38
Te di cada pedazo de mi y tu solo me rompiste en miles de fragmentos; decías amarme, pero tan rápido como surgió el amanecer, te marchaste.
Me convertiste en un pájaro con las alas rotas, destrozaste mi corazón y quisiste esconder los pedazos para que nunca pudiera repararlo.
Pero sabes una cosa; las heridas sanan y aunque jamás seré la misma; podré volver a sonreír.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top