✑01

Palabras: 3,255.
Escritor: JaquiiAleWorld
Fecha de publicación: Domingo 06 agosto del 2023.
Fandom: Blue Lock.
Advertencias:
☣ Red Flags🚩
☣Historia con contenido homosexual explícito. Relación entre dos hombres. Lenguaje Vulgar y Obsceno.
☣NO ROMANTIZAR los escenarios dentro de este fic. Relación un poco tóxica.
Nota del escritor:
Literalmente esta historia se me ocurrió ayer por la noche y me inspire y le avance un chingo a esta madre en un día entero.
En fin, será un fic corto de dos partes, pero la duración de palabras en cada partes será larga.
Tiene amor, depresión, discusión,cosas tóxicas en una relación y un ligero toque de comedia.

[...]

Para los amigos, compañeros y familiares, enterarse que Shidou Ryusei e Itoshi Sae son novios, fue una noticia que causó un enorme revuelo de emociones y chismes, sobre todo porque eventualmente, los medios se enterarían pronto, pero aquello no preocupó mucho a la pareja para que tomarán aquella decisión, desde antes lo habían contemplado y supieron manejar muy bien el asunto.

Claro, hubo felicitaciones, palabras de asombro e incredulidad, pero nada despectivo hacia ellos, al menos no que llegará hasta sus oídos. Ni siquiera las marcas que los patrocinan o los entrevistadores de los medios deportivos hicieron comentarios negativos hacia su relación, y el mundo se enternecio como envidio del amor de la joven pareja.

Lo más difícil fue revelar su relación, pero no a sus amigos o a los medios, sino a sus familiares. Especialmente por parte de Itoshi Sae, quién viene de una familia un tanto conservadora y hasta se puede decir algo sobreprotectora, específicamente por parte de su pequeño hermano menor y madre, quién siempre buscará lo mejor para su hijo.

Lejos de ello, las cosas de pareja se quedan entre ellos dos.

A simple vista o alguien ajeno a ellos, pareciese que quien se muestra con un comportamiento más celoso y hasta posesivo fuese el mismo Shidou debido a que siempre es quién se le pega primero al otro y por su forma de ser en parte, pero nada más lejos que la realidad.

Por supuesto, el rubio mira mal a quien se le insinúe a su novio y ni hablar de querer aprovecharse de él, Sae es un raro imán de pervertidos que por verlo delgado, pequeño, confundir lo callado con lo tímido y con rasgos agraciados, creen que no puede defenderse. Shidou se los muele a golpes sin siquiera dar advertencia, y muchos hablan de la brutal fuerza del moreno destacando que si hay algo que lo caracteriza, es su forma violenta de reaccionar. Un polo totalmente apuesto del cual Sae quedó enamorado.

Pero hasta ahí, son escenarios evidentes, donde más que decir que siente celos, es una manera de proteger a su pareja para no sufrir por estás formas de acoso que se le presenta al ser una figura pública.

Los celos de Sae son distintos y poco se les puede dar justificación.

Es alguien que no lo aparenta, pero cuando detecta una amenaza, ya sea que le hable mal lanzando algún comentario hiriente y sin tacto, también se pone repentinamente un poco meloso con su novio en busca de sacarlo de esa zona e irse a otro lado muy lejos.

Los celos de Sae nunca llegaron a molestar a Shidou en lo absoluto, incluso de alguna forma extraña y retorcida, le parecen hasta tiernos y divertidos ya que lo hacen sentir muy especial como amado.

Gran error.

Los celos, especialmente sin límite y en exceso pueden ser dañinos para la pareja. No están bien, bajo ningún contexto deberían estarlo. Pero, ¿Que es el humano sino un ser lleno de errores y crueldad necesitado de atención?

Ryusei ama a Sae celoso, y en cualquiera de sus otras facetas. Además que el oji verde se ha entregado a él. El rubio lo adora tanto, que solo puede buscar la forma de hacerlo feliz todos los días de su vida.

Solo es un loco enamorado.

