Capítulo 5

Chanyeol debía emparejarse.

Aquella noticia, en apariencia tan normal y lógica, había desestabilizado a Baekhyun. El mundo, su mundo tal y como lo conocía iba a acabarse porque Chanyeol iba a tener a otra persona en su vida más importante que él.

Una voz egoísta en su cabeza le decía que no quería que Chanyeol tuviera pareja para poder reclamarlo para sí, para tenerlo cuando quisiera y poder tener la exclusividad de su compañía y su atención. Sin embargo, otra voz más sensata le decía que era normal, él mismo tenía pareja y no estaba siempre para Chanyeol, era el ciclo natural de la vida; mucho más al tratarse de híbridos donde su parte animal tenía una fuerte presencia en su cuerpo y necesidades.

Para su desgracia, era la voz egoísta la que estaba por encima de la racional, y sabía que Chanyeol era capaz de notar en la cara su disgusto, pero no podía evitarlo. En aquel momento, la pregunta de Changmin volvió a resonar en su cabeza. ¿Debería aceptar ir a vivir con él? ¿Si Chanyeol se emparejaba, significaría que se mudaría y no volvería por el piso? ¿O quizá que su nueva pareja se mudaría allí? Baekhyun no podría soportar ver a Chanyeol siendo cariñoso con otra persona, besándola en su presencia y en el piso en el que ambos habían vivido juntos durante tantos años. El mero pensamiento le oprimía el pecho.

—Baekhyunnie —oyó su voz llamándolo y miró hacia arriba para ver la suave sonrisa que adornaba el rostro de Chanyeol. Cómo echaba de menos sus labios—, ¿y si en vez de a la cafetería vamos al Miso?

El Miso. Chanyeol sabía bien lo que se hacía, pensó, pero no pudo evitar sonreír. Era algo suyo, su pequeño secreto, un restaurante que ni amigos ni familiares conocían. Baekhyun nunca había llevado a ninguno de sus novios, era un sitio suyo y de Chanyeol. De los dos.

Por eso aceptó de buena gana, y aunque dijo que Chanyeol debía pagar, sabía que al final siempre pagaban a medias porque acababan comiéndose cada uno la mitad del plato del otro antes de compartir también los postres. En alguna ocasión, además, la dueña del pequeño restaurante había insinuado que eran una pareja muy bonita y ellos no la habían corregido aún en todos esos años. Baekhyun no sabía por qué, pero el saber que aquella mujer de origen japonés veía bien que fueran novios, aunque no fuera real, lo hacía sentir bien por dentro.

Hicieron algo de tiempo paseando por el centro de la ciudad y mirando tiendas, pero al llegar la hora, entraron al pequeño restaurante aún de la mano y la dueña les sonrió, indicándoles que su mesa de siempre estaba libre. Era una mesita al fondo para dos, en la esquina, casi como una especie de reservado con bancos de madera clara con mullidos cojines en granate. Baekhyun escogió como siempre el asiento de cara a la puerta y Chanyeol se sentó enfrente, sonriendo mientras lo observaba mirar alrededor. Hacía mucho que no iban allí, y realmente aquello le subía el ánimo.

—Bienvenidos de nuevo —los saludó la dueña mientras les entregaba sendos menús—. Han estado mucho tiempo sin venir, les eché de menos.

—Ya le hemos dicho que no nos trate de usted, señora Yamamoto —le sonrió Baekhyun, aceptando el menú—. Hemos estado ocupados, pero sabe que siempre volvemos.

—Lo sé, lo sé —le sonrió la señora—. Les traigo la bebida de siempre.

Ni se quejaron ni la corrigieron, la señora Yamamoto ya sabía lo que iban a beber, posiblemente incluso lo que iban a comer ya que llevaban mucho tiempo sin ir por allí y probablemente pedirían sus favoritos, pero igualmente les dio tiempo de mirar la carta y decidirse.

—¿Sopa de miso para ambos? —preguntó Baekhyun.

—Sí, por favor, hace frío y necesito algo calentito.

Baekhyun rió, pero asintió, realmente necesitaba entrar en calor, aunque no solo era su cuerpo, si no su alma la que lo buscaba.

—Yo quiero gyozas de cerdo, tempura de verduras y katsudon —dijo Chanyeol, con una sonrisa traviesa en la cara.

—Sabes que las gyozas de cerdo son mi plato favorito —lloriqueó el más bajo, fingiendo profunda tristeza—. Bueno, entonces pediré gyozas de pollo y te robaré de las tuyas, y también pediré arroz con curry doble.

—Sabes que te robaré arroz con curry —anunció el alto.

