017
El le levanta las caderas y las nalgas y le baja completamente su uniforme junto con sus pantis, dejándola desnuda en el escritorio.
- Me vuelves loco, me enloqueces, se puede estar cayendo el mundo y nadie me me movería de este lugar.
La recuesta en el escritorio haciendo a un lado lo que puede molestarle a Julia, e
Le sube las piernas al escritorio y posiciona sus manos en las rodillas flexionadas de la chica mientras lentamente abre sus piernas dejando ver su sexo.
- Me muero por sentir se lengua. - Susurro Julia.
- Quiero adueñarme de ti, de todo tu ser, de tu escencia, sentir tu sabor en mis labios, en mi lengua. - Se va acercando.
Julia sentia la excitación de verlo como se iba acercando hacia el centro de su cuerpo con determinación, era como un tigre a su presa, no le daba cuartel se queria adueñar de sus sentidos. Jefnier sacando la lengua encuentra su sexo, chupándolo una y otra vez le acariciaba con su lengua
Julia jadeaba y se retorcia de placer.
- Mhhhh...No te detengas.
Jefnier sabia que por lo ocurrido en los lockers, hacer eso la trastornaba, la ponia a mil. Jefnier empieza con su lengua a chuparle su clitoris hasta que sintió que este comenzaba a hincharse a causa de sus lamidas y las succiones que había ejercido sobre este.
- Eres tan bella, tan deseable. - Julia meneaba sus caderas para que él siguiera.
Jefnier con un dedo restregaba todo su sexo.
- Necesito penetrarte ya. - Dijo Jefnier quitándose sus boxers. Julia tenía miedo, no quería decirle que era virgen, por miedo a que él no la quisiera de esa forma o que se arrepintiera de tenerla, se volveria loca si él la rechazaba por ser virgen.
- Acariciame. - Dijo Jefnier mirándola con deseo, Julia no sabia absolutamente nada de eso, pero aún así se levanto y uso su imaginación e intuición, poniéndose de rodillas le acaricio como él a ella, pasándole su lengua por todo su pene desde la base hasta la cumbre y succionando su punta mientras que con las manos lo apretaba.
- Asi. - Dijo Jefnier con su voz algo ronca. - Que bien lo haces, sigue.- Se sentía poderosa por lograr hacer temblar a un hombre como Jefnier, tan guapo y tan poderoso y ahora lo tenía gimiendo y jadeando. Jefnier la levanta de el suelo dónde se encontraba de rodillas. La lleva a un sillón de cuero negro cargándola, le enreda sus piernas alrededor de sus caderas sintiendo su pene enorme rozando su vientre.
Jefnier la tumba sobre el sillón suavemente y él va hasta uno de los cajones de su escritorio y saca un preservativo, se lo coloca y va con ella, y se tumba sobre ella. Vuelve a acariciar su clitoris con su dedo al mismo tiempo que se mete un pezón a su boca succionando, Jefnier se agarra su miembro y empieza a pasárselo por todo su sexo de arriba y hacia abajo.
- ¡Mierda! No juegue más conmigo, hágame suya!.
- Me muero por estar dentro de tu cuerpo. - Dijo alineando gentilmente su notable erección con la entrada de Julia, la sujeta por sus caderas y de una sola embestida entro a ella. Parandose en seco cuando escuchó un grito desgarrador de parte de Julia
- No puede ser. - Dice mirándola fijamente, para seguidamente tratar de salir de ella.
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