Es por eso mismo que, quiere prepararle una gran sorpresa por su aniversario, el cual se acerca muy pronto y festejarán dos años de noviazgo.

Necesitará un poco de ayuda si quiere que su sorpresa sea exitosa.

Está tan emocionado por reunirse nuevamente con su novio, apenas han pasado algunas horas desde que lo vió, pero ya extraña abrazarlo, envolverlo, rodear su cintura de pera, enterrar su nariz en su cuello y perderse en su encantadora fragancia que lo enloquece. Quiere pasar sus manos desde sus hombros hasta sus muslos regordetes, luego fundir sus labios en un beso húmedo y pasional que los dejen sin aliento y la boca hinchada.

"Ah... Voy a tener una erección." Suspiró sonrojado, intentando calmar su calentura antes de tiempo.

Debe concentrarse hasta el día en que celebrarán su aniversario, el cual ya falta tan sólo una semana, pero quiere tener todo listo para sorprender a su novio.

[...]

Itoshi Rin es molestado por sus compañeros ese día. Todo el círculo social de él y su hermano saben por demás que a él no le agrada en lo absoluto la pareja de Sae, han tenido muchos roces en el pasado y fue el único de la familia Itoshi en no aceptarlo y por lo tanto, estar en completo desacuerdo con ese noviazgo, excusándose que se preocupa por su hermano y no quiere a Shidou ni verlo en pintura.

La razón del porque lo molesten más de lo usual es que se sabe que la pareja cumplirá dos años de noviazgo, y asumen que saldrán juntos en alguna cita romántica o incluso saldrán de viaje. Motivos perfecto para fastidiar al menor de los Itoshi.

Rin solo se abstiene a bufar gruñón, mientras se prepara para salir en motocicleta para dirigirse a la cancha donde hará sus entrenamientos en equipo.

Es viernes, ese día sus clases terminaron muy temprano, y el entrenamiento empieza a las seis de la tarde, a esa hora el sol ya está bajando.

No obstante, a pesar de que no tiene prisa ya que va a un muy buen tiempo e incluso quiere llegar antes que todos para practicar totalmente solo durante algunos minutos, es interrumpido por su hermano quien se había mantenido encerrado en su cuarto arreglándose para salir, y se le acerca para pedirle que lo lleve a casa de su novio.

Rin suspira pesado, sin más opción y de mala gana acepta llevarlo, sin darse cuenta de la mirada molesta y seria que carga su hermano en esos momentos.

En motocicleta solo y siguiendo las indicaciones del mayor, tardaron dieciséis minutos en llegar hasta la entrada de la enorme casa de Shidou.

Para extrañes de Rin quién pensó en marcharse apenas su hermano bajara de la motocicleta, esté le mira detenidamente y con seriedad le dice:

—Esperame quince minutos, si no salgo, puedes irte.

Se marchó para caminar hasta la reja, abrir con una llave que estaba oculta detrás de una maceta colgante, entrar a volver a cerrar detrás de sí, y caminar el camino en medio del pequeño jardín hasta llegar a la puerta de la casa.

Rin quería que el tiempo pasará rápido para irse, pero tomó muy enserio las palabras de su hermano en esperarlo, pensando en lo extraño que fue aquello. ¿Por qué Sae pensaría en regresar si ya está en casa de su pareja?¿Qué no se supone que va a pasar tiempo con Shidou como usualmente hacen todos los viernes?

Algo raro está sucediendo, pero realmente no quiere mantener el interés ni averiguarlo.

[...]

A Itoshi Sae no le bastó con citarlo en la propia casa del rubio luego de las clases universitarias porque según tenía algo muy importante que hablar con él, el pelirrojo llegó con pasos marcados hasta encontrarse frente a frente de un rubio que recién salía del baño y escuchó la puerta abrirse fue que corrió a recibirlo, desconcertado y confundido por la actitud del chico, quién de la nada le tira en la cara su propio celular dejando aún más desconcertado a Shidou por lo que está sucediendo, además de soltar quejidos de dolor.

