Capítulo 53

Derek.

Mi peor pesadilla se hizo realidad cuando veo el auto frenar, pero no lo suficientemente rápido como para evitar atropellar a Gabriela con mi hija en sus brazos.

Todo paso tan rápido, en un momento la veo en la acera y en el siguiente frente al auto con mi hija, Jennifer está del otro lado de la calle todavía ignorando lo que ocurre hasta que se crea el caos.

Corro tan rápido como puedo ignorando lo que me rodea tratando de llegar a ellas, cuando el grito de terror de mi hija me hiela la sangre y el corazón.

—¡Papi!

La gente ya las rodea y me abro paso entre empujones hasta que las alcanzo y veo una escena que me perseguirá por siempre.

Gabriela creo una jaula con sus brazos y su cuerpo apresando a mi hija de las laceraciones que pudieron haberla mato cuando el auto las atropello.

Me agacho para ayudarlas, los ojos de mi hija muestran lo que yo siento por dentro, pánico. Manchas de sangre cubren su pequeño rostro desde donde se encuentra debajo de Gabriela.

Tomo con cuidado a Gabriela por los hombros y la recuesto sobre su espalda, solo para darme cuenta que está inconsciente.

—La ambulancia ya viene en camino —escucho a Dani decirme, pero solo puedo concentrarme en tomar a mi hija en los brazos mientras trato al mismo tiempo de agarrar a Gabriela.

—Ya llame a su novio... Creo —dice una de las espectadoras que tomo el teléfono de Gabriela cuando voló. Le disparo una mirada dura, su único novio soy yo.

Daniel al verme, intercede—. Déjame eso a mi cariño.

Le quita el teléfono.

—Llamó a uno de sus contactos de emergencia. Ryan —agrega Daniel.

Una oleada de celos me posee al escuchar el maldito nombre, pero al mismo tiempo me hace preguntarme donde está Joe, lleva desaparecido más de una semana y ahora no está en sus contactos de emergencia, algo está pasando aquí y no sé que es.

Pienso en todo eso mientras mi hija empieza a molestarse y no me deja estar con Gabriela y sinceramente no es una escena que quiero que vea.

—Rebecca, necesito que estés con el tío Dani —le digo cariñosamente mientras se la paso y él la agarra inmediatamente.

—Vamos bebé, abre tus ojos —Limpio la sangre que corre de su boca tratando de no pensar en la gravedad de los daños para que este sangrando así, muevo un poco su cabeza cuando noto el charco de sangre que empieza a formarse rápidamente debajo de ella.

—¡Dani está perdiendo mucha sangre!

Idiotamente no sé en qué momento llega Ryan, pero de repente lo tengo empujándome lejos del cuerpo de Gabriela.

—Malditamente no la toques, joder —me gruñe—. Puedes romperle el cuello, no sabemos la magnitud de los daño.

Se coloca igual que yo de cuclillas y le toma el pulso en su muñeca.

—Sus latidos son cada vez más débiles, si la maldita ambulancia no llega pronto la perderemos.

Mis manos me tiemblan como el resto de mi cuerpo. A la distancia empieza a escucharse el sonido de las sirenas.

—Esto no puede estar pasando, bebé vas a estar bien te lo prometo —le suplico.

—Ella se metió entre el auto y la niña para protegerla —Me giro al escuchar la voz de una mujer respondiendo las preguntas de mi abogado—. Sí señor, la irresponsable de la madre se encontraba hablando por teléfono ignorante de lo que hacía su hija. Yo venía caminando...

Dejo de prestarle atención y solo me concentro en Gabriela, tomo su mano fría.

—¡Oh, por Dios! Eso es un hueso lo que sale de su abrigo —grita la voz horrorizada de un hombre.

La reviso e inmediatamente me doy cuenta de que es cierto. Todo a partir de ahí se vuelve un borrón y de pronto me encuentro peleando con Ryan que no me quiere dejar entrar en la ambulancia.

