Capítulo veintisiete: Piezas
(Narra April)
No lucho, no puedo hacerlo. Mis manos están atadas en mi espalda y hay una bolsa sobre mi cabeza. Mi cuerpo se retuerce sin que yo pueda evitarlo, hago mi mejor esfuerzo por mantener al margen el pánico aun cuando me encuentro desorientada y sin oxígeno. A pesar de que mis instintos me piden buscar un poco de aire, la mano en mi nuca mantiene mi cabeza sumergida en el agua helada. Con cada intento de inhalar se intensifica la opresión en mi pecho, aplastando mis pulmones. Respirar, antes tan sencillo, ahora es agónico. Siento por quinta vez que voy a perder el conocimiento, pero antes de hacerlo, sacan mi cabeza y retiran el saco de mi cara.
Toso agua y mi nariz arde, pero por fin puedo volver a respirar. Dado que la agencia no puede dejar en mí marcas graves debido a la misión, han optado por acudir a lo que Ortega denomina "Sometimiento Limpio". Apenas llegamos, se me cuestionó por qué no estaba al lado de mi protegido en lugar de Brian. Alí era la prioridad y, después de que los Silentes llegaran hasta una de las ubicaciones mejor guardadas por la agencia, yo soy una de las sospechosas. Harán todo en su poder para que confiese, a pesar de que me entrenaron para resistirlo.
No me han dejado dormir, me mantienen despierta con choques eléctricos y medicamentos para que comience a confundir la realidad. Apenas van dos noches, por lo que sé que me queda un largo camino por delante. No se me ha permitido comer o beber nada, quieren quebrantarme. Como debo regresar a Santa Mónica para el final de la semana, Ortega sugirió volver a la técnica del submarino dado al estrés que esta me produce, confiando en que será lo que afloje mi lengua.
—¿Qué les diste además de la ubicación de la fiesta? —pregunta por décima vez Alí, pero mi respuesta sigue siendo la misma.
—Yo no les di la ubicación —contesto con dificultad—. Mi lealtad le pertenece, como ha sido siempre.
—¿Por qué no estabas conmigo cuando perdí el conocimiento?
—Yo llevé a un señuelo lejos para que Brian pudiera sacarlo, señor.
—Sigue manteniendo la historia —reclama a Ortega—. No va a hablar, está entrenada para no hacerlo.
—Propongo regresarla al aislamiento, una caja más pequeña y estimulación sensorial adecuada. Para el final de la semana estará cantando, puedo asegurárselo.
Escucho cómo llaman a la puerta, pero antes de que la atiendan mi cabeza vuelve a ser sumergida en el agua helada sin previo aviso. Al menos esta vez no colocaron el saco y, si intento ver el lado positivo en esto, así mis labios no estarán secos por la deshidratación. Mi cabeza sale a flote mucho antes de lo que esperaba y, al hacerlo, observo a Anderson en la habitación revisando unos documentos con Alí. Están furiosos, las personas que estaban en esa fiesta eran algunos de sus mejores inversionistas y ahora no son más que cenizas. La disminución en el capital está provocando una presión financiera bastante alta, lo cual para nada es bueno para mí considerando que se están desquitando conmigo.
—Agente, A —saluda Anderson con indiferencia y luego dirige su mirada a Ali nuevamente—. ¿Ella es la soplona?
—Es lo que intento averiguar —contesta indiferente mientras coloca su firma en los contratos—. ¿Es todo?
—Sí, es todo. Yo puedo encargarme del resto —habla guardando el papeleo—. Si me permites opinar, dudo que la agente A haya informado a los Silentes. Si no me equivoco, la idea de cambiar las máscaras para sacarte de ahí fue suya y la vi peleando con varios Silentes.
—¿Tú piensas que es inocente?
—Pienso que es poco probable que ella nos haya arruinado los planes. Además, mató a un par de ellos en la fiesta, ¿cómo trabajarían con ella sabiendo que es una asesina?
¿Acaso la privación del sueño comienza a hacer que alucine o realmente Anderson acaba de abogar para que dejen de someterme? La mariposa estaba presente durante mi enfrentamiento con John y Lucy, ¿habrá estado también él cerca? No, estoy segura de que lo habría notado. Pero si lo estuvo, ¿presenció también cómo evité que su compañera derribara a uno de los Silentes? Según su informe, ella falleció, así que ese detalle no había sido una preocupación hasta ahora. Él afirma que maté a un par de Silentes, lo cual es completamente falso. ¿La droga lo habrá hecho alucinar o está mintiendo para salvarme?
La primera opción es la más viable, pero de ser la segunda... por fin he obtenido la respuesta a quién es el soplón y más me vale tenerlo de mi lado.
—Sin embargo, los montajes de sus vacaciones ya están listos —habla Anderson nuevamente cuando el silencio amenaza con ser demasiado largo—. Un accidente esquiando puede ser la excusa para romperle un brazo o una pierna.
