Parte 45

Cameron

Soltó un gran suspiró en cuanto salió de la comisaría, aún puede escuchar los gritos furiosos de Cleopatra, pero se fueron perdiedo en cuanto subió a su auto y se perdió por la ciudad con esa alma aventurera que tanto lo caracteriza para no tener miedo ante las ideas más arriesgadas y estúpidas porqué lo que está haciendo es una vil locura, si tuviera madre seguramente no lo dejaría, tiene un padre pero esta más ocupado viajando con su esposa y ese par de perritos de raza fina, así que Cameron desde pequeño se crió con su abuelo, llendo un lado a otro como un aventurero, recibiendo los puñetazos y palizas que otros niños le daban al decirle bastardo porqué no tenía madre y su madrastra lo odia solo por quitarle la atención de su padre.

Su padre lo abandonó, su madre murió, su madrastra lo odia, esos niños le enseñaron a recibir palizas y a no tener miedo a una nariz rota, pero su abuelo le enseñó el amor por él antiguo Egipto. Su abuelo es un egiptólogo que vive en una viejo castillo en Escocia, es él típico inglés con el ceño frunció pensando en que lugares más excavar en esa tierra de faraones, siempre lo llevaba con él a todas sus expediciones, por eso Cameron aprendió a vivir en diferentes lugares, desde el frío Londres hasta el cálido desierto de Egipto, esa fue su vida, viajando en caravanas de su millonario abuelo en busca de más objetos perdidos, hasta que entró a la universidad y supo que haría todo lo posible por ser primer ministro.

Seguramente su abuelo está en su viejo castillo examinando alguna momia perdida del desierto, claro que le gustaría llevar a Cleopatra a Escocia a presentarsela pero teme que su abuelo se obsesione por ella o que muera de un infarto al saber que las momias regresan a la vida, cuando regresé de esta noche de expedición irá con ese viejo Inglés, porque él ese el mejor arqueólogo y es él único que lo puede ayudar.

— En que boca del lobo te metiste Cleopatra — Cameron detuvo su auto cerca de las nuevas expediciones junto al río Támesis, no puede negar que hacer esto sólo le da un poco de nerviosismo, pero es mejor enfrentar sus miedos él sólo, tomó un taser y una linterna y se bajó del auto para cubrirse de la vista de todos mientras se escabulle por la lluvia, lo último que quiere es que descubran quién es.

— ¡¿Primer ministro?! Claro, lo he visto en televisión — Aquel guardia que come rosquillas sonríe como si fuera muy fácil su trabajo, no cabe duda que ese hombre no sabe el valor de lo que esta cuidando — Usted fue muy caballeroso al saltar del puente junto a esa chica — Él guardia bajó la voz — Dicen que esa joven de cabello negro se escapó de un psiquiátrico porque a todos los decía que era Cleopatra, debe de ser alguna chica loca que consumió drogas, pero usted fue muy valiente —

Cameron rodó los ojos y miró con aburrimiento a ese policía, lo último que quería en su noche de peligro era que alguien lo reconociera, eso es pésimo, aún más porque las cámaras de seguridad que están afuera de las excavaciones apuntad hacia él, así que su visita podrá ser todo pero menos silenciosa. Sin embargo, ese policía tiene razón, claro que cometió una locura cuando se arrojó del puente, pero era imposible dejar que Cleopatra muriera, antes no sabía la verdad y él tambien pensaba que era una chica loca, muy hermosa y enigmática, pero completamente demente.

Aunque quizá él también ya esté loco por hacer esta locura más grande, sacó un par de libras, lo suficiente para que ese policía guarde silencio y no le diga a nadie que el primer ministro estuvo aquí.

