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Ese año escolar terminó como inicio, ahora solo son cinco los profesores que no han doblado su rodilla ante la "inocencia" (según ellos) de la chica y que le siguieron haciendo la vida imposible. Pero se cuidaban en los momentos en los que decidieron castigar o cualquier otra cosa que la dañaba a ella directamente, como ese mismo día. Era la entrega de notas del final, el cielo estaba más que nublado y estaba pronosticado una tormenta a mitad de la mañana. Al profesor de literatura se le ocurrió una forma de molestar a TN, y de paso desaparecer de ella por un periodo de tiempo. Hizo que se subiera al mástil de metal para bajar la bandera y si no lo hacía la suspensión será hasta la mitad del año próximo.

Dicha tormenta llego más rápido de lo que se imaginaba cualquiera asiendo que la chica se sintiera paralizada en el medio del camino, sus manos resbalaban mientras que sus piernas parecían que no la sostendría más, pero no se animaba a descender sin la dichosa bandera.

A lo lejos escuchó a su profesor de literatura clásica, el cual fue el que la envió en esa tarea suicida, diciéndole que si no volvía con ella la suspensión seria hasta que se graduara. Con el corazón en la garganta y lágrimas corriendo por sus ojos termino de subir hasta la cima del mástil y con manos temblorosas consiguió desarmar el nudo y descolgar dejándola caer al suelo el cual hizo un ruido hueco y bastante fuerte.

Pero, la chica no bajaba, no se animaba. Cuando trato de deslizarse para descender más fácilmente sus manos hicieron un amague de soltarse y si a eso se le suma su vértigo repentino casi se cae de espaldas al suelo, pero gracias a sus reflejos no pasó, gracias a que consiguió agarrarse con más fuerza de la parte superior del mástil de metal mientras los alumnos y algunos docentes trataban, en vano, de salvarla.

Los que se encontraban en los salones se asomaron por la ventana y al ver lo que sucedía se quedaron horrorizados y algunos chillaban para que llamaran a la policía o los bomberos. Y en uno de los salones de primer año estaban cuatro chicos mirando por la ventana realmente preocupados por el estado de la chica, Iwaizumi abrió la ventana y empezó a los gritos llamando la atención de la chica que parecía que en cualquier momento se caería de una altura superior de los tres metros.

Iwaizumi: ¿Qué demonios hace ahí sempai? - grito alterado haciendo que la chica volteara a su dirección, pudieron ver el pánico y las lágrimas saliendo por sus ojos, una imagen desgarradora para cualquier persona.

TN: snif... el profesor Matsumoto me obligo- se abrazó con más fuerza al escuchar un relámpago algo fuerte mientras la lluvia empezaba a caer con más fuerza- no puedo bajar, y me estoy cansando.

Todos veían el esfuerzo que hacía la chica para mantenerse ahí, realmente le estaba costando mucho, sus manos se veían rojas y magulladas, sus piernas no dejaban de temblar mientras se ponían rígidas, también gracias a la lluvia su ropa pesaba más haciendo que el trabajo se le dificulta.

Oikawa: TA-chan, agárrate, ahora vendrá la ayuda- se acercó después de hacer una llamada, todos supusieron que fue a los bomberos, la chica asintió mientras se agarraba con más fuerza del mástil.

Paso otros quince minutos la lluvia amenguo dejando una llovizna ligera, la chica demostraba su aguante a todos los presentes, nadie después de eso se burlaría de ella. Aunque no todo es para siempre. La gravedad estaba pidiendo el cuerpo de regreso de la chica, esta se empezaba a resbalar y al estar el metal demasiado mojado y resbaladizo no era para nada seguro. Pese a la llovizna esos cuatros chicos de primero salieron al patio al ver que TN no aguantaba más, a los pocos segundos después todo el club de voleibol estaba esperando a que pasara algo o que llegara la ayuda.