Luego de ello, el rubio pregunta porque está actuando así, porque está tan molesto y porque le lanzó el celular a su cara, a lo que el Itoshi solo responde que encienda el móvil y lo verá con sus propios ojos.

Shidou hace caso y al encenderlo, está en la aplicación de galería donde ve unas fotos suyas de él con alguien más frente a un establecimiento el cual conoce perfectamente.

—¿Qué significa esto?—pregunta el moreno confundido.

No le molesta que su novio le tome foto a escondidas, sino que lo haga bajo un contexto que lo haga ver cómo que está haciendo algo malo.

—El que debe decir eso, soy yo.— contesta indignado y cruzado de brazos, incluso parece tener un tik en su ojo al estar enfurecido. E intentando también de no verse embobado por tener a su novio enrollado con una toalla de baño que apenas le cubre sus partes y con algunas gotas de agua escurriendo de sus cabellos rubios mojados.

La vista es demasiado tentadora, pero su furia y dolor es aún más grande para dejarse caer por la lujuria.

Shidou sigue mirando, son más fotos, un total de cinco. Son de él en el gym de la universidad  y también en la calle, junto a ese chico chico azabache y rapado. Supone que lo que le molesta a Sae es que se vea muy alegre con otro chico, casi pegados.

—Espera, estás mal entendiendo las cosas.—le trata de explicar mientras le devuelve el celular. Piensa que su novio está exagerando, pero por supuesto, se lo explicará y él entenderá que todo es un mal entendido, una confusión y que existe una razón por la cuál en las últimas semanas ha estado pegado a ese chico en particular.— Sé perfectamente que estás pensando que te estoy siendo infiel, pero solo estás equivocado, amor.—le aclara, pero el contrato solo frunce más el ceño.

Demonios, Shidou jamás había visto tan furioso al Itoshi mayor, incluso empezó a preocuparse por no llegar a manejar la situación.

Pero está decidido en que lo hará, porque él no quiere perderlo, menos por una tontería que puede aclararse fácilmente.

—Andas de coqueto, abrazándolo.—menciona. Shidou es muy alegre y coqueto con casi cualquiera que se le cruce, pero mayormente son en plan broma y nada prolongado.—Y no solo te he visto muy pegado con él en el gym, también en la calle. Enfrente de ese lugar.

Ryusei sabe a qué lugar se refiere, pero piensa y afirma que su pelirrojo solo está de mal humor, eso combinado con sus celos posesivos da un resultado explosivo que es difícil de calmar.

—Solo escúchame, tu sabes que lo que más amo eres tú, jamás te haría algo como esto. Lo que pasa que eres demasiado sensible y celoso,— continúa hablando para acercarse a él y abrazarlo, hasta ser interrumpido abruptamente y detenido en su intención de abrazarlo y tomarle de sus mejillas.

Un golpe secó se escuchó. La mejilla de Ryusei recibió una fuerte bofetada de su pareja, quién seguía viéndose muy molesto y sin creerle.

"Lo olvide. Él odia que le digan sensible." Es lo que pensó, todavía sorprendido por la bofetada fuerte que recibió, y un tanto adolorido.

Pero no molesto, no quería enojarse con Sae. Sabe que si los dos discuten estando enojados no hablarán con raciocinio, dirán cosas de las cuales luego podrán arrepentirse, pero si le llena de incertidumbre que le haya pegado, él no se merecía aquello.

—¡Sabes que yo no controlo mis sentimientos ni celos! ¡Si no quieres que esté celoso, no hagas cosas que me pongan así!—alza la voz Sae haciendo ademanes al aire, Shidou miro asombrado como el rostro del chico se ponía rojo de la furia.

El rubio tomo aire y exhaló, manteniendo la mente despejada para cuidar sus palabras. Conteniendo se, puesto en el fondo realmente le dolió la bofetada que Sae le dio y aparte, la desconfianza de esté hacia él.

