Y ahora nos miramos como dos extraños, te veo a lo lejos y no sé si acercarme o cambiar de camino, no sé si sonreír o llorar, porque francamente duele extrañar lo que tuvimos y pensar en lo que pudimos ser solo me lastima el alma; no entiendo como pudimos vivir todo lo que vivimos y ahora vernos como dos extraños.

Y siento que el dolor jamás se irá, porque sinceramente por más que me obligo a olvidarte, mi mente siempre me traiciona y te recuerda; te encuentro en canciones, te encuentro cuando la brisa del mar toca mi piel, te encuentro cada vez que camino cerca del lugar donde me llevaste a ver el atardecer y aunque las heridas siempre sanan, estoy segura que el dolor que siento jamás se irá.