Capítulo 42

Muchos años atrás...

DEREK

      Camino hasta la cafetería donde siempre quedo en verme con Dani, aunque tal vez debí haber elegido otro lugar, un bar hubiera funcionado.

       No puedo controlar esta energía nerviosa que me recorre el cuerpo, después de haberme graduado de la universidad a los 23 años y ser un pequeño pez en este océano lleno de tiburones donde quiero empezar a nadar es el motivo tras estarlo y a eso le sumamos que en mis manos llevo una carpeta con el proyecto que tal vez sea un gran fiasco y desilusión, o tal vez un paso para lograr mi objetivo.

      Al entrar veo a Dani ver su reflejo en el servilletero observando si su ortodoncia está limpia, es tan asqueroso que cada vez que coma algo se le atore allí.

—Por fin llegas, estuve a punto de ordenar sin ti pendejo.

—Estuve arreglando algo con el proyecto.

—Ah... "El proyecto" —dice inclinándose en la silla, sé que siempre le hablo eso y nunca le muestro nada, él es mi mejor y único amigo de verdad, tengo amistades claro está, pero amigo, solo uno. Así sea este pendejo con sonrisa de comemierda y una ortodoncia horrorosa.

—Sí, ese proyecto.

—¿Y bien? Dime que has hecho por fin. Me has tenido este último año jodido con la mierda —pregunta cansino.

—Pues esta mierda puede que lo sea o no. Pero es fruto de mi trabajo y esfuerzo.

—¿Tienes el apoyo de tu padre en esto? —pregunta curioso y rompiendo una servilleta, siempre debe estar haciendo algo con las manos, creo que es un TOC.

—No. ¿Eso es un problema para ti? —Necesito saber si eso será un problema para él desde el inicio.

—Nah... Pero yo seré el vicepresidente de esa mierda.

—Jajaja estás drogado, si crees que vas a hacer el vicepresidente de esta "mierda" yo estaba pensando que podías ser mi secretaria.


Un año después...

DANIEL

      Si perras, yo también formo parte de esta historia y es hora de que conozcan mi versión de los hechos.

        Ha pasado un año desde aquella reunión en esa cafetería de universitarios y lo recuerdo es porque después de tanto molestarlo y quedarnos allí hasta después de su hora de cierre, hemos trabajado sin descanso durante el último año y pensarían que sería fácil aun sin tener el apoyo de su padre, pero no lo fue y joder eso que tiene el puto apellido de un magnate.

         Creo que eso fue lo peor, que cayó en esa etiqueta que tienen los niños ricos, ser unos consentidos, mimados... En fin la respuesta para todos los posibles inversores fue: "Sin el apoyo de tu padre no creo que esto de frutos realmente, si tu padre decide entrar en el proyecto llámanos".

        Puede que Derek por educación no les haya respondido como correspondía, pero yo si no me contuve. "Créeme que cuando esta mierda de empiece a escupir dinero, puedes jurar por mi testículo derecho que tú serás uno de los que rogara por entrar en esta mierda"

         Y tal vez ellos señalaron que yo no era lo suficiente maduro para ser socio de un proyecto como el que queríamos realizar, y que llamarlo "esta mierda" era ejemplo de ello.

        Y quizás seguridad nos sacara del establecimiento después de que Derek y yo saltáramos sobre ellos. Me gustaría decirles que solo ocurrió una vez, pero mentir no es mi pasatiempo favorito.

       La decepción que tuvo Derek cada vez que le rechazaron fue grande, pero nunca nos rendimos y hoy ha llegado el gran día del nacimiento de Worl Exports and Imports.C.A. Aunque para mí, siempre será "Esta mierda".

       Después de tanta lucha llegamos a un pequeño banco que creyó en nuestra propuesta y nos aprobó el prestamos, a eso le sumamos los de Derek de toda su vida y los míos.

     Al principio solo fuimos nosotros dos trabajando, pero con el paso de los meses nuestras manos no bastaron para cumplir con todos los trabajos.


Dos años y algo más después...

—Eres un maldito imbécil, por qué demonios me deje convencer por ti. Siento que me va a explotar la cabeza.

      Yo también tengo una resaca monumental, ayer fue la apertura de un nuevo club en la ciudad y estuvo fenomenal con mujeres sexys por todas partes con ganas de una buena cogida en el baño, okey eso sonó mal, pero es así, hay algunas que buscan divertirse y otras algo más...

—¿Y bien que no te quejabas anoche o sí?

—Bien, debo admitir que esa preciosura de anoche valió la pena y tal vez repita con ella algo más que el revolcón de una sola noche...

—Sabes —lo interrumpo—, ese es tu problema amigo mío.

—¿Y cuál sería ese?

—Te encaprichas mucho de las mujeres.

—Claro que no.

—Aja —Él es un tonto romántico. Puede que él no lo admita, pero es así.

       Después de eso entra la secretaria de Derek, con las carpetas que contienen el currículum de las aspirantes a sustituirla ya que nos deja porque se muda del estado.

—Gracias —dice Derek. Y ella se retira.

—Bien vamos a hacer esto —me indica entregándome la mitad de las carpetas—, tú encargarte de revisar estas y después entre los dos elegimos las mejores candidatas para que vengan hacer la entrevista.

       Recuerdo claramente ese maldito día en el que leí el currículum de Jennifer...


DEREK

       Después de haber realizado todas las entrevistas correspondientes la más indicada para el puesto es la señorita Jennifer Cosway. Ella cumplió con todos los requerimientos necesarios y no tiene nada que ver que este malditamente buena.

       Pero que diosa de mujer, esa melena rojo fuego que delata pasión, hacen un perfecto juego que el mejor culo que allá visto pasar por esta oficina y un muy buen generoso par de tetas que son el paraíso para un hombre.

