Segundo capítulo

Segundo Capítulo: Propuesta Inesperada.

—¿Entonces qué dices?

—HyungWon, sabes que diría que sí sin duda alguna, me gustaría ir contigo a comer algodón de azúcar, pero...

—¿Pero...?

—Ya tengo planes ese día —NaYeon torció sus labios levemente. —Las chicas dicen que las tengo abandonadas, y es cierto HyungWon, hace mucho no salgo con ellas.

HyungWon soltó un suspiro, sabía que era cierto, pues NaYeon se había sentado a comer con él hace varios meses y sus amigas se sentaban en otro lado. Sabía que NaYeon lo hacía porque era bastante obvio que HyungWon no tenía más amigos, pero él no podía ser tan egoísta de robarle a las chicas una de sus mejores amigas.

—Está bien, comprendo —él le regaló una sonrisa, sincera. —¿Y qué clase tienes ahora?

—¿Y con quién vas a ir entonces? —NaYeon evadió el cambio de tema, curiosa por sabes quién iría en su lugar, sin embargo, HyungWon tenía vergüenza de decirle que no había nadie más quien lo acompañara.

—Y-Ya miraré... —el menor agachó la mirada, abrazando más a su pecho los libros que tenía en mano.

NaYeon no pudo evitar sentirse un poco culpable, pero sus amigas ya tenían un plan con ella y no podía fallarles, e intentar integrar a HyungWon con su grupo de amigas no era tan sencillo, ellas ya tenían confianza entre las nueve e intentar relacionar a HyungWon rompería esa aura de comodidad.

—¿Vas almorzar hoy? —cerrando su casillero, le preguntó al mayor.

—No —respondió en voz baja, negando.

Ella torció levemente sus labios, sin embargo, le dio un asentimiento y salió de allí, dejando a HyungWon solo en el pasillo, este soltó un suspiro mientras negaba. No quería que le afectara, pero no podía evitar sentirse un poco triste, no por el hecho de que NaYeon no le pudiera acompañar era más bien por el hecho de que no tenía a nadie más quien pedírselo.

Entró a su salón de clases, un grupo de chicos ya estaba allí presente, todos reunidos en una esquina, intentó pasar lo más desapercibido pero su pie chocó con la pata de una mesa, haciendo que chillara contra el suelo y casi de inmediato los demás levantaran su vista a él.

Entre ellos estaba su ex-novio, SeHun, quien duró unos segundos de más mirándolo, intentó no prestarles mucha atención y siguió su camino hasta su asiento cerca de la ventana.

El ambiente por suerte mejoró ya que más de sus compañeros llegaron y eso logró desviar la atención sobre su persona, minutos después llegó su maestro que empezó la clase de inmediato.

¿Cuál era el problema de los demás consigo? No era un chico fuera de lo ordinario más sin embargo todos y todas siempre tenían un rumor nuevo sobre él, él no solía arrepentirse de las cosas, ya que creía que las cosas sucedían por algo, pero existían momentos en los que de verdad se arrepentía de haber andado con SeHun.

Las clases pasaron aburridas y monótonas, se alegró cuando llegó su última clase y se enteró la maestra faltó por una calamidad que le pasó a último momento, no se alegraba de la calamidad obviamente, se alegraba de perder clase.

Sacó su acostumbrado paquete de galletas, comiéndolas en silencio mientras observaba como las gotas de lluvia golpeaban contra el vidrio y se deslizaban rápidamente, al estar el clima de esa forma sus compañeros estaban dentro del salón esperando el rato hasta que llegara la hora de irse a sus hogares. Él estaba un poco preocupado por tener que caminar hasta el paradero de autobuses con esa lluvia, pero no tenía otra opción a menos de que alguien se ofreciera a llevarlo en su auto.

Al levantarse para botar la envoltura de sus galletas se dio cuenta que desde los asientos de atrás SeHun lo observaba junto a sus amigos, no le quitaban la vista de encima en su trayecto al basurero lo cual logró ponerle nervioso.

