Capítulo 1




Narra Build:



Mi nombre es Build Wichapas, espposo del gran y reconocido empresario Bible Wichapas, con quien tenemos un matrimonio estable desde hace cuatro años y nos tenemos una confianza envidiable. O al menos eso era lo que yo creía hasta hace seis meses, cuando vi un cambio radical en mi esposo, todo por la llegada de su nuevo secretario, un tal Jes.

- Build, todas las noches me haces la misma pregunta y ya te dije que no, no te soy infiel con Jes. Es solo que lo estoy entrenando, sabes que me gustan los trabajos perfectos. - Me recrimina como aburrido de lo mismo.

- No era necesario que te quedaras hasta las dos de la madrugada con ese sujeto, Bib. ¿Ya viste la hora? ¡Además, ¿hace cuánto que no me tocas?! ¿Ya no te sientes atraído por mí? - Mencioné con un aire de tristeza.

- No me vengas con eso, he estado trabajando y gastando todas mis energías mentales y físicas en eso. ¿Crees que me siento de humor siquiera para discutir? Son las 2:32 de la madrugada y a las 8 ya debo estar de nuevo en la oficina. - Me culpa de su cansancio.

- Bien... Quiero el divorcio... Hablaré con mi abogado y te enviaré los documentos. - Dije con lágrimas que amenazaban con salir y me tocaba parpadear con rapidez para disiparlas.

- No me puedes hacer esto. Solo es un poco de trabajo extra, estoy seguro que no morirás por esperar un poco. - Recrimina con indignación.

- Sin herederos, el papeleo será más fácil, así que no me lo pongas difícil. - Empecé a subir los escalones hacia nuestra habitación cuando sus palabras me rompieron el corazón.

- Ni siquiera sabemos si puedes tener hijos como para que estés hablando de herederos.

Me giré inmediatamente para verlo a los ojos y pude con facilidad percibir que se arrepintió al instante de lo que dijo y que fue solo por la adrenalina del momento, el problema es, que lo dijo y sus palabras me dolieron más que su lejanía en todos estos meses, así que subí las escaleras corriendo para que no me viera derrumbarme.

Entré en el dormitorio y cerré con seguro, dejando la llave atravesada para que él no tuviera acceso a mí; y vaya que lo intentó, tocó la puerta en repetidas ocasiones y me suplicaba perdón. Sin embargo, ¿cómo puedo olvidar que sus palabras hicieron referencia a que existe una posibilidad de que yo jamás le dé un bebé?

Casi no pude dormir, me quedé en la cama debajo de las sábanas, llorando hasta que la cabeza me dolió y esa misma noche un odio se desarrolló en mi contra el tal Jes. Me pregunté ¿qué es lo que le prometió a Bib para que me haya dejado de lado? ¿Acaso fue un bebé? Porque sexo caliente, mi Bib no lo necesita, más bien necesita a alguien que pueda seguirle el ritmo en la cama.

En la mañana, desperté con un dolor de cabeza insoportable, mis ojos se sentían casi cerrados y mi corazón no latía con regularidad, así que antes de salir, llamé a mi abogado. Después, abrí la puerta y Bible cayó acostado lo que lo despertó, rápidamente abrió sus ojos y se quejó del dolor se cabeza, antes de mirarme directamente y levantarse.

- Mi amor, hablemos de esto. - Traté de pasar de largo y él me agarró del brazo. - Por favor, sobre anoche, no...

- No fue tu intención. - Terminé su frase. - Pero lo dijiste y ya no importa. Mi abogado dice que el proceso será rápido porque yo no quiero nada de tu parte. - Arranqué mi brazo de su agarre, pero él me rodeó por la cintura, pegando mi espalda a su pecho.

- No quiero hijos... - Bib empezó a llorar, podía sentir sus lágrimas mojar mi hombro izquierdo. - No los necesito, renuncio a todo si con eso no te pierdo... Huhh... Por favor, Biu, lucha conmigo por nuestro matrimonio.

- Te pasaste dos horas de tu entrada en la oficina. Deberías irte, no vaya a desesperarse tu amamte. - Mi esposo se enoja, me gira y me zarandea.

