Amor de mi vida

Era un día soleado en una primaveral Superciudad cuando un terrible accidente ocurrió. Una locutora de radio narraba los siguientes hechos:

"Esta tarde, se reportó un aparatoso accidente en la avenida periférico. Un niño de apenas 10 años se encontraba jugando en el parque de la colonia Surge, cuando una cámara de seguridad logra captar cómo camina hacia fuera del establecimiento y en plena luz verde, interfiere en el tránsito pesado de las 3:00 pm. Un camión de pasajeros no logró frenar a tiempo, arrollando al niño. El infante fue trasladado al hospital infantil de Superciudad en estado grave, donde actualmente se encuentra en cirugía, en la cual el pequeño se debate entre la vida y la muerte.

Siga sintonizándonos para enterarse primero que todos sobre este fatídico accidente. 

Yo soy Janet Rockets, a primera voz, siempre"

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Era invierno, el frío aire del norte azotaba con una mágica fiereza todo lo que se interpusiera en su paso, llenando de un acendrado blanco a todas las casas de la villa P. Un niño de diez años, de morados cabellos y ojos dorados se encontraba en su habitación,a oscuras,con la persiana de su gran ventana abierta, perdido en la infinidad del bosque que se encontraba a unos metros de la casa de su abuela.

El pomo de su puerta se giró, asomándose con recelo su madre, Tara.

- Cariño, iré a Superciudad a hablar con tu padre, sí? Llego en la noche.

Silencio.

No obtuvo respuesta alguna.

La mirada de Tara se apagó, se entristeció. Quería decir que lo amaba, que quería lo mejor para él, que quería darle todas las fuerzas que ella tenía para que su único hijo saliera de esa tiniebla que consumía su mirada desde hacía ocho meses. Apenas tomaba aire cuando el antiguo reloj de péndulo anunció dos campanazos, anunciando las dos de la tarde. Iba atrasada. Se mordió el labio y salió sin más de la habitación.

Sandman estaba absorto en sus pensamientos, con la mirada posada en aquellos enormes abetos.

Solo era un niño, pero era bastante inteligente y consciente para su edad. Con sus manos hizo girar las ruedas de su silla para dirigirse a su cama y tomar la pequeña frasada morada que estaba perfectamente doblada. Se la colocó en el regazo, contemplando sus incompletas extremidades. Un tirón en su corazón volvió a aparecer.

Se escuchó bullicio fuera de su ventana, volviendo a girar aquellas ruedas para ver qué ocurría tras el cristal: un grupo de niños de su edad y unos más pequeños se encontraban jugando en la nieve, corriendo y arrojándose bolas heladas, construyendo curiosos personajes con brazos de madera y una nariz de zanahoria. Sandman Mamluk era un niño de fuerte carácter, conducta aprendida de su inmutable madre. Desde su accidente, la relación de sus padres, Brock y Tara, simplemente fue en decadencia. Tara se dirigía a Superciudad junto a su padre para continuar con el proceso de divorcio.

Los padres pocas veces son conscientes del impacto que tienen sus problemas en sus hijos.

Sandman estaba tan triste, se sentía tan abandonado,tan culpable. Pero toda esta tristeza y desesperanza salía de su cuerpo en forma de enojos y rabietas, pues así aprendió de las constantes peleas que escuchaba de sus padres tras la pared.

Ver a esos niños no hizo más que generar frustración, envidia y sentimientos tan destructivos para su joven corazón. Sin ningún cuidado, se dirigió a la puerta de su habitación, abriéndola y decidido a bajar las escaleras con aquella curiosa máquina que lo bajaba como si fuera un asensor. Forcejeaba como la pequeña rejita que impedía una terrible caída por las escaleras cuando una poderosa descarga eléctrica se originó a una cercana distancia. El estallido hizo retumbar su caja torácica, haciendo que la luz de toda la comunidad se fuera y esta quedara a oscuras.

- Fantástico - refunfuñó al verse envuelto en una profunda oscuridad.