Llegó la hora de salida, todos sus compañeros levantaron sus mochilas y salieron de allí como alma que lleva el diablo, corriendo debajo de la lluvia hasta sus autos o hasta la parada de autobuses con sus carpetas sobre la cabeza en un intento muy vano de disminuir su empapada.

Él iba en camino junto al grupo del autobús, con su mochila sobre su cabeza sin embargo un auto se cruzó enfrente suyo imprudentemente lo cual le asustó y le hizo resbalar un poco al detenerse. La persona dentro del auto bajo el vidrio con lentitud, sonriéndole una vez fue bien visto.

—¿Quieres que te lleve a tu casa, HyungWon? —SeHun le preguntó.

El contrario frunció su ceño tiernamente mientras observaba desconfiado al menor, no le gustaba mucho esa situación con SeHun que últimamente había estado observándolo por tanto tiempo y acechándolo desde cerca en las clases que compartían y en los almuerzos también.

—N-No —contestó después de un tiempo. —Mi papá va venir a recogerme.

—¿En su camioneta? —cuestionó el menor, logrando que HyungWon le asintiera. -—Bueno, como quieras.

Dicho eso arrancó sin dudas, dejando a HyungWon muy atrás en cuestión de segundos. Soltó un suspiro mientras le veía alejarse, le gustaría que NaYeon le estuviera acompañando en ese momento para que ella pudiera darle un consejo o una palabra de aliento en medio de todo eso, le daba miedo como SeHun se estaba comportando ahora.

Por suerte su autobús pasó a tiempo, claramente iba más congestionado de lo usual gracias a la lluvia, pero aun así agradecía que pasara y pudiera llegar antes a casa. Al llegar encontró a sus padres excelentemente, algo preocupados por él al ver la lluvia, pero nada demasiado importante.

—Mamá... ¿De casualidad no ha venido el vecino hoy por aquí?

La mujer que estaba sacando del horno los últimos panes observó algo extrañada al menor.

—¿De qué vecino hablas?

—Del alto y... musculoso —murmuró lo último, sintiendo sus mejillas calentarse.

—¿Hablas del señor WonHo?

—Si, de él —estaba avergonzado por la mirada que su madre le daba, sin embargo, intentó disimular lo más que pudo.

—¿Por qué preguntas por él? —introdujo otra lata de panes al horno.

—Porque el siempre viene todos los días y... me da curiosidad si vino hoy también.

—No, no ha venido hoy —secó el sudor de su frente con el dobladillo de su delantal.

—Bueno, solo quería preguntarte eso —le sonrió. —Nos vemos más tarde, mamá.

Si su vecino no había venido hoy quería decir que vendría pronto, así que aún tenía oportunidad de sacar algo de bueno en ese día y poder ver a su crush.

Se puso al frente del mostrador, esperando pacientemente a que llegaran los clientes, durante la noche y la mañana solían tener mejor clientela que en la tarde, ya que en la mañana muchas familias compraban su desayuno y en la noche las personas que llegaban de trabajar buscaban algo dulce y sabroso de comer luego de un arduo día de trabajo.

Pasó el tiempo, varias personas llegaron, pero ninguna de esas era su vecino lo cual le puso de mal humor, recargando su mejilla en la vitrina al igual que sus brazos dejó que su padre continuara atendiendo a la clientela por él, ya casi era hora de cerrar y él nada que aparecía.

—HyungWon, si no me estás ayudando ¿Por qué no entras y sirves la cena? Tu madre también debe estar hambrienta —su padre le cuestionó, cansado de verlo ahí recostado sin hacer nada y haciendo mala cara.

Hizo lo acatado, sabía que era inútil seguirlo esperando cuando ya no faltaba nada para que cerraran, se encargó de servir la cena que su madre había dejado en las ollas antes de irse a los hornos, sirvió los tres platos y acomodó la mesa, prendiendo luego el televisor que estaba en el comedor ya que a sus padres les gustaba ver las noticias mientras cenaban.

