S E I S
Nuevamente, NamJoon había trabajado hasta tarde componiendo y revisando las canciones que le mandaban para los próximos debutantes. Realmente estaba un poco harto de escuchar los "baby" y "love" que agregan los chicos para darle un aire dulce a la canción, pero no podía hacer mucho más que editar un par de cosas en la letra. Eran jóvenes, él también había cometido errores con canciones de las que no quería saber nada, pero estando tan cerca del debut él sentía que los chicos merecían algo como mínimo perfecto.
A pesar de lo agotador que haya sido el día durante la mañana, SeokJin lo invitó a pasar junto a él lo que quedaba de su día libre, así que NamJoon no cabía en su felicidad cuando salió del estudio. Seguía siendo temprano, así que JungKook se encontraba en la escuela cuando NamJoon llegó a casa de su adorado novio.
Fue un rato lleno de mimos, besos y cursilerías. Estuvieron libres un par de horas como para que pudieran recordarse mutuamente cuánto se querían y NamJoon pudo confirmar con esa sesión lo muy enamorado que estaba de SeokJin. No es como si no lo supiera ya, pero recordarlo siempre se sentía bien, mucho más cuando venía involucrado con una sesión de besos. Durante ese corto periodo, él casi olvidó la existencia del pequeño que le amargaba sus citas, pero mucho antes de lo que esperaba tuvieron que salir de la casa porque Jin tenía que ir a buscarlo a la escuela ese día.
Pudo haberse ido a su casa, pero sentía que no era lo más correcto. Además, aunque la amargura que le producía el niño era persistente, él realmente estaba intentando caerle bien. ¿Cuál sería el punto de salir con SeokJin si no? Si eventualmente se casaban o lo intentaban, Jin no era el único que debía estar de acuerdo con ello.
Cuando aparcaron fuera del colegio, NamJoon miró curioso como todos los niños caminaban de un lado a otro tomando las manos de sus padres, luciendo sus pequeños uniformes y sus pequeñas mochilas mientras hablaban o se reían. Una sonrisa ligera se formó en su rostro mirando el escenario y fue imposible no imaginarse él mismo en una situación similar.
Quizás en otras circunstancias...
—Papi —NamJoon se sobresaltó cuando escuchó la voz de JungKook desde la puerta trasera—, TaeHyungie pregunta si lo podemos llevar a su casa. ¿Podemos? ¿Por favor? —preguntó con un tono que NamJoon sabía que era diferente al de siempre, quizás porque ahora estaba pidiendo algo.
—Por supuesto, dile que entre.
—¡Dijo que sí! —le indicó a su amigo.
NamJoon vio por el retrovisor como la sonrisa de Jeon se esfumaba al darse cuenta que él también estaba dentro el auto, aun así trató de dedicarle una sonrisa amistosa. JungKook sólo lo ignoró.
Bien, eso le había dolido un poco.
—¡Muchas gracias señor Kim por dejarme subir a su gran auto! —exageró el pequeño castaño que entró al vehículo, cerrando por fin la puerta. Jin se rió—. Es una muy buena per... —se calló cuando vio al extraño y Nam lo saludó con una sonrisa. Al instante el niño se acercó a quien sí conocía y le susurró muy bajito—. Señor Kim, hay un extraño en su auto, ¿quiere que llame a la policía?
—¿Con qué llamarás a la policía Tae? Ni siquiera tienes un celular —se burló JungKook y Tae jadeó.
—Es cierto —volvió a acercarse a Jin—. Lo siento señor Kim no pude salvarnos.
—No te preocupes pequeño, no es un extraño es... hum... un amigo.
—Auch —dijeron JungKook y NamJoon al mismo tiempo, uno con burla y el otro con sarcasmo.
—Exagerados —viró los ojos. Igual era entendible, no iba a explicarle al niño que él era su novio, no necesitaban escuchar preguntas incómodas.