— No quiero que le diga a nadie que estuve aquí, váyase y regrese antes del amanecer, si dice algo me encargaré de que pierda su empleo — Él policía asintió — Váyase, pase la noche con su esposa y regrese mañana como si yo no hiciera estado aquí —

Cameron movió las cintas amarillas y bajo por los mojosos escalones, hay un poca luz así que encendió la linterna al momento y el pasillo se iluminó, aún no puede acostumbrarse a este olor nauseabundo, rastros de arena inundan el ambiente y a cuerpos tirados en el piso, sabe que por la mañana todas estas cosas serán llevadas al museo de Londres, por lo que solo tiene una noche para investigar esa fuerte razón que llevó a Cleopatra a intentar suicidarse.

Puede que ella le esté diciendo la verdad, quizá esa anciana que ella describe si apareció, pero resulta que en las cámaras de seguridad no se ve nadie más que Cleopatra peleando con ella sola, en este mundo hay cosas raras, ya con todo lo que ha vivido no le sorprende nada, pero Cleopatra ha estado muy...extraña, pasa sus tardes con la mirada melancólica, limpiando vasijas antiguas sin dejar de mirar las cosas egipcias del museo, puede que no se lo diga, pero ella anhela volver a su vida por eso no sería raro que decidiera suicidarse.

Por esta noche los pobres policías de la comisaría tendrán que soportar la ira de la reina, mientras el se aventura por estos extraños pasillos.

— Dios, estoy seguro que está escritura es antigua — Cameron se detuvo y levantó la linterna para alumbrar los grabados en la pared, son tan antiguos que tampoco parecen egipcios, es algo más antiguo, más aterrador — Quizá Cleopatra o mi abuelo puedan descifrar esto después —

Dijo para si solo, su voz hace eco y el sonido de la cámara retumbó por todo el lugar, las gotas de agua por estar debajo del río hacen pequeños charcos, hace mucho frío y la piedra es resbaladiza. Esta seguro que estos pasadizos se hicieron desde hace mucho tiempo, están escondidos en una estructura debajo del río Támesis, como si esas personas del pasado, jamás hubieran querido que alguien los descubriera y decidieron dejar que el río los cubriera y se olvidarán poco a poco.

— ¿Hay alguien hay? — Los pasos se hicieron más fuertes al final del largo pasillo — ¡Habla ahora! —

Aferró la linterna y se acercó poco a poco, esta seguro que no le importa la persona que vea, pero le dará un buen golpe y lo dejará noqueado, en la antigua Roma le enseñaron a golpear para no ser asesinado, así que tomó valor y entró en esa sala de piedra llena de tumbas en forma circular, la cúpula superior deja una hermosa vista del cielo londinense.

La mesa en el centro es extraña, podría decirse que ceremonial y esta llena de un líquido viscoso, que al tocarlo podría decir que es sangre vieja, hay vendas sucias por todo el lugar y un olor nauseabundo casi lo hace vomitar, tan horrible que entonces recordó que Cleopatra llevó ese mismo olor a su casa, ese olor a momia regresando a la vida.

Dio poco a poco la vuelta a esa mesa ceremonial, la adrenalina pasa por sus venas y sus recuerdos de sus viajes al pasado lo llenan de valentía, pero no pudo soportar ser valiente y su modo guerrero se desactivó al ver a esa pequeña niña de espaldas. Es apenas una pequeña, puede calcular unos 6 años aún sin ver su cara, canturrea unas extrañas palabras y juega con un par se vendas que hace poco estaban atadas a su piel.

Se acercó lo suficiente para poder tocar levemente su hombre viscoso y desecho, ver una momia es algo aterrador, pero es algo tramando ver a una niña, toco esa piel muerta y cuando la niña giró su rostro perdió la razón de todo, tiene el rostro carcomido por el paso de los años, sus ojos son dos cuencas vacías y llora porque alguien la trajo a la vida despertandola de su sueño eterno, esa niña saltó sobre el y lo hizo perder el equilibrio, fue algo tan fuerte que ambos cayeron al suelo y cuando esa pequeña momia que grita cosas sin sentido dejó caer una piedra sobre su cabeza, Cameron perdió la noción de todo y cayó en la más profunda oscuridad.

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