"Hace unas horas lo que pudo ser una gran tragedia se presentó en un crucero que iba camino a Japón, se dice que era un crucero romántico donde muchas parejas de recién casados se vieron afectados, el gran barco quedó varado en medio del mar, sin embargo, no hubieron heridos ni fallecidos"

—¿Cómo se puede atacar un crucero? —su madre apareció en la escena, tomando asiento frente a uno de los platos. —Y además ¿Por qué atacarían uno romántico?

—No lo sé —respondió él, sin despegar su atención de la televisión donde mostraban la noticia.

"El accidente por suerte fue prevenido por el grupo de héroes anónimos que están bajo el nombre de los Mon Scouts, el barco fue regresado a Corea con todos sus tripulantes"

—Que desgracia, por Dios —su madre nuevamente, a ella le gustaba hacer comentarios mientras miraba la televisión al igual que su padre, siempre había un tema de conversación en la mesa.

—Siéntate, HyungWon —pidió su padre una vez llegó a la mesa después de cerrar el negocio.

El menor asintió algo distraído y tomó asiento frente a su plato. Por alguna extraña razón aquella noticia le había dejado algo consternado, hace varios días no se escuchaba algo como eso, pero le aliviaba un poco saber que los Mon Scouts siempre estaban presentes allí para salvar a los ciudadanos en peligro.

A la mañana siguiente se arregló para ir nuevamente a su universidad, era viernes así que ese día en especial se encontraba de humor ya que tendría un descanso de dos días después, bueno, si es que sus maestros no lo atosigaban de trabajos antes de irse.

Se plantó en la parada de autobuses, con el sol dándole en el rostro pero él por suerte tenía tolerancia a este y no le molestaba mucho aquello. La parada de autobuses quedaba a unos pocos pasos de su casa, lo cual quería decir que también tenía una vista de la casa de su vecino y cuando vio un auto estacionarse su corazón dio un vuelco.

Pasó sus manos por su cabello arreglando el frizz en él, sonrió cuando lo vio bajarse del auto a pesar de que su rostro no mostraba nada más que hostilidad, espero que le diera una mirada al tenerlo solo a unos metros, pero pasó de largo hasta su hogar lo cual le dejó algo decepcionado.

Él había estado muy preocupado por él ya que hace varios días no lo veía, no iba a la panadería ni se veía por el barrio, y ahora que lo veía aún estaba preocupado después de verle con tan mala cara. Soltó un suspiro, no habría nada que le gustara más que poder preguntarle que le sucedía, pero era más que seguro que él lo sacaría corriendo gritándole que era un chiquillo irrespetuoso e insoportable.

Ay, pero aun así, como le gustaba ese hombre.

Su autobús llegó tiempo después y con el corazón doliéndole tuvo que subirse e ir a la universidad mientras su enamorado estaría quien sabe en qué estado. Recargó su cabeza contra la ventana de al lado, le gustaba escuchar música mientras miraba por la ventana porque era entonces cuando su imaginación salía a relucir.

Se imaginaba desde él siendo un chico millonario hasta como se comportaría si conociera a sus ídolos favoritos, pero ahora, su mente se ocupaba en imaginar cómo sería ser más cercano a su vecino ¿Cómo se escucharía su risa? ¿Y su llanto? Ambos debían ser hermosos, aunque uno más que el otro. Le gustaría tomarle de la mano, a pesar de que eran muy masculinas se veían suaves y humectadas, si tuviera un poco más de agallas, lo invitaría al festival de los enamorados para tener la oportunidad de hacerlo.

Al llegar a la universidad todo estaba como siempre, exceptuando por ese grupo de SeHun que nuevamente estaba mirándolo de más, pero intentó pasar de largo de ellos de nuevo y enfocarse en sus clases. Hoy no tenía cabeza para preocuparse por lo que ellos estuvieran murmurando sobre él, probablemente era por la oferta que había rechazado a SeHun la tarde de ayer, al parecer aún creía que HyungWon babeaba de amor por él.

