019
- Yo creo que fui bastante clara con usted, no voy a permitir que me maneje a su antojo, es mi vida, por ende yo decido con quién hablo y con quién no, usted no es nadie para darme órdenes.
- Soy tu amante Julia, ¿Eso te parece poco?.
- Exactamente, usted mismo lo acaba de decir. Usted es mi amante, más no mi dueño.
- En lo que a ti se refiere, amante y dueño viene siendo exactamente lo mismo.
- Pues no, yo acepto que soy su amante, pero usted no es mi dueño, no sé equivoqué.
- Julia, ya somos amantes, quiero que dejes de hablarme por usted.
- Posiblemente lo haga, pero si es otra de sus órdenes señor Osorio, déjeme decirle desde ya que eso no va a suceder.
- ¿Por que no puedes ser mas sumisa y dócil? En donde tenía mi cabeza cuando te conocí, debí haber ignorado por completo tu existencia, eres muy terca, muy grosera y me haces enojar todo el tiempo. Es más, me haces encabronar más de lo que me complaces.
- Su cabeza, la tenía dentro de sus pantalones cuando me conoció y si complacerlo es decirle que si a todo y dejar que usted decida por mi, tiene razón, nunca lo voy a complacer. Me gusta pensar y decidir por mi misma. Me convertí en su amante, porque yo quise serlo, porque lo deseo y quise estar con usted y que mejor que mi primer amante sea un hombre tan experimentado para que me enseñe este arte, pero olvídese si piensa que me va a tratar como si fuera de su propiedad.
- Cuando yo doy una orden espero que la gente la acepte sin reprochar.
- Si me la da mi jefe la acepto, si me la da mi amante no.
- No se porqué te deseo tanto Julia, ni si quiera tratas de complacerme y tenerme feliz.
- Ya me tengo que ir a trabajar, no se le olvide decirle a su hermana que me justifique con su ex novia.
- No se me olvida, ¿Y mi beso de despedida?.
- No te lo mereces Osorio, hace pocos segundos me dijiste que no te complazco.
- En la cama si me complaces, me vuelves loco, pero fuera de ella te quiero mas dócil Julia.
- Ni en mil años, al menos si logro conocerlo en algo señor Osorio.
- Y lo haces demasiado bien. - Jefnier alarga la mano y la atrae hacia él, agarrándola de la cintura, desciende las manos y se adueña de las nalgas de Julia apretandola para pegarla a su cuerpo, inclino la cabeza para capturar su boca con un beso hambriento y posesivo. Julia era totalmente consiente de cada uno de los músculos de Jefnier, una agradable sensación de debilidad le robaba toda la fuerza de sus brazos y piernas, Jefnier noto como se relajaba en sus brazos, la escuchó gemir suavemente, Julia deslizo su lengua en el interior de la boca de Jefnier y se alzo hacia él rodeándole el cuello con los brazos Jefnier alza la cabeza y rompe el beso.
- Vámonos de aqui a un hotel, quiero seguir teniéndote con una vez no es suficiente.
- Estoy en horas de trabajo y me tengo que ir ya.
- ¡Maldita sea! Mañana mismo quiero que renuncies al trabajo, quiero tenerte cuando yo quiera.
- Ya le dije que no pienso renunciar.
- Cuando vas a aprender que mis órdenes no se discuten, se cumplen.
- Nunca, entienda es mi trabajo, al igual que usted me muero por seguir esto, pero no siempre podemos hacer lo que nos plazca.
- Si podemos, tengo el dinero suficiente para darte y que no trabajes y poder estar juntos en la cama todo el día.
- No sea tan terco y mandon señor Osorio.
- En la noche espero que si la pases conmigo y nos quedamos hasta el amanecer, no quiero pretextos.
- Tengo que hablar con mi mama de lo ocurrido con usted. Se supone que usted se fue de viaje y no quedamos en muy buenos términos.
- ¿Hablaste con tu mamá sobre mi?.
- No tengo secretos con ella, desde el día en que lo conocí llegue tan furiosa por su arrogancia y me desahogue con ella.
- Te impacte lo suficiente como para tenerme en tu mente y buscar una revista donde yo estuviera en primera plana, te descubrí con ella no me lo puedes negar.
- Mi mama la tenia guardada y me la enseño cuando le platique lo de nuestro encuentro en la parada, no se haga ilusiones.
- ¿Cuando vas a aceptar que me deseaste desde que nos vimos?.
- Por favor señor Osorio, no sea presumido y vanidoso.
- Te vuelvo loca con mis besos y caricias Jul debes aceptarlo.
- No acepto, ni niego nada, averigüelo por si mismo.
Jefnier desliza la mano dentro del uniforme de Julia y haciendo a un lado los pantis. siente lo caliente y húmeda que se encuentra.
- Te vuelvo loca con solo mi presencia siénteme, a mi también me vuelves loco.
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