Decidió no moverse de su sitio hasta que la luz regresara o hasta que su abuela despertara de su siesta y lo ayudara a iluminar donde estaba. Podía inventar la excusa de haber intentado bajar entre la penumbra para refugiarse de un falso miedo a la oscuridad.

Se recargó en su respaldo cuando un misterioso ente se decidió por interactuar con él.

Con un tenebroso rechinido, la puerta de su habitación se abrió, dejando que la luz de su ventana alumbrara ligeramente su alrededor.

- Maravillosamente conveniente - reconoció su fortuna.

Aprovechando la ligera iluminación, se dirigió con seguridad a su habitación, llevándose un gran susto: En medio de la ventana, yacía una silueta de total oscuridad, aparentemente de frente. Se quedó inmóvil, invadiendo a su mente el constante pensamiento "Los fantasmas no son reales". Con burla en su voz, encaró sin miedo a aquella figura.

- ¿Qué haces dentro de mi cuarto? Lárgate.

Notó cómo la figura se estremecía al escuchar su voz, tal parecía que lo entendía.

- Estimado Sandman, vengo a visitarte.

La silueta habló con voz queda.

El corazón de Sandman latió a mil por minuto, ocultando la perturbación que le producía hablar con un fantasma atemorizante.

- ¿Visita? No espero a nadie, no eres más que un intruso en mi espacio.

Escuchó una ligera risa por parte del contrario.

- Qué léxico tan amplio tienes para ser un niño. ¿Qué lees?

Sandman se sintió intrigado ante aquella cuestión, esperando unos segundos para decidir de si era buena idea o no hablar con aquel ser que cada vez parecía más ser un ladrón.

- Edgar Allan Poe, Borges, D. H. Lawrence, Arreola... Ahora estoy leyendo una novela de Víctor Hugo.

- Asombrosos cuentistas, pero Víctor Hugo es novelista. ¿El libro qué lees es Los miserables?

Sandman sonrió con orgullo - Lo es. Un clásico que mi mamá atesora -

La sombra quedó pensativa unos momentos, viéndose cómo se paseaba por la habitación contemplando los libros de las repisas.

- ¿Conoces a Antoine de Saint- Exúpery?

El niño de dorados ojos quedó pensativo - ¿El autor de El Principito? Puah - hizo una expresión de asco - Lo leía con mi mamá cuando era niño, una basura de fantasía -

La sombra volvió a reír por lo bajo.

- Te preguntaba por un autor y atacas una obra que tuvo un valor sentimental para ti. Eso es interesante.

Sandman negó absolutamente todo, enojándose en el proceso.

- No tienes ni idea de libros, no sabes nada, no sabes nada de mi. ¡Vete de mi habitación de una buena vez!

Este último grito retumbó en toda la antigüedad de la casa. Y al mismo tiempo, la energía eléctrica volvió a alumbrar a la pequeña comunidad.

Cuando Sandman había notado su alrededor, vio que la sombra había desaparecido, sintiéndose algo triste por aquello, pero ocultando aquella soledad con alegría de haber logrado que aquel entrometido se fuera de su casa. Pero ahora un nuevo coco habitaba bajo su cama.

//    //

La noche había llegado y Tara no volvía, Sandman estaba acostumbrado a estar lejos de su madre por más de un día, por lo que solo pudo alistarse para dormir. Estiró la mano para apagar la luz y se arropó entre las tantas cobijas que lo cubrían.

- Vengo de visita, estimado Sandman - de nuevo aquella voz.

- ¿De nuevo tú? ¡Te dije que te fueras! - el colérico niño salió de entre las cobijas para repasar la negrura de la habitación, intentando localizar a la sombra, pero no la veía por ningún lado.

- Debes saber que solo puedo aparecer cuando hay completa oscuridad.

Y sin previo aviso, el pelimorado estiró su brazo para encender el foco de su habitación.

- Dormiré con la luz encendida.

Se acostó nuevamente en su cama, sintiendo una victoria muy fácil. Quería pelear más. Quería conversar más. Volvió a apagar la luz, cerrando ambos ojos.