TaeHyung se volvió a sentar derecho al lado de JungKook, pero sus ojos seguían mirando al extraño, lleno de curiosidad. A pesar de que su amigo trataba de sacarle conversación, el pequeño castaño se veía demasiado interesado en él y NamJoon trató de no sentirse incómodo por eso.
De repente, TaeHyung se asomó entre ambos asientos para mirar mejor al hombre sentado en el asiento de copiloto, analizando sus facciones con detenimiento. NamJoon una vez más intentó actuar como si nada pasara, después de todo así eran los niños y Jin no parecía perturbado por ello, así que debía ser un comportamiento normal.
—Creo que lo he visto en algún lado, señor... —murmuró TaeHyung, frunciendo ligeramente su entrecejo.
Nam decidió mirarlo, ladeando la cabeza un poco.
—Bueno, quizás me has visto en algún programa de entrevistas o...
Entonces el niño jadeó, asustando un poco al conductor.
—¡Oh ya sé! ¡Es RM! ¡NamJoon! ¡El líder de BTS! ¡Por todos los Dioses, estoy frente a una celebridad!
—¿Qué? —JungKook un poco ceño, viendo el rostro de NamJoon reflejado en el retrovisor, no tenía pinta de celebridad realmente—. Claro que no, sólo es NamJoon.
—En realidad sí soy yo, es un gusto —le dedicó una inclinación como saludo y TaeHyung la respondió al instante.
JungKook se veía más confundido ahora.
—Señor, soy gran fan de usted —decía el niño sacudiendo sus manos, incapaz de contener la emoción de su cuerpo—. Me gusta su música, me... me... me gustan mucho sus canciones y, y, y me gusta mucho cómo rapea y cuando hace así —comenzó a hacer una imitación del beat box que hizo que tanto NamJoon como Jin se rieran de pura ternura.
—¿Eres mi fan? Eso es increíble, ¿cuántos años tienes?
—¡Tengo nueve años!
—Oh, eres el primer fan que conozco que tiene nueve años.
—¡Kookie! ¡Soy el primer fan de nueve años que conoce a RM Hyung de BTS!
—Felicidades.
La voz fastidiada de JungKook hizo al hombre girarse para verlo; su ceño fruncido y sus brazos cruzados lo hacían lucir adorable de alguna manera. Claro, pero eso no quitaba el hecho de que era un pequeño demonio con ojitos de encanto.
Estaba celoso, vaya. ¿A quién no celaba ese pequeño caprichoso?
—¿Cómo es que te dejan escuchar mi música, huh? —preguntó NamJoon con una curiosidad divertida, recibiendo toda la atención eufórica de TaeHyung.
—Bueno, verá, es que desde que era un bebé muy chiquito mi papá ponía sus álbumes a todo volumen ¡y ahí me di cuenta que quería ser rapero! —explicó completamente eufórico por conocer a su ídolo—. Aunque mi mamá decía que no debía escuchar su música porque me convertiría en un vándalo, ¡pero ustedes son tan geniales! Y sus letras me gustan porque son poderosas y aprendí a quererme mucho también, ¡porque soy genial! —NamJoon se rió, bastante enternecido porque el mensaje de su música había llegado hasta al infante—. ¡Y mi papá es un gran fan también! ¿Ya lo dije? Oh, sí ya lo dije.
—¿Ah, sí? ¿Te gustaría tomarte una foto conmigo para presumirle que me conociste? —propuso.
—¡¿Puedo?! —preguntó con ojitos brillantes.
—Seguro que sí —le sonrió.
—Usen mi celular, después se lo mando a tu papá —les dijo Jin, sacando el aparato de su bolsillo.
—¡Oh dios! ¡Este es el mejor día de mi vida! —agitó a JungKook de los hombros y este lo empujó por el movimiento, pero a Tae no le importó y volvió a acercarse a NamJoon—. Bien, bien, tiene que ser ahora porque ya casi llegamos a mi casa, ¡estoy listo!
El niño hizo una pose intentando verse genial y NamJoon tomó el celular de SeokJin, levantó la cámara y capturó el momento en una linda foto. La sonrisa emocionada del niño no tuvo precio entonces y por un segundo el hombre se preguntó por qué JungKook no podía ser así de adorable, aunque luego se sintió terrible por compararlo de esa manera.
