E P Í L O G O
NamJoon bostezó con flojera cuando SeokJin se removió en la cama, sabía que esa era su señal para levantarse pero no quería moverse en absoluto. Murmuró algo sobre tener mucho sueño, o al menos pensó que lo hizo, y su novio se rió bajito. Su brazo rodeó la cintura del mayor para darle a entender que lo quería cerca y maldijo cuando el celular de SeokJin resonó con fuerza sobre la mesita de noche.
—Es JiMin, déjame ir.
NamJoon negó con la cabeza, frotando su frente contra la espalda de SeokJin mientras trataba con todas sus fuerzas de volver al mundo de los sueños. Con suerte, arrastraría a su novio con él, sólo tenía que esperar a que el celular dejara de sonar.
—Amor...
—No...
—NamJoon —picó su cadera y el otro se alejó por reflejo.
—Bien, sólo porque me estoy hartando del sonido —murmuró.
Jin se sentó y de inmediato el tono de llamada se detuvo, NamJoon simplemente se estiró en la cama con los ojos cerrados, pensando en lo adormecido que se sentía más que en la voz insistente que sonaba del otro lado de la línea.
Había pasado alrededor de una semana desde el reencuentro con JungKook. Desde entonces, NamJoon comenzó a ir más seguido a la casa de SeokJin, siendo recibido no solo por su encantador novio, sino también por el emocionado niño que sonreía en grande cada vez que lo veía atravesar la puerta. JungKook se veía contento no sólo de que NamJoon durmiera en casa, sino también de que fuera a buscarlo a la escuela, incluso mencionó un par de veces que sería más sencillo para todos que NamJoon se quedara más tiempo del previsto. Habían mensajes entre líneas que le daban a entender al productor que el niño estaba deseando que se quedara con ellos, pero mudarse juntos seguía siendo un tema que iban a dejar para el futuro próximo. Sin embargo, ver a JungKook tan emocionado al respecto sí calentaba su corazón.
Una cosa que no había escuchado decir al niño desde su reencuentro, era que lo llamara por el apodo que seguramente lo haría derretirse de amor, pero estaba bien con eso, él no iba a presionar al niño, mucho menos sabiendo lo complicado que se le hizo aceptar que quería a NamJoon para empezar.
—¡Papá! —JungKook entró corriendo, su pijama de superhéroes encima y sus ojitos abiertos sin una pizca de sueño. NamJoon abrió los ojos por el llamado y jadeó cuando el niño se lanzó sobre la cama, justo en su pecho—. ¡Buenos días!
—Uhg... Kookie, tu papá ahora está ocupado —le dijo con cansancio y Kook miró como Jin se levantaba de la cama con el celular en la oreja.
El niño arrugó su nariz y volvió su atención hacía NamJoon, quien seguía medio dormido en la cama.
—Entonces sírveme tú el desayuno —puso sus manitos en el rostro del hombre—, por favor, tengo hambre —apretujó sus mejillas.
—Ya voy... —abrió ligeramente los ojos, sentándose y bostezando en el proceso. JungKook bostezó como reflejo—. ¿Estás seguro que no quieres dormir otro rato más? —el niño negó—. Son las nueve de un sábado, los niños normales duermen hasta las doce.
—Y los papás normales sirven el desayuno a sus hijos —refutó, sonriente.
NamJoon se quedó un segundo procesando la frase, pensando en que el niño le había dicho papá indirectamente. Sin embargo, lo dejó pasar, no se lo dijo directamente y él iba a ser paciente. En cambio, el hombre enarcó una ceja y Kookie no borró su sonrisa, sonrisa que se transformó en una escandalosa carcajada cuando NamJoon lo tomó en brazos y empezó a hacerle cosquillas.
—¿Te crees un muy gracioso, no?
—¡No, no! ¡Para! —se carcajeaba entre gritos, NamJoon lo soltó cuando el rostro del niño se puso rojo—. ¡Eso no es justo! ¡Tú eres muy grande!
—Rawr —lo amenazó, levantando sus manos como ademán para volver a atacar y JungKook se cubrió el cuerpo mientras chillaba.
—¡No!
—Hey —Jin llamó la atención de ambos, lucía una expresión de ternura divertida frente al escenario, pero había cierta preocupación en su mirada que no encajaba del todo con la escena—. Nam, ¿YoonGi ha hablado contigo recientemente?
—La verdad es que no. Ni siquiera he encendido el celular, ¿por qué? —preguntó atento mientras seguía empujando a JungKook de un lado a otro, con las risas del niño de fondo.
—Es que, hm, JiMin y él...
—Salieron, lo sé —comentó como si no fuese la gran cosa, JungKook aprovechó la distracción para subir por su espalda y abrazarlo del cuello—. ¿Qué pasa? —le preguntó sin inmutarse a pesar del gran esfuerzo que estaba haciendo el niño para lanzarlo a la cama y ser el ganador de la lucha.
—Sé que salieron, JiMin me lo dijo hace como una semana sólo... que ellos... hm... —juntó sus manos e hizo muecas, NamJoon frunció el ceño—. Ya sabes... —juntó sus manos una vez más, casi como si estuviera aplaudiendo. NamJoon pareció entender un poco—. Sí, ellos... eso... y JiMin está entrando en una especie de pánico porque él no es ese tipo de chico, ¿sabes?
—Oh... —parpadeó.
JungKook ahora los miraba con interés pero no entendía del todo lo que estaban hablando.