Los agentes sombra son valorados por su agudeza mental y su destreza física. Si careces de una de esas cualidades, no se te considera útil; de hecho, no pasas de ser un estorbo. No puedes contribuir en misiones, ni puedes protegerte a ti mismo. La recuperación es un proceso largo y tedioso que implica pérdidas para la organización. Mantener a un agente que no genera nada, dadas las dificultades financieras, no es una opción viable, por lo que seguramente optarían tarde o temprano por deshacerse de mí. Ya me encuentro sobre la cuerda floja, el hecho de no ser un activo para Alí me expone a un riesgo aún mayor.
—No, dudo que sea necesario —concluye al fin nuestro superior y yo me esfuerzo por no soltar un suspiro de alivio—. Agente A, ya puede retirarse. Si se apresura, probablemente aún encuentre el comedor abierto.
Lo dice con una serenidad sorprendente, como si los días recientes de interrogatorios y presiones para que confesara algo que no hice no hubieran dejado huella en su ánimo. Sí, ayudé a Jack, pero ese no es el crimen por el que se me está juzgando; de ser así, ya estaría muerta. Me sorprende que esta vez no haya usado a Brian para herirme. Quizás solo quería desquitarse conmigo, una especie de revancha personal. No puedo negar que extraño el trato que solía recibir de su parte; aunque implacable, era más considerado. Hoy soy solo un nombre más en sus filas y no su agente más confiable.
Me veo forzada a expresar gratitud por su clemencia cuando mis manos son liberadas y me despido con la mayor cortesía posible de Ortega, Anderson y el agente que ayudaba a sumergir mi cabeza. Aunque muero de hambre, el comedor es el último lugar al que deseo ir. Esa comida sin sabor de cualquier manera no es lo suficientemente tentadora como para elegirla antes que a mi cama. Solo anhelo llegar a mi habitación para descansar y dejar atrás este día agotador.
Los siguientes tres días trato a toda costa de evitar a Brian, pues sé que no ha olvidado la conversación que dejamos a medias en la pista de baile. Como a horarios poco habituales y atiendo a talleres a los que usualmente no prestaría demasiada atención. Siguiendo con la firme idea de querer huir de este sitio apenas tenga un buen plan para hacerlo, atiendo a las clases que creo que podrían servirme en caso de conseguirlo. Es todo lo que puedo hacer ahora, tratar de acercarme a Anderson aquí levantaría sospechas. "Operaciones de Campo" la uso para refrescar mi memoria, la lección de hoy se centra en habilidades de supervivencia en entornos hostiles; no sé en dónde tendré que esconderme en el futuro. También asisto a "Disfraz y maquillaje", pensando en cada brochazo que doy lo mucho que quiero enseñársele algunas técnicas a Summer.
Carajo, extraño tanto estar en Santa Mónica. Detesto no poder comunicarme con mis amigos e inventar que he tenido problemas con la señal por la altura de las montañas. Odio que, al llegar, voy a tener que hablar sobre las increíbles vacaciones que tuve con una familia que no existe y lo grandioso que fue cuando Brian y sus supuestos padres nos invitaron a su casa para esquiar. Sentí un gran temor cuando supe que Jack estaba en la fiesta, pero también me invadió la tristeza al ser consciente de que no podía abrazarlo como lo hago cuando no traigo una máscara o un pasamontañas para esconder mi rostro.
Creo que lo único que me mantiene viva en estos momentos es saber que mañana tomaré un avión de regreso.
Después de un baño, vuelvo a mi habitación exhausta, con la esperanza de caer rendida pronto y que la noche pase en un suspiro. Entro lanzando mis cosas a un lado, no hay demasiado para desordenar de cualquier manera. Mis ojos se posan en el duro colchón con anhelo, pero justo cuando me dispongo a cerrar la puerta para dar el primer paso hacia él, alguien me aparta bruscamente e invade mi espacio al entrar sin mi permiso. Brian cierra la puerta a nuestras espaldas, mirándome con seriedad.
—No puedes estar aquí, Zeta.
—¿Vas a delatarme? —pregunta y me muestra un par de barritas de fresa, lo único medianamente decente que ofrecen en este lugar de vez en cuando y por las cuales probablemente tuvo que pelear—. Traje un soborno.
—¿Piensas comprarme con esa porquería?
—Me comeré las dos entonces, pero no vamos a subir a ese avión sin antes terminar nuestra conversación. —Suspiro cansada y le arrebato una de las barritas para recostarme sobre la cama. Observo a Brian ocupar el sitio a mi lado mientras comienzo a romper la envoltura.
—No es necesario otro sermón —afirmo—. Ya te lo dije, soy consciente de que todo lo que pasa en Santa Mónica es simplemente una cortina de humo.
