Capítulo 1: El banco mundial

Era un día bastante común en la ciudad de Nueva York, desde la desaparición de Discordia el mundo estaba en paz de nuevo.


Sin embargo, había una persona que lejos de estar tranquilo, sentía una combinación de odio, angustia y tristeza. Estaba recién bajando de su jet privado, acababa de regresar de un largo viaje de negocios

-muy buen día señor ¿desea alguna cosa?- su ayudante, una joven mujer sabía del porqué de su estado, pero ella no tenía el derecho de opinar en esas cosas.

-Una botella con agua no estaría mal- Banco Mundial siempre tenía ese semblante sereno que a más de uno engañaba, pero no a sus empleados más leales.

 
-De inmediato señor- la empleada mando un mensaje desde su celular sin verlo siquiera, seguía el mismo paso de su jefe -Su madre llamó esta mañana, parece que dijo algo sobre hablar urgentemente con usted en cuanto aterrizaba-

 
"Hablar" esa palabra hizo que por un segundo el semblante relajado del banquero cambiara a una de preocupación, pero, así como de repentino fue el cambio lo fue la duración de esa expresión -Gracias Madie, lo llamaré en unos minutos-

Ambos llegaron hasta el auto del de mayor rango, ya su chófer los esperaba con una botella de agua bien fría para Banco Mundial, el cual la recibió -Gracias James, por favor llévanos a mi empresa- pidió

 
-Como guste señor- una vez todos estuvieron dentro del vehículo, partieron

 
El trayecto fue callado, BM estaba cansado de su viaje y esos días no hacía otra cosa más que quedarse en vela dejando a sus pensamientos torturarle.

 ¿Realmente era tanto el odio?


¿Él merecería que lo hicieran sufrir así?


Una falsa tos por parte de Madie sacó del trance a su jefe -perdone señor, la venda se desató-

 
Banco Mundial miró su brazo, de la manga de su traje salía parte de una venda que estaba un poco sucia a causa de un ungüento que era para cicatrización -Fuck...- susurró -¿Me ayudaría?-

 
-por supuesto- Madie lo ayudó a quitarse el saco y alzar la manga de su camisa, la venda estaba ya hecha un lío -Las heridas se ven mejor, pero aún necesita cubrirlas- retiró la venda y de su bolso sacó una nueva

 
-Es difícil bañarse, ayer abrí una sin querer- comentó dejando que su ayudante le pusiera la venda

 
-Si me permite opinar...- terminó -Ese bastardo merece ser aprendido, mire que hacerle daño así...-

-No debe molestarse, tal vez hablé de más ese día, pero... Esto me mostró lo que es en realidad ese tipo-

"Y pienso hacerlo pagar"

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Por otro lado, en territorio asiático (más específicamente el sur coreano) se encontraban China, Japón, y las dos coreas. Estaban en una reunión en la que hablaban de cosas políticas, o más bien los presidentes de cada nación lo hacían, pues las naciones tenían asuntos aparte que discutir...

 
-¿Y cómo por qué debería darle la mano a Japón cuando lo salude?- se quejaba China, pues ya había recibido regaños de parte de otras naciones por ser tan hostil con Japón.

 
-Por la misma razón por la que yo me siento con Sur, por educación- le recordó K.Norte

 
-Está bien si él no quiere darme la mano chicos... No es que lo culpe...- Japón se sentía muy incómodo al estar solo con los tres, pues su padre no había sido un santo con ellos en el pasado.

-No digas esas cosas Japón, es decir, China debe empezar a ser más amable- K.Sur sabía perfectamente lo que Japón sentía ante las acciones de China, pues él sentía lo mismo con su hermano.

-Soy amable, pero me rehúso a hacer como que nada hubiera pasado- lo que el Imperio Japonés le había hecho era algo imperdonable, tanta de su gente murió a causa de ese monstruo.

 
Japón bajó la mirada y se puso la capucha de su sudadera, tenía unas orejas de gato que lo hacían ver Kawaii! Pero ahora mismo lo único que quería era ocultar su tristeza

 
-Mi señor es hora de irnos- el presidente japonés llegó para sacar de esa situación a la nación

 
-¡はい! (pronunciación Hai, significa si en japonés)- se despidió con un gesto de mano y se fue.

 
China fue el siguiente en retirarse, dejando así a los dos hermanos solos.

 
-oye... ¿Estás libre este sábado?- preguntó el menor con una sonrisa de esperanza

 
Corea del Norte lo miró con un poco de fastidio -No, tengo mucho trabajo ¿Por qué no invitas a tu amigo USA?- dijo molesto

 
-Es que yo... Quería pasar tiempo contigo, es todo...- desde que ambos habían sido separados de niños no se llevaban bien, es decir, cuando se reencontraron hubo abrazos y llanto, pero... Habían sido criados con diferentes ideas, es decir, K.Sur sabía que eso que su hermano llamaba comunismo era esclavitud.

-Pues yo no, así que mejor que me vaya, el país no se mandará solo- Se retiró de allí junto a su presidente.

"¿que hice mal hermano?"

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Espero disfruten de esta historia y esperen pronto más capítulos  :3

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