—¿Qué pasó con JiMin Hyung? —preguntó cuando ya estaba sentado sobre los hombros de NamJoon, sujetando sus mejillas para no caerse.
—Nada —le sonrió Jin y se sentó al lado de ambos, JungKook rápidamente se dejó caer a la cama y fue a sentarse sobre su regazo. NamJoon terminó cayendo de igual manera por todo el peso del niño, lo bueno era que la cama tenía suficiente espacio para eso—. Es sólo que tuvo una cita con un amigo de NamJoon y las cosas se salieron de control, un poquito.
—Oh no —el niño los miró sorprendido—. JiMin Hyung nunca se porta mal, él siempre me dice que tengo que ser bien portado, ¡lo voy a molestar con eso! —sonrió maliciosamente, Jin sonrió y le dio un beso en la frente antes de mirar a NamJoon.
—¿Muy fuera de control? —preguntó, sentándose en la cama y masajeándose el cuello.
—Oh sí.
—¿Qué nivel?
—El nivel que relaciona alcohol y una cama.
NamJoon palideció.
—¡Voy a matar a YoonGi! ¡Ese idiota...! —se levantó, directo a buscar su celular y Jin empezó a reírse bajito—. Le dije que fuera cauteloso, es un... —se perdió en el pasillo.
JungKook enarcó una ceja y miró a su papá.
—¿Lanzaron alcohol en la cama?
—Sí, la mamá de JiMin lo va a matar —arrugó su nariz mientras el niño lo miraba con sorpresa, sin creerse que su niñero fuese tan mal portado. El adulto se rió ligeramente y se levantó, dejando a JungKook en el piso—. ¿Vamos a comer?
—¡Síp! —pegó un brinco y lo siguió por el pasillo—. ¡NamNam, ya vamos a desayunar! —le avisó cuando estuvieron en la cocina.
Fue entonces que NamJoon apareció con el celular en su mano derecha, luciendo un par de cejas fruncidas en una expresión de clara frustración.
—Creo que YoonGi sigue dormido, no contesta —dejó el aparato sobre la isla de la cocina, apoyándose sobre ella con los brazos cruzados—. Lo mataré luego —murmuró y luego miró al niño—. Por cierto, ese apodo que me pusiste es un poco tonto, ¿no crees? —molestó con un claro tono de broma.
—Te queda perfecto entonces —sonrió, Jin se carcajeó sin poder evitarlo y Nam despeinó los cabellos negros del niño como venganza—. ¡Aish! ¡No! —le sacó la lengua.
—Eres un mocoso molesto —apretó su nariz con sus dedos, sonriéndole.
—Y tu un gran tonto —se cruzó de brazos, luego pareció dudar cuando NamJoon suspiró fingiendo estar dolido por eso—. Uh, bueno, no tan tonto. No te vayas, no lo dije tan en serio —frunció sus cejas en preocupación.
Jin le lanzó una mirada llena de cariño al hombre y este le sonrió de vuelta, luego miró al niño y apretó una de sus mejillas.
—Te dije que no me iría.
—Lo juraste, los juramentos no se rompen —se sentó en su silla, mirándolo seriamente. NamJoon asintió mientras caminaba para ayudar a Jin.
—Es verdad, no planeo hacerlo —besó la mejilla de su novio y el niño sonrió—. ¿Qué quieres desayunar hoy?
—¡Hotcakes!
NamJoon miró a Jin, él viró los ojos.
—Hotcakes serán —suspiró con desdicha—. Están aprovechándose de lo mucho que los quiero.
—Pero a mi me quieres más, ¿no? —preguntó el niño.
—Claro que sí —respondió sin dudar.
—¡Hey! —se quejó NamJoon, siendo acompañado por su propia risa, Jin le lanzó un beso.
—Está bien NamNam —JungKook movió su mano como si no fuera la gran cosa—, yo también te quiero.
La sala se quedó en completo silencio entonces. SeokJin giró con duda, incapaz de entender la razón, y se encontró con el rostro rojo de NamJoon y con sus ojos aguados. Su mano cubría su boca, atrapando en ella los sollozos que parecían luchar por salir y se veía tan movilizado por lo que había dicho JungKook, que Jin sintió que su corazón se derretía de puro amor.
—¿Estás llorando? —preguntó sorprendido, acercándose. NamJoon cerró los ojos y negó con la cabeza, Jin sonrió mientras acunaba su rostro—. Oh bebé, sí estás llorando —acarició sus mejillas, el contrario soltó un sollozo y se abrazó al cuerpo de su novio.
—¡No lo hice a propósito, lo siento! —corrió hasta abrazar una de las piernas de NamJoon.
SeokJin, por otro lado, volvió a reírse por la ternura que le provocaba la escena.
—No te preocupes, Kookie —consoló SeokJin—. Creo que NamJoon sólo está muy conmovido, ¿no es así? —cuando su novio asintió, JungKook pareció suspirar aliviado—. Ustedes dos son un caso, en serio —murmuró recostando su cabeza sobre el hombro de su novio y acariciando el cabello de su hijo—. Son tan lindos.
JungKook infló sus mejillas mientras fruncía sus cejas y NamJoon sorbió su nariz, apretando la cintura de su novio.
—Sí, muy lindos —asintió con una sonrisita decorando su rostro.
Ellos serían una familia feliz a partir de ahora, no había duda de eso.
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