CAP 19: Día de reconciliaciones

Abrí los ojos lentamente, el sol incidía de forma directa en mi rostro, haciéndome entrecerrar los ojos por la molestia. Al final había terminado dormido junto a Jungkook en el sofá de la sala de estar. Me levanté con cuidado para no despertarlo y fui hacia la cocina a preparar el desayuno, también busqué una pastilla para la resaca, de seguro despertaría con dolor de cabeza.

Finalmente se levantó de la cama cerca de media hora después, quejándose del dolor de cabeza. Le di la pastilla y desyunamos sin comentar nada, el silencio era muy incómodo la tensión podía cortarse con un cuchillo. Teniendo en cuenta nuestra última conversación con él estando sobrio era entendible.

—Perdón —susurré con la mirada en el suelo.

—¿Por qué te disculpas?

—Por haber desconfiado de ti, te prometo que no lo volveré a hacer.

—Solo dime una cosa —pidió y asentí—. ¿No sientes a través del lazo lo qué siento por ti? —volví a asentir, mi lobo siempre me recordaba lo mucho que nos quería nuestro alfa, eso era algo que no podía negar—. ¿No es suficiente?

—¿Qué? —me quedé atónito con su pregunta.

—¿Para ti no es suficiente el amor que transmito a través de nuestro lazo? ¿No es suficiente cómo para qué estés seguro de que quiero pasar el resto de mi vida a tu lado?

—Kookie...

—Perdón si no te amo con la intensidad que quisieras, pero te amo de la mejor forma que puedo hacerlo, te juro que ya no puedo quererte más de lo que ya lo hago —una lágrima se deslizó por su mejilla al escuchar sus bonitas palabras, Jungkook tenía esa capacidad innata de ponerme extremadamente sensible.

—No, Kookie, mírame —tomé su cara entre mis manos—, sé lo mucho que me amas, tu alfa se lo repite a mi omega cada día, no menosprecies tu amor, fui un tonto al desconfiar de ti, perdón.

—Te amo mucho Park Jimin, más de lo que he amado a nadie nunca, y esta es la confesión más sincera que obtendrás de mí alguna vez —yo junté nuestras frentes, quitando la solitaria lágrima que había derramado.

—Yo también te amo Jungkook —nos besamos de manera dulce, transmitiendo  a través de ese delicado toque todo el amor que sentimos hacia el otro.

—Voy a darme una ducha —dijo poco después y yo asentí.

Recogí los platos sucios del desayuno y los lavé mientras esperaba a que el saliera de la ducha. Cuando terminé fui hacia su cuarto y lo vi saliendo del baño solo con unos pantalones de chándal, dejando ver su trabajado pecho y abdomen.

—¿A quién quieres conquistar?

—A un precioso omega de cabello rosa ¿lo conoces?— dijo de forma sensual y ambos reímos después.

El timbre de la casa sonó y ambos nos miramos confundidos.

—¿Esperas a alguien? —pregunté.

—No ¿tú? —negué con la cabeza.

Ambos fuimos a la sala y yo abrí la puerta. Me quedé en shock al ver a la persona que había decidido visitarnos de manera inesperada. ¿Qué rayos hacía ella aquí? No se para que me sorprendo, es obvio que me estuvieron investigando desde que escapé de casa.

—Madre —dije de forma seria, mirándola con el ceño fruncido.

—Jimin —dijo de igual forma.

—¿Quién es? —preguntó Jungkook detrás de mí.

—¿No me dejarás pasar Jimin? —preguntó con una ceja alzada.

—Entra —me hice a un lado. Ella entró mirando el apartamento y haciendo una mueca, con su ceja alzada y los labios apretados, criticando el lugar con sus ojos. Siempre fue así, con esa estúpida obsesión por tener una gran mansión llena de porquerías costosas. Una más de las razones por la que escapé de esa casa, lo único que me dolió fue dejar allí a Beomgyu, el pobre no se merece tener un familia así de jodida.

—Jungkook ella es mi madre, madre él es mi alfa, Jeon Jungkook.

—Oh, ¿eres el hijo de ese alfa puro que murió en un accidente? —en ese momento desee que desapareciera en un segundo de nuestra vista, solo pude ver a Jungkook cerrar los puños con fuerza ante la manera tan fría en la que lo dijo—. Causó bastante revuelo en aquella época, era uno de los últimos alfas puros que quedaban en Seúl, el apellido Jeon no es muy común...

—Mamá cállate —proferí molesto.

—Eres un maleducado ¿cómo te atreves a mandarme a callar?

—Solo di que quieres de una vez y lárgate.

—Bien —resopló—. Tu matrimonio será en tres meses, Minho te comprometió con Hyungsik, esta boda es muy importante para la empresa.

—El ya tiene un alfa —Jungkook estaba molesto, no tenía ni que mirarlo para darme cuenta, era fácil de entrever por el lazo y sus feromonas.

—¿Quien? ¿Tú? Eso se puede revertir —dijo con burla.

—Su hijo está marcado por mi, señora Park —su mandíbula se tensó.

—Lee, Señora Lee, mocoso.

—Vete —esta vez ya se había pasado—. No me voy a casar con nadie que no sea Jungkook, adiós.

Ella salió molesta del apartamento, no sin antes dejar un fuerte portazo como cortesía de su parte. Solté un suspiro bastante audible, y Jungkook me miró negando con la cabeza.

