Capítulo 17

GABRIELA

      Puedo ver el momento exacto en que la actitud de Derek cambio, hubo una ligera perturbación en su mirada antes de volverse dura, sus ojos perdieron esa picardía de hace un momento pero aun así le sostengo la mirada esperando que terminé de hablar.

—Dentro de una semana más o menos Richard vendrá a la empresa y me pidió que estuvieras presente y quiere hablar contigo personalmente.

      No término de salir de mi estupor cuando él sigue de largo de camino a su mesa cuando ya está en su mesa es que puedo salir de mi trance y no puedo sentirme más tonta de lo que me siento ahora. Pero el no puedo esperar que puede decirme algo así y marcharse tan campante, por lo que me dirijo a su mesa sin importarme que Megan me matase con la mirada.

—Derek...

—Señorita Monterrey —me interrumpe el muy idiota mientras me da una dura mirada de odio—. Si no lo ha notado...

—¿De cuál Richard se refería Sr Scott?

—Es un tanto decepcionante que no sepa a quien me refería, cuando de hecho usted realizo un excelente trabajo para su compañía Srta. Monterrey —dice para seguir con su almuerzo, cierro las manos en puños para controlar las ganas que tengo de enterrarle la cara en su plato de comida.

      Y como si fuese invocado Joe aparece a salvar el día y ha Derek de comer su almuerzo por la nariz.

—Bebé, aquí estás. Te estamos esperando —Veo como Derek tensa la mandíbula cuando mira a Joe, y lo ignora para seguir con su almuerzo mientras Megan le muestra su escote de la manera más descarada posible y no puedo evitar voltear los ojos antes de alcanzar a Joe que está a mitad de camino para llegar a mí.

       Me toma por la mano y caminamos hacia mi mesa o nuestra mesa ya que él llegó sin invitación o eso creó, él se inclina y me susurra al oído —¿Qué estuvo pasando allí antes que yo llegara?

—Nada importante la verdad —le susurro de regreso.

—Gabe tenemos que hablar, sé que me estas ocultando cosas desde que llegamos a esta empresa o para ser más exactos desde que Derek entro en tu vida.

         Lamentablemente no pudimos seguir con la conversación una vez que llegamos a la mesa y nos sentamos a comer sin hablar de nada en concreto en sí. Todavía recuerdo la conversación que tuve con Lau y Angie. A esta última se le salió decirme el nombre de una mujer que para mí no significa nada pero que para Derek supuestamente sí y por la forma en que Laura la calló en el instante, para ella también significo algo, desde ese entonces no hemos vuelto hablar de ese tema y lo agradezco entre menos me entere de su vida menos me interesaré en él.

         El caso es que nos hemos llevado cada vez mejor, todavía no conocen a Sophia y a Aura, solo espero que se lleven bien, porque les estoy tomando apreció pero Sophia es una perra que puede espantar a cualquiera.

****

        Entro a mi apartamento al que de verdad es el mío, no es que el otro no lo sea, sino que aquél lo uso solo cuando estoy en el bar.

         Me dirijo a equipo de sonido y pongo same old love de Selena Gómez y voy a prepararme un vodka rebajado y lo voy tomando mientras bailo con la música quitándome la ropa prenda por prenda dejándola por toda la casa, el ritmo de esta canción es lo que más me gusta, al final termino bailando en ropa interior en la sala de mi apartamento frente a la pared de espejo moviendo las caderas y los brazos al ritmo hipnótico recordando el beso con Derek, el muy maldito sabe cómo besar y no puedo evitar suspirar al desear un beso como ese otra y mucho más que eso.

—Necesito sexo —le digo a apartamento vacío y suena el timbre.

        Me encantaría ver la cara de quien sea que este afuera, si yo le abriera la puerta así, voy por una bata de dormir y dejo el trago en la mesita de café antes de abrir la puerta. Muy en el fondo desearía que fuera Derek el que este del otro lado de la puerta, pero sé que no es así y que eso está muy lejos de ocurrir. Por lo que abro la puerta a mi visitante.

—Hola Gabe —saluda Joe inclinándose para besarme en la mejilla.

—Hola pasa —Me hago a un lado para que pase y él va directo a mi habitación donde deja el bolso viajero donde me imagino que trae ropa para quedarse a dormir.

