Capítulo 9. Entre la espada y la pared

___. ¿Habrás sobrevivido? ¿Habrás comido? ¿Cómo están nuestros hijos? Tantas preguntas que no pueden resolverse por sí solas. Te echaba de menos.

Mis sospechas fueron ciertas cuando Muzan me preguntó por ella y tuve la gran suerte de que mi mentira haya funcionado. Dio la orden de encontrarla con mis hijos. Solo esperaba que ella estuviera a salvo junto con Hakuji y Koyuki.

Mis ojos dorados estaban fijos en el horizonte, como si quisiera buscar alguna señal de ella. Necesitaba abrazarla y sentir su gran calidez. Un demonio no debería notar esa gran necesidad. ___ me transmitió tales sentimientos que no pensé experimentar. El aroma a peonía estaba por mis brazos y mi pecho. Solo espera un poco más. Cuando esto termine, volveremos a estar juntos como una familia.

La voz de Muzan resonó en mi cabeza y tuve que ir directamente hacia donde estaba. No estaba fuera de mi alcance. Una casa de humanos. ¿Qué estaba tramando? No estaba seguro, pero sentía curiosidad. Fui a una de las ventanas para acceder a la mansión y ahí estaba mi señor en forma de niño. Yo incliné la cabeza a modo de respeto.

—La Luna Inferior Uno ha tomado uno de los trenes. —Enmu, creo que se llamaba así. Ese tipo me da asco—. Lo dejé vivir porque vi en él cierto entusiasmo.

—¿Quiere que lo elimine? —No olvide que me otorgó tal poder.

—No, en el tren hay un Hashira, tres cazadores y un demonio con ellos.

Eso último me impactó bastante. ¿Un demonio colaborando con los cazadores? Eso era ridículo. No obstante, noté a Muzan tensar su cuerpo. Una forma de preocupación hacia ese grupo. Luego me miró directamente a los ojos.

—Hay un chico que quiero que elimines. Un chico con pendientes que representan el sol.

—Lo haré sin problema, Muzan-sama.

—Y si averiguas el paradero de tu Omega, ve a por ella y traémela con sus retoños.

Asentí y tomé rumbo hacia el tren que me mencionó. En cuanto a la otra misión, no lo haré porque soy un Alfa que está protegiendo a su familia. Muzan no lo entiende. Puede que esté en contra de él, pero mi familia está en peligro. ___ es mi felicidad absoluta al igual que mis hijos. Ellos han hecho que tuviera esos sentimientos que pensé extintos.

Yo no paraba de brincar con grandes saltos demostrando mi gran velocidad por ser un gran habilidoso en las artes marciales. Mi objetivo no estaba lejos porque sentía la presencia de ese demonio debilucho aproximarse. Sin embargo, un ruido estruendoso hizo que me detuviera en una de las ramas. Era el tren que había sido destruido completamente. Enmu, la Luna Inferior Uno, había muerto. Todas las Lunas Inferiores han desaparecido. Bah, patético. Solo era alguien que quería demostrar su fuerza hacia Muzan.

Entonces mis ojos se fijaron en un cazador joven junto con otro. Su aura era distinta. Ese chico de cabellos dorados con puntas rojas que representa el fuego, era un Hashira. Mis ganas de pelear con ese chico estaban creciendo considerablemente, sin embargo, me centré en el joven y en sus aretes. ¡Es él! Debo eliminarlo para manifestar mi lealtad hacia Muzan, aunque esto sea falso. Un movimiento rápido hice y estuve a punto de golpearlo porque solamente era un mocoso debilucho, pero mi mayor sorpresa fue el otro que cortó mi brazo. Yo me eché para atrás y no me contuve en reírme.

—Un Hashira del Fuego, ¿eh? Es la primera vez que me voy a enfrentar a uno —dije con una sonrisa socarrona—. Mi nombre es Akaza, la Luna Superior Tres. ¿Con quién tengo el honor de enfrentarme?

