Capítulo 5.

GABRIELA

        Karla notó su interés en mí y reanuda su manoseo en él tratando de llamar su atención, sin embargo, él se levanta y se queda de pie delante de mí con todo su metro noventa de altura contra mi metro sesenta. Y con estas sandalias al ras del piso me siento y me veo más pequeña, pero eso no me intimida en lo más mínimo.

        Con las luces del club alcanzo a notar que el color de sus ojos están en su totalidad casi negro por sus pupilas dilatadas gracias a la droga en el bourbon lo más seguro; me muevo un poco a un lado y veo a Karla, ella lleva un pequeño bolso y no lo ha soltado, Sospechoso.

        Miro de nuevo a Derek y veo que me mira fijamente.

—Tráeme mi bebida rápido, que por si no observaste, interrumpiste nuestra pequeña fiesta —En serio más cretino imposible.

       Me voy de allí muy cabreada y voy directamente almacén de licores donde me encuentro con Luis que me pone al tanto y los dos intercambiamos actualizaciones de la situación en cuestión y como sospechamos había tres chicas repartiendo o mejor dicho metiendo droga en las bebidas de nuestros clientes VIP, pero ya fueron neutralizadas y por el grado de consumo no están tan drogados como ellos querían.

       De ser así, hubiera causado un caos en el local, pero los afectados ya los hemos ingresado en una lista para darle beneficios por este antecedente y lo que me cabrea más es que ocurrió en nuestras narices. Esto no quedara así.

        Mientras me dirijo a mi piso de arriba ya se me ha pasado la adrenalina dando paso al cansancio. Karla ahora mismo se encuentra retenida hasta mañana, porque por el momento tengo trabajo que hacer.

        Al llegar arriba mando a Aura a descansar este día ha sido infinito y me recuesto un rato en la cama tratando de descansar un poco, solo a veces vengo entre semana, pero hoy por ser el aniversario tenía que venir y ahora solo quiero descansar un poco.

***

DEREK

— Más zorra no puede ser esa –dice la rubia sin hombre. Y empieza de nuevo a besuquearme mientras yo me recreo con sus tetas al cabo de un rato se detiene.

—Creo que necesitamos un trago y mira lo que tengo aquí.

        Saca una botella de bourbon de quien sabe dónde y la verdad no me importa, nos vamos a otro rincón de los que están por el área y veo que todavía hay gente pero no tanta como antes.

        Cuando llegamos al lugar nos volvemos a tirar sobre el sofá y ella está sobre mí dándome de beber, después de una hora o un buen rato me fastidio, solo puedo pensar en que necesito cogérmela y pronto, ya me canse de tanto juego.

         Empiezo a irritarme, y eso me recuerda al hada toda molesta que vino por mi bebida, ella me dejo un poco intrigado. Y entonces la rubia sin nombre me ofrece un trago directo de la botella, no sé cuánto he tomado, pero la verdad ni me importa no recuerdo que día es, solo recuerdo que...

—¿Oye por qué no estás tomando? —le pregunto a la mujer porque solo la he visto hacerlo muy poco.

         Sé que ya estoy ebrio y busco con la mirada a Dani y no lo veo por ninguna parte.

          Ella me ve haciéndolo y me salta encima, se quita la parte de arriba del vestido sin siquiera cerrar las cortinas, se moja las tetas con bourbon ofreciéndomelas y me las devoro con hambre, ella empieza a gemir y se aleja.

—Llévame a otra parte.

—Vamos al baño.

         Ella agarra la botella se acomoda el vestido mientras la llevo por el pasillo y llegamos a las escaleras traseras de la zona VIP, por ahí descendemos, pero me pierdo y no veo el baño entonces ella me jala hacia una puerta que por suerte está abierta, yo tomo otro trago y ella empieza a desvestirse cuando ya se suelta la parte de arriba de vestido la agarro y así la levanto por los muslos la abro y la empotro contra la pared conmigo entre sus piernas.

        Justo en ese momento suena una alarma y la muy perra me empuja, en medio de mi desconcierto me tambaleo hacia atrás y ella sale corriendo, me quedo allí veo para todas partes, está absolutamente oscuro y no sé dónde coño estoy, agarro la botella me doy un buen trago y luego trato de salir allí como puedo.

***

GABRIELA

          Me levanto un poco desorientada, dirijo mi mirada al ruido que me despertó proveniente de la puerta, me acerco veo que es Luis y le abro.

—Vaya te desperté –él me da una sonrisa.

—Muy observador. ¿Ya te marchas?

—Sí Gabe. Vine a decirte que los de limpieza ya terminaron y la fiesta la cancelamos antes por el incidente, no quería correr más riesgos como ese otra vez. ¿Tranco por fuera o vienes y trancas tú?

        Me lo pienso y es mejor que tranque yo, ya mañana cerraré por fuera para que él pueda entrar después.

—Buena idea. Y mejor bajo y tranco yo así es más seguro y mañana cuando salga puedas entrar tranquilamente.

Él me mira y luego sonríe diciendo—: Perfecto. Y báñate antes de caer dormida de nuevo mira que todavía estás toda pintada.

        Me miro y veo que es cierto, me recosté solo un momento y me quede dormida, giro mi cabeza a la cama tamaño King, la muy traidora que me llevo a los brazos de Morfeo y como castigo mis suaves sábanas blancas he incluido el edredón están todos llenos de la escarcha de mi cuerpo, voy a tener que bañarme y luego cambiarlas o nada hago con bañarme.

        Me giro de nuevo a Luís y le respondo con una sonrisa apenada.

—No me di cuenta y si tendré que cambiar las sabanas también —Él se ríe y luego se torna serio cuando vuelve hablarme.

—Si sientes algo o cualquier cosa por mínima que sea llámame no importa que acabe de llegar a mi casa o la hora que sea, también a Joe él tampoco dudara en venir a ayudarte. Lo digo en serio corazón.

—Bien, si veo o siento algo peligroso te llamo sin dudarlo. Ahora vamos para que salgas y así puedo dormir otro poquito. Y por cierto ¿qué hora es?

Vamos bajando ya por las escaleras y él ve su reloj y me dice—: 3:45 a. m. en realidad cerré a las tres y llame al doble del personal para cerrar en cuanto antes, bueno ya con esto me despido y no olvides lo que te dije.

       Me abraza y yo le devuelvo el abrazo y me besa la sima de mi cabeza como un padre lo haría.

—Que duermas bien y de todas formas están los dos chicos de seguridad afuera.

       Yo asiento y con eso él se va y yo tranco la puerta. Cuando ya voy camino a las escaleras con mi primer pie en el escalón y con todos los ánimos del mundo para bañarme a esta hora siento un empujón que me manda al piso de la manera más ruda, tanto que gemí de dolor mientras me sacaba el aire y en ese momento siento el peso de un cuerpo que me aplasta.

        Literalmente me está aplastando joder en serio que pesa. Levanto la cabeza para ver el rostro de mi atacante y para mi sorpresa se trata de la persona que menos me espera tener arriba de mí aplastándome mejor conocido como Derek Scott.

—¡Te atrape hada!

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