Capitulo 45
GABRIELA
La música se escucha fuerte en el club esta noche, es inevitable sentir la energía electrizante correr por tu sistema incitándote a bailar.
Desde mi puesto en el balcón desde la zona VIP puedo ver a las chicas entrar, durante este tiempo es increíble lo bien que se han llevado ambos bandos, aunque debo admitir que Sophia fue una total perra tanto con Laura como con Angie, sé que ese es su estado natural, pero esperaba una mejor conducta de su parte después que le advertí que se comportara.
Aunque me alegra decir que ahora son como ami–enemigas, a ver les explico. Sophia suelta una pulla y Angie no se la piensa dos veces para regresársela y otro miembro nuevo al grupo es Allison, ella todavía es un misterio para mí, todavía no termino de estar segura si es de las buenas o de las malas, lo que sí es seguro, es que la chica tiene garras, pero casi nunca sé contra quien las utilizará, a veces hay momentos en los que la noto muy a gusto en el grupo y de pronto se apaga automáticamente es como si recordara que está haciendo algo que no debería estar haciendo, ¿si me entienden?
Las chicas llegan hasta donde me encuentro todas felices y alborotadas dejándose llevar por la energía del lugar.
—Vamos guapa que haces ahí tan aburrida mueve tu trasero para acá —Sophia me invita a la pista de baile.
—Mujer en serio será mejor que te muevas ahora mismo —agrega Aura apresurándome.
Laura y Angie se acercan con unas bebidas—. Tengan es hora de que comience la fiesta.
Cada una tomamos una copa y empezamos a bailar al ritmo electrónico. Después de unas horas en la pista regresamos a nuestra mesa, durante todo ese tiempo me fije que Angie solo tomo un solo trago y al parecer no fui la única que lo noto.
—Maldición ¿por qué coño solo has tomado una copa en más de dos horas que llevamos aquí? —le sonsaca Sophia a Angie.
—Ese no es tu maldito problema Parker —le responde arrugando la cara.
—Solo fue una maldita pregunta, no te alteres —alega Sophia.
Aura al ver cómo se calentaban las dos decidió intervenir—. Saben después de todo ese baile se me ha abierto el apetito.
—Si estoy de acuerdo —corrobora Laura.
—Me parece perfecto vamos —digo apoyando la idea.
Aun así con el cambio de tema las cosas se sienten un poco caldeadas después del pequeño intercambio de palabras que tuvieron las dos, ambas deciden pasarlo por alto por el momento, pero quien sabe cuánto tiempo puedan pasar así, hasta que una o la otra decida ir por la revancha.
Nos decidimos por comer en una pizzería que esta una calle más abajo del bar, de camino recibo una llamada de una personita que sin que yo pueda evitarlo hace que se me acelere el corazón, sé que es la cosa más cursi que decir, pero es cierto y eso nadie lo puede saber, necesito hacerme la dura, él no puede saber que me tiene donde me quiere, me gusta hacerme la difícil, qué puedo decir.
—Hola —le contesto.
—¿De verdad esa es la forma de contestarle a tu novio? Porque debo decir que me estoy empezando a sentir como empalagoso por tanto afecto —puedo escuchar su sonrisa mientras habla provocándome una.
—Oh, lo siento si soy muy cariñosa, pero como sabrás todo mi afecto se lo guardo a mi novio, y como no tengo todavía me guardo para él.
Él empieza a reírse de mi broma—. Es bueno escucharlo, porque un pajarito me contó que ese pretendiente tuyo es un tanto celoso y no le gusta que seas afectuosa con nadie si no es con él.
—Es una pena que no lo conozcas porque de seguro no le gustara que estés coqueteando con su casi chica —decido seguirle el juego.
—Maldición no, no quiero conocerlo y que me parta la madre, ese hombre tiene unos grandes músculos que hay que tomar en consideración.
—Ahora te escuchas enamorado de él. ¿Tal vez ahora sea yo la que debería estar preocupada? —trato de sonar molesta.
—No tiene por qué preocuparte nena, ese hombre está loco por ti —Ya cansada de nuestro juego decido sacarlo un poco de sus casillas.
—Pues te voy a contar un secreto, es cierto que él está un poquito loquito por mí y es bueno entonces que no sepa en donde estoy.
