°Capítulo especial° China x Japón


China estaba arribando en el aeropuerto de Japón, la idea de que viajara hasta allá sin ningún guardia le preocupaba al presidente de esta nación. Pero el asiático confiaba plenamente en Japón, después de todo habían comenzado a frecuentar y ambos sentían algo especial el uno por el otro.

En cuanto su vuelo aterrizó, ya Japón estaba esperándolo junto a su escolta que su presidente le insistió llevar para evitar cualquier contratiempo.

China se abrió paso entre la gente y en cuanto su mirada se cruzó con la de Japón se dirigió con él.

-¡China!- el menor abrazó al contrario –¿No vas a darme un beso?-

El mayor rió un poco y unió sus labios con los de Japón, hacía poco que habían tenido su primer beso y el nipón ya era adicto.

Su momento fue tan lindo hasta que China notó a los guardias de Japón estaban en posición de ataque. Odiaba que la gente de aquella nación no confiara en él y se la pasara estando a la defensiva cada vez que quería demostrar afecto a su pareja. No tuvo otro remedio más que separarse del beso a causa de la incomodidad que causaba en él esa gente, ya tendrían tiempo de besarse y otras cosas cuando llegaran a las aguas termales donde pasarían tiempo de calidad solos.

-¿Continuamos después?- le susurró a su pareja

Japón captó la idea, toda su gente los miraba demasiado atentos y no era prudente seguir allí –Claro ¿Te apetece ir por un ramen?-

-Suena bien-

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La cita ideal se estaba yendo por el caño... Sin importar a donde iban, todos los observaban como juzgándolos y los guardias trataban a toda costa de interrumpir cualquier momento íntimo. Era oficial, toda la gente estaba actuando como una suegra que desaprueba al novio de su hija... Aunque bueno, si el padre de Japón viviese aún, lo más probable es que ya habría matado a China por "aprovecharse" de su inocente hijo.

Ahora mismo ambos estaban en una cafetería bebiendo una malteada sin hablarse, ya ambos estaban algo cansados de los guardias y la gente.

-やめなさい! (Basta ya en japonés, les debo la pronunciación exacta, pero yo lo escucho como yamenasai)- Japón se había cansado –¡Largo todos, díganle al presidente que tengo 76 años! ¡Me puedo cuidar perfectamente!- luego de aquello tomó a China de la muñeca y lo arrastró hasta la entrada de la estación del tren.

-¿No tendrás problemas por culpa mía?- China estaba feliz de salir de allí, pero sabía que no sería lindo un regaño por parte del presidente japonés

-No me interesa- Japón lo metió en el mismo cubículo que él en el baño de la estación –Solo... Quiero que mi gente esté feliz por mí-

La voz quebrada del menor era señal de que se pondría a llorar, así que China lo tomó del rostro –¿Qué importa que puedan opinar de lo nuestro? ¿Eres feliz conmigo?-

Japón se sonrojó casi hasta tener el tono de su pareja –Por supuesto que soy feliz- le aseguró

-Entonces solo eso importa-

Ambos se dieron el beso más profundo que habían tenido, al fin un momento intimo en todo ese día, lástima que habían tenido que encerrarse en un baño público para eso.

El sonido de una persona entrando los alertó –Continuemos esto después- susurró China

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Tomando el tren lograron llegar a unas aguas termales alejadas. No eran las mismas donde se supone estarían para evitar tener que ver el rostro de sus guardias esperando, así que lograron conseguir una habitación en tan pintoresco lugar donde atendía una anciana que no parecía importarle que tuviese a dos naciones en su humilde establecimiento.

-Esa mujer fue realmente amable al regalarnos estas yukatas- Japón estaba bastante feliz, incluso se había olvidado por completo de sus cicatrices en las muñecas.

China por su parte solo intentaba tener autocontrol, pero Japón no se lo ponía fácil, su cuerpo era tan provocativo, más si lo único que llevaba era esa ropa interior de pokémon.

