Capítulo 35
GABRIELA
Después de practicar y estar totalmente agotada, estoy acostada sobre la loma por su parte Rick desde su gran altura se inclina hacia mi rostro el suyo con expresión divertida pero no mucho.
—¿Ya tuviste lo suficiente o quieres más? —me pregunta con chulería.
—Deja que tome un respiro y te daré...
—Ven dame la mano —Y se la tomó cuando me la tiende y me levanta de un jalón.
—¡Ay! casi me sacas el brazo.
—Deja de ser tan niña Monterrey.
—Sera porque lo soy.
—Demonios, deberían llamar a servicios sociales y que me arresten.
El muy idiota se la da de gracioso. Para vengarme esperó que baje del ring y una vez lo hace, me lanzo a su espalda, él con sus reflejos no pierde el equilibrio y solo toma mis piernas para rodear su cintura y yo le rodeo el cuello decepcionada, esperaba más, no sé; tal vez que por mi peso caeríamos al suelo, pero no, él solo me lleva como un mono.
—¿Te sientes decepcionada? Necesitas más que eso para hacerme caer. Ya deberías saberlo Monterrey.
—¿Cómo puedes saber lo que pienso? es muy molesto.
—Eres muy fácil de leer, eres como jodido libro abierto.
—¿Disculpa? —le apreté el cuello hasta que lo escucho reír y dice:
—Vale, vale, vale —está sin aliento cuando continuó—. Eres la jodida caja de pandora y más misteriosa que triangulo de las bermudas.
—No, no, no.
—¿No? —sé que se deja hacer esto, porque con tan solo un mínimo de su esfuerzo me dejaría fuera de juego
—No, dime tu secreto para saber lo que pienso.
—Mujer no tengo un flujo indefinido de oxígeno secreto.
—Bien, te suelto. Pero desembucha —libero su cuello.
—Gabriela, te conozco desde hace dos años más o menos. Sé lo que piensas y además soy jodidamente bueno leyendo a las personas
—Yo también soy muy buena y todavía no logro saber tus secretos —Él es un misterio que me gustaría conocer.
—Eso es porque también soy jodidamente bueno cerrándome a los demás
Eso es triste, recuesto mi cabeza contra su hombro, él pasa tomando unas botellas de agua para nosotros y el me lleva al jardín privado detrás del gimnasio, esta área es solo para el personal por lo que está solo en estos momentos, todos los demás entrenadores están ocupados.
Es increíble la tranquila que me puede dar entrarme a golpes con Rick.
—Bien Monterrey, suéltalo —me entrega una botella de agua.
—No tengo nada que contar —comento. Pero tengo mucho que contar.
—Sabes, cada vez hacemos esto. Yo te pregunto, tú lo niegas, luego seguimos así y así hasta que por fin lo sueltas.
—Claro que no —lo niego aunque sé que es verdad.
—Genial, porque no soy una mujer con la que chismees.
—¿No?
—No, soy el saco de boxeo humano con el que te desahogas. Y soy hombre.
—No digas eso...
—No lo dije en mal plan, sólo digo un hecho —me mira con picardía—. Soy un hombre.
—Sabes que no me refería a eso...
—Gabriela, ya te lo he dicho no soy tu amigo, no...
—Si —lo corto—. Ya me lo has dicho, pero yo te considero mi amigo.
Después que le suelto eso, espero irritación y al verlo veo una pequeña chispa de felicidad y gira la cara para que no lo vea pero fue muy tarde ¡lo vi!
Me dan ganas de saltar de alegría ¡si, si, si! Le agradó. Este enorme hombre que nunca muestra una sonrisa completa y se cierra a todos los demás me considera su amiga aunque lo niegue.
—¿Entonces quieres que te cuente?
—Sí, pero responde algo.
—Vale.
—¿Por qué me lo cuentas a mí y no a tus otras amigas y amigo?
Se agregó al grupo eso es un avance aunque siendo la persona que conozco no me permito emocionarme.
—Porque tú eres imparcial, Aura estará del lado de Derek. Ella no me entiende como tú esta parte de mí que trato de controlar. Sophia solo me dirá que me relaje con una buena cogida y Joe, bueno él está molesto conmigo.
—Es entendible, como amigo no quiere verte lastimada —Me mira pensativo.
—Si lo sé, pero él debe entenderme.
—Los hombres no entendemos cuando queremos algo y no los quitan —lo dice con tanta pasión, algo profundo se esconde detrás de sus palabras.
—Pero él tiene novia debería estar al pendiente de ella.
—¿No crees que solo tiene novia por otro motivo?
—Si lo que insinúas es que él tiene esta novia para olvidarme te equivocas...
—Como sea no quiero hablar de eso. Dime lo que me interesa, ¿cuál fue el detonante esta vez?
—Fue una orden que él me dio después de besarme, y dios después eso yo solo quería arrancarle la cabeza.
—Me imaginó.
—Pero lo que más me molesta es que él no me conoce no tenemos ese tipo de confianza y tal vez fueron el conjunto de varios elementos lo que me hizo explotar, su tono de voz, el momento en que lo dijo, lo que dijo.
—No puedes controlar los que las personas o él vaya a decir, solo puedes controlarte tú y lo hiciste bien, llegaste hasta aquí.
—Sí, pero hubo algo que me molesto más y me ayudaba contra la ansiedad.
—Eso serían las...
—Las manzanas —ajo la cabeza como una niña que revela su oscuro secreto.
En eso mi teléfono suena. Es Aura.
—Dime.
—Es el chico Nick, Connor tiene a sus hijos y está aquí desesperado —me dice Aura alarmada.
Pasamos por los vestuarios y yo tomo mi bolso, salgo para encontrar a Ryan vestido con una bermuda color crema y una franela negra, lo más tierno es que lleva una mochila en su espalda.
—¿A dónde vas?
—Voy contigo.
—Bien, vamos en mi auto.
—Genial.
Salimos del gimnasio, nos montamos en el auto para dirigirnos al Bar, donde he quedado en vernos con Luis, Aura y Nick. Al pobre hombre le estaba dando una crisis según las palabras de Luis.
Rick no ha dicho nada desde que estamos en el auto, hasta que decide hablar.
—¿Qué te detiene?
—Nada, ya casi vamos llegando.
—Me refiero a que te detiene de estar el cien por ciento con Derek.
—¿Por qué preguntas?
—Porque eso se supone hacen los amigos.
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