¡Las oreos son vida, carajo!
Adam en multimedia
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—¿Estás diciéndome que Jace gusta de ti?— Abby me miró perpleja
—No, dije que se está comportando raro conmigo.— la corregí
—Bueno... no le hagas caso, sabes lo mujeriego que es ese chico.
—No le haré caso... pero debo admitir que logra ponerme nerviosa.
—No es buena señal.— hizo una mueca
La miré raro—¿A qué te refie...?
—¿Adivinen qué?— Adam nos sobresaltó— hoy tenemos fiesta.— alzó las cejas
—¿Una fiesta?... ¿un lunes?— fruncí el ceño— qué buena fecha...— dije irónica
—Fiesta de universitarios.— sonrió
—Genial.— dijo Abby
—¿Qué tiene eso de genial?... no estamos invitados.— dije
Abby rodeó los ojos—No seas aburrida.
—Si, además... todo el mundo irá.
—Vamos, Scar... siempre estás en tu casa durmiendo, comiendo oreos, o sumergida en tu teléfono, es momento de que hagas algo nuevo.
Acaban de describir un día perfecto. ¿Qué tiene eso de malo?
—¡Las oreos son vida, carajo!— exclamé
—Abby tiene razón, ¿desde cuando no vas a una fiesta?— Adam me miró con una ceja alzada
—Desde hace una semana.— dije orgullosa
—Y las fiestas de las amigas de Sky no cuentan.— Adam rió
Raios y más raios. Eso es trampa.
—Entonces...— mordí mi labio inferior
—¿Lo ves? tenemos que ir.— mi mejor amiga hizo un puchero
—Pero aunque quisiera ir... mis padres no me dejarán.
—Déjamelo a mí, les diremos que tenemos que hacer un trabajo muy largo en mi casa y que te quedarás a dormir.
—Está bien...— dije no muy convencida
—¡Si!— Abby me abrazó
Algo me dice que esto no será una buena idea
***
—Te dije que nuestro plan funcionaría.— me dijo Abby
—Si, engañamos a nuestros padres, pero... ¿cómo haremos para salir sin que tus padres nos descubran?— me crucé de brazos
—¿Para qué crees que es esta ventana?— señaló la ventana de su habitación— te lo dije... tengo todo pensado.— se encogió de hombros
—Ya veo...
—Veamos qué trajiste en esa maleta.— subió mi maleta a su cama
—¿Veamos?... tú fuiste la que metiste casi toda mi ropa allí.
—Veamos qué es lo que te pondrás.— se sentó
—Pensaba en....— comencé a decir
—No pienses— me detuvo— yo me encargaré de tu ropa el día de hoy.
Negué divertida y me senté a su lado.
—No...— miró una blusa— no...— miró un short— no— miró un jean—no, no y no.— negó
Rodeé los ojos.
—Oh... si...— sonrió viendo un crop top blanco— ya nos estamos entendiendo...- miró una falda de cuero
Lo sé, es insoportable.
***
—No creo que pueda durar más de cinco minutos con estos tacones...— intenté mantener el equilibrio— me los quitaré.— me senté en la cama
—Pero te ves linda.
—No me interesa... no quiero fracturarme un tobillo.— me quité los tacones y me coloqué mis converse blancas— mucho mejor.— me puse de pie y me observé en el espejo
No quiero sonar arrogante pero sí que me veo linda, lo que más me gusta es mi maquillaje. Sé que no soy una chica muy femenina que digamos, pero tengo una gran pasión por el maquillaje... simplemente me encanta.
—Chicas...— se escuchó la voz de la mamá de Abby aproximarse
—Vamos, acuéstate en la cama.— susurró
Ambas nos acostamos y nos tapamos con las mantas Rápidamente.
—¿Ya están dormidas?— se asomó por la puerta
—Ya casi...— Abby bostezó— estamos cansadas.
—Está bien, no las molestaré más... que tengan dulces sueños.— dijo antes de irse
Abby y yo esperamos unos minutos y nos levantamos de la cama.
—Bajaré primero, y te esperaré allá... ¿está bien?
—Está bien.— asentí
Abby asomó su cabeza cuidadosamente y luego saltó.
—Tu turno.
—Lo que me obliga a hacer esta loca.— dije para mí misma
Imité el acto de mi mejor amiga sin pensarlo dos veces.
—La caída no fue tan dolorosa como pensé.
—Oh, déjame pensar... ¡tal vez sea porqué mi cuello amortiguó tu caída!— susurró/gritó
—Eso te pasa por obligarme, idiota.
***
—Esto está genial.— exclamó Abby emocionada
—¿Quieren ir a bailar?—preguntó Adam
—Estoy bien, vayan ustedes.— dije
Abby rodeó los ojos— Aburrida... no tardamos.— dijo antes de irse
Genial... adoro estar sola, nótese el sarcasmo
—Oh por Dios— abrí los ojos de par a par al ver a Justin conversar animadamente con una chica frente a mis ojos
Comencé a caminar para alejarme de él. Me dirigí hacia el patio y adivinen qué... deseé no haberlo hecho ya que allí se encontraba Austin.
Mi vida es un completo asco, en serio.
—No puede ser, no puede ser...— dije volviendo a entrar en la casa
Claro que si puede ser, es una fiesta de universitarios... ¡Mis hermanos son universitarios, es obvio que estarían aquí!
Soy una idiota.
Caminé por un pasillo y también deseé no haberlo hecho ya que ahí se encontraba Stella besuqueándose con Noah.
¡¿Es una maldita broma?!
Dios, ¡¿Por qué me odias?!... siempre he sido una buena chica, a diferencia de hoy, y de la vez que me robé las oreos de mis hermanos, pero eso fue cuando tenía 10 años, además... ellos saben que soy adicta a las oreos, así que fue su culpa, ya que no deberían haber dejado las oreos a simple vista, y como ya lo había dicho... ¡Las oreos son vida, carajo!
Miré a mi izquierda y vi una puerta, así que decidí entrar. Suspiré aliviada.
—Al fin...— dije
—¿Tú?— una voz a mis espaldas hizo que me sobresaltara
Me di la vuelta encontrándome con...
Oh, Oh.
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