—Rengoku Kyojuro.

—Kyojuro, ¿por qué defender a seres inferiores como ese mocoso? Ni siquiera sabe mantenerse en pie.

—¡Porque es mi deber! ¡Y son la esperanza!

—No digas tonterías. La esperanza es ser un demonio y ser inmortal. ¿No te agrada la idea?

—Morir defendiendo a inocentes es algo hermano.

Patético. Este Hashira era un idiota al pensar eso, pero su postura de combate me intrigaba mucho. Quisiera saber si es capaz de seguir mi ritmo. Yo estuve a punto de dar un movimiento, sin embargo, un olor reconocible inundó mis sentidos.

Peonía.

___.

Un momento, ¡¿por qué este desgraciado olía a ella?! No. Tú no me traicionarías, ¿verdad? Siempre me decías que me amabas una y otra vez. Una gran rabia estaba surgiendo en mí. Nunca antes me había pasado. Mi mente me estaba pidiendo que matara a ese Hashira que tiene indicios de ser un Alfa como yo. Un grito realicé, una manera de explotar toda la rabia consumida y lo ataqué.

Rengoku Kyojuro se defendía bastante bien, pero no podía contrarrestar mis golpes mortíferos. ___, ¿por qué me haces esto? No. ¿Y si esta persona abusó de ti? Una mala imagen vino a mi cabeza. Tú indefensa intentando proteger a nuestros hijos, mientras él se aprovechó de tu vulnerabilidad para hacer lo que quisiera.

¡No! ¡No! ¡No!

Ante ese pensamiento, con mi técnica de sangre, le hice un corte en el ojo izquierdo causando que lo perdiese definitivamente. Hijo de puta. Te lo mereces por atreverte a acercarte a ella. Kyojuro tenía una fuerza de voluntad abrumadora. Su espada chocó con mi puño deteniendo mi ataque.

—¡Nadie la toca! ¡¿Me estás oyendo?! —grité a pleno pulmón. Los ojos de Kyojuro mostraron confusión—. ¡Es mía y de nadie más! ¡Yo la marqué! ¡Es mi Omega! ¡Es mi pareja!

—¡No sé de qué estás hablando! —Esa respuesta me hizo enojar más.

—¡No te hagas el idiota! ¡Aprovechaste la ocasión para acostarte con ella!

—¡Yo no me acosté con ninguna Omega!

—¡¿Y por qué demonios hueles a ella, maldito desgraciado?!

—¡¿Eres el Alfa de ___?!

La voz del chico de los aretes hizo que me echara para atrás. Dijo el nombre de mi pareja. Eso me alarmó bastante. Rengoku Kyojuro miró de reojo al muchacho.

—¡¿Cómo sabes su nombre?! —cuestioné.

—Mi sentido del olfato está muy desarrollado. No se me hizo difícil que hueles igual a la esencia que está impregnada en ___ —explicó con una voz más calmada—. Un demonio Alfa con una humana Omega.

—Imposible. —Kyojuro estaba impresionado—. Los Omegas no sobreviven al dar a luz a un híbrido.

—___ es un caso aparte —dije—. ¡Ahora dime porque hueles a ella! ¡Me están dando ganas de matarte ahora mismo!

—¡Le salvé la vida al igual que tus hijos!

¿Qué? ¿Ese humano salvó su vida? ¿Por eso huele a ella? No sé qué creer. Sin embargo, ese mocoso de aretes también desprendía el dulce olor de ___. Solo significaba que ella estaba en la organización de los cazadores. Mierda.

—No le habréis tocado un pelo, ¿verdad? —cuestioné a base de gruñidos.

—Ella está bien. Hakuji y Koyuki también —me respondió Kyojuro guardando su espada—. Ahora sé que eres el Alfa, no puedo matarte por el simple hecho de que estás unida a ella. Si lo hago, ella también morirá y no quisiera que los pequeños quedaran huérfanos.