—Sabes que siempre acabamos compartiendo todo —lo corrigió él.

—Eso es verdad.

Ambos se sonreían el uno al otro, divertidos por su intercambio de palabras y aquello estaba bien, era correcto, y Baekhyun realmente sentía que no quería perderlo.

—¿Han elegido ya? —la señora Yamamoto había vuelto con una botella grande de agua mineral para los dos. Ambos opinaban que cualquier otro tipo de bebida estropeaba el sabor de la comida y la cocina de aquella buena mujer no merecía ser desperdiciada.

—Sí, ya nos hemos decidido —le sonrió Chanyeol, pidiendo todos los platos que habían dicho mientras Baekhyun llenaba los vasos de ambos.

—Estará en un momento —les prometió la mujer, sonriendo antes de dirigirse a la cocina.

La comida, en efecto, estuvo lista en un momento. Compartieron todos los platos, Baekhyun se preguntaba muchas veces por qué se empeñaban en pedir por separado si al final se lo comían entre los dos, pero viendo a Chanyeol llenarse la boca de arroz con curry felizmente mientras su rabo se movía de un lado a otro, al compositor se le olvidaba todo lo que no fuera Chanyeol y su felicidad.

Su felicidad.

Así que —empezó con cautela, los ojos de Chanyeol fijándose en los suyos mientras seguía hablando—, Choa va a encontrarte una pareja.

La cola de Chanyeol se detuvo. Baekhyun creía que lo había mirado con demasiada intensidad durante un momento, uno solo, y después el híbrido siguió comiendo como si nada hubiera pasado.

—Sí, es algo normal en el ciclo animal, Choa dice que he tardado demasiado.

—¿Demasiado en qué?

—En despertar a mi instinto animal.

Puede que fuera cierto, pensó Baekhyun, porque la mirada que Chanyeol le dirigió cargada de emociones no era humana, y le erizó el vello sin saber muy bien por qué. El híbrido se encogió de hombros, como restándole importancia, antes de volver a hablar.

—Supongo que es hora de avanzar.

Avanzar. Eso es lo que le pedía Changmin a él, seguir avanzando en su relación; pero el mero pensamiento del cantante lo hizo arrugar su nariz y lo envió al fondo de su mente. Sin embargo, aquel gesto no había pasado desapercibido para el otro.

—¿Por qué frunces el ceño? —sonrió ampliamente, divertido—. ¿Tan malo es que quiera avanzar?

—No seas idiota, no es por eso —le golpeó el brazo sin verdadera fuerza, haciendo reír al híbrido.

—Sabes que siempre estaré contigo, Baekhyun —y esta vez no había tono de diversión o burla, era Chanyeol sincerándose y el corazón de Baekhyun dio un vuelco—. No vas a perderme por esto.

—Idiota —le dijo de nuevo, sonriendo cálidamente esta vez y, de algún modo, se sintió aliviado—. De todas formas, aún queda para eso y hay algo más importante antes.

—¿Más importante? —el híbrido lo miró totalmente confuso, los ojos muy abiertos y las cejas alzadas y él no pudo más que rodar los ojos y sonreír.

—Tu cumpleaños, Chanyeol.

Baekhyun casi se ríe con la cara del menor, quien alzó mucho las cejas y lo miró sorprendido, como si no supiera que era su cumpleaños o como si no esperara que Baekhyun tuviera el día libre para pasarlo con él.

—Mi cumpleaños no es importante —y lo dijo de una manera que entristeció y enfureció a Baekhyun. ¿Cómo que no era importante?

—Lo es —y su voz fue firme, igual que sus ojos seguros fijos en los ajenos—. No te atrevas a contradecirme, Chanyeol, sigo siendo el mayor aquí —esbozó una sonrisa, no quería pelearse con Chanyeol, solo quería que supiera que, a pesar de aquellos tres días sin hablarle, era importante para él.

Estar tres días sin hablarle había sido un error. Baekhyun lo sabía, sabía que le había hecho mucho daño a Chanyeol con su actitud, pero estaba asustado por su bienestar. Había descubierto hacía poco que Changmin se había cansado de fingir que le caía bien Chanyeol o que le parecía bien que los híbridos en general tuvieran su lugar en la sociedad. Antes, bien por su estatus de personaje público o bien por no disgustar a Baekhyun, había fingido que estaba bien con eso, aunque nunca hablaron realmente del tema. De cara a la galería seguía siendo amable y comprensivo, pero en privado su lengua se soltaba y decía barbaridades que el compositor no escuchaba desde aquella charla repugnante que les dio a Chanyeol y a él el profesor que los castigó.