Una parte de él se repite muchas veces que Sae jamás ha tenido pareja antes, ni novia o novio. El pelirrojo se le sigue haciendo difícil relacionarse con la gente en plan amistad, todavía le cuesta demostrar sus sentimientos y emociones o ser incluso cariñoso con él. Y la única manera que sabe para demostrarle a Shidou que le gusta y lo quiere, es comprándole dulces o también, los celos.

Los tóxicos celos.

—Cariño, realmente estás confundido. Si crees que te fui infiel, ¿por qué no me preguntaste directamente en el momento en vez de tomarme fotos y luego confrontarme de esta manera?—interroga con intriga, pensando desde hace cuántos días Sae estuvo conteniendo se.

Todavía en la mañana se le veía bastante tranquilo aunque pensativo y muy callado, pero no parecía nada sospechoso. Supone que las fotos debió conseguirlas apenas ayer, ya que en las fotos salía con cierta ropa que justo uso ese día.

—No iba armar un escándalo en público.—bufó apretando los puños.— Tus encuentros con el otro son en la calle o en el gym, yo mantengo mis cosas en privado.

Itoshi a pesar de que quería exhibir y exponer la infidelidad de su pareja con sus amigos, tampoco a tal punto de hacer un gran escándalo en público, hasta en ese tipo de cosas, prefiere siempre mantenerse reservado.

—Sae, de verdad, estás haciendo un gran problema por algo que no debería.—agrega en un tono más serio, dándose cuenta que no será fácil cambiar de parecer a su pareja. Sobre todo porque no puede tomarlo de los hombros para calmarlo ya que él no se lo permite.

—¿¡Engañarme no es un problema!?

—¡No te estoy engañando, entiende!—dice desperado porque su novio no cree en él.

Sae se alteró, su respiración empezó a ir más rápido y sus expresiones faciales se notan angustiadas, dolidas y al borde del llanto, como a su vez, decepción. Trago duro, apretando los labios del enojo. Ryusei al mirarlo así, realmente deseo acercarse para consolarlo, para decirle que todo estará bien y que jamás lo engañaría con alguien, que le permita demostrárselo.

Pero si algo tienen los Itoshi es que son tercos y muy orgullosos. Que difícilmente aceptan ayuda de ajenos. Pero Shidou creyó que ya había calado hasta el fondo del caparazón y Sae no tendría nada que ocultarle ni sentirse desconfiado.

El pelirrojo le miró duramente, aguantando cualquier lágrima traicionera que quisiera salir de él para no mostrar debilidad o vulnerabilidad ante él.

Sus delgados labios rosados se abrieron para decir:

—Mi hermano tenía razón.—escupió frío, Shidou abrió sus ojos con claro descontento y desconcierto.—Eres igual que todos. Negro en aspecto y corazón.

Si algo que detesta el rubio es que lo comparen con Itoshi Rin, pero que el mismo Sae le de la razón en algo por encima de él, es hiriente.

—¡No menciones a tu hermano en algo entre tú y yo!—aprieta los puños con fuerza, sin contener su furia y molestia.

—Rin decía la verdad, solo me ibas a lastimar y romper mi corazón.—dice con voz temblorosa, sumido en un sentimiento de traición. Ryusei no puede creer lo que está escuchando.

—Sae, no te estés haciendo la víctima, odio que la gente haga eso.—suelta directo y duro. En los ojos verdes del Itoshi se reflejan una tristeza y dolor por sus palabras.—Así que por favor, debemos calmarnos y te explicaré las cosas para que veas que solo es un tonto mal entendido.

—¿La víctima?¿Eso crees que soy?—retoma con evidente fastidio y enojo, ahogándose cualquier lloriqueo.—Esta claro que no puedo estar con alguien que me engaña y me dice estás cosas.

Ryusei no soportó más, tiene que apretar la mandíbula y morderse la lengua para no responderle cosas hirientes o dolorosas.

Piensa y cree que la mejor solución en esos momentos es separarse hasta calmarse, darse un tiempo para despejar la mente y hablar más cosas con calma y no nublados por el enojo.

—Si tanto desconfía de mí y crees que soy así de cruel, entonces no se porque sigues aquí.