—Está de más decirte que esta noche me quedo, tú y yo tenemos que ponernos al día. Pide una pizza extra grande familiar mientras yo me bañó.

—Bien, báñate rápido.

       Una vez pedida la pizza después de diez minutos Joe ya sale de la ducha con una toalla en la cintura dejando ver la marca en v de su vientre, se sacude el agua del cabello mojándome con las gotas de agua que saltan de él y se sienta en la cama.

—Bien ese es el baño más rápido que me he dado y ahora dime porque me dijiste que lo hiciera.

—Porque me quiero bañar antes de que llegue la pizza —digo y dejo caer la bata quedando en ropa interior delante de él, total no es algo que no haya visto antes.

—Ese modelito no te lo había visto —apunta mirándome de arriba abajo.

—Si bueno, tú no los has visto todos.

—De hecho puedo apostar que ese es nuevo.

—De hecho si lo es —digo antes de entrar en el baño y cerrar la puerta al escuchar su risa.

       Después de ducharme y vestirme solo han pasado quince minutos desde que llego la pizza por lo que todavía está caliente. El mi habitación Joe ya está acostado con la pizza y la Coca–Cola y ha puesto una película, solo está esperando por mí para reproducirla y cenar.

       A mitad de película no hay rastro de la pizza por lo que la caja termina tirada en el suelo, ya al finalizar la película él pone otra ya es un poco tarde y aunque esta cama también sea tamaño king, estamos abrazados el rodeándome la cintura con un brazo mientras yo estoy sobre su pecho rodeándole la cintura con un brazo y una pierna entre las de él.

—Suéltalo Joe, estás extraño, te siento extraño y aunque quieras disimularlo algo estas ocultando—lo noto suspirar antes de decir:

—Gabriela voy a extrañar esto —mi pecho se oprime con sus palabras.

—¿Qué quieres decir? —le pregunto con un nudo en la garganta.

—Estoy enamorado Gabriela —Él me atrae más hacia su pecho al notar que me tenso pero aun así continúa.

—La conocí la noche del aniversario del bar —empiezo a odiar esa noche— y pensé que sería el ligue de una sola noche pero no fue así ni me acosté con ella, solo hablamos toda la noche, y es la mujer más rara y dulce que conozco, ella es de Irlanda así que imaginaras esa cabellera roja y la piel leche...

        No puedo aguantar las lágrimas, con cada palabra que sale de su boca me doy cuenta que lo estoy perdiendo, él es mi mejor amigo en el mundo, tengo a las chicas sí, pero más nunca es lo mismo y lo amo, lo amo como solo se puede amar a un amigo, maldición sé que este día llegaría algún día pero no estoy todavía dispuesta a aceptarlo.

—No llores amor —Hace círculos en mi espalda con su mano para calmarme y yo me acomodo y entierro la cara en su cuello—. Eso no significa que dejaremos de ser amigos, solo que ya no podemos ser igual de cariñosos como lo somos ahora, por respecto a ella y a la relación que quiero tener con ella.

—Está bien —digo apartándome de él y dándole la espalda, no quiero que me vea llorar aunque ya lo ha hecho.

—No, sé que no está bien —No me deja ir muy lejos cuando me rodea la cintura desde atrás y me hala contra su pecho y yo me dejo — y está bien que no lo esté porque para mí tampoco lo es, ¿crees que es fácil para mí esta situación? Gabriela yo te amó...

—Y como todo tiene un final —le interrumpo.

—¡No Gabriela!, pero lo nuestro es un amor diferente y nunca dejare de amarte.

—¿Ella te quiere? —decido preguntarle, aunque tengo la voz ronca.

—Creo que sí, ella me lo dijo aunque los dos sabemos que aún es muy pronto —cuando pienso que ha terminado él continúa—. Gabriela si yo supiera que nuestra amistad tuviera un futuro más allá de lo que somos ahora ni lo intentaría con ella, pero los dos sabes que no es así.

—Eso es verdad, pero siento que te estoy perdiendo y ya no te tendré en mi vida y estarás en la de otra y sé que es egoísta de mi parte decirte esto.

—Te prometo —dice estrechándome más entre sus brazos— que siempre estaré en tu vida.

        Y con esas últimas palabras dejo caer unas pocas lágrimas antes de caer en la inconsciencia del sueño entre los brazos de mi amigo mientras besa una de las lágrimas que cae por mi mejilla.

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