Hacía ya varios meses que la actitud de Changmin había cambiado. Todo fue a raíz de la fiesta sorpresa de cumpleaños que Chanyeol le organizó a Baekhyun, solo para ellos dos y algunos amigos íntimos y a la que Changmin, a pesar de estar invitado, no pudo asistir por coincidir con una grabación importante que no podía reubicar. A pesar de que eso no fuera culpa del híbrido, ya que él se había adaptado al horario de Baekhyun, el cantante le echó enteramente la culpa a Chanyeol.

Desde entonces, la actitud de Changmin era fría y distante con Chanyeol si se encontraban en la misma habitación, y directamente descortés y maleducada si el híbrido no estaba en su presencia. No le importaba que Baekhyun pudiera escuchar sus palabras, y no toleraba que el más bajo hablara de él en su presencia. Por eso, últimamente había evitado hablar con Chanyeol o directamente tocar el teléfono si no era una urgencia; para que Changmin no tuviera más excusas para odiar a Chanyeol. Era su modo triste y cobarde de proteger al menor, pero ¿qué otra cosa podía hacer?

—Podrías dejarlo —le había sugerido Do Kyungsoo, su compañero de trabajo. Era también un compositor y habían trabajado juntos varias veces; a Baekhyun le gustaba su estilo al componer y se integraban muy bien trabajando.

—No quiero dejar a Changmin —Kyungsoo le alzó las cejas, la taza de café a medio camino entre la mesa y sus labios—. Sería problemático.

Kyungsoo tan solo sonrió de medio lado enigmático antes de darle otro sorbo a su café, ajustarse las gruesas gafas de pasta negra y volver al trabajo.

Baekhyun, sin embargo, no sonreía en aquel momento. Changmin era un apoyo importante, un amigo en el que confiar cuando su inspiración le fallaba. Él le ayudaba a componer, a desestresarse con las canciones y partituras. Él entendía por lo que pasaba cuando tenía un bloqueo creativo y había estado ahí para él en tiempos muy duros. Pero se había preguntado, mirando aquella partitura que componía junto a su compañero, si aquello sería suficiente para mantener viva la relación.

—¿Baekhyun?

La voz de Chanyeol lo trajo de vuelta a la realidad. Miró al híbrido, quien lo observaba algo preocupado, y le sonrió ampliamente; no iba a dejar que sus problemas les fastidiaran aquella cena. Sacudió la cabeza, inspiró profundamente y miró a Chanyeol a los ojos, clavando la mirada en aquellas cálidas pupilas castañas.

—Estaba pensando que, si tu cumpleaños no es tan importante, tampoco querrás la sorpresa que tengo preparada.

Ahí estaba. Chanyeol abrió los ojos, muy sorprendido, su boca abierta en una pequeña o perfecta y su cola moviéndose rápidamente de un lado a otro de emoción. A pesar de que el híbrido evitaba que sus instintos tomaran control de su cuerpo, a veces era inevitable que ocurriera y a Baekhyun le gustaba eso, le gustaba ser capaz de desarmarlo y hacer que bajara la guardia. Porque a él le gustaban tanto la parte humana como la parte animal de Chanyeol.

—¿Sorpresa? ¿Para mí?

—¿Alguien más cumple años por aquí? —rió de buen humor el más bajo.

—¿Qué es? —el híbrido miró alrededor, como si su sorpresa fuera a salir de detrás del mostrador o algo así.

—Es una sorpresa —y tuvo que reprimir la risa que casi se le escapa cuando vio el ceño y labios fruncidos de Chanyeol—. Oh, vamos, no querrás que se estropee solo porque eres demasiado impaciente como para esperar unos días.

Chanyeol lo miró acusador, pero suspiró, recolocándose en la silla.

—Supongo que eso es verdad.

—Bien —sonrió el mayor, tras lo que llamó a la señora Yamamoto para que les trajera la carta de postres.

Culminaron su copiosa cena con un daifuku y un helado de té verde a medias, antes de levantarse y pagar ('Seré generoso esta vez y también pagaré algo' 'No te lo crees ni tú, Baekhyunnie') y salieron de nuevo al frío de noviembre. Era ya noche cerrada y hacía bastante frío, así que se pegaron el uno al otro para darse calor. La parada del autobús no estaba lejos, pero aun así, tuvieron que esperar bastante a que el dichoso transporte pasara. Mientras esperaban, Chanyeol lo abrazó desde atrás, su cálido aliento cayendo sobre su nuca y Baekhyun no podía evitar que su cuerpo temblara por la cercanía de Chanyeol. Sin embargo, el híbrido achacaba su temblor a la baja temperatura y lo apretaba más contra sí, lo que no ayudaba en modo alguno a Baekhyun.