        La señorita Cosway hoy ha optado por vestir un vestido blanco que le queda como un jodido guante acentuando su figura, pero como el hombre profesional que soy de sabido pasar por alto la forma en que rebotan sus tetas con cada paso que da y el movimiento de caderas tan sensual, he llegado a pensar que es adrede, pero por la forma en que me trata la idea ha quedado más que descartada.

—Sr. Scott, ya todos están en la sala de juntas esperando por usted.

—Perfecto. Srta. Cosway.

—¿Algo más? —es muy cortante y profesional.

—No —Solo que aceptes un cena conmigo.

Después de haber firmado un acuerdo que nos lanzaría a las grandes ligas, decidimos todos ir a almorzar.

—¿Piensas invitar a la sexy secretaria? —cuestiona Daniel.

—No veo el porqué, se va a negar de todas formas.

—No lo creó, la vi mirándote muy de cerca hoy en la reunión y no de la forma en que una empleada mira a su jefe, sino con mucha pasión y lujuria desenfrenada —Me detengo en seco y giro verle la cara de idiota que tiene pintada.

—Puedo apostar la fortuna que ganamos hoy a que ella no me miro con esos ojos.

—Puede que no lo haya hecho exactamente con esa mirada, pero si te vio con cierta admiración en los ojos.

—La invitarle, pero si llega a negarse tú mi buen amigo —lo tomó del cuello acercándolo a mí, para después pasar el brazo por detrás e irnos caminando a mi oficina—. Me deberás una grande.

—Eso sí... En caso de que ella acepte le robarás un beso hoy.

—Tú estás mal, esa fiera es capaz de darme una patada en las bolas.

—Es el riesgo que corres.

—No veo cómo fue que llegamos a este punto.

—Eso no tiene importancia ahora. ¿Aceptas o no?

—¿Y tú qué ganas? Desde mi punto de vista el único que las tiene de perder soy yo. Si acepta tendría que robarle un beso y quizás lo más seguro es que quede sin heredero. Si no acepta tendré que sufrir la vergüenza del rechazo.

—Como yo le veo mi buen amigo, el rechazo seria tu mejor opción.

—O también podría mentirte.

—Sí, pero sé que no lo harás.

—Sigo sin verle lo justo.

—Míralo desde este punto —él levanta sus dos manos en el aire—. En esta mano están tus bolas, y en la otra esta sentir los labios de ese fruto prohibido que te quiere a mil quilómetros fuera de sus bragas.

—Si lo pones de esa forma.


Meses después...

       Trato de terminar este nuevo acuerdo que nos llevara como empresa un paso más adelante a nuestro objetivo, es increíble lo fructífera que se ha vuelto la empresa lanzando un gran margen de ingresos, pronto podremos llevar a hacer una empresa valorada en más de diez millones de doloras, solo tengo que terminar esto... Si no fuera por esas traviesas manos que me recorren el pecho desde atrás soltando los botones de mi camisa.

—Jen nena estoy trabajando... —puede que esa sea la forma de negarme más lamentable ya que deseo que continúe y si es más al sur no me molestaría en lo más mínimo.

—Y yo digo que es hora de un descanso —ella hace un mojin de lo más sexy.

       Es increíble lo que ha cambiado mi vida, mi más grande objetivo en la vida va viento en popa, aquello por lo que tanto he luchado con uñas y dientes, sudándome el culo trabajando y acarreando a Dani en todo esto, es más de lo que aquellos dos estudiantes universitarios pensaron que llegaría hacer en tan poco tiempo.

      Y ahora tengo a la mujer de mi vida, aquella que me complementa y me llena de tanto gozo, esta demás decir que estoy enamorado y quiero gritárselo a la cara.

—Lo que tú ordenes mi amor.

       Ella toma los papeles de mi escritorio y los lee, veo en el momento exacto en que lee las cifras que estaba manejando por la forma en que sus ojos se abren de la sorpresa.

—¿Qué te parece?

—¿Qué me parece? Que sin duda es mucho dinero, pero tú te mereces eso y mucho más amor —me besa y poco vamos perdiendo la ropa hasta terminar haciéndolo como locos por toda mi oficina...

        Debí haber notado el cambio en ella después de que viera esos documentos, pero fui tan malditamente estúpido e ingenuo, Dios como deseo poder regresar en el tiempo aunque...

—¿Amor? —me llama ella.

—Sí.

—Sé que es muy pronto para que te lo diga, pero te amo.

—No sabes lo feliz que me haces mi amor, yo también te amo —La beso apasionadamente demostrándole todo mi amor.


Un año y algo después...

        Ese maldito "TE AMO" fue el detonante para desencadenar lo que se podría decir los momentos más agridulces de mi vida y eso es una forma suave de decirlo, por una parte yo pensaba como el maldito ingenuo que era que estaba en la cima, en la cúspide de la felicidad, que mi vida era perfecta, que a mi lado tenía a la mujer perfecta, al amor de mi vida, que ella era mi maldito final feliz, aunque si lo vez de cierta forma si fue mi final feliz, fue el final para la falacia que yo llamaba mi realidad, mi felicidad.

        Nunca imagine que mientras ella me llamaba mi amor, me clavaba un puñal por la espalda y para la anestesia un maldito buen polvo, Dios que idiota podemos llegar a ser los hombres, pero también somos humanos y cometemos errores, también fallamos, también nos enamoramos, y ustedes mujeres déjenme decirles que son unas maestras en el arte de la manipulación, en el arte de la seducción y sé que no todas son iguales, pero sin duda a mí me tocó la peor.


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