II. Los misterios

Era muy temprano, especialmente para Mingyu, el sol apenas hace media hora había salido y los empleados de Onix no llegaban hasta dentro de una hora. Mingyu se encontraba en el patio de comidas del edificio Iridium, tomando un café lungo. Su mirada estaba enfocada en un punto, pero su mente divagaba <<¿Qué sucederá conmigo? ¿Dónde me pondrá a trabajar mi padre? >> todas esas preguntas lo invadieron por la noche y lo obligaron a levantarse temprano, como si  el estar antes en la oficina acelerara el tiempo. 

-¿Le sucede algo, jefe?

La voz de Soo-Young, amigo de Mingyu y miembro del equipo de seguridad, lo saca de sus pensamientos. 

-No, Soo-Young, no te preocupes.- respondió con desganas y sorbió un poco de café. 

-Por tu tono algo me dice que no pinta bien.- insistió el pelirrubio tomando asiento frente a su amigo

-Bueno.- río irónicamente.- sabrás que volvió mi padre de Europa.

-Si, lo vi el día de ayer al llegar, nos agarró a todos de sorpresa. Yo aún no lo conocía, me resultó intimidante y muy pulcro.

-Bueno no te equivocas, no fue el mejor padre, pero sí un gran empresario. Hay que darle su mérito. Pero, el que vuelva me causa muchos conflictos. Creo que me van a despedir de la empresa.

-¡Pero qué dices!- larga con una risa.- Eres el hijo del dueño, como van a echarte de tu propia empresa.

-Modificando el testamento,quizás. - y otra vez el amargo y relajante sabor del café roza sus labios.

-Oye, Mingyu, ¿No estarás hablando en serio?- su tono se tornó serio.

-Con mi padre nada es una broma. Por eso estoy acá, estoy muy ansioso.

-Pero, ¿Qué fue lo tan grave que hiciste como para que te quiera desheredar?

-Poner en riesgo la empresa, su imagen, con mi comportamiento.

-Bueno, buen amigo, no puedo diferir con eso, pero no creo que sea algo que con una buena campaña y un bajo perfil no pueda ser solucionado. Bum lo ha sabido solucionar otras veces, recuerdas…-comenzó a reír.- recuerdas ese día en aquella fiesta…

-¡No! de eso no se habla, Bum tuvo que mover muchos contactos para sacarme de ese lío. Eso nunca sucedió ¿entendido?

-Vamos, ¿Me vas a decir que no fue divertido?

-Creo que si eso sale a la luz, perder la herencia será el último de mis problemas.

Los minutos se fueron desintegrando y cuando Mingyu menos lo imaginaba las tiendas del edificio se encontraban abriendo y los primeros empleados de Onix iban llegando. 

Tras despedirse de Soon-Young ingresa al ascensor del medio y marca el piso 7. 

Jaehyun, tomate el tiempo que sea necesario. No hay apuro. Mandale mis condolencias a tu madre” 

Ese fue el mensaje que el comandante le había enviado esa mañana cuando le escribió para decirle que necesitaba algo de tiempo para retomar sus actividades. Su madre estaba devastada y debía hacerse cargo de ella. No había querido salir de la cama y Jaehyun se había quedado a su lado. 

-Siquiera tenemos un cuerpo con el que nos podamos despedir.-  sollozo escondiendo su rostro en el pecho de su hijo.

-Lo siento mamá, fui un cobarde.

-No, hijo.- se levantó para verlo a los ojos.- Acabas de perder a tu padre de una forma muy injusta, es normal que hayas entrado en pánico y el dolor no te haya permitido razonar. Antes de ser policía, eres un ser humano, con sentimientos, con sentimientos hermosos.- colocó su mano en el pecho de Jaehyun.- que tu padre te inculco y debes hacer honor a ello.

-Prometo mamá.- toma con ambas manos las de su madre.- Prometo que sea como sea descubriré quien nos hizo esto, aunque de la vida en ello.

