[13]

[2 de febrero de 2018]

Querido Derek,

Después de aquel incidente del que te conté en mi última carta, me obligaron a ir a un psicólogo. Mi tía parecía estar preocupada, al igual que mis maestros y algunos compañeros de clase que jamás me habían hablado.

Es irónico como tienes que hacer algo así para que la gente se dé cuenta de lo mucho que sufres y lo miserable que eres. ¿Por qué no se preocupan así desde un principio? Eso cambiaría todo. Quizás, eso hubiera cambiado todo para ti.

El psicólogo solía —o suele, mejor dicho—preguntar muchas cosas que me incomodan. Al principio, no confiaba plenamente en él.

Sin embargo, un día no soportaba más aguantarme todo lo que quería decir. Le conté mucho acerca de mí y de ti. Incluso estaba llorando para cuando terminé de hablar.

Él escuchó todo con calma y sin interrumpir. No tenía expresión alguna en su rostro lleno de arrugas por los años. Me miró por un rato, mientras yo intentaba calmarme y secar mis lágrimas.

«Todavía hay esperanzas para ti.»

Cuando me dijo eso, mi llanto cesó y lo miré incrédula. ¿Cómo podía decir eso viendo el desastre que era?

En ese momento, no me di cuenta de ello, pero una pequeñísima chispa de luz se encendió en mí.

Me tomó un tiempo darme cuenta de que esa chispa de luz era la esperanza y las ganas de vivir. Y hasta hoy en día, meses después de tu muerte, sigo intentando hacer que esa chispa de luz crezca y crezca más en mi interior. Lucho con esa batalla cada día. Mi psicólogo dice que estoy ganando y mi tía está muy feliz por ello. Es difícil, pero al mismo tiempo, es satisfactorio tomar el control de mi vida nuevamente. No me había dado cuenta de lo enfermizo que era el depender tanto de ti. Ahora lo veo.

Aún mantengo tus recuerdos muy cerca de mi corazón y te extraño muchísimo. Tengo días malos en donde recaigo en un hoyo del cual se me hace complicado salir. Pero, querido Derek, tú no sobreviviste y yo sí. Y, a pesar de todo, tengo que perseverar y aprovechar al máximo esta oportunidad de vivir nuevamente.

Espero que, donde sea que estés, puedas verme ahora. Porque yo sí puedo verte aún, Derek. Y a pesar de que nunca fuimos nada, yo siento que lo fuimos todo.

Éramos nada y, al mismo tiempo, lo éramos todo.

------

Este es el final. Decidí darle un final más positivo a la historia de Sam. Espero que les haya gustado y debo agradecerles a todos ustedes por llegar hasta aquí conmigo. Simplemente gracias por estar aquí presente, pues a veces eso vale mucho más que otras cosas.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top