Capítulo 31
ERNIE
El 25 de abril Hannah comenzó a angustiarse por la elección de asignaturas optativas.
-No puedo decidir cuál de estas materias meconviene más -Le confesó Hannah, cuando ambos estaban en el Gran Comedorrevisando la lista.
En cualquier otro día, Ernie se hubiera tomado esa decisión con bastante seriedad y habría invertido horas reflexionando su futura decisión, sin embargo, Ernie no había dormido casi nada la noche anterior, debido a que siempre que cerraba los ojos era acosado por sueños llenos de humo, criaturas invisibles que hacían sonar sus pequeñas garras, y, por única ocasión, varias prendas trozadas encima del espectral camino verde.
Estaba tan cansado que no se daba cuenta de que no hacía más que leer la lista de asignaturas una y otra vez, mientras Hannah seguía hablando.
-Es una decisión importante que influirá en nuestro futuro, y no tengo ni la más mínima idea de que debo escoger -Exclamó Hannah, ansiosa-. ¿Tienes algún consejo, Ernie?
-¿Disculpa? -Respondió Ernie, saliendo de su atarantado trance.
-¿Te pregunté si tienes algún consejo de tus hermanos mayores para escoger asignaturas optativas? -Respondió ella.
Ernie dejó escapar un bostezo.
-Elber seguramente escogería las materias con mayor prestigio académico, y Edrick elegiría las más fáciles sin dudar -Contestó, volviendo a dirigir su mirada a la lista-. Tienes que elegir por lo menos dos materias. Si no me equivoco, Adivinación es la materia que la mayoría escoge porque es la más sencilla, aunque en lo personal preferiría un reto interesante como la Alquimia.
-¿Cuáles materias seleccionaste? -Le preguntó Hannah.
-Alquimia, por lo antes dicho, Cuidado de Criaturas Mágicas, ya que creo que es la clase que más experiencias extraordinarias puede ofrecer, y estoy considerando elegir Estudios Muggles.
-Ernie, ¿por qué quieres elegir una clase tan aburrida en la que solo estudiarás sobre muggles?
-Tu eres hija de una mujer muggle, es de esperar que a ti te resulte bastante innecesaria una clase donde se aprenden cosas que tú ya sabes desde niña, pero yo casi nunca tengo oportunidad de convivir con personas no mágicas. Es una cultura con costumbres muy diferentes a las mías, y estoy lleno de curiosidad por averiguar cómo es que los muggles se las arreglan por sobrevivir sin magia.
-No es tan interesante como suena, pero lo dejaré a tu criterio -Contestó Hannah-. ¿Qué te parece la clase de Runas Antiguas?
-Debe tener su atractivo, aunque la clase consiste en hacer traducciones en su mayoría.
Ernie volvió a bostezar, y durante dos segundos, su cabeza se inclinó hacia abajo por el cansancio.
-En lo que yo termino de decidir que materias escogeré, ve a caminar un poco por los jardines, tal vez el aire fresco te logre despertar -Le mandó Hannah.
-Creo que te tomaré la palabra.
Ernie dobló la lista de asignaturas hasta que se formó un pequeño y grueso rectángulo de papel, lo guardó en su mochila, y se dirigió a la salida del Gran Comedor. En el exterior, el cielo se encontraba nublado y soplaba una suave brisa que logró espantar un poco del cansancio que lo dominaba.
Después de un largo rato de caminar por el patio de la torre del reloj, su oído captó el agudo canto de un ave. Sorprendido, Ernie giro su cabeza hacia la fuente de donde provenía el sonido, y alcanzó a ver un poco de movimiento sobre las enredaderas encima de los muros de piedra del patio. Enfocó su visión en el punto en donde había captado más movimientos, y más pronto que tarde, Ernie descubrió a un bello halcón peregrino que había elegido las enredaderas encima del muro como su lugar de descanso.
