Capítulo 34
Leah
—¿Cómo que te casaste! —vocifera Gala apenas pasa por la puerta.
—Sorpresa.
Le muestro el anillo, después le quito a Gael de los brazos que duerme como un angelito.
—¡Tía!
Lili se abalanza sobre mí y la cargo a ella también como puedo.
—Ten cuidado con el bebé, no debes hacer mucha fuerza.
—Mira un perrito.
Lili se aleja de mí como un rayo y se acuesta junto a Teddy. Lo acaricia con ternura mientras le habla bonito.
—Puede pasarse horas en eso, le encantan los animales —dice Gala, quien se acomoda en el asiento a mi lado.
—Hija de su padre...
—Necesito que me expliques por qué tomaron la decisión de contraer matrimonio solos —interrumpe Gala al borde del llanto.
Acomodo a Gael en mis piernas y suspiro para contarle cómo en realidad sucedieron las cosas.
—Te juro que no sabía que iba a ocurrir, pero no lo cambiaría por nada en el mundo. Fue mágico.
—Tengo que ver las fotos.
Le paso al niño y me encamino hacia la habitación, busco el álbum que nos dieron y me uno a ella otra vez.
Gala observa las fotografías en silencio, aunque noto cómo su cara cambia al pasar cada una.
—Dios, qué impresionante lugar.
—Y te aseguro que las imágenes se quedan cortas.
—Estaban hermosos los dos, parecen irreales.
Sus palabras mueven algo dentro de mí y me transporto a ese momento tan especial y emotivo.
—Es increíble que Emil haya planeado algo como esto, no luce esa clase de hombre.
—Él es lo mejor que me ha pasado, Gala. En todos los sentidos. No cambiaría cómo sucedió, nada de él.
Mi amiga despega la vista del álbum y la posa sobre mí. No sé qué le sucede, pero ahora lágrimas brotan de sus ojos. ¿Tanto le gustaron las fotos?
—Eres muy afortunada —dice con la voz entrecortada.
—¿Sucede algo? Tengo la impresión de que estás más sensible que siempre.
Ella mira a Lili, quien sigue jugando con el perrito, muy ajena a nuestra charla.
—Se trata de León —confiesa en un susurro.
El corazón se me acelera ante las múltiples teorías que se me pasan por la cabeza. Quiero equivocarme, pero presiento que tiene que ver con la chica que Gala contrató como niñera. Emil me había comentado que no le dio buena espina.
—Si te hizo algo...
—No es lo que crees. Bueno, es algo que aún no entiendo.
—Explícate mejor —pido un tanto desesperada.
Ella lleva la vista a su hija de nuevo, después sobre mí.
—Todo estaba muy bien, pero esta mañana, luego de que salió a trabajar, me envió un mensaje extraño. —Suspira, sé que le está costando decirme esto—. Pidió que despidiera a Nina y que no dejara a los niños con ella.
El asombro sobrepasa cualquier sentimiento.
—¿Por qué?
—No lo sé, solo puso eso. He tratado de llamarlo y no contesta.
Se cubre el rostro con las manos y me fijo en los temblores de su cuerpo.
—Tengo miedo, Leah. He pensado mucho y no encuentro una razón, fuera de que tuvieron algo, que explique lo que me ha pedido —continúa en medio del llanto.
—Quizás él ha visto cosas que no le gustan de ella. No creo que León sea tan imbécil como para engañarte.
—¿Sabes que me da más miedo? Despedirla y que ella me confirme que estuvo con él —dice, angustiada—. No sé con qué cara le diré, Leah, yo la estoy ayudando con sus estudios.
—Espera, Gala. Una cosa es que te sientas mal por la calidad de vida de esa chica, y otra muy diferente que no abras los ojos. Si León te pidió eso, es por algo y no lo puedes dejar pasar.
—Mi familia es tan bonita —se lamenta—. No sabes todos los planes que tenemos León y yo, las metas que nos hemos trazado como pareja.
Se rompe de nuevo, aunque sin hacer ningún ruido. He estado en esa posición, donde te duele el alma y no puedes expresarlo como se debe.
—No te precipites, alguna explicación debe haber. ¿Quiere que te acompañe?
—¿Cómo la despediré? Ella no me ha dado razones y ha hecho bien su trabajo.
—Dile que ya no necesitas de sus servicios, luego habla con León.
—¿Y si estoy cometiendo una injusticia y fue León que se metió con ella?
La ira e impotencia me colman ante el solo pensamiento de él siéndole infiel a Gala. Estoy segura de que sería capaz de matarlo con mis propias manos.
—Eso se sabrá, pero sé que no es así —digo para calmarla—. León te ama.
Ella asiente a la vez que se pasa las manos por el rostro. Sus mejillas están rojas y sus ojos opacos y tristes.
Poso la vista sobre Lili y Teddy; él le muerde la mano mientras ella se carcajea.
Gala me quita a Gael de las piernas porque se empieza a mover.
—Es un niño tranquilo —cambio de tema para aligerar el ambiente.
—No te dejes engañar, solo se está comportando contigo.
Me río y ella también, aunque no le llega a los ojos.
—Todo estará bien, amiga.
—Gracias, eso espero.
—¿Qué te parece si mañana vamos de compras? Aún me faltan algunas cosas para el bebé.
—Está bien, ¿en la tarde?
—Sí, es perfecto.
Nos quedamos en silencio por unos segundos, después nos enfrascamos en una charla sobre su graduación. Ella me cuenta que está muy nerviosa y que su madre quiere hacer una celebración a lo grande.
Lili se une a nosotras solo para decir que tiene hambre y acordamos salir a comer antes de dirigirnos a su casa.
Le pongo un mensaje a Emil, donde le informo que pasaré el resto de la tarde con Gala. Él me responde de inmediato, diciendo que pasará a buscarme.
Abro la puerta, pero me quedo paralizada al vislumbrar a la persona que se encuentra frente a mí.
—Hola, busco a Emilian.
No contesto porque me he quedado fría y sin la capacidad de emitir ninguna palabra. El temor a que Emil lo encuentre aquí me visita, a pesar de que sé que es poco probable.
—Qué descortés de mi parte —prosigue ante mi silencio—. Un gusto verla de nuevo, Leah.
—¿Qué hace usted aquí? —pregunta Gala, tan ensimismada como yo.
—Necesito hablar con Emilian.
Sebastian posa su mirada acaramelada sobre mí de nuevo. La vez que lo vi en el hospital, fue de lejos y no quise acercarme a él. Es increíble el gran parecido que tiene con Emil, incluso hasta en cómo lleva el cabello.
Es un hombre que no aparenta la edad que tiene, está vestido formal y puedo vislumbrar la tinta que sobresale de sus muñecas.
—No es la manera correcta, se supone que León se puso de acuerdo con usted.
Agradezco que Gala haya hablado.
—En ese caso, me gustaría conversar con Leah. ¿Puede regalarme treinta minutos de su tiempo?
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Aquí sus teorías de lo que pasó con León. 👀
Feliz año nuevo, amores. 🍾🥂🎉🎉🎊🎊
Deseo que este 2024 sea próspero en todos los sentidos, que sus vidas se llenen de paz y alegría. Los quiero mucho. 💋
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