Capítulo 14
GABRIELA
Puedo escuchar a lo lejos a Dani reír, por el espectáculo que están dando Derek y esta chica.
Esto es estúpido, no debería sentirme como me estoy sintiendo ahora, como si me hubiera traicionado, pero es así como me siento. Cuando solo nos besamos hace menos de tres horas. Y ahora lo veo en brazos de otra "besándose", puedo sentir mi corazón queriendo salir de mi pecho y no puedo seguir viendo esto, tengo que salir de aquí, sé que tengo una buena cara de póquer, pero eso fue antes de besarme con él y presenciar esto, no sé cuánto tiempo pueda estar como si no me estuviera quemando por dentro delante de todos.
Estoy a punto de decirle a Joe que me voy a la oficina cuando la pelirroja deja de besar a Derek y se dirige a Dani a saludarlo muy afectuosamente.
—Daniiii, ¿cómo estás cariño? —dice mientras lo abraza y él le devuelve el abrazo.
Puedo ver a la secretaria de Dani, Angie poner los ojos en blanco a la pelirroja para apartarse con Laura hablar, obviamente no les agrada.
—Bien preciosa. Veo que te cayó muy bien Europa —responde este mientras su secretaria hacer arcadas para Laura.
—Como siempre ¿y él quién es? –señala a Joe.
—Él es Joe, entro a trabajar con nosotros como parte de la asociación que hicimos.
—¿Y tú quién eres? —inquiere señalándome mientras me mira de arriba abajo con odio, Joe se da cuenta y por instinto me agarra la mano para decirme que está conmigo.
Derek nos ve con una mirada dura y entrecierra los ojos a nuestras manos juntas. Que cínico cuando él acaba de besarse con otra.
—Te estoy preguntando quien... —En eso suena mi teléfono interrumpiéndola, y para irritarla más levanto un dedo callándola mientras contesto.
—¿Si? Está bien —Y con eso me voy de allí dejándola hablando sola, me dirijo a los baños de este piso y me meto uno de los cubículos del baño de damas.
—Ya puedo hablar Aura —Suspiro sentándome en la tapa del inodoro.
—¿Por qué suenas tan agitada?
—¡Maldición, me bese con mi jefe! –grito en silencio, escucho un golpe seco y luego un gemido.
—¿Aura?
—Aquí, estoy aquí, solo me caí. Mierda en serio lo besaste, sé que él está bueno y todo, pero ¡LO BESASTE, OH MALDICIÓN OH OOOOH MALDICIÓN!
—Deja de gritar, me quiero morir –le digo en tono de arrepentimiento.
—¿Por qué? ¿Es muy baboso, el beso estuvo mal, no fuiste correspondida? ¿Se molestó porque te lanzaste en sus brazos como mujer enceló? –Esto último lo pronuncia riéndose.
—No, no, no y no —digo con la cabeza entre las manos—. Y en esa última te pasaste, eso es improbable.
—¿En serio esa última es improbable? —Me rio y ella continúa— A mí no me mientas y no te hagas la santa, y ayúdame a entender que paso porque sinceramente estoy en lo oscuro aquí.
Y le cuento todo desde cuando me solicitó hasta ahora.
—Gabriela —habla con un tono de voz muy serio—. Conozco a alguien que puede quitarte a la pelirroja del medio, solo dime cuanto ofreces y te hago el negocio.
—¡¡¡AURA!!! —La escucho reír—. ¿Puedes ponerte seria? Debí llamar a Sophia.
—Veo que estás susceptible —expresa ella volviendo a la normalidad—. Pero aun así sabes que mi propuesta sigue en pie, tú dime y te la quito. Volviendo al tema, ¿Quién es la pelirroja?
—No lo sé, pero parece conocer a todos aquí y para llegar besándolo así debe ser su novia o una puta bien pagada.
Eso nos hace reír a las dos—. Yo voto por la segunda opción.
—Yo también quisiera que fuera la segunda —No puedo evitar que mis sentimientos se muestren en mi voz.
—Oh cariño...
—Aura —La interrumpo—. Alguien se acerca te llamo más tarde.
—Está bien, pero responde algo antes.
—¿Qué?
—¿El beso estuvo bueno?