El ave tenía un buen tamaño, por lo que probablemente se trataba de una hembra. El color gris azulado de sus plumas, y el amarillo de las patas y el pico hacían que fuera fácil identificar al ave desde cualquier punto de vista. Sin embargo, a Ernie le inquietaba un poco que el halcón tuviera sus negros ojos fijos en él, y sin importar a donde se moviera, el ave nunca le quitaba la vista de encima.
Nada de esto hubiera sido motivo de alarma en cualquier otra situación, pero Ernie podía jurar que llevaba días en los que, cada vez que abandonaba el interior del castillo, veía por lo menos un halcón volando en los cielos de Hogwarts, posado sobre la cornisa de alguna parte del castillo, o escondido ente las hojas de un árbol. Incluso, en ocasiones miraba por las ventanas, y se encontraba a un halcón descansando sobre el techo de la construcción más cercana.
A excepción de las últimas semanas, Ernie casi no había visto halcones desde que entró a Hogwarts, ya que esta área estaba bajo el dominio de lechuzas y aves comunes del bosque.
Y aunque sonara como una locura, Ernie tenía la total seguridad de que el mismo halcón lo había estado persiguiendo varias veces. Estaba convencido de que se trataba de la misma ave, debido a que ese ejemplar contaba con la especial característica de tener la marca de tres arañazos en el lado derecho del rostro.
Por supuesto que ya se le había ocurrido la posibilidad de que el heredero de Slytherin lo vigilaba por medio de halcones, no obstante, Ernie no pudo encontrar pensar una relación lógica entre Salazar Slytherin y las aves, ya que el animal que representaba a ese temible mago eran las serpientes, y las grandes aves como el halcón peregrino eran los depredadores de las serpientes. No le parecía muy probable que el heredero tuviera una relación con el animal opuesto al símbolo de su ancestro.
Ernie empezaba a creer que de verdad había perdido la razón y comenzaba a alucinar aves por todas partes. Lo único que se le ocurrió hacer fue regresar al interior del castillo, y tratar de descansar un poco en la privacidad de su dormitorio. Sin embargo, al abrir la puerta de su habitación descubrió a Zacharias con el cuerpo totalmente enredado con las cobijas y sábanas de su cama. Usaba su varita para controlar una aguja que remendaba con un hilo blanco el suéter de su uniforme de Hufflepuff.
-¡Toda mi ropa está hecha trizas! -Le gritó Zacharias, después de que se dio cuenta de que Ernie lo veía desde el umbral de la puerta-. Estaba estirándome en la sala común, y de un momento a otro todas las costuras de mi pantalón, mi camisa y mi suéter se rompieron al mismo tiempo. No es la primera vez que pasa. No me queda más opción que remendar todas mis prendas hasta que mis padres me envíen un baúl lleno de ropa nueva. ¡Voy a parecer un pordiosero!
La voz de Zacharias sonaba molesta, aunque Ernie se dio cuenta de que su compañero de cuarto se encontraba más bien desesperado. Y aunque seguía creyendo que Zacharias era el responsable de la desaparición de su collar, Ernie no se burló ni comentó algo al respecto.
***
El juego de Quidditch de Hufflepuff contra Gryffindor acontecía el 8 de mayo, y una semana antes, los entrenamientos se volvieron drásticamente intensos. Ernie se había enterado de eso último, debido a que siempre que veía a Cedric en la sala común estaba con la cara roja, lleno de sudor, y con cada músculo de su cuerpo adolorido.
Ernie había sentido tanta pena por él que se ofreció para ayudarlo a cargar su equipo de Quidditch hasta su dormitorio después de cada entrenamiento. De esa forma, Cedric regresaría menos exhausto al castillo.
Dos días antes del partido, Ernie se encontraba repasando su libro de Transformaciones en las gradas de campo de Quidditch, mientras esperaba a que el entrenamiento de esa tarde finalizara. Lo cual ocurrió más pronto de lo que había anticipado, ya que, de un momento a otro, Cedric apareció en el asiento junto a él.
-¿El entrenamiento ya concluyó? -Pregunto Ernie, sorprendido.
-Nuestra capitana Ava Petras por fin entendió que, si no nos daba un descanso pronto, no habría ningún jugador en pie para el partido del sábado -Respondió Cedric-. Nos dejó terminar temprano hoy, pero mañana tendremos que llegar media hora antes para estudiar estrategias.
