2- Alice
La siguiente fue Adventure Of A Lifetime de Coldplay. Bajé un poco la música y me hice un moño.
-H-Hola.
-Se nota que es una Donovan, esta tan loca cómo vosotros.- dijo el desconocido. Tenía el cabello negro y unos ojos grises muy llamativos. Mis hermanos rieron mientras que yo me empezaba a molestar.- Me llamo Aaron.- sonrió de lado.
-Alice.- dije secamente. Me ofreció su mano pero no se la acepté.
-Alice, me gusta.
-Bajale Aaron, es nuestra hermano.- le respondió Derek.
-Ya veo.- me escaneó. Era una enana comparada con ellos. Y la verdad medía 1'67 así que era mediana.- ¿Entonces hoy vienen a La Cabaña?.- le presté más atención.
-Hoy no.- respondió Damián
-¿Qué es La Cabaña?.- pregunté interesada.
-Es bar dónde las mejores fiestas de la ciudad.- se me iluminaron los ojos. Nunca había ido a fiestas, excepto a la quinciañera de una prima lejana y la temática eran princesas así que dudo que cuente como una.
-Oh no no no.- negó Damián.- Hay puesto los ojitos.- Derek me miró al igual que Aaron
-Hermano nos has jodido el día.- sentenció Derek.
Media hora después.
-¿¡Pero porqué no puedo ir!?.- crucé los brazos.
-Por qué no.- Aaron se fue hace más de diez minutos y yo empecé con mi pataleta de niña de cinco años.
-¡Pero nunca he ido a ninguna!.- no les dejé ver el televisor y es qué estábamos en el salón.
-Damián dejemosla ir, además qué mejor que ir con nosotros sus hermanos mayores que la protegerán de cualquier peligro.- Damián rodó los ojos.
-¿Cón que te a sobornado?.- mierda.
-¡Con nada!.- Diez paquetes de Oreos.- ¡Solo quiero ser buen hermano!.
-Esta bien.- salté eufórica.
-¡Gracias, Gracias, Gracias!.- me iba a abalanzar para darle besos pero el me paró.
-Con una condición.- asenti repitadamente.- Estarás siempre con nosotros.
-Estaaaa bien.- me resigne. Aparté aquí no tenía a nadie más, ¿con quien me iría?.
-Es sábado y son las 8:30 de la tarde así que ya vámonos cambiando, ¡por que no pienso dejarte ir con ese vestido tan provocador!.- Alcé una ceja.
-Pero si me llega por las rodillas.
-¡A cambiarse!.- ordenó Derek y todos nos fuimos a nuestros despectivos cuartos. En cada cuarto había una ducha (algo ultra raro pero eficaz así nadie tenía problemas).
Una camiseta blanca con unos shorts negros y unas botas militares negras.- Genial.- susurré.
Me metí a la ducha y dejé los problemas atrás.
Después de veinte minutos me cambie y dejé que mi cabello se secara el solo. No tenía maquillaje así que solo me puse bálsamo labial.
Salí del cuarto, las nueve pasadas. Derek llevaba una camiseta color musgo rota, pantalones negros y botas militares. Damián una musculosa blanca y unos pantalones rotos en la rodilla de color azul oscuro. Para que negarlo estaban buenos. Damián tenía los ojos azules (eso lo habíamos heredado los tres) y el cabello castaña en cambio Derek al igual que yo eramos rubios.
-¿Nos vamos?.- asenti.
Derek tenía coche así qué el fue el que condujo. Nos paramos en una hamburguesería.
-¿Es esto?.- los dos rieron.
-¿Crees que vamos a ir con la barriga vacía?.- pregunto Derek.- Además la fiesta empieza a las once.- Dios, dos horas había que esperar. Qué tortura.
Dos horas después estábamos otra vez dentro del coche.
-Madre dios, iré rodando a la fiesta.- reí por la ocurrencia de Damián.
La ciudad era hermosa todo iluminado pero cuánto más avanzábamos más oscura se hacía. Llegamos a un lugar apartado con un edificio enorme de dos pisos con letras de neón se leía "LA CABANA" al final creó que nos les daba más el presupuesto para en vez de poner "N" poner "Ñ".
