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¿Podía tener tan mala suerte?

Eso pensaba la chica al ver el directivo de la preparatoria en la que entró gracias a su alto promedio, nunca paso por su cabeza que esa era la preparatoria con la que tuvo tantos problemas hace ya tres años atrás.

Ella despidió ingresar a esa preparatoria antes que a la de Shiratorisawa por estar al otro lado de donde vivía y no quería estar todo el día sobre el colectivo, además, su padre tampoco quería que ella tuviera que depender su vida de un medio público que cada dos por tres tiene un accidente. Por esa simple razón los dos tomaron la decisión de que el Soba Johsai era la mejor opción para ellos. Que gran error cometieron.

Padre: no dejaré que mi hija se quede en esta escuela, quiero que la saquen ahora mismo de los registros-dijo el hombre seriamente, a su lado TN estaba callada y con la cabeza gacha, después de lo que le hicieron pasar años atrás desarrollo inferioridad ante todos y más con esos sujetos.

Director: demasiado tarde señor Ta, no dejaremos que esta oportunidad se pierda, aremos que su hija pasé los peores años de su vida- el hombre entrado en años no pudo evitar sonreír de forma malévola.

Padre: esto no quedará así, sabe de mi abogado- agarró la mano de su hija saliendo por la puerta escuchando en el fondo las risas de zorro viejo del director.

Y fueron a juicio y el veredicto fue... ...

Que TN tuviera que asistir al Aoba Johsai como una alumna ejemplar y que tiene que mantener el promedio con el que ingresó. Aclaro que todo el juicio y la sentencia fue totalmente saboteada por los mandos superiores de la preparatoria asiendo que el juez se inclinaba ante la "culpabilidad" de la chica.

El padre de la chica no cabía en sí mismo ante tanta injusticia por un accidente que ni si quiera era la culpa de la chica de quince años; en cambio la chica estaba consolando a su padre diciéndole que todo estaba bien, ya se imaginaba que eso pasaría, tenía un presentimiento de que nada bueno iba a pasar.

Director: las clases empiezan en tres días, la estaremos esperando señorita Ta- salió del juicio siendo seguidos por unas veinte personas más.

Papa: lo lamento hija, no pude cuidarte- dijo entre lágrimas el adulto desconsolado.

TN: no es tu culpa papa, hiciste lo que pudiste- le sonrió con cariño, sólo le sonreía a su padre, era al único que sentía que valía la pena demostrarle cuán feliz estaba.

Esos tres días pasaron sumamente rápidos, esos días Ren -padre de TN- trataba de que su hija no se sintiera inferior ante ninguno de ellos, pero sus esfuerzos fueron en vano, esos tipos sin escrúpulos traumaron y denigraron tanto a su hija que su autoestima estaba por los suelos, ni si quiera con él se comportaba como cuando era más joven antes del accidente. Ella sentía como si fuera su culpa el que todos murieran y ella sola siguiera con vida.

La verdad es que todas las noches (o cuatro veces a la semana) tenía pesadillas rememorando lo que paso esa tarde. De estas mismas ni su padre sabía de ellas, ni quería que se preocupara más por ella. Así que de noche en su habitación se podía escuchar sus sollozos y gemidos ahogados que soltaba cada cierto tiempo.

Al fin llegó el día, su padre la acompañó hasta la puerta de las instalaciones dejándola sola en ese antro en el que despedía un aire de superioridad en todo su esplendor.

Papa: si te pasa cualquier cosa no dudes en llamarme- dijo mirándola a los ojos mientras esta asentía- trata de llevarte bien con las chicas de tu edad y compórtate ante tus mayores- otro asentimiento- te quiero hija- la abrazo ligeramente.

TN: yo también papa- sonrió con timidez mientras correspondía el gesto.

Después de eso se despidieron con la mano y mientras el señor se iba la chica ingresó a la preparatoria siendo observada de arriba a abajo por las chicas y chicos. Los profesores que se encontraban en el lugar no pudieron evitar el poner cara de asco ante la niña.

TN: van a ser tres años pesados y difíciles- pensó mientras pasaba saliva por su boca mirando la superioridad que mostraban todos los ahí presentes.

Durante la mañana no pasó nada del otro mundo, sólo fueron las presentaciones típicas de los primeros días (decir en que escuela estuvieron y las cosas que les gustaba hacer). En simples palabras fue más tranquilo su primer día de los que se imaginó, pero como dice el dicho, no todo es lo que parece.

Resulta que el primer mes de clases fue sumamente fácil y Casi divertido para TN, no consiguió hacer amigas por su timidez, pero eso no impidió que se llevará bien con toda su clase. Los profesores buscaban cualquier preste para que ligara algún castigo y fuera a la sala del director o se quedara arrodillada en la entrada del salón hasta que se terminará su hora de clases.

Sus compañeros empezaron a compadecerse de ella y trataban de defenderla en lo que podían, pero eso ocasionaba solamente que recibiera peores castigos (como limpiar sola todo el salón o limpiar todos los pasillos de la preparatoria). Ella lo hacía sin quejarse y con la cabeza baja, savia que si decía un sólo "pero" serían capaces de suspenderá o algo peor.

Así paso otro mes de clases, por culpa de eso mismo no consiguió unirse a ningún club de la escuela asiendo que simplemente volviera a casa después de hacer alguna tarea que se le fue asignada. Eso hasta que una de esas tardes fue llamada por el director. Temerosa fue hacia allí y se paró ante el hombre después de pedir permiso para poder entrar a su despacho.

Director: señorita TA, quisiera saber el motivo por el que no se pudo anotar a ningún club- preguntó tratando de sonar interesado, pero los dos sabían que no era así.

TN: no pude al estar ocupada con las tareas que me dejan los profesores- dijo bajito y sin mirar al hombre, sinceramente le asustaba ese hombre de más edad que su padre.

Director: esa no es excusa señorita TA, tendrá que buscar un club que la acepté en una semana, o menos, o será suspendida por un mes- dijo sonriendo socarronamente.

TN: ¿... un... mes...? - lo pregunto más a sí misma que para el hombre frente a él. Era una locura.

Director: si señorita TA, un mes. Ahora fuera de mi vista, tengo que seguir trabajando- con gestos hechos con su mano derecha la despidió.

La chica con la mirada perdida y notablemente más pálida de lo que estuvo alguna vez en su vida salió con paso lento y tambaleante hacia su casa donde se recordó en su cama y lloro amargamente tratando de sentirse consolada. Cosa que no consiguió.


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