Capítulo 3


Kiara.

Una alarma sonó haciendo despertar a la joven, la cual tenía que ir a clases.

Se levantó con pesadez, ya que no había tenido una buena noche por no decir que no había podido dormir nada.

Tomo ropa de su viejo armario para dirigirse al baño y así poder ducharse.

15 minutos después.

Con una toalla en su cuerpo y otra en su cabello se encaminó a su cama donde se hallaba su ropa.

Una camisa negra de tirantes, un pantalón del mismo color, unas botas negras y su suéter gris fueron el atuendo que llevaría ese día.
Dejando su cabello suelto y colocándose maquillaje para así tapar el golpe que le había hecho su madre.

Miro su reflejó en el espejo y soltó un suspiró.

Para después tomar y colgarse la mochila en su hombro y salir rumbo a su escuela.

30 minutos después.

Ya dentro de la escuela se dispuso a buscar en su casillero sus libros.

-¡Kia!- Escuchó gritar su nombre haciendo que voltee.

Miró a su amigo el cual se dirigía a ella por lo cual decidió evitarlo.

-¿Qué sucede?- Pregunto agarrándola del brazo.

-Nada, sólo que tengo clases Dy- Mencionó insegura.

Ya que se sentía patética el tener un golpe en su rostro.

-Voltea por favor kiara- Rogó.

La joven volteo lentamente, sin mencionar nada.

-Te ha golpeado- Afirmó tomando delicadamente su rostro.-¿Hasta cuándo?- Me pregunta cansado de aquella situación.

-Después de que tenga el dinero suficiente nos iremos ¿si?- respondió angustiada ya que todavía le faltaba dinero para reunir lo acordado.

-Tu sabes muy bien que para mi el dinero no es problema.- Siseo

-Lo sé y tu sabes que no seré una mantenida- Contestó cansada.

-Ya lo sé pequeña, sólo no quiero que te siga lastimando- Respondió fastidiado. -Hablaremos de esto más tarde, ahora vamos a clases.

La chica solo asintió con la cabeza, sabía muy bien que su amigo podía llegar a ser muy necio.

Al entrar a su clase de filosofía y tomando asiento intento poner atención lo cual le era imposible, ya que en su mente se reclamaba el no poder juntar el dinero aún.

Ir a Nueva York era su sueño y el de su amigo, lo habían planeado ya hace meses, Dylan le había ofrecido la oportunidad de marcharse sin siquiera tener un peso en su bolso ya que él se haría cargo de todo lo necesario a lo cual se había negado rotundamente, no sería una mantenida.

Por lo cual convenció a su amigo de que la esperará un tiempo en lo que juntaba para su boleto y una renta.

¿El porque en Nueva York.?

Había leído en diferentes historias en donde hablaban de ese lugar que su sueño fue algún día poder ir además de que contaba con las mejores escuelas de arte y fotografía exactamente lo que le apasionaba a la joven y no sólo contaba con eso, sino que también contaba con las mejores escuelas de medicina a lo cual aspiraba su amigo.

Por lo cual Nueva York era perfecto.

La campana de salida sonó indicando que la clase por fin había terminado, la joven tomo sus cosas para así guardarlas en su mochila. Al alzar la mirada pudo ver al chico que ha estado con ella en todo momento.

-Hola bella dama ¿me acompaña a la cafetería por algo de comer?- Preguntó el joven haciendo reverencia cuando la chica tomo lugar a su lado.

-Claro hermoso caballero- Respondió riendo.

Al llegar a la cafetería y pedir sus almuerzos se dirigieron a tomar asiento.

-Y ahora ¿por que fue?- Preguntó sin poder evitarlo.

-He tenido doble turno en el antro, ella quería dinero y le he dicho que no me han pagado- respondió soltando un suspiro.

-No se por que sigues en esa casa, te he dicho que te puedes ir a mi departamento en lo que nos largamos. - Mencionó un tanto molesto.

-Lo se, pero no quiero ser una molestia, además es mi madre y quiero pasar estos últimos meses a su lado aun que sea una maldita conmigo. - Confesó.

-Esta bien, te dejare tranquila por el momento pero si vuelvo a ver otro golpe te irás conmigo. - Mencionó decidido.

-Vale.- Comentó levantándose ya que la campana había sonado indicando  que era hora de entrar a clases.

-¿Paso por tí para llevarte al trabajo?- Preguntó tomando su mochila para que colgase en su hombro y empezar a caminar.

-Si, Gracias. Nos vemos al rato.- Se despidieron para tomar rumbos diferentes.

Demián.

-¿Qué sabes ya de la chica?- Preguntó un tanto harto por no haber tenido información.

-Aún nada, el investigador  mencionó que la tendría dentro de cuatro días.- Aclaró la garganta un tanto nervioso el guardia.

-No lo quiero para dentro de cuatro días, lo quiero para mañana ¿entendido?- Alzó la voz molesto.

El no saber ni siquiera el nombre de aquella chica le frustraba haciendo que su mal humor aumentará cada vez más.

-S..si señor, enseguida.- Dice tartamudeando.

Al ver que el hombre no se movía lo frustró más.

-¿acaso no piensas moverte? ¡Largo! - Gritó con furia.

El hombre tan sólo salió con prisa antes que su jefe le hiciera algo, ya que todos sabían que cuando se enojaba era de los que daban un balazo en la frente a la primera persona que no le obedezca.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top