La madre le regala una sonrisa apacible y vuelve a colocarse en el pecho de su hijo, dibujando formas en este con su dedo índice hasta quedarse dormida. 

El sonido de una piedra contra el vidrio despierta a Jaehyun, observa a su alrededor tratando de ubicarse, era la habitación de su madre, ella se encontraba aún en su pecho, el sonido no logró perturbar su sueño, quizás el no poder dormir en toda la noche y el llanto la agotaron. 

Se vuelve a oír un golpe contra la ventana, por lo que el joven decide ir a investigar, al asomarse logra divisar a una persona encapuchada observando fijamente hacia la ventana, para luego retirarse corriendo hacia el boscoso parque de enfrente. 

Jaehyun corre escaleras abajo, no sin antes tomar su arma. Al salir, el sol del mediodía le da de lleno en el rostro lo que lo obliga a poner la mano en su frente para poder ver a distancia; corrió hacia el frondoso parque pero no encontró a nadie allí, exceptuando algún anciano y su vecina, la señora Min-Jeong, con su gato winter. 

Resignado regresa hacia su casa; cuando se proponía ingresar a la propiedad, logra divisar en el suelo del jardín un sobre color negro con su nombre escrito en blanco con una elegante caligrafia. 

Al ingresar a la sala se predispone a abrir la nota:

Jamás llenaras los zapatos de tu padre, eres un cobarde, un inservible. Tantas personas confiaban en el detective. Tú eres el que debía estar muerto, no él, maldito, lo abandonaste. Pero si algo me tranquiliza es que ellos no hacen nada a medias, pronto irán por ti”

-Tiene razón.- hablo para si mismo Jaehyun.

-¿Con quién hablas hijo?- la aniñada voz de su madre lo sobresalta. 

-Con nadie mamá, regresa a la cama.

-Debo preparar el almuerzo.

.-Deja que yo lo prepare.

-No, hijo, necesito ocupar mi tiempo en algo, sino no dejo de pensar.- exprese sobando los hombros de su hijo.- Pero gracias por tus cuidados.- deposita un beso en la cabeza de Jaehyun y se retira hacia la cocina envolviendose en su suéter gris.

Mingyu va saludando a los empleados en la recepción uno a uno, todos lo miran atónitos,¿Acaso el menor de los Kim había madrugado? Mingyu acostumbraba llegar pasado el mediodía, impecable, atractivo para todas las jóvenes empleadas - y no tan jóvenes- con unos modernos y ostentosos anteojos de sol, lo único en el aspecto del joven que indicaba su resaca. 

Pero esa mañana era distinto, había llegado sobrio y sin anteojos, dejando ver los ojos almendrados y de doble párpado bajo unas rectas y oscuras cejas. Era consciente de su atractivo y le encantaba ver lo que producía a sus empleadas, pero esa mañana sus preocupaciones eran otras. 

En lo que se dirige a su despacho, su secretaria lo aborda con temas banales y preguntas que ya sabía las respuestas, lo desesperaba. 

-A ver- se detiene a pocos pasos de su oficina.- ¿Qué es lo que realmente quieres Hyung-Seo?

-Disculpe jefe.- se reverenció, algo que le molestaba a Mingyu, pues ella era 30 años mayor.- Pero, la joven nueva está en su oficina…creo que…

Hyung-Seo no pudo terminar de formular la oración debido a que Mingyu atravesó como torbellino la puerta de roble. 

-¡¿Qué haces aquí?!

Joo-hyun se sobresalta ante el grito y el portazo.

-Tu padre me dijo que esta era mi oficina. 

-No, esta es mía, así que te voy a pedir que te retires.- le ordena abriendo la puerta, dejando ver a la secretaria tras esta, que con un rostro de pánico, se retira de la escena velozmente. 