Dentro de las instalaciones el director estaba haciéndole un reporte al docente a cargo de semejante acto, iba a ser suspendido por un año entero sin que diera clases a ningún alumno durante todo ese tiempo. Un castigo justo, para todos los que escuchaban la condena.

TN: ... no- los que estaban abajo empezaron a alterar cuando las piernas se descolgaron del mástil dejando ahora su cuerpo más suspendido en el aire que hasta hace unos segundos- no.... puedo más...

Ellos: TA-san- gritaron todos realmente asustados por la chica que empezaba a descender sin escalas y con destino al suelo.

Sus manos estaban a punto de soltarse los chicos que estaban abajo junto con los docentes que siguieron sus pasos se pusieron en círculo esperando a la chica para que cuando cayera, por lo menos uno de ellos la pudiera atajar.

Menos mal que lo hicieron rápido, la chica se soltó, mientras que un grito se soltó de los labios de todos los que veían, la chica cerró sus ojos mientras atajaba su cabeza con sus propios brazos, no quería por nada del mundo ese final. Pasó un minuto que para todos fue en cámara lenta, el cuerpo de la chica se veía caer todos no pudieron evitar que sus lágrimas cayeran por sus rostros por el miedo.

El suelo no llego. La chica no sintió la superficie de cemento recibiendo su cuerpo, estaba tan aterrada que no pudo abrir los ojos hasta un momento después y aun así pasó sus manos por sus articulaciones, cabeza y cuerpo. Estaba viva, en los brazos de alguien, pero viva.

Al levantar la mirada chocó con los ojos marrones de su kohai, este parecía hacer esfuerzos para que no cayeran los dos. Sus lágrimas caían con fuerza mientras su cuerpo temblaba sin parar.

Makoto: ¿estás bien TN? - ella asintió escondiendo su rostro detrás de sus mano- ¿crees poder ponerte de pie? - esta vez negó después de pensar la respuesta.

Oikawa la bajó con suavidad mientras movía con algo de lentitud sus piernas. Para poder hacer un paso tuvo que tomarse del brazo de este mismo, se sentía como un cervatillo bebé, no podía coordinar sus piernas como ella quería.

Issei: TA-sempai, despacio, nadie la apura, un paso a la vez y si tiene que desahogarse aquí estamos todos- dijo con seriedad el de primero, para ser alguien callado decía lo que todos querían escuchar.

Se quedaron en esa posición apenas unos cinco minutos, en ese tiempo la chica se relajó y sus piernas hacían lo que su cerebro quería, se soltó del brazo de Oikawa y caminó con paso lento a dentro de la preparatoria, fue recibida por los demás estudiantes con abrazos y palabras de aliento.

TN: achu- estornudo sonoramente, nadie le sorprendió, después de todo estuvo debajo de la lluvia todo lo que está estuvo allí.

Oikawa: es mejor que vaya al baño del club, no queremos que nuestra súper manager se resfríe- ella asintió y sacó un bolso de su casillero, hizo una reverencia a sus compañeros y se fue a ducharse. El chico volteo su cabeza lentamente hacia el profesor mirándolo seriamente.

Ese fue el final del año lectivo, algunos reían otros se preocupaban, y a TN la tomaron como héroe y una persona sin cerebro por hacer eso tan arriesgado, esa tarde con más calma les explico a todos sobre lo sucedido con la posible suspensión y otras amenazas por parte del profesor suspendido.

Lo que nadie se dio cuenta es que la chica miraba de reojo a Oikawa, después de sentir sus fuertes y cálidos brazos quería, con todas sus fuerzas, que ellos la abrazaran todo el tiempo. Durante ese minuto o más se sintió sumamente protegida y segura, no le temió lo que le llegara a pasar siempre y cuando sintiera esos brazos y su voz varonil cerca de ella. Debe ser por el momento vivido hace apenas unos minutos, debe ser producto de la adrenalina.

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