—¿Y es que en donde coño estas? —todo humor a extinto de su voz.
—Probablemente no sea buena idea que te diga —bajo la voz a un susurro.
—¿Y eso por qué? –escucho que me susurra su voz en mi otro oído arrancándome un gritito por el susto.
—¡Ay te odio, maldición! –le grito con el corazón acelerado.
—Eso no es cierto. Tú Gabriela Monterrey malditamente me amas –grita la última parte, mientras me alza en sus brazos y me gira en el aire llamando la atención de los transeúntes.
Suelto grititos de alegría mientras lo beso en aire todavía.
Me pone sobre mis pies y me susurrarme sobre los labios—. Tú malditamente me amas.
—A ver tortolitos será mejor que entremos. Me muero de hambre —nos apremia Laura.
—Eso es cierto ya son más de las 11 y mi pancita extraña el alimento —Aura se queja.
—Está bien. Vamos —indica Derek.
—Mierda no. Yo no puedo ya es muy tarde —dice Angie nerviosa viendo la hora en su reloj.
—Que mierda. No es ni media noche —reprocha Sophia.
—Si tienes que irte no hay problema. Te llamaremos un taxi —le digo para calmarla.
—Gracias —me responde, el alivio es evidente en su rostro e ignora el comentario de Sophia.
Estamos con ella en la calle hasta que llega el taxi, después que está montada en el, entramos al restaurante y buscamos una mesa que este libre y que sea lo suficiente grande para todos y nos sentamos en ella.
Al parecer están cortos de personal y Derek se ofrece a ir a la barra y hacer nuestro pedido y nos pregunta que vamos a querer, pedimos desde una vegetaría hasta una con todos los quesos otra con la especialidad de la casa y yo pido cualquiera que no tenga anchoas y que tenga maíz es perfecto.
Más tarde regresa Derek con nuestras bebidas y esperamos a que vengan con nuestro pedido a la mesa.
—Y bien tortolitos, es que no pueden estar distanciados que no pueden permitirse una noche separados —Sophia aborda poniendo una cara de angelito, que es muy buena por cierto.
—Eso no es así, ni sabía que venía. Lo que me pregunto ¿Cómo sabías dónde estaba? —le miro esperando respuesta.
Él pasa su brazo detrás de mis hombros atrayéndome hacia él—. Te vi salir del club cuando yo iba llegando y decidí seguirte. Ahora es mi turno de preguntar. ¿En qué mente cabe que es seguro que un grupo de mujeres tomadas anden solas en la noche?
Nos frunce el ceño a todas molesto.
—No es para tanto cariño, bájale dos —dice Aura.
—Además estamos a una calle del bar, no es para tanto —agrega Laura tomando de su refresco.
—Solo hace falta el momento adecuado de vulnerabilidad para que alguien se aproveche de eso y las lastime y eso es una forma dulce de decirlo —dice Ryan llegando a la mesa.
—Hola precioso —le coquetea Sophia, solo para molestarlo. Él ladea la cabeza en señal de saludo.
—Es bueno saber que no soy el único que piensa así —dice Derek y luego saluda Ryan como si fueran colegas. Extraño, ya que solo se tratan con cordialidad y no con la camaradería que tienen Derek y Dani.
—No nos digas que tú también nos seguiste —lo pulla Laura. Aura por su parte lo ignora completamente poniendo los ojos cada vez que dice algo él.
—Claro que lo hice —declara exasperado por lo aparentemente obvio de su pregunta.
—¿Te sientas con nosotras a comer? —Derek me clava el dedo en el costado y corrijo—. Nosotros.
—No. Tengo otros asuntos pendientes que atender. Que la pasen bien —Y con eso se va. Llegará un día en el cual él interactúe más con nosotros.
Seguimos hablando de cualquier cosa al azar hasta que llega nuestro pedido y Derek gira mi rostro hacia él.
—Espero que te guste la pizza que pedí para ti —explica muy bajito.
—Si tiene maíz, me encantara.
Su cara se alivia tantito—. Bueno mírala entonces.
No me había dado cuenta de que la conversación en la mesa se había detenido y bajo la mirada a la pizza y ahí en ella está una cara sonriente de pepperoni y escrito con maíz dice:
"¿Quieres ser mi novia?"
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