-Disculpa Mingyu, pero no quiero tener una mala relación contigo. Se ve que eres un buen muchacho.- razonó en lo que rodeaba el escritorio y salió al encuentro del joven, al cual apenas le llegaba al pecho.- Tomemos asiento.- busco tranquilizarlo tomándolo de ambos brazos delicadamente. Se sentaron en el sofá gris de terciopelo.- Entiendo que estés enojado.- continuo.- Yo también lo estaría, pero.- Cruza las piernas, toma la mano de Mingyu y la apoya sobre su regazo.- tu padre hace lo mejor para ustedes y la empresa.Seguro esto es temporal y pronto tendrás tu puesto de nuevo, pero tienes que demostrarle que eres merecedor de él. 

-Tu consejo es perjudicial para ti.- señaló en lo que quitaba su mano y la ponía sobre sus piernas.

-No busco hacerte daño, ni a tu hermano.- su tono de voz era dulce y aniñado, detonaba inocencia y bondad.- Entiende que tu padre confía en mí porque sabe que jamás haría algo contra ustedes.- acarició suavemente el cabello de Mingyu colocando un mechón tras su oreja. 

-Quiero mi oficina.- soltó en respuesta al levantarse de golpe, ese gesto, cuasi maternal pero erotico a su vez, lo incomodó y lo obligó a salir de la oficina.

La habitación de paredes blancas, muebles shabby chic y veladores grandes, se sentía helada, pese al abrasador calor que hacía en las calles de Madrid. 

-¿Yara? ¿Hermana?- se escucha al pie de las escaleras, para luego, tras no recibir respuesta, oírse  los tacos sobre la añeja madera de roble. - Oye, ¿Qué haces aquí?-
-Solo, solo quería estar cerca de ella una última vez. 

Jade rodea la cama y se sienta junto a su hermana en el confortable colchón que su madre había comprado meses antes de que se detectara su enfermedad. 

-Pero cariño, siempre va a estar con nosotras.- La reconforta rodeándola con su brazo.- ¿Qué es eso?- mirando lo que su hermana llevaba en su manos.
-Mamá en el último tiempo se hizo una gran admiradora de las obras de arte, se la pasaba leyendo sobre los estilos y las técnicas de grandes artistas. Incluso había comenzado a pintar, esta fue la última pintura que hizo.- entregando el pequeño lienzo donde se veía una garza en el lago de la casa de campo con su emblemático puente de ladrillos cubierto de abundante vegetación.
-Era buena, se le daban bien todas las artes.-
-Lo interesante no es el cuadro, sino lo que esta escrito atrás. 

Jade voltea el lienzo y se encuentra con la letra de su madre y un texto incomprensible hecho con grafito:

Ve rápido a buscar al comisario, lo encontrarás donde reposa Alba. Pero si tienes un poco más de tiempo, visitá a la familia de Felipe, te darán tres gracias.

Alba+felipe+gracias: saturno (p)
Saturno-30: el cardenal (p)
Alba(p)-felipe(p): león (e)
Felipe+gracias(p): sajonia (p)
Alba-gracias:isaac (p)
Gracias-felipe: pajarito (p)
Cardenal(p)-alba: medici (p)
Cardenal+felipe: los calderon(p)
Cardenal+gracias: pan (r)
Leon+sajonia+isaac+pajarito+medici+los calderon+pan: 183
183-la vista (p): Juan (m)

>>¿Entiendes lo que es? Un acertijo
-No, no Yara, no empieces con tus cosas.- le devuelve el cuadro.- Mamá murió, no estoy para juegos.
-Pero quizás mamá quería decirnos algo, no por nada dejo este cuadro justo sobre su almohada, ella sabía que vendría aquí cuando muriera. Nos dejó una tarea Jade.
-Ya deja eso por la paz. Mamá estaba enferma, no tenía energía para esos juegos
-No, esa no es mamá. Ella adoraba los acertijos, siempre los veía como más que un jugo, era un código de comunicación entre ella y sus hijas. 
-Diras entre mamá, tu y Julia, porque yo nunca los entedía.- expresó algo molesta en lo que se ponia de pie y acomodaba su negro vestido.
-Mamá adoraba los acertijos, tanto o más que Julia.
-No me lo recuerdes, me volvían loca con sus juegos. Ahora, termina de alistarte, en un rato llegará la gente para el velorio y necesito que me ayudes con los refrescos.