-Es una capitana muy exigente, ¿verdad?
-En especial conmigo, francamente, no sé si logre resistir este estilo de entrenamiento por mucho tiempo -Añadió Cedric, esbozando una sonrisa que hacía relucir sus dientes perfectos-. Este es su último año en Hogwarts, y dice que no abandonará la escuela sin haber entrenado a un digno sucesor como capitán para Hufflepuff. Y no me mal entiendas, de verdad quiero convertirme en capitán, pero eso no hace que el dolor en mis extremidades desaparezca por las noches cuando intento dormir.
Ernie se dio cuenta de que su amigo se encontraba sediento, por lo que rápidamente sacó una botella de agua que había guardado en su mochila. Desenroscó la tapa con cuidado, y le ofreció la botella a Cedric.
-De verdad aprecio tu ayuda -Le confesó Cedric, aceptando la botella.
-Es solo un poco de agua -Respondió Ernie, con modestia.
-No es solo por el agua, de verdad agradezco la ayuda que me has brindado en los últimos entrenamientos. Eres un buen amigo, Ernie.
El muchacho rubio y robusto bajó la cabeza, dejó escapar una sonrisa tímida, y sintió como sus mejillas ardían de pena.
-Honestamente, Cedric -Comenzó a hablar en voz baja-. Nada de lo que yo he hecho se compara con todo lo que tú has hecho por Hannah, Justin y por mí desde que llegamos a Hogwarts. La mayoría de alumnos mayores no se molestarían en prestarle atención a un montón de niños ingenuos, pero tú siempre has demostrado camaradería y bondad con los que te rodean. Y lo digo de corazón, Hannah, Susan y yo no hubiéramos podido superar lo del ataque de Justin si no hubiese sido por ti. De nosotros dos, tú eres el verdadero gran amigo.
Ernie creyó que esas palabras alagarían a Cedric, pero se sorprendió al ver que la expresión en el rostro del muchacho se volvió seria y pensativa.
-No siempre he sido así, Ernie -Volvió a hablar Cedric, después de un breve periodo de silencio,
-¿A qué te refieres? -Preguntó Ernie, intrigado.
-Antes de que iniciara mi educación en Hogwarts, mi padre me dijo que esperaba muchas cosas de mí, y no me refiero a los típicos logros como sacar buenas notas escolares y hacer amigos, el de verdad quería que sobresaliera en todo. Escuela, deportes, extracurriculares, estatus social, etc. Mi padre de verdad quería que yo fuera el mejor en todas las áreas, y yo me tomé esa misión con bastante seriedad.
>>A lo que quiero llegar es que hubo otro chico de Ravenclaw de mí misma edad. Su nombre era Neil Carlton, y era muy inteligente, habilidoso, sociable, y recibía cumplidos de los profesores en básicamente cada tarea que entregaba. Y yo lo envidiaba ferozmente porque todo parecía ser muy sencillo para él.
Cedric hablaba amargamente, y sus ojos reflejaban verdadera vergüenza y arrepentimiento. El resto del equipo de Hufflepuff había abandonado el campo desde hace varios minutos.
-A veces pienso que los dos pudimos haber sido muy buenos amigos, pero yo no lo permití -Continuó Cedric-. Estaba tan desesperado por cumplir las expectativas de mi padre que le hice cosas a Neil de las que no estoy para nada orgulloso. En clase de Pociones saboteaba sus trabajos echando un ingrediente extra en su caldero cuando él no se daba cuenta, dejándolo en ridículo frente al profesor Snape. Hice relaciones con todos sus amigos y logré que dejaran de pasar tiempo con él. Básicamente me esforcé en opacarlo en todo lo que hacía.