—Oh, que Hashira tan considerado —me burle. Mi rostro se volvió serio—. ¿Está comiendo bien? —pregunté, queriendo saber más de ella.

—Akaza, ¿verdad? —dijo mi nombre—. ¿Por qué no lo compruebas por ti mismo? ¡Seguro que ___ se alegrará de verte! —exclamó Kyojuro.

—... ¿Estás diciendo que vaya a…?

No. Eso sería demasiado peligroso. Si hago eso, era posible que los cazadores intentarán cortarme la cabeza. Bueno, más diversión para mí, ¿no? Podría luchar perfectamente. Por el rabillo del ojo vi que estaba a punto de amanecer. ¡Mierda! Yo tenía que salir de ahí cuanto antes. Me fui corriendo hacia al bosque no sin antes escuchar la ubicación de los cazadores. ¿Por qué me lo ha dicho? ¿No se da cuenta que se enfrentó a un demonio? Los dejé vivir. Muzan no me perdonará por haberles dejado vivir, sin embargo, tengo noticias acerca de ___. Ella y mis pequeños están vivos. Eso me relajó bastante.

Me escondí por un buen tiempo del sol desde las sombras que me proporcionaban las copas de los árboles. Tenía que esperar a la noche para comunicar a Muzan sobre lo sucedido. Me matará por no haber cumplido mi objetivo, pero no mencionaré nada sobre ___. Creo que, sin darme cuenta, mi vínculo con ese hombre se ha desvanecido completamente. Me preguntaba cómo era posible eso. Mis manos apoyadas en el suelo fértil acariciaban la tierra aún virgen sin ser tocada por el humano. Esto significaba que yo tengo una oportunidad con ___. Podría huir de aquí con ella y nuestra familia crecer.

A mi izquierda se encontraba Muzan esperando a que le diese el comunicado y a mi derecha me esperaba ___ con nuestros hijos. La espada y la pared. Pétalos y agujas. Si escojo ir hasta mi creador, sufriré torturas que no merezco. Y si escojo a mi familia, ellos me esperarán con los brazos abiertos y recibiré el cariño que siempre me han proporcionado. Oscuridad y luz.

Las horas pasaron. El sol se escondió dándome la oportunidad de moverme. Mi instinto me pedía que volviese con ___. Su aroma me estaba esperando. Todo mi cuerpo se puso en pie y di grandes saltos hacia la ubicación que me proporcionó Rengoku Kyojuro. Solo esperaba que no fuese una trampa. Yo soy la Luna Superior Tres. Esos juegos no van conmigo porque me cabrea demasiado.

Un recorrido largo hice. Desde mi posición, en la rama de un árbol, observé el lugar. Una especie de finca amurallada. Es la base de los cazadores. ¿Quién diría que no lo encontraríamos? O tal vez Muzan no quería que nos acercáramos al lugar. El sitio estaba plagado de Betas, y algún que otro Alfa u Omega. No detectaba a la mía. ¿Dónde está? Ya esto me está empezando a cabrear. Con mis pies pegué un gran salto atreviéndome a pasar por esas murallas. Campanas empezaron a sonar ante mi presencia. Cuando alcé la cabeza, vi a unos cuantos cazadores enfrente de mí. Su espíritu de lucha era equivalente a los Hashira.

—¡E-Es raro ver a un demonio por acá! —exclamó una chica peli-rosa.

—Ey, hijo de puta, ¿acaso eres un suicida? —me insultó un muchacho de cicatrices.

No me interesaba ninguno de ellos. Solo buscaba a ___. Mis ojos dorados la estaban buscando con desesperación. Mi olfato me estaba traicionando. No. Aquí anda algo mal.

—Luna Superior Tres —susurró el más joven del grupo.

—¡Es genial, ¿no?! ¡Acabemos con él con estilo! —exclamó el segundo más alto.

