Cálmate, Amelia Termópolis
Y ahí estaba yo... besando a Jace... de nuevo.
¿Pero qué rayos sucede conmigo?
¡Debo separarlo de mí!
Lo separé rápidamente de mí con un puñetazo en la mejilla— ¡¿Qué haces?!
Colocó su mano en donde impactó mi puño— ¿Qué crees que hacía?... Maldición, ¿estás loca?
—¿Por qué rayos me besaste?— lo fulminé con la mirada
—Oh por Dios, ¿por qué crees...?
—¿Sabes qué? lárgate de aquí ahora mismo.— señalé la puerta
—Estás loca... pero debo admitirlo... me gustó el beso.— me dio una última mirada y salió de mi habitación
—A mí también...— me dije a mí misma
Suspiré. Sabía que esta fiesta no era una buena idea.
Decidí cambiarme para acostarme a dormir, no sin antes cambiar las asquerosas sábanas en las que estaban haciendo cosas sucias esas personas... las quemaré luego.
***
—¡Chicos!— escuché
Me tapé más con las sábanas.
—¡Chicos!— volví a escuchar. Era papá
Gruñí y me levanté. Vi la hora en mi celular... las 8:30... ¿Por qué rayos nos levanta a esta hora?. Sé que me acosté temprano pero lidiar con tantos idiotas y drogadictos a diario cansa.
Salí de mi habitación y me dirigí hacia la sala, donde estaban mis hermanos y mi padre.
—¡Oreo!— se la quité a Stella de los brazos— ¿cómo estás, mi amor?... ¿qué sucede?— me senté en el sofá y miré a papá
—¿Como que qué sucede?— preguntó— miren el desastre que hay aquí...— señaló la casa— ¿en qué estaban pensando?
—Relájate, viejo... estamos en el siglo XXI... las fiestas de este siglo son así...— dijo Justin— fue la mejor fiesta de todas...— sonrió
—¿Y qué hay de esa ventana? ¿como rayos la rompieron? y aún peor... ¿como pudieron haber dormido con la ventana rota? ¿que tal si un ladrón entraba?... ¿eso hacen en las fiestas del siglo XXI?... ¿rompen las ventanas y actúan como si nada...?
—Cálmate, no hemos dormido nada... las últimas personas acaban de irse.— dijo Austin simple
—En serio, estoy muy celosa de ustedes.— Sky se cruzó de brazos
—Ah, si, y sólo para que lo sepas... no tuve absolutamente nada que ver con todo esto, yo ni siquiera quería una fiesta.— dije
Papá suspiró— Oh... por cierto, no es solo la ventana... hay una cabra en nuestro patio...— agregó
—Su nombre es Carmelita.— dijo Justin
—No me interesa el nombre de la maldita cabra...— dijo papá— quiero que limpien todo este desastre, ahora mismo.
—Cariño, relájate...— mamá salió de la cocina— nosotros les dimos permiso para hacer la fiesta... además, pareces mi abuela...
Los gemelos abrazaron a mamá y le sacaron la lengua a papá... Tanta madurez me sorprende.
—Pero la casa está totalmente destruida...
—¿Y...?— preguntó mamá—no haremos que nuestros bebés limpien todo esto... contrataremos a alguien para que la limpie, de todas maneras vamos a mudarnos así que...— hizo un gesto con su mano
—¿Vamos a mudarnos?— preguntamos mis hermanos y yo a unísono
—Si...— dijo mamá obvia— ¿acaso no se los habíamos dicho?— frunció el ceño
—No...— dijo Sky
—Nos mudaremos a una casa más grande por los bebés...— dijo papá— pero no se preocupen, nos mudaremos cerca de aquí...
—Oh...— asentimos
—Cariño, tenemos tu regalo afuera.— me dijo mamá
Fruncí el ceño— ¿Más regalos...? wow.— me levanté del sofá
Todos salimos de la casa y lo único que había era un auto rojo obstruyendo el paso.
—Y... ¿dónde está?— pregunté viendo a todos lados
—¿Cómo puedes ser tan estúpida?— preguntó Stella
—Hija... está frente a tus ojos... ¿ves ese Chevrolet Cruze? es todo tuyo.— papá señaló el auto
¡¿Qué?!
¡Necesito una bebida para escupirla en la cara de mi Justin!
Abrí los ojos de par a par— ¿Tú estás diciéndome que ese hermoso auto es mío?— pregunté
—Así es.— mamá me entregó las llaves
Comencé a gritar y a saltar como loca— ¡Gracias, gracias, gracias!— abracé a mis padres
—¿Pero qué significa esto?... ¿por qué yo no tengo un auto?— preguntó Stella cruzada de brazos
—Solías tener un auto...— dijo papá— nadie te manda a estrellarlo y destruirlo como lo hiciste.
Si, así como lo oyen... Stella tenía una auto, pero hace unos meses lo estrelló contra un árbol... Lamentablemente ella salió ilesa de choque, bromeo, Gracias a Dios salió ilesa.
Bufó— No es justo.— dijeron Sky y ella al mismo tiempo
—No te pases, no te pases, no te pases...— dije múltiples veces
—Cálmate, Amelia Termópolis.— Austin me miró raro
Les saqué la lengua a mis hermanos y corrí hacia mi auto nuevo. Subí a él y lo observé por dentro. Casi se me cae la baba, en serio... este auto es hermoso.
Adoro a mis padres... Este cumpleaños no fue tan malo después de todo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top