—Ella es mi mujer, maldita sea —bramo molesto.

—Lo era, mejor ve con tu hija y tu mujer —dice cerrando la puerta de la ambulancia en mi cara. No pierdo el tiempo y tanto Dani, mi hija y yo vamos al hospital.

A Rebecca ya le revisaron y solo tiene heridas superficiales.

Al llegar al hospital me encuentro con que todos los amigos de Gabriela están aquí, incluso la que es modelo.

Me acerco con intenciones de preguntarles por el estado de Gabriela cuando escucho perfectamente—. El maldito de Joe intento violarla el mismo día que terminó con Derek y ahora esto. Gracias a Dios estás aquí.

Le dice Aura a Sophia y se abrazan, me alejo y regreso a mi lugar aturdido, donde Dani me encuentra.

—Joe trato de violar a Gabriela y no lo supe, fue el mismo día de nuestra pelea. Y ahora estoy a punto de perderla, no puedo pensar en nada más que en tenerla en mis brazos, sana y salva para después matar Joe de la forma más dolorosamente posible a ese hijo de puta —clamo después de contarle a Dani, mientras mi hija juega con una de las enfermeras, ahora no me atrevo a dejarla con la irresponsable que tiene por madre, todo esto me sobrepasa.

—¿Estás bien muchacho? —Siento una mano en mi hombro mientras levanto los ojos para encontrarme con la mirada triste y preocupada de Luis. Sé que Gabriela es muy cercana a él

—Yo arruine las cosas con ella y ahora la voy a perder —le digo con la voz gruesa a través del nudo que tengo en la garganta y no me importa que vea las lágrimas empezando a caer por mi rostro.

—No digas eso, ella es muy fuerte.

—¿Por qué todavía no nos dicen cómo se encuentra? –le recrimino.

—No lo sé muchacho, no lo sé —dice angustiado.

**********

Ahora ya es de noche y Daniel se fue con mi hija a su apartamento, tiene prohibido entregarle la niña a Jennifer. El doctor solo ha salido una vez para informarnos de que hasta el momento la mantienen estable, que ha perdido mucha sangre y se encuentra en una situación crítica, el accidente causo más daños de los que eran presumibles, le destrozo la tibia y demás lesiones que no quiero recordar en estos momentos.

Me sorprende ver a mi abogado entrar por las puertas de la sala de espera donde estoy.

—¿Qué tal se encuentra?

—Estable —respondo automáticamente.

—¿Sabes que la causante de este accidente es Jennifer, no?

—Sí —Lo sospechaba, pero eso me lo confirma.

—Bien. Conseguí testigos y tenemos el video de la cámara de seguridad del edificio...

—¿A dónde quieres llegar con todo eso? —No estoy en mi mejor momento justo ahora para que estés con acertijos.

—Tenemos las pruebas necesarias para demandar a Jennifer por negligencia.

—Eso quiere decir lo que me estoy imaginando que quieres decir —No me permito tener un momento de felicidad hasta que sea real.

—Sí. Puedes recuperar a tu hija, su custodia seria por completo tuya.

—Eso es lo que más deseo. Además tenemos evidencia que perdió todo el dinero que me robo en apuestas y es por eso que volvió y no por la buena voluntad de su corazón.

—Eso es correcto, pero eso sí, no podemos darle la oportunidad de que su abogado empiece su defensa antes de que presentemos la demanda en los juzgados de París. Tenemos que volar mañana mismo.

—No puedo dejarla sola —Él sabe que me refiero a Gabriela.

—Tampoco podemos perder el tiempo, ella no está sola tiene a todos sus amigos aquí.

—Solo dame el tiempo suficiente hasta que ella salga de cuidados intensivos y esté fuera de peligro —pido.

—Dos días, eso es todo lo que puedo darte. —Se levanta y pone su mano sobre mi hombro—Lo siento, pero piensa en que pronto tendrás a tu hija.

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