- No la apago por ti, la apago para dormir bien.

- Yo no espero que hagas nada por mi, estimado Sandman, tan solo espero poder hablar.

Un dorado ojo se abrió.

- No tengo tiempo, estoy cansado.

- ¿Podrías dedicarme una pequeña conversación sobre libros?

Sandman se levantó enfurecido, gritando a dónde sea que se encontrara esa sombra.

- ¡Entiende que no tengo tiempo para tus juegos! Quiero dormir, deja de molestar.

Silencio.

- Sandman, uno siempre repite lo que alguien más le dijo. Las palabras que nos dañan se quedan atrapadas en nuestro interior, contaminando el corazón y la boca, haciéndonos repetir aquello que nos dañó. Cuando te escucho, escucho a un niño herido y a una madre hiriente.

La habitación quedó imperturbable tras aquellas palabras, no transcurrió mucho tiempo para cuando un niño de morados cabellos comenzaba a sollozar.

- Mi mamá siempre se peleaba con mi papá. Se peleaban por mi - hablaba entre triste llanto el infante - Mi mamá llegaba cansada del trabajo y yo quería jugar con ella, pero se enojaba y me regañaba por no dejarla descansar - su llanto se intensificó tras sus palabras, llevándole un poco más de tiempo en retomar la historia - Pero yo no quería hacerla sentir mal, yo no quería enojarla. Había pasado todo el día haciéndole un regalo con una caja de zapatos para hacerle un florero con flores de papel, quería enseñárselo cuando volviera del trabajo ¡Pero me regañó y me dijo que la dejara descansar! - el llanto volvió a crecer, notándose el palpable dolor en sus palabras - Yo quería ayudarla, yo quería consolarla, decirle que no necesito mis piernas para ser feliz. Pero nunca me escuchó, nunca habló conmigo. Ella cree que no me doy cuenta de las cosas, pero yo entiendo todo ¿Por qué no me dice si yo ya lo sé? Yo no quiero que me proteja, yo quiero protegerla a ella. Yo la quiero, la quiero mucho, y sé que ella llora más que yo -

La noche era testigo de un atolondrado corazón partido. Los dorados ojos seguían inundados de lágrimas tras haber expresado lo que envenenaba su corazón.

La sombra apareció en medio de la luz de la ventana, contemplando el llanto del niño. Transcurrido un buen tiempo, aquel llorar se detuvo, quedando solo jadeos tras de sí.

- Querido Sandman, cómo te sientes?

- Más tranquilo. Nunca había dicho todo eso.

- Me alegra haber sido testigo de palabras tan sinceras. Me permites continuar con el tema? - el niño asintió lentamente - Debes saber que los adultos suelen olvidar que también fueron niños. Es tedioso tener que explicar cosas en idioma adulto cuando eres niño. Y tú, querido Sandman, no le explicas a tu mamá lo que sientes en ningún idioma -

- Mamá no tiene tiempo para mí, las vacaciones con la abuela Tata no es más que una excusa para que alguien me cuide mientras ella hace el papeleo del divorcio.

- Esas son palabras de un adulto - la sombra se deformó en maravillosas formas que se reflejaban en la luz que proyectaba la luna en la ventana, creando una maravillosa película de sombras a los ojos de oro - Los adultos olvidan que las horas no existen. Se rigen por horarios y no por tiempo. El tiempo es infinito e irrompible. Todos tienen tiempo porque todos somos tiempo, pero muy pocos saben usarlo a su favor. Los niños juegan con el tiempo, los adultos se esclavizan por los horarios.

"Querido Sandman, el reloj dice que son las once de la noche, pero la luna dice que la noche es joven. El sueño es importante, el descanso es esencial, pero los momentos se esfuman en un parpadeo. El presente es una delgada parte del tiempo que divide el pasado del futuro. Cuando tú escuches "presente" ya será pasado, y cuando yo quede en silencio, te anuncio de un futuro que pasará por esa delgada línea de presente y se termine convirtiendo de nuevo en pasado -

Silencio. Sandman entendió, la sombra sonrió.