—Este es el mejor día de mi vida —murmuró con ensoñación mientras miraba la foto con detenimiento, luego le entregó el celular a NamJoon y lo miró con total atención—. Mis canciones favoritas son los cyphers y mi sueño es cantarlas con ustedes.
—Whoa, eso es un gran sueño. ¿Qué parte te gustaría cantar?
—¡Cypher parte 3! ¡La parte de Suga! —lanzó algo parecido a un chillido y NamJoon recordó a sus fans femeninas cuando los veían por la calle—. Suga Hyung es taaaaan genial.
—Le diré que piensas eso de él —prometió.
—¡Gracias! Y dígale a HoSeok Hyung que baila bastante bien y, y, y, usted es tan genial rapeando también, uh, ¡todos lo son! Aish, lo siento, estoy muy nervioso. Si hubiese sabido que conocería a RM Hyung hoy, ¡habría preparado un discurso!
En ese momento el auto se detuvo y Jin miró al castaño con una sonrisa apenada, no quería quitarle la ilusión al pequeño niño, pero no podía quedarse en el auto para siempre. Este rápidamente captó el mensaje y miró nuevamente a NamJoon.
—No se olvide de mí, recuerde que soy su fan número uno.
—No lo haré, lo prometo.
TaeHyung volvió a chillar.
Chocaron los puños y Tae, luego de darle un tierno beso en la mejilla a su mejor amigo, se bajó del auto. JungKook murmuró algunas cosas mientras limpiaba la zona besada por su amigo con la palma de su mano, su ceño fruncido porque había sido olímpicamente ignorado por este durante todo el recorrido.
—¿Por qué le preguntaste si lo dejaban escuchar tu música? —preguntó Jin de repente, encendiendo el auto. NamJoon lo miró con curiosidad—. Hace un momento, antes de que se tomaran la foto —aclaró.
—Bueno... ¿Has escuchado mis canciones? Las canciones de BTS al menos —apretó un poco sus labios.
—Sólo las famosas, sabes que nunca fui fan del hip-hop —explicó.
—Bueno... —carraspeó—. Hay algunas un tanto curiosas.
—Por amor de...
—Éramos adolescentes, no puedes culparnos —se defendió—. En general, nunca decíamos cosas horribles, sólo solíamos decir groserías o hacíamos referencias... para mayores de edad —trató de explicar sin que sonara demasiado extraño para el niño que todavía se encontraba sentado en los asientos traseros.
SeokJin abrió un poco la boca, sorprendido por la declaración. Había un aire de gracia en su cara.
—Ahora necesito escucharlas todas —tamborileó el volante con sus pulgares, sonriendo.
—No, por favor —se lamentó NamJoon.
Entonces, mientras Jin se reía, NamJoon se giró hacia el asiento de JungKook.
—¿Y tú qué dices? —trató de llamar su atención, pero JungKook siguió mirando hacia la ventana—. ¿Quieres un helado?
El niño lo miró un momento antes de desviar su atención a la ventana una vez más. La propuesta le había interesado, no había duda de ello, pero se estaba haciendo el fuerte aun así. NamJoon asintió y se volvió a poner derecho en su puesto, miró a Jin y este le sonrió.
—Vamos por un helado —anunció Jin y encendió la radio.
A pesar de que sabía que debía negarse para no darle tregua a NamJoon, JungKook igual disfrutó el helado de chocolate que le dieron luego. Al menos hasta que un par de fans reconocieron la cara de NamJoon tal y como lo hizo TaeHyung y tuvieron que irse de ahí lo más rápido posible.
Esa tarde, Jin bromeó sobre lamentar salir con un famoso. NamJoon sólo lo besó a escondidas de JungKook, diciéndole que la suerte había sido para él porque salía con el chef más lindo de toda Corea, y JungKook se preguntó si acaso la aparente fama de NamJoon sería un problema a futuro.
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