>>Hice que las cosas fueran muy duras para ese pobre chico, y a principios de mi segundo año supe que Neil se había transferido a la Academia Beauxbatons. Yo creía que con él fuera de mi vida me sentiría aliviado, pero no fue así. El remordimiento por todo lo que le había hecho me hizo persiguió por varios meses, mis notas bajaron, y básicamente me alejé de todos. La profesora Sprout se dio cuenta de que algo me estaba afectando, y habló a solas conmigo después de una clase en los invernaderos. Le conté todo acerca de Neil, y ella me aconsejó que hacer.
>>Le escribí una carta a Neil en donde le pedí disculpas por todo lo que le hice pasar, la envié a Beauxbatons, pero nunca recibí su respuesta. El resto del segundo año fue bastante difícil para mí, sin embargo, poco a poco seguí adelante y las cosas regresaron a la normalidad eventualmente. Y aunque es probable que nunca podré averiguar si Neil me perdonó, yo juré que trataría de convertirme en un chico amable, respetuoso y generoso con todas las personas en mi vida, todo lo que no fui con él. Algunos me han apodado "el chico de oro de Hufflepuff", pero la verdad es que solamente soy un idiota que trata de enmendar sus equivocaciones. Por esa razón trato de ayudar a todos los que puedo, jamás quiero volver a ser la persona que era antes.
Cedric dejó de hablar, y Ernie se le quedó viendo con los ojos muy abiertos. Jamás se imaginó que el muchacho tan amigable que lo recibió con los brazos abiertos cuando el sombrero seleccionador lo mandó a Hufflepuff había pasado por tantas cosas malas. Y todavía más impactante, Ernie tampoco llegó a imaginar que los dos tuvieran tantas cosas en común. Ambos sabían lo que era el peso de cumplir gigantescas expectativas, y como se sentía la invasiva angustia de cometer cualquier error que decepcionara a sus padres.
Pero, sobre todo, Ernie no podía juzgar a Cedric, ya que él también había cometido errores de los que no se orgullecía, y tampoco podía darle la espalda considerando todo lo que Cedric había hecho por él.
Con mucha convicción, Ernie se levantó ágilmente de su asiento, y se puso enfrente de Cedric.
-Escúchame con mucha atención, Cedric Diggory -Dijo Ernie, tomándolo de los hombros-. Eres un chico inteligente, apuesto, bueno para el Quidditch, y con muchas otras virtudes, pero sigues siendo un chico, y no te salvas de cometer errores. Te equivocaste gravemente en el pasado, pero aún tienes toda una vida por delante para enmendarte y ser una buena persona, algo que tú ya eres en este momento.
Cedric asintió con la cabeza, un poco de su cabello castaño cayó encima de la mitad de su frente, y aunque no dijo algo más, se notaba por la expresión en su rostro que de verdad apreciaba que Ernie creyera todas esas cosas sobre él. Después, ambos fueron a recoger el equipo de Cedric, y, en lo que el sol terminaba de ocultarse, caminaron de regreso al castillo.
***
Ernie recordó que necesitaba un libro que explicara el desplazamiento de los gigantes por Europa a través del tiempo para los deberes que tenía de Historia de la Magia, por lo que se despidió de Cedric y se dirigió a la biblioteca.
Imaginó que todos los estudiantes estarían preparándose para ir a cenar al Gran Comedor y que la biblioteca sería exclusivamente para él, sin embargo, Ernie descubrió a Hermione en una de las mesas del lugar. Como de costumbre, su mesa estaba repleta de varias pilas de libros gruesos y antiguos, y parecía estar en medio de una intensa investigación.
Por todo el asunto del heredero de Slytherin, Ernie no había hablado con ella en un largo tato, y debía reconocer que se sentía culpable por eso. Y aunque tal vez no era la mejor idea, el muchacho se acercó a la mesa.
-Pensé que a esta hora la biblioteca se encontraría completamente vacía, después de dos años, ya debería hacerme a la idea de que, sin importar la hora, siempre existirá la posibilidad de que te encuentres aquí, Hermione -Dijo Ernie, animadamente.
Hermione se sorprendió al verlo, pero de inmediato recobró la calma.
-¡Ernie! -Exclamó ella-. Me parece que no habíamos hablado en un largo tiempo.