—Está loca si cree que va a poder separarnos —tomó de forma posesiva mi cintura—, nadie te va a alejar de mí.

—Te dije que iba a rehusarse, es un terco, igual que su padre —informó la omega.

—Pues ve pensando una forma de convencerlo, o lo haré yo a mi modo. No podemos perder ese acuerdo con Hyungsik, o nos iremos a la quiebra —dijo enojado, apretando los puños con fuerza.

—Pero Minho...él ya está marcado por el alfa ese con el que vive.

—Eso no importa, Hyungsik puede marcarlo y borrar ese lazo, solo hay que evitar que quede embarazado, porque sino estamos jodidos —apretó los puños.

—¡Mamá! —el grito de su hijo menor los interrumpió.

—Iré a verlo —dijo la mujer, poniéndose de pie y dirigiéndose a la habitación del niño.

—Ya verás Park Jimin, será mejor que tengas cuidado —susurró con una sonrisa maliciosa en su rostro.

[...]

El omega suspiró profundamente, intentando calmar su acelerado corazón, quería demostrar confianza y seguridad, pero así de nervioso no lo lograría nunca.
Suspirando una vez más se decidió, tenía que ser valiente si quería conseguir lo que quería, así que armándose de valor, tomó el pomo de la puerta entre sus manos y dibujó su mejor sonrisa.

—Hola, Director Kim —dijo de forma sensual, sentándose frente a la mesa de madera que lo separaba del hombre.

—¿Otra vez aquí, Joven Kim? ¿Qué hizo ahora? —lo miró de forma seria.

—No fue mi culpa, al profesor Choi parece molestarle mi belleza —pasó una mano por su cabello mientras sonreía de forma ladina.

El hombre lo miró incrédulo y él suspiró por tercera vez en cinco minutos.

—Bien, casi hice explotar el aula mezclando unos químicos que no eran —el alfa le miró con su mejor cara de "no me jodas".

—A veces creo que lo haces a propósito —musitó acomodándose los lentes.

—¿Y qué si así es? —se sentó encima de la mesa con las piernas cruzadas, mirando de forma coqueta al director, que solo suspiró desviando la vista con un notable sonrojo.

—¿Por qué me haces esto? —masculló mientras abanicaba su cara con una mano, sintiendo mucha calor de pronto.

El omega abrió los ojos sorprendido cuando una fuerte ola de feromonas del alfa llegó a su nariz. El director acababa de entrar en celo, y él estaba allí justo frente a él.

—Di-director Kim —tartamudeó de forma nerviosa, alejándose con lentitud.

Detente omega —dijo con voz grave el alfa causando estragos al de hombros anchos—. Ven aquí.

Sin rechistar se acercó a él, sintiendo su entrada lubricar al sentir a su destinado tan cerca y estando en celo, liberando esas feromonas de excitación por toda la oficina.
El director lo tomó con fuerza de la cadera y lo alzó, sentándolo encima de la mesa y colándose entre sus piernas. Gimió fuerte al sentir al alfa besar su cuello.

Eres mío omega.

—Sí, soy todo tuyo alfa, tómame.

Solo eso bastó para que ambos se enredaran entre sí, sus lobos aullando por fin, alegres de que acabara el distanciamiento que se habían impuesto.

[...]

—Señor Kim ¿puedo entrar? —escuchó una voz femenina llamar desde fuera de su oficina, solo exclamó un vago "adelante" sin quitar la mirada de los documentos frente a él.

—Tengo que decirle algo importante —alzó la vista viendo a la enfermera frente a él—, es el Joven Seokjin —dijo de forma seria.

Al escuchar esas palabras no dudó ni un segundo en ponerse de pie, corriendo de forma rápida hacia la enfermería, viendo a su omega acostado en una camilla con los ojos cerrados.

—¡¿Que le sucedió?! —preguntó preocupado por su condición

A simple vista se notaba que no se encontraba bien, había perdido mucho peso y tenía unas oscuras bolsas bajo sus ojos, además de que su marca se estaba tornando de un color amarillento.

—El joven Jeon lo trajo inconsciente, dijo que se había desmayado en los pasillos.

Se acercó a la camilla tomando su mano y acariciándola de forma suave.

—Está embarazado señor Kim —el alfa la miró con las cejas alzadas, demasiado sorprendido por la noticia—, pero no creo que sobreviva si continúa así. No sé que sucedió entre ustedes, pero su abandono lo está matando lentamente, no tiene ni idea de lo mucho que sufre un omega cuando su alfa lo abandona —dijo de forma seria antes de salir para darle algo de privacidad.

—Perdoname Jinnie —sollozó, sintiéndose culpable por la condición que tenía su omega.  Todo era su culpa por haberlo abandonado de esa forma, pudo haber perdido a su cachorro por su terquedad y estupidez—. Fui un imbécil, no te merezco omega, perdóname.

—Es-está bien Joonie, pe-perdóname tú a mí, le hice daño a tu hermano —murmuró con dificultad, abriendo los ojos con lentitud.

—No tengo nada que perdonarte Jinnie, te prometo que no me alejaré de ustedes nunca más —lo abrazó acariciando su espalda con suavidad.

—Te amo Namjoon.

—Yo te amo mucho más Jinnie.

Se besaron de forma tierna, saciando esa necesidad que tenían de el otro desde hacía tiempo y fortaleciendo su lazo de destinados.







Amo el Namjin!! Son demasiado lindos!
Y el Kookmin también!! Super adorables.

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