- Todos somos tiempo, todos avanzamos lo creamos o no. Los adultos saben todo esto que te acabo de decir, pero a veces lo olvidan y asumen que las cosas se quedarán igual para siempre. Querido Sandman, no seas esclavo del pasado. Eres demasiado joven para hacer tu mente cuadrada. Ve la maravilla de ser diferente, de llevar tu propio camino aunque tengas que ir contra corriente -

Los ojos dorados veían maravillados todo el espectáculo de sombras que se formaban en la luz reflejada de su ventana en su pared. Aquel oro volvió a brillar por las palabras tan maravillosas que escuchaba. Su sonrisa volvió, su asombro y su curiosidad lo invadieron, reía por las curiosas formas que se creaban y por el conocimiento tan magnífico que aquella misteriosa sombra le exponía.

- Tu cómo sabes todo eso? - interrogó el niño cuando hubo acabado el tema - ¿Estás vivo? ¿Qué tipo de animal eres? ¿O eres un fenómeno inexplicable? Podría estudiarte y hacer mi tesis universitaria sobre ti -

La sombra se despabiló al escuchar los planes tan grandes que habían en un ser tan pequeño. No podía esperar menos de Sandman Mamluk.

- Yo no soy nada importante ni complicado. Si me ves con los ojos, verás especies, razas, estudios, ciencia. Los ojos son los que hacen ciegos a los adultos.

Sandman lo observó con detenimiento, formulando mil cuestiones en su mente respecto a todo lo que le decía aquel extraño ente.

- Pero, ¿Quién eres?

- Soy Leónidas Piepequeño.

- ¿Eres un fantasma de la casa de mi abuela? ¿Esta casa está embrujada?

León rió divertido - Para nada, querido Sandman... - se vió interrumpido

- Puedes decirme Sandy.

- Querido Sandy, soy una sombra que proviene del bosque. No soy nada de lo que no hayas escuchado. La vida es energía, la energía está en todo. Yo soy la ausencia del todo y aún así logro tener energía. La vida es una palabra más amplia de lo que se piensa.

En la expresión de Sandy se formó una mueca de disgusto - Qué cosas dicen. No es difícil de entender. Seguramente eres una forma de vida intangible. Eso es una maravilla biológica.

- Querido Sandy, seré un visitante recurrente. No hables de mi, los adultos temen a lo desconocido y el mundo odia lo diferente. El miedo lleva al odio. Seré tu secreto, a dónde sea que vayas, yo iré.

- ¿Por qué? ¿Por qué yo puedo tenerte? ¿O en realidad todos tienen uno pero nadie habla al respecto?

La sombra volvió a reír complacida de la gran mente con la que conversaba.

- Todos tienen uno, pero la mayoría se vuelve ciego antes de poder entender lo que somos.

- Me alegra no ser un ciego.

- Debes saber algo importante, un pensamiento que debe rondar tu mente en todo momento - los ojos miel lo observaron expectantes, como si fuera a escuchar la fórmula para el elixir de la vida o la localización de la piedra filosofal - Solo se puede ver con el corazón, lo esencial es invisible para los ojos -

//    //

Los inviernos pasaron, el irremediable paso del tiempo continúo su flujo, haciendo de la estadía de nuestro León Piepequeño en el universo de Sandman Mamluk más larga de lo que esperaba.

Los años transcurrieron y aquella sombra seguía de cerca a aquella silla de ruedas. Le aconsejaba, le consolaba, conversaban, se conocían y se cuidaban.

Sandy rebosaba en sus 17 primaveras cuando esperaba ansioso la respuesta de la prestigiosa Universidad de las Rosas para la Licenciatura en Astronomía.

- Lo lograrás, querido Sandy, no debes preocuparte.

- ¿¡Qué no me preocupe!? ¡Cómo puedes decir tal calamidad! Si la UR no me acepta estaré arruinado - el pelimorado dibujaba arduamente un plano de las constelaciones de Virgo en invierno.