-Estás en lo correcto -Contestó Ernie, apenado-. Han pasado muchas cosas últimamente, creo que los dos hemos estado ocupados. ¿Te encuentras bien? Pareces un poco nerviosa.
La chica de cabello castaño y enmarañado pareció haberse avergonzado un poco.
-No es nada grave, solamente estoy un poco alterada por los ataques a hijos de muggles -Respondió Hermione, en voz baja-. Cada vez que salgo de la sala común me siento un poco insegura.
Ella no necesitaba explicarlo, la razón era muy obvia, y Ernie se sentía muy apenado por ella. Se sentó en la silla junto a Hermione, y aunque le resultaba muy incómodo, se obligó a mirarla a los ojos.
-De verdad lamento mucho que te sientas de esa forma, no debería ser así -Confesó Ernie-. Desconozco si estás enterada, pero organicé una guardia con los de Hufflepuff para que los estudiantes no tengan que caminar por el colegio con temor, si tú estás interesada, podría conseguirte un grupo de estudiantes que te acompañe cuando quieras recorrer el castillo.
-Agradezco tu oferta, pero puedo cuidar de mi misma -Lo rechazó Hermione, con gentileza.
-Estás en grave riesgo, Hermione. Uno de estos días el heredero podría intentar atacarte -Insistió Ernie, tratando de disuadirla-. Te ruego que reconsideres mi oferta, no quiero que termines igual a...
Sintió una dolorosa punzada en el corazón cuando se percató de lo que estaba a punto de decir. Afectado, Ernie guardó silencio y apartó la mirada de la chica.
-Igual que Justin -Completó Hermione la oración, su voz también sonaba triste-. No tuve oportunidad de expresarte lo mal que me sentí por lo que le ocurrió, pero tengo que decirte que no necesitó a más personas que me cuiden. Aunque ellos no lo expresan muy a menudo, sé que Ron y Harry se preocupan por mí y hacen todo lo que está a su alcance para protegerme.
-Tú lo viste hablar lengua Pársel en el club de duelo, ¿de verdad confías ciegamente en Harry?
El rostro de Hermione se endureció un poco, no obstante, sus ojos aún reflejaban esa simpatía que tenía por Ernie.
-Esa es otra cosa de la que quería hablar contigo -Reanudó Hermione, con suavidad-. Harry es mi mejor amigo, y yo sé que él jamás haría algo para herirme, no tengo ninguna duda al respecto. Por favor, Ernie, te pido de la mejor forma que dejes de tratar a Harry como un criminal que anda suelto.
-Hannah ya me dio ese sermón, y lo he cumplido -Respondió Ernie, frunciendo del ceño-. Han pasado semanas en las que no he acusado a Harry de ser el heredero de Slytherin ni una sola vez, y de verdad me estoy abriendo a la posibilidad de que el culpable sea otra persona, pero aún no estoy convencido de que Potter no tiene algo que ver en todo esto.
Hermione colocó suavemente una mano sobre su hombro.
-Entonces solamente confía en mí, Ernie -Le dijo ella-. Somos amigos, eso debería ser suficiente para que creas en mis palabras.
Ernie bajó la cabeza, y se dio por vencido.
-Lo voy a intentar -Murmuró.
La chica le agradeció y continuó con su investigación. Ernie se tomó un momento para examinar los libros que Hermione estudiaba, y se sorprendió al descubrir que la mayoría de los libros no tenían nada que ver con lo que veían en clases, sino más bien contenían información de animales y bestias fantásticas, en específico, criaturas que podrían representar un gran peligro para los humanos.
-Sí sabía que te gustaba aprender mucho sobre diferentes tópicos, pero nunca me imaginé que tuvieras un interés especial en animales fantásticos peligrosos -Comentó Ernie.
-Lo único que busco es averiguar algunas cosas.
Fue lo único que Hermione dijo al respecto. Ernie se dedicó a buscar el libro que necesitaba para la clase de Historia de la Magia, y esperó a que Hermione terminara con su sesión de estudios para que ambos pudieran dirigirse juntos al Gran Comedor.
🦝🦝🦝
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