-Son realmente cómodas, y admito que te queda bien- esto último lo dijo en un tono coqueto

Japón no podía estar más avergonzado, nunca habían tenido algo más que solo besos y alguna que otra caricia –Yo... Bueno gracias...- estaba muy sonrojado –China... ¿Crees que... Sea el momento?-

El contrario no entendió a qué se refería con el momento –¿Momento de que?-

Japón se quería morir de vergüenza ¿Cómo era posible que China no entendiese una indirecta tan obvia? –Pues de avanzar al siguiente nivel-

-¿No es muy pronto para casarnos?- China estaba algo distraído tratando de amarrar adecuadamente su yukata, por lo que no entendió lo ya obvio

-¡Hablo de sexo China!-

Ese comentario dio paso al silencio, eso nadie se lo esperaba, pero es que el chino estaba pasándose de distraído.

-oh... Perdón, es que no entendí al principio...- abrazó por la espalda a su pareja y besó su nuca –¿Te sientes listo?-

Japón se giró para verlo mejor –No voy a mentirte, no sé nada de hacerlo con chicos más que por los mangas... Pero quiero hacerlo-

-Pues... Yo te guiaré- China no era tan joven como Japón, y no era un monje, obviamente ya había experimentado mucho a lo largo de su vida

-¿Por dónde empiezo?- Preguntó el menor

-quitándote todo esto- China sonrió y le quitó la yukata para después empezar a besar el cuello y pecho de Japón

Entre besos y caricias ambos terminaron en la cama, y las prendas ya no hicieron falta.

Ambos cuerpos desnudos se entendían muy bien, no hacían falta palabras para saber que quería el otro. China siempre llevaba bolsitas de lubricante y condones, sabía que algún día le harían falta. Japón ya sabía que sería el uke en la relación, es decir ¿Con China quien podría ser el seme? Solo Rusia... y mejor no pensar en shipeos en medio del sexo.

El mayor comenzó preparando a su pareja, con el lubricante (si usas condón debe ser de base agua obvio o se rompe) sería más sencillo para ambos.

Japón no iba a mentir, no se sentía para nada bien al principio, era súper incomodo, pero eso fue momentáneo. China movía sus dedos en el interior de su lindo novio mientras que con su otra mano lo masturbaba y con su boca jugaba con uno de los pezones de este.

Los gemidos de Japón eran callados por él mismo, le daba algo de pendiente ser escuchado por la dueña o algún otro inquilino.

-Nadie va a escuchar, tranquilo- Cuando fueron 3 dedos sacó sus dedos, eso debía bastar

-Es fácil para ti decirlo, no eres tú quien va a tener ese monstruo dentro- Japón observaba detenidamente el miembro de su pareja mientras este se colocaba el condón.

China rió levemente, era divertido ver esa cara que tenía de entre excitación y miedo –Aun podemos parar-

-¡Ni lo sueñes!- reclamó

-Imaginaba que dirías eso- Unió sus labios con el contrario, aprovechando para acomodarlo de forma que fuera más cómoda para ambos.

China se posicionó y... Era difícil que entrase, Japón estaba tan nervioso que estaba apretando mucho –Así nunca va a entrar...-

-¡No es mi culpa! Solo tienes la punta y ya me duele...-

Esa experiencia sin duda la iban a recordar de manera muy cómica –Solo respira y ya...-

Tomó un par de segundos para que al fin el interior de Japón cediera y esto no lo desaprovechó China, quien sin más metió todo.

-¡Baka Yaro! (según una página otaku... es bastardo idiota J ) ¡No te dije que toda!- Japón estaba sufriendo

-Shh!- China metió su dedo en la boca de Japón –Si no lo hacía jamás iba a entrar, además estás bien, no sangras-

-bometaffude...- con el dedo pulgar de China estirando su mejilla era difícil hablar

-Me voy a mover-

-¡Ni siquiera lo...! ¡Ah!-

No dio tiempo a que las quejas de Japón continuaran pues China comenzó a moverse.

Los movimientos al principio eran lentos, dando tiempo a Japón para que se acostumbrara. No tardó demasiado en aumentar su ritmo, su pareja se acostumbraba rápidamente, una ventaja porque China estaba perdiendo el control.

Pronto en la habitación solo se escuchaban esos ruidos sucios de dos cuerpos que se volvían uno.

No importa el pasado

No sabemos que depare el futuro

Solo me importa

Que tú estás aquí...

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Lo prometido es deuda :3

Espero les haya gustado este capítulo especial :D 

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