- "Arruinado" es una palabra muy drástica. Presentaste 5 exámenes de simulacro y en todos tuviste una puntuación mayor a 900.

- Pero no fue perfecto - la sombra suspiró. Cuando Sandman se encontraba en un episodio de ansiedad, lo mejor era esperar a que se calmara para no alterarlo más.

León esperaba pacientemente a que su propósito se cumpliera. Habían transcurrido siete años desde que llegó a este universo. Ya había creado rutinas, ya tenía costumbres, ya estaba adecuado para vivir en este mundo junto a Sandman, amándolo y cuidándolo con esmero.

Una notificación sonó desde la computadora del pelimorado. Al escucharla, Sandy maniobró con habilidad su silla para llegar al frente del monitor. Un audible grito fue emitido por sus cuerdas vocales.

- ¡Tengo el correo! - en una mezcla de nervios y emoción, abrió el correo y leyó exhaustivo. La sombra lo observaba atento, convencido de que había sido aceptado sin ningún problema.

Los hombros del menor decayeron, la cabeza se descompuso y un llanto empezó. León temió lo peor ¿En serio no había sido aceptado?

- ¿Sandy? - estaba preocupado,  sería difícil sacarlo de la frustración que significaba no ser admitido en la universidad de sus sueños.

- ¡Fui aceptado con el promedio más alto! - estalló en alegría el ya joven universitario. León suspiró aliviado. Sandy no paraba de festejar el, hasta ahora, mayor logro de su vida - ¡Me iré al distrito Bio! Conseguiré un trabajo de medio tiempo, tengo el apoyo de mi familia ¡Mi vida está resuelta! Conseguiré trabajo como astronauta y exploraré el universo -

La sombra lo observaba conmovido, estrujandole el corazón al prevenir su destino cerca. Era hora de decirle "adiós" a este intelectual Principito.

- Querido Sandy - le llamó suavemente. El contrario le dedicó eufórico su atención, esperando alguna maravillosa conversación - ¿Recuerdas aquel pensamiento que te conté el primer día que nos conocimos? -

- La recuerdo, León: Solo se puede ver con el corazón, lo esencial es invisible para los ojos.

- Querido Sandy, yo no provengo de este universo. El mundo del que vengo está lleno de magia, yo tenía un tótem que me relacionaba con el camaleón y me permitía hacerme invisible. Tenía una hermana melliza que tenía el tótem del oso y también... También existías tu en mi universo - el oro de aquellos ojos que lo miraban se estaban llenando de curiosidad, hambriento por saber más - En mi universo, tu y yo nos enamoramos de jóvenes, pero el destino de aquel Sandman estaba trazado y lo perdí. Su padre era un poderoso genio que me concedió el deseo de volver a enamorarme 5 veces más de aquel principito -

Se contemplaron, en realidad León no tenía rostro, su ser estaba construido por sombra, pero Sandy no lo miraba con los ojos, lo miraba con el corazón.

- ¿Por qué me dices todo esto? Nunca antes lo habías mencionado.

- Querido Sandy, es momento de que me vaya. Eres joven, no sientas temor, no siento deseos románticos hacia ti. Te amo, pero es una forma de amor que no involucra romances o clichés.

- ¿No lo hace? León, yo a ti también te amo, y me alegra que no haya sentimientos románticos de por medio. No tengo cabeza para amar con romances.

La sombra estuvo complacida. Se acercó con lentitud a aquel Sandman y le envolvió en un cálido abrazo. En toda su historia juntos, esta era la primera vez que se envolvían con los brazos.

Y el destino se cumplió. Gradualmente, la sombra fue desvaneciéndose, sintiendo Sandman cómo el peso que sentía se iba perdiendo hasta no quedar nada más que completa oscuridad a su alrededor.

El amor es un sentimiento tan amplio que solo amor romántico. Amar y enamorarse de alguien puede ser completamente ajeno a los romances. Y en este universo, ambos lo descubrieron.

Se amaban con el corazón, no con los labios.

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