Sae contuvo la respiración por unos instantes, sin poder creerlo. Una amarga y agria sensación recorrió todo su pecho hasta la garganta, donde su voz se queda atorada por algunos instantes.

—¿Me está echando?

Silencio incómodo. Ryusei miró hacia otro lado por unos segundos hasta regresar la mirada hacia el contrario, dándose cuenta que se expresó mal, pero Sae ya no soporto más sentirse así.

—¡Está bien! Ya no volveré a molestarte, jamás en tu vida.—sentencio para darse media vuelta y marcharse de ahí, con el corazón roto pero manteniendo su mirada al frente para no sentirse humillado.

—Espera, Sae, no me refería a,—intento excusarse Shidou, siendo nuevamente interrumpido.

Esta claro que él se refería a darse tiempo hasta que ambos se calmaran para volver hablar y aclarar las cosas sanamente, nunca dijo nada de terminar o romper la relación.

Porque eso es lo que menos quería de todo esto.

—¡Hemos terminado!—señala sin dudarlo el pelirrojo, dejando sin aliento al moreno por sus palabras.—Ya no me mandes mensaje ni me hables en la universidad. Eres un idiota infiel.—escupió resentido y dolido, para marcharse de ahí lo más rápido posible e ignorar los intentos del rubio de que no se vaya.

Shidou mordió fuertemente su labio inferior por el cúmulo de emociones y sensaciones que pasan por su cuerpo, hasta que sangró. Sintiendo el asqueroso sabor metálico de la sangre y un ligero temblor en su labio, pero aquello poco le importó.

Shidou quiere llorar de la impotencia por ver cómo su mundo se desmorona.

[...]

Itoshi Rin quién yace afuera de la casa en su motocicleta esperando a su hermano ya que él lo ha traído, estuvo apunto de marcharse ya que el tiempo se había cumplido, hasta que escuchó unas pisadas y solo vio a su hermano echo furia y con los ojos llorosos subirse a la moto, ponerse el casco y decirle que se fueran de ahí rápido, mientras que detrás de él casi siguiéndolo a un metro, Shidou saliendo de casa y mirándolos desde la entrada de manera impotente, con una expresión de querer decir muchas cosas y no poder, sobre todo cuando noto la presencia del azabache ahí.

Rin sin saber que está pasando, tanto confundido como curioso por si habrán discutido sobre algo fuerte, sin preguntar nada más para no ser imprudente y notando la atmósfera incómoda, luego de asegurarse que su hermano se puso el casco, arrancó.

Alejándose de la residencia Shidou y camino de regreso a la Itoshi, con un silencio extraño y varias preguntas en la cabeza.

No dio tiempo a más ya que justo llegaron los padres de Ryusei en la camioneta, su madre salió primero preocupa por el aspecto de su hijo. No solo porque salió medio desnudo en toalla hasta la reja de entrada, sino porque como luce sus facciones. Se nota tenso, molesto y apunto de querer llorar, conteniendo se y su labio sangrando.

—Hijo, ¿Qué sucedió?¿Por qué sales así?—pregunto insistente y sumamente preocupada, pero el rubio no la ve siquiera y menos responde al llamado de su mamá.—Vi a lo lejos al pequeño Sae salir y subirse a esa moto, ¿Discutieron?

El moreno miro a su madre como si le hubieran apuñalado el corazón apenas escuchó el nombre de él. Claramente tocó su punto sensible, pero aún así no dijo nada y prefirió entrar a casa y encerrarse en su cuarto sin querer hablar con nadie ni comer con ellos. Torturando se con sus propios pensamientos para decidir lo que debe hacer para que Sae hablé con él y al menos lo escuché.

No puede creer que todo aquello haya ocurrido cuando estaban a pocos días de celebrar su aniversario.

Tanto Sae como Ryusei se aislaron todo el fin de semana, faltando a los entrenamientos de la tarde y a varias comidas.

Ninguno parecía tener la intención de hablarse, pero por dentro se morían por estar junto al otro.

¿Quién será el primero en rendirse y tomar la iniciativa para hablar?

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