Soltó una risa corta mientras miraba por la ventana, sintiendo sus mejillas enrojecer cuando nuevamente el hombre mayor se había colado en sus pensamientos. WonHo por supuesto que era algunos años mayor que él, podía verlo en su aura madura y la forma en la que vestía, nada comparado con sus camisetas coloridas y jeans anchos que él amaba usar.

¿Se estaría enamorando muy rápido? No lo sabía, tal vez, pero así era él y no podía escapar de sus propios impulsos. Ese hombre empezaba a gustarle muchísimo, aunque este no le mostrara ni un cuarto de la atención que él le daba, aunque al no tener experiencia con hombres mayores que él pensaba que a ellos les gustaba hacerse los difíciles. Sus clases terminaron en un suspiro, lo cual le agradó, así que empacando sus útiles animadamente salió del salón, casi llevándose por delante a SeHun que estaba listo para replicar, pero al ver de quien se trataba prefirió callarse.

Ese chico estaba muy extraño las últimas semanas.

Tenía una corazonada de que hoy su enamorado si iría a la panadería por algunas de esas delicias que sus padres bien saben hacer, así que él estaría allí sonriente y listo para atenderlo con toda la atención que a ningún otro cliente le daba. En camino a su casa se detuvo frente a una pequeña multitud de personas que estaban enfrente de la tienda de televisores, siempre tenían en canal nacional en los televisores de muestra, pero era algo bastante raro ver a gente aglomerada allí.

Se acercó sutilmente, gracias a su altura pudo ver desde lejos lo que sucedía, se veían en las noticias a varias personas siendo cargadas y ayudadas por algunos paramédicos,
el parloteo entre las personas no le dejaba escuchar muy bien sobre las noticias, sin embargo, dos mujeres a su lado se encargaron de hacerle saber que cuál era la situación.

—Que tragedia, ya ni siquiera se puede salir de casa sin temer que te ataquen a la vuelta de la esquina.

—Y lo peor no es solo las personas que participaron en el programa salieron afectadas, dicen que muchos que lo estaban viendo también.

—Uh, disculpe —el menor se acercó a las mujeres, haciendo que ellas se giren hacía él. —¿Qué fue lo que sucedió?

—Un programa de televisión, de esos en los que van a participar las parejas jóvenes, fue de repente atacado y en la pantalla se empezaron a transmitir una serie de imágenes y vídeos muy raros. La gente que los vio se empezó a debilitar de una manera inexplicable —amablemente la mujer de cabello rojizo le comentó la situación.

—Oh... -—respondió sorprendido. —¿Pero ahora se encuentran bien?

—Al parecer sí, solo algo shockeados y consternados con todo eso —le habló una de ellas.

—Si no fueran por esos superhéroes, los tales Mon Scouts, todo esto pudo haber terminado en un gran desastre —completó la otra mujer de cabello azabache. —Esos chicos han hecho muchísimo por esta ciudad, les debemos tanto.

HyungWon de repente se perdió de la conversación de ambas mujeres, concentrado un poco más en sus cavilaciones, últimamente estaban sucediendo muchas cosas raras, desde el incidente del crucero y hasta ahora con el programa de televisión. Torció un poco sus labios, tal vez debería evitar salir mucho de casa, pero aún así algo en su conciencia le decía que no debía preocuparse demasiado desde que esos eficientes superhéroes estuvieran velando por la seguridad de esa ciudad.

Salió de allí a su casa, encontrando a sus padres trabajando como siempre, esta vez su madre estaba atendiendo en la vitrina y supuso que su padre estaba abajo en los hornos.

—Hola, mamá —saludó el, descargando su mochila de sus hombros y dejándola en una silla del comedor.

—Hola, bebé —ella también le respondió. —Si no tienes tarea ¿Te molestaría ayudar a tu padre abajo en lo hornos? ¿O te gustaría atender aquí?

—Te ayudaré aquí, así de paso puedo hacer mis deberes —le respondió, dándole un beso en la frente a ella.

—Bien.

