —de inmediato intervengo.

—No, está bien Iris. Yo me quedaré —le digo tratando de hacerla entrar en calma—. Nos vemos el lunes.

Todos me rebasaban por mis lados mientras se despiden apenados. Sin nada más que hacer ahí, me dispongo ha avanzar por el pasillo.

—Espera. —me detengo.

El olor fresco que emana es exquisito.

—Mi camioneta está por el campus —murmura solo para nosotros.

—No gracias yo...

—Camina. —ordena.

Ruedo nos ojos.

«¿Qué diablos hago siguiendolo?».

Pasa frente a mí con una notable aura de superioridad. No puedo creer que  hace casi dos horas se me ocurrió desearle suerte a un patán como él.

—Quieres caminar más rápido por favor —pide—. Tengo algo que hacer antes de ir a la fiesta.

«¿Acaso a dicho por favor?»

—Claro, lo siento.

Pasamos frente a las puertas de Bagusth y en las escaleras de entrada se encuentra Jordan, Anastasia y algunos trabajadores, quienes colocan un rotulo para los ganadores sobre la puerta.

Anastasia me mira y con una sonrisa me saluda, luego se hacerca a Jordán quien la abraza gustoso.

Sigo a Eros hasta casi llegar al final del campus.

—Esa —señala una camioneta negra polarizada.

Mis ojos se abren tanto, que en cualquier momento podrían caer rodando al suelo.

—E-Esa... ¿Que no tenías un coche?

Este me ignora y camina hacia su increíble vehículo.

—¿Te quedaras ahí preguntado sobre mis vehículos o subirás? No tengo todo el maldito día para esperar a una niña que parece no haber visto una camioneta en su vista.

Con toda la elegancia que le es posible gira pasando por enfrente de su camioneta y abre la puerta del copiloto para mí.

—¿Subirás o tengo que cargarte hasta aquí?

«¡¡A la mierda la paciencia!!»

—¿Sabes qué? Tú y tu camioneta se pueden ir al diablo, discúlpame con Iris, porque no estoy dispuesta a aguantar al amargando de su hermano.

—¿A dónde vas, niña? ¡Maldita sea!

«Hijo de p...»

—¡Mi nombre es Blair, no niña, idiota!

—¡Espera! ¡Por Dios! —habla tras de mí—. Me disculpare si es necesario​.

Lo ignoro y camino lo más rápido posible hasta llegar y comenzar a subir las escaleras de la recidencia sin importar que continúe siguiéndome.

—¿Quieres  escucharme un momento por favor?

«No te detengas, Blair Cullen

—Que lo haga tu ego, no creo que tenga problema en hacerlo —respondo.

¡Maldita sea la mierda!

De pronto una cálida mano me toma del antebrazo y tira de mi hacia atrás, provocando que me tambalee y no tenga otro destinó más que caer.

Cierro mis ojos en espera del impacto de mi cuerpo contra el suelo, pero este nunca llega. Al contrario una superficie dura y caliente me arropa.

—Lo siento, Blair —susurra.

Levanto mi cabeza de su pecho y podría jurar que una chispa de luz brotó de sus ojos. Sus labios finos y rosados forman una línea recta. Inconscientemente me muerdo el mío y esto roba la atención de su mirada.

—No entiendo —susurra aún mirando mis labios.

—¿Qué?

Sus manos viajan a mis mejillas y el espacio que nos separa empieza a desaparecer. Mi corazón bombea a toda velocidad y mi mente se encuentra en blanco.

«¿En verdad va a besarme?»

—¡Eros!

—¡Shshshs! —me calla.

Sus ojos caen sobre los míos. Puedo ver como en el fondo de ellos tiene una pelea consigo mismo y es cuando me voy cuenta de que estoy cometiendo un error al dejar que se acerque a mí, sin embargo mi cuerpo no responde.

Mi respiración se acelera y puedo sentir como la suya se mezcla con la mía.

—¿Blair?

Rápidamente empujo a Eros lejos de mí y miro a mi derecha.

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Nuevo capítulo, espero les guste.

M.C.Moreno.

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