Capítulo 56

Gabriela.

Su mensaje todavía hacía estragos en mí, lo cual era obvio al ver mis manos temblar.

Derek sin duda es un antes y un después en mi vida, antes de conocerlo lo tenía todo controlado, poseía uno de los bares más populares del Estado, tenía un enemigo aunque no me encuentro muy segura de en cuál categoría nos encontramos ahora, también poseía prestigio y era conocida como una de las mejores agentes tanto en importaciones y exportaciones y puede que todavía lo sea, pero ahora no me importa.

Y ahora estoy a muchos kilómetros de lo que llame mi hogar, en un país diferente con un idioma diferente, con un clima diferente y sin duda con un paisaje diferente.

Sin olvidar que todavía existe la posibilidad de que pueda caminar con una cojera por el resto de mi vida.

Como también está el hecho de que tengo algunas cicatrices ocasionadas por los huesos que al romperse sobresalieron de mi piel.

Todavía me oculto de Derek y sigo sin saber que siento por él exactamente y por eso lo mantengo al fondo de mi mente.

Hoy en día no soy poseedora de ningún bar ante los ojos del público y ya no existe nadie llamado Monterrey, es una etapa de mi vida que doy por concluida.

Actualmente me encuentro tomando una copa con mi peor enemigo mejor conocido como Connor, o eso creía yo que era. ¿O tal vez todavía lo sea? No lo sé.

—Sabes que si me esfuerzo un poco en escuchar, casi puedo oír tus pensamientos filosóficos –suelta él desde su asiento a mi derecha mientras vemos el amanecer.

—Todavía trato de comprender de qué lado estas –digo lo que pienso con la esperanza de que me diga si está de mi lado o no.

—Del mío. Siempre —contesta tomando un trago de su copa mientras contempla el mar.

—¿Entonces por qué me ayudas? –inquiero y sé lo piensa un momento antes de responder.

—Es una simple cuestión de intereses Gabriela, hay más mal en este mundo del que sabes y del que deberías saber. Te conozco desde siempre, empecé a "molestarte" —Él sabe tanto como yo, que lo que él llama "molestar" es un eufemismo—. Quería saber cuál era tu carácter, y no eres alguien que se deje doblegar, pero a ellos no les importa si eres bueno o inocente, a ellos solo les importa el dinero y eliminaran a cualquiera que se interponga en su camino.

Al final de cuentas no terminó de responderme lo que quería saber.

—Así que debo creer que me ayudas por la bondad de tu corazón —ironice.

—No. Yo solo quiero cogerme a Sophia —agrega con una sonrisa maliciosa que se forma en su rostro y no me pasa desapercibida.

—No pienses ni por un momento que... —me interrumpe antes de que pueda continuar.

—Sophia es mayor de edad y conoce el juego que estamos jugando, ya ella hizo su movimiento y eme aquí, ahora es mi turno.

Con eso se levantó de la silla y entró a la casa dejándome sola por unos minutos antes de iniciar mi terapia física.

Este hombre es un completo misterio, el bar sigue siendo mío, Luis sigue siendo el gerente, los trabajadores siguen siendo los mismos la única diferencia es que para el ojo público y para los oídos que nos interesa, el bar ahora es propiedad de Connor y él está dando la cara por mí y para ellos Connor me desapareció.

Algunos se preguntarán porque no insistí para quedarme como representante del bar y el prestigio que representaba.

Y la respuesta es fácil, estoy cansada, ya no podía seguir así, llegué a un límite en el que entendí que ¿De qué me valía tanto esfuerzo? ¿Por el dinero? Eso es insignificante y no lo digo porque ahora lo tengo, es algo verídico que algunos siendo pobres se dan cuenta, pero para no entrar en detalles filosóficos y resumirles, les puedo decir que estoy donde quiero estar.

En una isla con un mínimo de 1.000 habitantes como población, escuchando las olas del mar, descansando en paz y tranquilidad.

