Sistema Yetar: Planeta Darneas, Día 27 de Agosto, Año 2734.

El cargador se agotaba a cada disparo que el sujeto daba, llevaba puesto un traje oscuro con líneas de color blanco neón. Su pistola,  era una pipa normal y corriente que tenía una pecualiaridad única,  disparaba protones plásmicos que explotaban al contactar con un cuerpo sólido. El lugar en el que se encontraba era un saloon, un antiguo bar del oeste, revólveres y botellas rotas o vacías estaban tiradas en el suelo dando un olor alicorado al lugar.

Los zombies deformados y con ropas raídas de la época intentaban entrar por la puerta vaivén pero el muchacho neonizado disparaba con puntería de halcón haciendo que los zombies retractasen y eligiesen otro lugar para acecharlo.  El chico estaba tan sudoroso que las gafas negras casi se le deslizaban de la cara, por debajo de ellas sus ojos pardos contemplaban la puerta que anteriormente los zombies habían estado usando, se dio la vuelta observando cuales serían las posibles entradas de estos. De repente su falsa calma se esfumó porque una mano verdigris asomó por uno de los tablones del suelo del saloon.

—Mierda, han conseguido abrir un pasadizo— murmuró su voz chillona.

Más y más manos pálidas asomaron por el suelo intentando abrirse paso para llegar a la superficie. Recordando dónde estaba, el muchacho se dirigió a la barra donde se encontraban las bebidas, saltó la barra e inspeccionó el lugar en busca de otro pasadizo subterráneo. Ese que utilizaban los propietarios o trabajadores del saloon como despensa. Al hallarlo abrió la trampilla  y echó un vistazo tras la barra y vio que los zombies estaban saliendo del suelo y ya andaban hacia él. En vez de utilizar la escalerilla saltó hacia abajo y nada más impactar contra el suelo puso su arma en frente para no quedar desprotegido. Despues cerró la trampilla esta vez si usando la escalerilla para darle unos segundos que despues podría usar para recargar su pistola. En uno de sus bolsillos tenía su navaja militar que decidió usar en ese momento para no gastar las dos cargas que tenía para su pistola.

Sin darse cuenta un zombie femenino apareció detrás suyo, desnuda y con uno de sus senos literalmente separado del cuerpo agarró con fuerza la espalda de chico y con voz atronadora gritó:

-GAME OVER

Despues varios zombies aparecieron en un abrir y cerrar de ojos y lo comenzaron a descuartizar entre todos, tres minutos despues solo quedaba en el suelo un trozo de tela negra con una línea de blanco neón en el suelo.

—Mierda— el chico ya no se encontraba en aquel oscuro pasadizo, ahora se encontraba en una habitación de paredes de color celeste con mucha ropa en el suelo. Parecía un estercolero y su olor se asemejaba bastante.

—Norman, te llaman abajo— una voz adulta y femenina lo llamaba tras la puerta hermética de la habitación— ¿Has recogido tu habitación?

El chico se asustó por la pregunta y rapidamente respondió.

—Ahora bajo mamá, mientras preparame un café por favor— dijo eludiendo la pregunta de su madre.

—Vale— después de esto se escucharon unos tacones bajar por las escaleras contiguas a la habitación.

Aliviado, el muchacho se desvistió y sin pensarlo dos veces se puso un mono de tonos grisáceos y de tela gruesa, tal y como la moda dictaba. Se dirigió a un espejo para ordenar su pelo, su piel de color bronce contrastaba mucho con sus ojos pues eran levemente más claros, su nariz recta y pequeña junto con sus labios rosados y pequeños tambien hacían su cara muy atractiva, sus pestañas afeminadas le daban un toque de donjuan perfecto.

Corriendo salió de su habitación y antes de salir le echó un último vistazo bastante asqueado. Él realmente no sabía que no volvería a ver su habitación, jamás.

Sistema Yetar,Planeta Darneas,Día 6 de Abril,Año 2739.

Nostálgico, Primus observaba las ruinas de lo que una vez fue su casa. Lloró al recordar a su madre. Aquella nueva amenaza para la que había sido entrenado había acabado con su madre, recordó el día que se alistó al proyecto Era X, la unidad que a la que en la guerra se los llamaba Superhombres. Recordó con ilusión el día en el que hizo su mejor partida en el juego de zombies Z: Stay alive. Recordó que era su deber vengar la muerte de su madre. Despues de observar detenidamente y situar las habitaciones de la casa volvió con su equipo.

—¿Ya has visto lo que querías?— preguntó una mujer con traje militar, ella mantenía su cabeza apoyada sobre uno de los apoyos de la nave.

—Si— respondió serio el muchacho— ¿Estan bien los demás?, creo que he tardado mucho, lo siento— se disculpó firmemente el líder de aquel grupo de naufragados.

Sin nada más que decir los dos jovenes subieron a la plataforma que levitó lentamente hasta llegar a formar parte de la nave, siendo la compuerta.

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Aqui concluye mi capitulo,¿Qué os ha parecido?