- YO NO TENGO NADA CON JES. VE Y PREGÚNTALE DELANTE DE AMBOS SI NO ME CREES... Biu, yo te amo, no pienso en nadie más que en ti y en la familia que has soñado tener a mi lado. Mi amor... - Me abraza y cerca de mi oído dice: - Yo, soy inmensamente feliz a tu lado. Solo me he quedado haciendo horas extras por ayudarle a Jes y que aprenda como me gusta que trabajen en la oficina. Además... - Guarda silencio y lo vi expectante.

- ¿Además qué? - Pregunté con incredulidad y en la cien de mi marido saltaron venas para mostrar su ira.

- A Jes no le gusto yo y el muy imbécil no solo se atrevió a decírmelo, si no que me pidió algo a lo que no sé si puedo acceder. - Me carga como costal de papas en ese instante y me cambia el tema. - Vamos a dormir, me duele el cuello por dormir en el piso, además hizo mucho frío anoche.

Bible me arrojó sobre la cama, mientras él se despojó de su ropa del día anterior, quedando solo con sus bóxer y una camiseta que lo hacía ver bastante sensual y atractivo. Después se acuesta a mi lado, llevándome a sus musculosos brazos y acariciándome con sus dedos, hasta que él fue el primero en quedarse dormido.

Acaricié su rostro y recordé que Bib jamás me ha mentido, además de que tiene razón, no puedo pedir el divorcio solo por lo que podría ser un simple malentendido, porque me arrepentiría. Así que elaboré un plan, y aprovecharé cualquier oportunidad que tenga para ir donde ese niño bobo para decirle que se aleje de mi marido, porque solo tiene ojos para mí.

No me di cuenta del momento en que me dormí y con los brazos de Bib rodeando mi cuerpo, fue bastante fácil y agradable; incluso cuando desperté, ya me sentía mejor. Vi la hora en el reloj que esta junto a la cama y ya pasaba de mediodía; Bib seguía dormido e imagino que es por lo incómoda que debió ser la noche para él por dormir recostado en la puerta.

- Bien, no te dejaré ir con tanta facilidad. Él tendrá que arrancarte de mis brazos...

Susurré antes de levantarme de la cama con mucho cuidado de no despertarlo, él se removió un poco, pero no despertó, así que me metí en el baño y preparé la tina con muchas burbujas. Me recosté disfrutando de la sensación tan relajante, incluso estaba soplando y reventando las burbujas a propósito, cuando de pronto Bib abre la puerta como un demente y entra en el baño.

- Bib, ¿qué haces? ¿A qué hora despertaste? - Con una sonrisa ladina empieza a desvestirse.

- Lo que importa es que tú debiste despertarme para entrar juntos aquí. - Cuando terminó de desnudarse, metió la mano en la tina para vaciarla un poco, pero fingió jugar con mi pene en el acto.

- Bib... Espera... Mmmm... - Me dio una sonrisa malévola antes de contestar.

- No amorcito, tú quieres una buena follada desde hace algún tiempo y yo te voy a complacer... - Colocó de nuevo el tapón de la tina y se metió entre mis piernas. - Estoy a punto de destrozarte el culo, así que ni siquiera pienses en llorar...

- Sigo enojado con... Owwww...

No pude ni siquiera defenderme, Bib metió su mano en mi culo para empezar a dilatarlo, mientras llevó mi mano hacia su pene, el cual comencé a masturbar comprendiendo su mensaje. La calentura del momento me ganó y por un instante decidí olvidar lo que él me había dicho en la madrugada, solo por entregarme al placer de su tacto.

Nos besamos con impaciencia mientras dos de sus largos dedos empezaban a urgar en mi interior, haciéndome sentir caliente y que mi mente se había nublado por la excitación. Con la mano que tenía libre, me agarré de su cabello con fuerza, para despeinarlo y darle profundidad al beso, ya que esta vez, no lo dejaré escapar.

- Ven aquí, te quiero encima de mí... Domíname, cariño.

Mi mente está tan perdida en las emociones que hace meses no sentía, que no entendí lo que me estaba pidiendo, hasta que me jaló con fuerza para quedar a horcajadas en su regazo. Deseaba tanto que Bib me prestara atención de nuevo, que olvidé todo, y solo me entregué a sus labios y caricias, sintiéndome muy sensible, donde sus manos pasaban.