Si tantas ganas tenía de pelear, lo haré con gusto. Así por lo menos podré despejar mi mente con diversión. Sin embargo, me sorprendió que uno de ellos, una chica, se pusiera en medio. Su espada apuntaba a sus compañeros.

—¡Shinobu! ¡¿Qué haces?! —exclamó la peli-rosa.

—Sé que esto no es propio de mí, pero haré una excepción con este demonio.

—¡Estás haciendo lo mismo que Tomioka aquella vez! —El chico de la serpiente la señaló con el dedo.

—Ah, ¿sí? No me di cuenta —rio. Qué chica más rara.

—Shinobu, no me estés jodiendo.

—¡Estoy con Shinobu!

Esa voz solamente venía de Rengoku Kyojuro. Ese chico hizo acto de aparición y tenía una venda en el ojo izquierdo. Él estaba portando su espada y se colocó al lado de la chica.

—Yo le dije que viniera —se sinceró.

—¡¿Cómo?!

—Kyojuro… ¿por qué?

—Hay un motivo detrás de todo esto. Oyakata-sama sabe el motivo. Este demonio no ha venido a pelear.

—¡Me importa una mierda! —El cicatrizado estaba enfureciéndose—. ¡Todos los demonios son unas escorias que deben morir!

Ese tipo estaba a punto de atacarme.

—Sanemi, por favor, no trates así a nuestro invitado.

Una voz aterciopelada capaz de inundar todos mis sentidos se hizo presente. Todos los cazadores miraron al responsable. Un joven moreno con marcas extrañas en su rostro estaba siendo acompañado por una mujer y unas niñas. Algo nos dijo Muzan sobre este personaje. Este tiene que ser Ubuyashiki Kagaya.

—Bienvenido, Luna Superior Tres —me saludó—. Kyojuro me informó de todo.

—¡Oyakata-sama, no se fíe!

—... ¿Dónde está? —pregunté sin miramientos. Estaba perdiendo los estribos—. ¡Vine aquí por un motivo! ¡Cómo no me digáis dónde está, yo…!

—¿Akaza?

No pude continuar porque una voz dulce cautivó mis oídos. Ese olor a peonía solo es único en una persona. Mi corazón muerto bombeó mucha sangre al percibir su aroma. Mis ojos dorados, marcados por Muzan, se clavaron en ___ quién estaba acompañada por ese chico apellidado Kamado.

___. Te ves tan hermosa. Solo han pasado pocos días y ya te extrañé. Todo a mi alrededor se estaba volviendo extraño. Tú sonreíste llena de felicidad al verme y no dudaste caminar hacia mí, pero teniendo cuidado por si esto era una trampa. No sabía cómo responder. Ir tras ella o quedarme quieto.

___. Mi preciosa peonía.

«Ve, Akaza».

La voz de la chica fantasma susurraba a mi oído y me empujaba con suavidad para ir hasta ___.

«No temas. Ve».

De un movimiento rápido, corrí hasta ella para abrazarla con mucha fuerza. Mi cabeza quedó apoyada entre sus pechos. Mi cuerpo empezó a temblar con tantas emociones que estaba experimentando. No sé qué decir. Soy un demonio que estaba volviendo a sentir está debilidad. Una debilidad que quería olvidar.

—¡Lo siento! —exclamé—. ¡No debí haberte abandonado! ¡Ha sido doloroso para ambos por habernos separado! ¡Me lastimaba! ¡Me quemaba! —No, en serio, algo me estaba quemando de verdad. Algo corría por mis mejillas—. ¡No me separaré de ti! ¡No me iré sin ti y sin mis hijos! ¡Eres mi pareja! ¡Eres mi Omega!

Tu mano acarició con suavidad mis mejillas para retirar un líquido transparente. ¿Esas son lágrimas? Luego me dedicaste una dulce sonrisa y también con esa gotas por tus pómulos rosados.

—Ahora estamos juntos. Ya nada nos puede separar.

Y nadie hará daño a nuestros hijos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top