No tengo que preocuparme por Derek, por el bar, por mí puesto en la empresa, no tengo que preocuparme por mis episodios de ira.

He encontrado mi paz.


********

El ejercicio cada vez se intensifica más, algunos días avanzan con lentitud, otros no. Lo que si tengo claro es que los días pasan y la llegada de Derek se acerca.

Como prometió no se comunicó conmigo en toda la semana y ahora solo contemplo el alba desde la ventana de mi habitación contando los segundos a la espera de ver si aparecerá o no.

—No alcanzas a saber lo hermosa que te vez en este momento Gabriela —Mi corazón se dispara inmediatamente al reconocer la voz de Derek detrás de mí.

Me giro y lo encuentro a dos metros de mí con las manos dentro de la bermuda, sin duda el estilo playero casual le va de maravilla.

—¿Cómo entraste sin que nadie te notara?

—Te dije que te encontraría y así fue, solo queda un detalle por terminar –responde en voz baja.

—Derek... —da unos pasos hasta terminar delante de mí y presiona un dedo dulcemente para callarme.

—No continúes —Toma mi rostro entre sus manos y no me resisto tampoco cuando presiona su frente contra la mía—... Déjame agradecerte Gabriela, no me alcanzará la vida para agradecerte lo suficiente por haberle salvado la vida a mi hija y gracias a ti ella ha vuelto a mi lado, a nuestro lado porque también es tuya si nos quieres en tu vida, sé que te di un ultimátum sobre nuestro matrimonio, pero no quiero obligarte a nada.

Su voz se torna ronca y continua—. Quiero que quieras esto tanto como yo, bebé. Fui un completo hijo de puta desconfiado y eso no es razón suficiente para perdonarme y sé que no tengo el puto derecho de permanecer en tu vida, pero —Una lagrima empieza a correr por su rostro y no la limpia, no puedo seguir manteniendo las mías al margen y empiezan a caer por mi rostro libremente como una fuente rota.

—...ver tu vida riesgo me ha destrozado como no alcanzas a entender —me presiona más el rostro como muestra de su desesperación.

—Lo volvería hacer una y otra vez.

—Yo te amo Gabriela Monterrey.

Y con eso me besa con desenfreno y desesperación de nunca forma que nunca antes lo había hecho, su lengua lucha con la mía. Me tome en sus brazo y automáticamente lo rodeo con la piernas, solo da un par de pasos hasta que siento la cama a mi espalda y empieza a quitarme la ropa hasta quedar desnuda ante sus ojos.

Recorre con su dulce boca mi cuello despertando nervios que nunca pensé que pudieran causarme tanto placer, sus manos viajan a mis muslo y toma el que peor quedo después del accidente y le reverencia con su boca en cada cicatriz.

—Esto solo te hace más hermosa —le susurra a mi piel. Se parta solo lo suficiente para desprenderse de toda su ropa y mostrando toda la gloria de su desnudez.

Regresa nuevamente y renueva sus atenciones donde lo dejo por mis piernas arrancándome gemidos de deseo y desesperación, el deseo es tanto que comienza a ser doloroso.

Vuelve a besarme, pero esta vez no hay lucha entre nuestras lenguas, lo hace lentamente mostrándome con su cuerpo el amor que siente por mí.

Lo siento en mi entrada y empuja lentamente al principio y termina de entrar sin miramientos.

El deseo arde en su mirada, pero solo me hizo el amor al ritmo de nuestro dolor y reencuentro, con cada embestida me decía te amo y me pedía perdón, cada vez que lo sujetaba y lo recibía le demostraba que lo perdonaba.

Mi orgasmo es tan intenso que apenas noto el momento en que da una última embestida y derrama su semilla dentro de mí y no me importo.

—También te amo –le susurro antes de quedar dormida en los brazos del hombre que me hace odiarlo y amarlo en partes iguales.

Ahora si encontré mi paz.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top