—Sí, ya me lo dijiste —admite poniéndose cómodo—. Pero no creo que seas sincera.
—Ese ya no es mi problema, Zeta. —Él hace una mueca de inconformidad.
—Les tomaste cariño, ¿cierto?
—No.
—Tú y yo nos reservamos algunos secretos, pero nunca nos mentimos. —Algo de razón tiene en eso.
—Me gusta estar con ellos, me gusta fingir que esa es mi vida. Summer es todo lo contrario a un agente, lo cual no me parece tan malo. Peter es increíblemente altruista y divertido. Marie es una chica muy linda, a pesar de que es amiga de Johann.
—Ya... —suelta, como analizando mis palabras—. No escucho ningún halago hacia los Silentes.
—John a veces puede ser un idiota y sé que nunca le agradé, pero no puedo culparlo por eso. Es precavido, tiene sus razones para serlo. —Brian asiente, esperando a que siga hablando. Aunque intento retrasarlo todo lo posible al masticar con más calma de la necesaria la barrita, sé que no va a dejarme en paz hasta que hable con sinceridad de lo que opino de Jack—. Jack es... simplemente Jack.
—¿Qué quieres decir con eso? —Alzo los hombros.
—Su formación como agente es muy distinta a la nuestra. A pesar de lo que ha hecho y lo que ha vivido no se corrompe, ¿entiendes? Sigue viendo el lado bueno de las personas, pero no es ingenuo. Es inteligente, pero no se guarda el conocimiento para él mismo o alardea por ello. Toma cada instante que tiene para sacarle una sonrisa a alguien y aprovecha cada oportunidad para hacer una acción desinteresada. Quiere dejar una marca en el mundo, una buena. Él es...
—Vale —interrumpe en seco—. Ya entendí, te parece maravilloso.
—Lo que te dije en la fiesta es cierto. Soy consiente de que él no me quiere a mí, solo le gusta la idea que se ha formado por las mentiras que le he dicho. Sé quién soy y sé que nadie podría quererme sabiendo todo...
—Yo lo hago —reclama, girando su cabeza hacia mí—. Y lo que yo siento por ti no es un espejismo fruto de las mentiras. Yo lo hago, April, aun sabiendo que has hecho cosas que a cualquiera le causarían pesadillas y a pesar de todas estas nuevas ideas. Yo lo hago, conociéndote mejor que nadie en el mundo, más que Alí y definitivamente más que ese idiota.
—No me refiero a que tu amistad no sea importante para mí.
—No estoy hablando de amistad.
—Ya lo sé.
Es evidente que siento un profundo afecto por Brian. Hemos compartido tantas experiencias juntos, y lo conozco tan bien como él a mí. Estoy segura de que daría mi vida por él, y literalmente he matado por mantenerlo a salvo. Sin importar el hecho de no querer ser más un agente sombra, es seguro que lo volvería a hacer. Él es mi familia, un hermano. No estoy dispuesta a arriesgar esta relación por algo tan estúpido como un romance. Ni siquiera me apetece intentarlo porque, a pesar de sus muchas cualidades, sí sigue los valores de un agente sombra y eso simplemente ya no encaja conmigo. Si algo más entre nosotros pudiera haber funcionado, ¿por qué no despertó ese sentimiento en mí antes? ¿Se debe únicamente al entorno al que estamos expuestos? Durante años no me hizo sentir la mitad de bien de lo que me siento con Mathews.
Él ya dejó muy en claro que su prioridad es alcanzar el máximo rango en la organización, su lealtad está con ellos. Me iré de aquí en unos meses, viva o muerta, y él no va a acompañarme.
—Comprendo que esta misión te confunda —dice—, pero siendo muy sinceros creo que soy la única persona que puede entenderte.
—Es cierto —contesto.
No, él no puede entenderme. Por breves instantes creí que sí, pero no lo hace. A pesar de haber sido arrojados al mundo exterior al mismo tiempo, hemos procesado estos seis meses de manera muy distinta. Él sigue siendo el mismo agente sombra con grandes ambiciones de ascenso, mientras que yo no quiero hacer más que desertar. Él no comprende lo que esta misión ha hecho conmigo y, para mantenerlo a salvo, tengo que ocultarle esa verdad. Debo actuar como si no pensara irme, como si estuviera más decidida que nunca a terminar con la misión y volver a la normalidad. Si no lo hago, hará todo en sus manos por evitar que cometa una idiotez.
—¿Podemos hablar de esto cuando terminemos con la misión? —pido—. Como dijiste, estoy confundida, pero una vez que asesine al idiota las cosas serán mucho más sencillas.
—Por su puesto —contesta más calmado y yo le dirijo una sonrisa—. ¿Te molesta si me quedo esta noche?
Lo cierto es que me gustaría mucho más estar sola.
—Para nada.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top