Se inclinó a mi pezón derecho para tomarlo entre sus labios y succionarlo en breves intervalos antes de atraparlo entre sus dientes, arrancándome vergonzosos jadeos de dolor y placer. Podía sentir su pene erecto rozarse una y otra vez con el mío, debido al movimiento que teníamos bajo el agua, y Bib puso ambas erecciones en mi mano para que yo me encargara.

- Bib... - Me besó los labios, impidiendo que yo hablara y luego se inclinó a mi cuello para morder con delicadeza.

- Maldición... ¡Estoy tan caliente!

- Mételo... Lo quiero todo...

- No, primero debo dilatarlo. Hace mucho que no hacemos...

Los dedos de mi esposo seguían haciendo estragos de mí, no podía controlarme, mi cuerpo hacía movimientos extraños, buscando más del toque sus manos y el recorrido de sus labios. Lo agarré fuerte por el cabello, volvimos a besarnos con ahínco, los gemidos que emitía, quedaban ahogados entre nuestras bocas, pero aumentó el ritmo de sus dedos y tuve que alejarme para gemir fuerte.

Cuando me sentí desfallecer de placer y creí que me correría, él dijo que al fin estaba tan dilatado como él deseaba y quitó su pene de mi mano pata alinearlo con mi culo. Me dio una nalgada tan fuerte que sentí el ardor esparcirse e iba a quejarme, pero su glande empujando en mi entrada me distrajo y doblegó ante la línea delgada entre el dolor y la lujuria.

Empecé a subir y bajar mis caderas a un ritmo lento, uno que me ayudaba a ajustarme de nuevo a la gran polla que anda mi Bib entre sus piernas y por la que estuve desesperado todo este tiempo. Me abracé a su cuerpo con fuerza, provocando que se rozaran nuestras pieles, mientras su miembro se deslizaba profundamente en mi interior.

- Bib... Carajo...

Él agarró mis caderas con fuerza, sabiendo con certeza que solo deseaba marcar sus dedos en mi piel y de esa manera, también incrementó el movimiento, penetrando más rápido. De repente, cuando más lo estaba disfrutando y creí que terminaría, él me hace a un lado y sale de la bañera antes de jalarme y llevarme al lavabo.

Con mucha agilidad, me colocó de frente al espejo y pude ver claramente en el reflejo como se alineaba nuevamente para meter su pene, haciendo que mis piernas se volvieran de gelatina. Mi esposo siguió empujando una y otra vez en mi interior, al punto de no poder ni siquiera respirar por el esfuerzo que hacía de gemir.

Pronto tuvimos un orgasmo, digno de una película pornográfica por la que estoy seguro que pagarían muy bien, sobre todo al ver el tamaño del pene de Bib, incluso preguntarían como aguanto. Pero las cosas no se detuvieron ahí; Bible me llevó a la cama, aún con todo el cansancio que albergaban mis células por el orgasmo recién vivido.

Y la mejor parte vino, en que mi hombre fogoso e insaciable, ese del que me enamoré, con el que me casé hace cuatro años había vuelto; se portó como una fiera indomable, no solo ese día, si no por el resto de la semana, ya que se tomó la semana libre para darme todo lo que le pedí, y me sentí muy feliz hasta que salió de su boca una frase que detesto.

- ¿Qué tú qué? - Pregunté esperando una confirmación.

- Debo salir de viaje de negocios, será por dos semanas. Prometo volver pronto, por favor no me hagas escándalo por esto. - Me enojé porque sé que se refiere a Jes.

- Espero que tú y Jes se diviertan mucho en el viaje. - Dije sin una pizca de ironía, porque tampoco quiero otra discusión.

- Jes no irá conmigo, sabes que solo viaja Moon, mi asistente personal. Jes es secretario de la presidencia, así que lo necesito en la oficina, es para lo que lo entrené. - Me calma un poco saber que iba con Moon, quien es como nuestra madre.

- ¿Y cuándo te irás? - Estoy planeando algo importante y tengo que fijar una fecha.

- En un mes, por favor pórtate bien y no hagas nada estúpido en mi ausencia. - Solo asentí sonriendo con inocencia, pero en mi cabeza ya se estaba armando el plan para ir a gritarle a Jes que Bib es mío y sobre mi cadáver me lo va a quitar...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top