Cuando Jade salió por la puerta hacia el pasillo de habitaciones, Yara se puso de pie y recorrió la habitación de su madre tratando de encontrar algo que le indicara que su madre, en su último suspiro, le había dejado algo importante, una última tarea quizás.

La habitación se encontraba impecable, algo polvorienta por el tiempo en desuso. Sobre el tocador se encontraba el último maquillaje que su madre había utilizado. Fue en ese mismo lugar donde se desmayó, se estaba alistando para salir. Se había hecho de la costumbre de cada sábado salir hacia algún museo, principalmente de arte. Encontraba algo reconfortante en esas obras. 

“La muerte nos llega a todos, lo importante es lo que dejamos al mundo. Todos estos artistas están inmortalizados en estas paredes” 

Esa fue la frase que utilizó aquella única vez que Yara la acompaño a un museo de arte, el resto de veces Angelica quería ir sola. 

Y fue en ese momento, en el que se maquillaba los labios con el labial de su madre, que recordó una de las obras con la Angelica estaba fascinada. Mientras le recitaba esa curiosa reflexión se encontraban frente a las meninas, donde Angelica le había señalado que Velazquez se había autorretratado, quedando inmortalizado en su obra maestra.

Yara, velozmente se pone de pie y toma la agenda que su madre tenía en su mesa de noche y el cuadro, apoyándose sobre el tocador, copia el acertijo. 

Ve rápido a buscar al curandero, lo encontrarás donde reposa Alba. Pero si tienes un poco más de tiempo, visitá a la familia de Felipe, te darán tres gracias.

La familia de Felipe, otro dato que su madre le había mencionado sobre esa obra de arte, se conocía a las meninas como la familia de Felipe IV.

 Yara arranca la hoja de la agenda y lo guarda en su cartera. Sale sin dar aviso y procurando que su hermana no notara su ausencia. No tardaría mucho, llegaría al horario de inicio del velorio, o eso ella creía. 

-¡Tu me prometiste que para hoy ya iba a estar!- enfurecida la rubia golpeó el escritorio de madera oscura. 
-Hubo algunos inconvenientes.- le respondió en lo que se reclinaba y balanceaba en su sillón de escritorio. 
-¡No puedes responderme eso Young-Jae! Necesito mi dinero.- con la voz quebrada.
-Te entiendo Chonnasorn, pero excede a mis posibilidades, luego de lo que sucedió con Mariya me prohibieron hasta nuevo aviso darles más de lo necesario para vivir.
-¡Esa maldita rusa!
Young-Jae se limitó a hacer una mueca con la comisura de sus labios.
-De todas formas.-continuó Jae.- te puedo aconsejar que tomes a un cliente, si cumplis con sus peticiones, vas a tener al jefe en tus manos. Quizás ahí puedas pedirle el total de tu pago o el beneficio que gustes.
-¿De quién se trata?- preguntó en lo que volvía a tomar asiento en la silla de roble y terciopelo rojo.
-Es un importante juez. El asunto acá no es que solo debas complacerlo, sino también sacarle información. Lo que sea que lo pueda comprometer. 
-¿Cualquier tipo de información?- cuestionó confundida.
-Si, desde plata debajo de la mesa hasta el robo de un chicle. El asunto no es con él, pero la clave para tener todo bajo control no es el dinero, que sí ayuda, sino la información que tengas de las personas. Eso lo irás aprendiendo y te va a servir para toda la vida.

Chonnasorn se queda divagando en sus pensamientos un segundo y tras un largo silencio, responde:

-Esta bien, acepto. 

Young-Jae larga una risa burlona y se inclina sobre el respaldo. 

>>Cariño, ¿Desde cuándo tienes la opción de elegir?