Había una inmensa cola. Y un gran segurata que dejaba pasar. Salimos. Olía extraño.
-¡Derek, Damián!.- gritaron. Una chica pelirroja salió de la puerta del club sonriente. Era de esas chicas que te dejaba sin aliento.
-¡Vero!.- Derek me cogió de la mano y pasamos la enorme cola mientras los demás se quejaban.
Damián no fue tonto y llegó antes que nosotros. Entramos y dios si desde fuera se veía enorme dentro era gigantesto lleno de gente y luces que dejaban un poco de luz a tanta oscuridad.
Me dejé arrastrar por mi hermano y llegamos a un sofá en forma de U llena por tres personas a parte de la pelirroja. Eran cuatros chicos y tres chicas que parecían modelos de alguna revista People. Pude distinguir a Aaron ya que era el único con un cigarrillo en la boca.
-¿Quien es ella?.- me señaló la pelirroja,- ¿Tu nueva conquista pillin?.- subió y bajó las cejas. Me gustó esta chica.
-Éstas loca Vero, ella es Alice, nuestra hermana.- Verónica sonrió amistosa.
-¿Así que tu eres la famosa hermana de los Donovan?.- me abrazó de improvisto pero reí.- Me llamó Verónica, pero todos me llaman Vero, ven, te los presentaré a todos.- me separó de mi hermano y miró a todos los que estaban en el sofá que enseguida se levantaron.- ¡Chicos esta es Alice!
El primero era un rubio de ojos verdes y muchos tatuajes.- Soy Christopher.- sonrió de lado
-Encantada.- le di la mano y dos besos.
El siguiente fue un chico con el pelo rapado por los dos lado y un tupe en medio con mechas rojas.- West.- nos dimos el mismo saludo.
Y llegó Aaron. Éste se acercó y me dio un pico. ¿Pero que cojones?. Lo aparte y al parecer nadie se dio cuenta.
-Aaron.- dijo.
-Alice.- me di la vuelta y miré a las otras dos chicas. La dos de cabello negro una de ojos miel y otros verdes.
-Deb.- sonrió la de ojos verdes.- Novia de Christopher.- creo que quería marcar su territorio pero se le veía maja.
-Ashley.- me sonrió la de ojos miel.- Novia de nadie.- reí con ella.
-¡Bueno paren de saludos, quiero fiesta!.- Verónica me arrastró a la pista y se escuchó Cake By The Ocean.- ¡Estas es mi canción, baila conmigo!.
-No se bailar.
-Solo hazlo mismo que yo.- movía las caderas y saltaba. Buenos eso los sabía hacer cualquiera. Parejas bailaban y cantaban a coro la canción. Vero bajó hasta el suelo con un moviento de los bailes de los noventa y yo le imité. Algunas se nos quedaban mirando pero para ser esta mi primera vez en la fiestas era ma mejor.
-¡Oh yeah yeah!.- gritó Vero. Había roto la condición de Damián por que no estaban cerca de mi, mejor dicho no sabía donde demonios estaban.
La canción cambió y esta si la conocía Saturday Night.
-Hola pequeña.- me susurraron en el cuello.
Aaron.
Miré a todos lado pero Verónica había desaparecido mágicamente.
-¿Me puedes llevar con mi hermano?.- me di la vuelta y quedé enfrente de él.
-Con una condición.- estaba demasiado cerca.
-Estoy harta de las putas condiciones.- al parecer lo dije en alto por qué él me cogió de la cintura cómo respuesta.
-Me da igual, quiero un besó.- alze una ceja.
-¿Tu estas fumado o qué?, ni en sueños.
-¿Quien te dice que no?.- lo aparte y caminé en busca de mis hermanos. Vi una camiseta rota de color verde.
-¡Derek!.- se dio la vuelta y en el vi alivio.
-Da gracias a que Damián pensaba que estabas conmigo jodida enana.- me reprochó.- Te quiero cerca de mi,- asenti.- ¿Qué tal te lo éstas pasando?.- miré encima de mi cómo Aaron bailaba con una morena.
-Mejor que nunca.
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