Cameron

Cameron abrió los ojos como si regresará de la muerte, está sudando y confundido porque no sabe dónde está, lo primero que hizo fue tomar asiento, y por un momento pensó que su mano se hundiría en la arena, pero al sentir cómo se hunde entre suaves sabanas de su cama reconocido el olor de su perfume, agitado y algo desorientado, enfocó su vista solo para darse  cuenta que está en su habitación, en su casa, en Londres y en el futuro.

Cameron soltó una suave risa y de prisa se puso en pie para correr hasta la habitación de Olimpia, sólo para verla recostada en su cuna dulcemente dormida, pero de la mamá de su hija, no hay ningún rastro.

¿Donde esta esa egipcia?

Tomó delicadamente en brazos a su hija y la recostó entre sus brazos para que no se despierte, quizá debería de dejarla en su cuna para que siga durmiendo, pero la quiere cerca de él en todo momento, así que la beso en la frente y sonrió ampliamente al verla, antes de salir con ella de la habitación para inspeccionar cada parte de su casa, hasta salió a los jardines pero al notar el mal clima regresó a la seguridad de su sala y de la chimenea.

Se revisó los brazos incluso hasta la cara pero no tiene ni un solo rasguño, es como si no le hubiera odiado nada, hasta trae la misma ropa pero está no está desgarrada, mucho menos sucia, literalmente es como si nunca hubiera viajado al dramático pasado.

Sin embargo, también reviso a su hija, pero Olimpia luce tan normal como siempre y eso lo alegró, pero el saber que ellos regresaron bien le recuerda que una tercera persona también cayó en el bucle del tiempo.

Cleopatra

Y si ella no esta por ninguna parte, entonces algo malo sucedió, así de que inmediato Cameron hizo un par de llamadas haciendo que los policías a su cargo busquen por toda la ciudad a una mujer de origen egipcio y posiblemente algo loca, pero fue una simple casualidad o premonición del destino, porque encendió la encendió la televisión y encontró a su reina egipcia. 

La encontró en el noticiero más famoso de Londres, donde anuncias el accidente que ocurrió en el puente London brigde y todo porque una extraña mujer, de la cual no se sabe su procedencia, apareció de la nada en medio de la calle.

Así que tomó a si hija y dalio corriendo al hospital, porque encontró a su momia egipcia.

Cleopatra

Cleopatra abrió la puerta de su habitación en el hospital y asomó la cabeza para ver a ambos lados del pasillo, es extraño que en un hospital este tan silencioso y tiene que descubrir que pasa.

Pero en cuánto vio a un par de enfermeras pasando por el pasillo retrocedió de inmediato para guardarse en la oscuridad de su habitación, tiene que escapar de aquí, por lo menos buscar algo para comunicarse porqué todo el mundo cree que está loca, quizá cayó en una época distinta o en un país diferente porqué pregunta por el primer ministro y la ven cómo una demente.

Sin embargo, Cleopatra no puede negar que está herida y bastante, está vez es como si su cuerpo fuera tan humano que todo le duele, incluso sangró.

Pero tomó valentía y volvió a abrir la puerta de nuevo esta vez dispuesta a salir, trató de caminar lo más rápido a pesar de que esa extraña máquina y esa bolsa de suero pegada a su mano casi la hacen caer al suelo, estaba a punto de llegar a las puerta del elevador, pero se quedó de pie a mitad del pasillo cuando un extraño aire la sacudió por completo, las luces del hospital comenzaron a fallar y una oscuridad maligna se hizo presente en todo el pasillo.

Llena de horror, Cleopatra retrocedió de nuevo hasta su habitación pero su pierna tiene un yeso gigante y eso la hace ir muy lento, y cuando esa negrura estaba por tocarle el cabello, cerró la puerta ee su habitación con la respiración tan agitada que pensó que se desmayaria.

Pero los toquidos en la puerta la llenaron de horror

— ¡¿Quién es?! — Preguntó con la voz temblorosa tomando una lámpara para defenderse.

— Soy yo, Cameron —

Ni siquiera se la pensó para abrir la puerta, porqué en cuánto lo hizo se colgó a los brazos de ese Inglés, le quitó a la bebé de los brazos y cerró la puerta con seguro.

— ¿Qué te pasa? — Le preguntó tomándola por los hombros, pero Cleopatra arranco la puerta con una de las sillas y beso la frente de Olimpia mientras mira detalladamente a ese hombre.

— Alguien más regresó del pasado con nosotros —