Y Young no se equivocaba, desde que Chonna se metió en este negocio jamás pudo elegir, a pesar de haber demostrado ser eficaz y condescendiente, jamás le dieron un rol más allá de mamarsela a algún millonario. Ella sabía que su intelecto estaba para mucho más, pero que en un negocio manejado por hombres y para hombres no había lugar para una mujer con su fuerza.

Allí se encontraba el emblemático edificio de estilo griego con columnas corintias y la escultura de Velazquez sentado con una tabla y pincel en las manos, admirando el horizonte. 

Yara no se detiene a observar el arte que se observaba en solo la fachada del museo del Prado, sino que se dirige a gran paso hacia una de las entradas laterales, la puerta de Goya, sabía que obras debía buscar. 

Su mamá estaba fascinada con Velazquez y Goya, dos referentes del arte español y sus mayores obras se encontraban ahí, en la primera planta del museo. 

Al ingresar al gran hall y tomar un folleto con el plano del museo se dirige a la primera obra. En la sala doce, coronándola, se encontraba las meninas de Velazquez. 

“...si tienes un poco más de tiempo visita a la familia de Felipe” 

Al acercarse a la obra, escanea el qr a un lado y en su teléfono se lee los detalles de la obra. 

Angelica estaba fascinada con esa obra porque el mismo Velazquez se encontraba en ella, pasaba horas en el museo encontrando personas y detalles en el óleo, cuanto más la admiraba más se sentía observada por los protagonistas.

-No se porque, pero siento una conexión con esas jovencitas. Quizás y fui una de ellas en mi otra vida.- bromeo.- el sentir la muerte acechandome me despierta recuerdos de mis vidas pasadas.- a esas alturas Angelica ya bromeaba con su muerte pero nunca tenia una respuesta positiva de parte de Yara y eso que amaba el humor negro, pero era su madre la que lo vivia. 

<<Nunca más haré chistes sobre esto>> pensó después de escuchar a su madre decir la primera broma que le continuarán una seguidilla. 

Yara entendía que era la forma de su madre lidiar con todo, pero no podía, ni quería acompañarla en eso. 

Cuando menos se da cuenta, se encontraba llorando mirando fijamente la obra, y en el rostro de aquella mujer con enanismo, vio una mirada de compasión. Se secó las lágrimas y volvió en sí, sacó el papel de su bolsillo trasero y continuo:

“...te darán tres gracias”

Al salir de la sala dejando atrás a la familia real, hacia el ala sur se encontraba el idolo del idolo de su madre, Rubens. La sala 29 era del pintor y su inmensidad, en medio de la blanca pared se encontraban aquellas tres hermosas mujeres, las gracias. 

Yara intentó recordar algún evento que su madre alla hablando de esta obra, pero poco y nada recordaba de ella, solo el detalle de la temática y no mucho más. Un poco resignada continúa hacia el fin del ala, donde la más grande colección de Goya se encontraba. 

La mujer se encontraba recostada desnuda junto al mismo cuadro de ella pero vestida, La maja desnuda. Su madre le había contado las teorías de la obra, entre ellas que la mujer que posó era la mismísima duquesa de Alba. Y allí estaba, visitando a Alba.

<<Hiciste muy bien la tarea>> mentalizo la voz de su madre al darse cuenta que le prestó atención a la pasión que esta tenía y su madre estaba segura que ella entendería. Yara esbozó una sonrisa ante tal razonamiento y se sintió más cerca de su madre como nunca antes.

Sin embargo, no entendía el motivo de esas obras, ni que significaba el resto del acertijo. Se sentó en el oscuro suelo, de frente a la delicada desnudez, dejando que los turistas y amantes del arte pasaran rodeándola. Sacó nuevamente la hoja y se puso a analizar el otro fragmento.

-Son cuentas.- balbuceo para sí misma y rápidamente se puso de pie y corrió hacia el pasillo de Rubens donde se encontraba la tienda del museo, compró un bloc de notas y una lapicera y se sentó en la cafetería aledaña.