—Eres incorregible —Y solo para molestarla, le respondo—. Fue el mejor.
Le cuelgo y salgo del cubículo, veo a Laura y la secretaria de Dani en el tocador. Me dirijo al lavamanos para refrescarme.
—¿Esto siempre es así? —le pregunto a nadie en particular.
—La verdad es que a veces sí y otras no —me responde Laura.
—Y se supone que eso debe tranquilizarme.
—Señorita...
—Corta con eso por favor, solo llámame Gabriela —le pido a la chica cuando Laura interviene.
—Cuando dijiste lo ser amigas, ¿hablabas en serio?
—Laura, estoy en una nueva empresa donde solo tengo un amigo, estoy en un puesto donde todos me subestiman y si a eso le sumamos que hoy estuve a punto de ser despedida por culpa de una secretaría, créeme cuando te digo que lo dije muy en serio.
—Demonios, todo eso en menos de una semana. Soy Angie por cierto, la secretaria de Dani.
—Gabriela Monterrey.
—Todas aquí sabemos quién eres, y escuchamos lo que paso con Jena, ella es una perra mayor.
Me río porque tuve razón, ella es una pequeña cosita con garras aunque viéndola bien es casi de mi estatura y tiene con que defenderse.
—¿Y cómo es eso que casi te despiden hoy? Claro si puedo preguntar –interviene Laura.
—Jena fue a quejarse con Derek porque le dije que no lograría trabajar con ella.
Tanto Laura como Angie comparten una mirada de complicidad.
—Ya sé que se acostó con ella, chicas.
—¿De verdad? ¿Quién te dijo? —pregunta Angie.
—Cariño de eso hasta un ciego se da cuenta.
—La verdad era un secreto público, solo es extraño que tú apenas entrando ya te des cuenta —dice Laura.
—Ella solita se delató, su forma de tratarme fue muy prepotente.
—Nos gustaría conversar más, pero ya tenemos que volver a nuestros puestos y suerte con la perra —agrega Angie.
Laura se despide con la mano mientras Angie se la lleva arrastras.
—¡Esperen! —Grito— ¿Qué harán al salir de la empresa?
—Nada.
—Yo tampoco —dice Angie
—Bien, les invito un trago
—¡Genial! –dicen las dos contentas y las veo irse.
Salgo después de ellas directo a mi oficina. Mi teléfono suena con un mensaje de Joe.
De: Joe.
Para: Gabriela.
¿Qué paso contigo? tenemos una conversación pendiente. Estoy en una reunión con Daniel, le estoy sacando información sobre la pelirroja por los momentos solo te digo que se llama Megan.
Besos te amo.
De: Gabriela.
Para: Joe.
Eres un chismoso y no sé a qué conversación pendiente te refieres
Xoxo.
De: Joe.
Para: Gabriela.
No te salvarás de esta.
Sin hacerle caso al último mensaje de Joe decido ponerme a trabajar en el Caso "Chin Wu", la verdad no esperaba tener una firma tan pronto.
No sé cuánto llevo trabajando cuándo suena el teléfono de la empresa.
—¿Gabriela?
—Sí, dime.
—Hola Gabriela es Laura, Derek quiere hablar contigo. Te comunico con él.
—Está bien —No tiene caso negarme, eso solo me pondría en evidencia de que me afectó la tal Megan.
—¿Gabriela? –pongo los ojos en blanco, si está pidiendo comunicarse conmigo, a quien más le van a pasar.
—Sí.
—Te necesitó en mi oficina, ahora. –Su tono autoritario me cabrea y puede irse a mandar a la mierda.
—No voy a ir.
—¿Disculpa? –Y ahora aparte de puto también es sordo. Ya se escucha molesto desde el teléfono y no puedo evitar sonreír.
Me está empezando a gustar el molestarlo, o es muy fácil hacerlo o se me da de maravilla.
—Creó que escucho bien, Sr. Scott.
—No fue una sugerencia, fue una orden —cabreado, sí, sí, ¡sí!
—Y yo decido no ir. Y si eso era todo, Sr. Scott.
—No se te ocurra colgarme Gabriela.
—Adiós, Sr. Scott —cuelgo
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