HyungWon tomó asiento atrás de la vitrina, con sus libros en mano y muchos bolígrafos también, tendría semana de exámenes dentro de poco así que era importante repasar la materia que más se le dificultaba. Al abrir su libro lo primero que cayó de él fue el dichoso folleto del festival de los enamorados.

Soltó un suspiro dejándolo de lado, no tenía cita con quien ir a dicho festival y tampoco tenía las agallas de preguntarle a su enamorado si tendría el gusto de acompañarlo. Soltando un bufido dejó ese pedazo de papel en alguna parte de la vitrina, tal vez en un principio estuvo interesado en ese festival, pero para ser franco los últimos días sus ánimos habían estado por los suelos y las ganas se le habían esfumado.

—Podría darme lo mismo de siempre, por favor.

HyungWon sintió su piel erizarse al instante que esa voz llegó a sus oídos, levantó su vista de sus libros para ver al hombre de cabello negro allí plantado con una expresión bastante seria, su sonrisa avergonzada se fue dibujando de a poco en su rostro mientras se acomodaba en su silla.

—Veo que todavía estás trabajando en tus modales —rio levemente, perdiéndose en la mirada chocolate que le observaba con reproche por usar un lenguaje tan confiado con él. —S-Se nos acabó el pan de coco está mañana.

WonHo soltó un bufido, revirando sus ojos antes de girarse dispuesto a irse, sin embargo, ahí estaba HyungWon pidiéndole con su voz chillona que esperara un segundo.

—También tenemos otros panes ¿No te gustan los de queso? ¿O estos de tres leches? —el mayor le señalaba en la vitrina cada clase de pan que tenían disponibles. —Te regalo una galleta si tampoco las has probado.

WonHo arqueó una ceja, atento a los patéticos intentos del niño por hacerlo quedar en aquella tienda, supuso que de verdad les iba muy mal si tenía que rogar tanto para tener una venta. Haciendo caso al menor se acercó un poco a aquella vitrina observando las diferentes clases de panes y pasteles que había allí, calificando cual se veía más delicioso, sin embargo, más allá de eso sus ojos se enfocaron en algo que difería completamente de un pastel.

Sin pedir permiso tomó el folleto de la vitrina, llamando la atención de HyungWon que se asustó un poco con él acto descortés, intentó decirle algo, pero siempre estaba tan nervioso en presencia de ese hombre que no pudo reprocharle cuando empezó a leer con detenimiento el folleto.

—¿Festival de los enamorados? —preguntó extrañado, ahora dándole vuelta al folleto para leerlo del otro lado. -—¿Dónde queda este lugar?

—Es a unas cortas calles de aquí —le respondió HyungWon, por fin. —Si quieres ir tienes que llevar pareja, b-bueno, no necesariamente a tu pareja, solo tienes que ir acompañado de alguien.

El mayor siguió analizando el folleto, todo bajo la mirada encantada de HyungWon que sentía su pecho latir al ver las muecas tan tiernas que hacía él al leer y darle vueltas a ese trozo de papel. Su mejilla se apoyó en la palma de su mano mientras distraído lo veía, podía estar seguro que si todo fuera una caricatura en su rostro habría unos enormes corazones dibujados en sus ojos delatando lo mucho que le alteraba la presencia de WonHo.

WonHo levantó finalmente su mirada hacia él, se quedó un rato mirándolo hasta que HyungWon sintió vergüenza de verse atrapado viéndolo de aquella, manera, iba a decir algo sin embargo él se le adelantó primero dejándolo shockeado con las palabras que salieron de su boca.

—Me harías muy feliz si vienes conmigo a esta velada.

lo sé, lo sé, es
tarde, tardísimo,
y no tengo
excusa para
defenderme.

tengo la esperanza
de qué ahora en
adelante las
actualizaciones
van a ser más
seguidas, ya que
me siento más
inspirada.

¿qué piensan de
hyungwon?

¿y de wonho?

¿su amor se
dará o creen que
todo terminará
en desastre?

gracias por leer ♡
les amo y espero
se cuiden, besos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top