Encontró tres palabras que le eran familiares y las transcribió: felipe, alba y gracias, las tres con una letra P entre paréntesis.

Alba+felipe+gracias:saturno

Alba-felipe: león

Felipe+gracias: sajonia

alba-gracias: isaac

gracias-felipe: pajarito

<<Lo mejor es empezar con lo conocido, tengo 5 palabras nuevas que descifrar, una vez resuelto eso el resto será sencillo>>
En lo que esperaba su café se puso a reemplazar las letras por números
<<La fecha de creación…no, números muy grandes y no tiene relación con la palabra resultado…¿Si sumo el número final me dará la cantidad de letras que la palabra resultado?...no, no me da>>

Estaba tan inmersa en sus pensamientos que no se percató de la tardanza del café, pero había pasado una media hora. 

-Disculpe la tardanza, es que con el evento no damos a basto con la gente. 

-No te preocupes.- entendía la situación.- ¿Hay una exposición?

-Si,  una colección directa de New York, de la frick collection.

-Ah, si, vi la cartelería, no me percate de la fecha.

-Si, va a estar en la sala 16 por si gusta visitarla.

La joven se retira a atender otras mesas y Yara vuelve a su hoja cuando un pensamiento revelador llega su mente, levanta la vista y observa a la joven con un atisbo de agradecimiento y escribió: 

Las meninas se encontraban en la sala 12, la maja en la 38 y las tres gracias en la 29. 

12+38+29: 79. 

Tras conseguir ese resultado y dejar el dinero en la mesa, tomó el plano que venía en el folleto y corrió hacia la planta 3, la sala 79 también dedicada a Rubens. 

Exploró la sala, todas las obras eran con temática mitológica hasta que el enorme y tétrico óleo se presentó ante ella “Saturno devorando a un hijo” ahí comprendió todo. 

Subió y bajó escaleras corriendo, cuando lograba resolver un acertijo un pico de adrenalina la consumía y no podía parar hasta finalizarlo. Fue sala por sala, obra por obra, descifrando los números. 

Las sumas y restas de las salas daban números que eran otras salas, las palabras eran una guía para cerciorarse de que las salas eran las correctas, encontrando las obras a las que se referían en ellas y las letras entre paréntesis indicaban si la obra era una pintura, una escultura, un relieve o una maqueta.

Hasta finalmente tener las cuentas y el resultado final daba 100.

<<La sala 100, la biblioteca del museo>> 

Allí se encontraba la maqueta del museo realizada por Juan de Villanueva. Yara descendió más tranquila, la parte más difícil ya había pasado. Al llegar al subsuelo observa las obras y las colecciones de libros allí expuestas, rodeando toda la sala, hasta que en medio de la pared derecha encuentra una puerta con la leyenda “oficina de curadores” y en ese momento agradeció las horas de cátedra en historia que su madre le había propiciado, había encontrado al comisario, o estaba por hacerlo. 

Golpeó suavemente la puerta, quizás con miedo de lo que podía encontrarse del otro lado, y tras unos segundos que parecían eternos, la puerta se abrió dejando ver a un hombre de origen indio de no más de 40 años con el cabello rizado y oscuro, una barba prolija y una sonrisa compradora. 

-¿En que la puedo ayudar jovencita?

El hombre la impresionó, era innegablemente atractivo

>>Jovencita…-insistió sacándola de sus pensamientos.

-Disculpe, es que,esto le va a resultar extraño, pero, una persona muy querida me dejó unas consignas para que me encontrara con un curador del museo. No se su nombre, pero creo que es importante…

-¿Tú eres Yara?

-¿Me conoce?

______________
HOLA! COMO LES VA? QUE LES PARECIO ESTE CAPITULO? LAS INVITO A RESOLVER EL ACERTIJO CON YARA. PUEDEN ENCONTRAR LAS SALAS Y LAS OBRAS EN LA PÁGINA OFICIAL DEL MUSEO DEL PRADO -SI SON DE MADRID MEJOR VISITARLO 😉-

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