Agradeció que el autobús llegara casi vacío, porque a pesar de que le gustaba mucho ir apoyado en Chanyeol, creía que el lío de sentimientos encontrados que tenía en su interior lo haría hacer algo estúpido si volvía a apoyarse en el híbrido.

Llegaron a casa sin más complicaciones y el alto le cogió de la mano para evitar que tropezase con el escalón de la entrada. Chanyeol siempre lo cuidaba, pensó Baekhyun, siempre se preocupaba de la salud del mayor, de su apetito, de su bienestar; él siempre se sentía como en casa cuando estaba con el híbrido. Pero había sido egoísta y lo había ignorado durante tres días, más cuando sabía que debía ir a la visita a la clínica. Se alegraba de haber ido, a pesar de todo, le gustaba también pensar que, en cierto modo, estaba ahí para Chanyeol.

Su piso estaba caldeado cuando llegaron gracias a la calefacción que el menor se había encargado de programar. Dejaron sus abrigos y se dirigieron en silenciosa armonía a prepararse para dormir, poniéndose sus respectivos pijamas y lavándose los dientes en el baño. Hubo un momento en el que Chanyeol le quitó de forma casi casual un resto de pasta de dientes de la mejilla con el dedo, pero a Baekhyun le cortó el aire esa suave caricia, haciendo que su corazón latiera descontrolado por el roce. Trató de ocultarlo, no obstante.

—Podrías habérmelo dicho y me la hubiera quitado yo —dijo con voz cantarina, tratando de aligerar sus pensamientos.

—Pero me gustó hacerlo yo.

El más bajo disparó sus ojos, encontrándose con los oscuros y sinceros de Chanyeol, tan intensos que casi sintió que se ahogaba en ellos.

Terminaron de alistarse sin más problemas, pero cuando llegó el momento de ir cada uno a su habitación, un miedo irracional se apoderó de él, un sentimiento de pérdida mayor del que había sentido cuando en la clínica Choa había dicho que Chanyeol necesitaba una pareja, y cogió al híbrido de la muñeca en un impulso, sin pararse a pensar.

—No... no quiero dormir solo —susurró, avergonzado.

—Te has acostumbrado a dormir con alguien. ¿Ayer te costó dormir? —rió por lo bajo el menor, pero Baekhyun sacudió la cabeza, su pelo negro meciéndose suavemente antes de mirarlo a los ojos.

—No —dijo, su voz firme—. Quiero dormir contigo.

Chanyeol pareció descolocado por sus palabras un momento, pero asintió suavemente con un atisbo de sonrisa en sus labios y lo tomó de la mano para guiarlo hasta su cama, metiéndose él primero y dejándole a Baekhyun el hueco que sabía le gustaba. En el lado derecho y rodeado por sus brazos.

La luz se apagó tras sendos susurros de buenas noches por parte de ambos. El híbrido lo rodeó con sus brazos y lo estrechó contra su pecho, llenando los sentidos del mayor de su aroma adictivo. Baekhyun se abrazó a él también, sintiéndose seguro y en casa por primera vez en mucho tiempo. Aquella era su casa, aquel era su lugar; no un loft amplio del centro de Seúl con vistas envidiables.

Tendría que enfrentarse a la realidad y decirle a Changmin que no pensaba mudarse a vivir con él. Además, Chanyeol también iba a necesitarlo, pensó con una punzada dolorosa. Iba a tener que conocer gente nueva, ¿y no había dicho Choa que su cuerpo podría colapsar? No iba a dejarlo solo cuando estaba en una situación tan delicada.

—Baekhyun...

Su nombre escapó de entre los labios de un ya dormido Chanyeol, haciéndolo sonreír. No, no iba a dejarlo solo ahora. Iba a ser egoísta de nuevo, pero quería poder estar con Chanyeol, con su Chanyeol todo el tiempo que pudiera acapararlo. Con ese pensamiento y una sonrisa en los labios, Baekhyun se dejó dormir.


Perdóooooon se me olvidó por completo actualizar ayer lmao el trabajo me tiene absorbida. Espero que os guste este capítulo, que creo que es un poco más dulce que los anteriores. En cuanto tenga tiempo contestaré todos vuestros comentarios, los voy leyendo y me encanta ver vuestras reacciones y lo que vais pensando de la historia. Muchas gracias por tomaros el tiempo de comentar y nos vemos la semana que viene!<3

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