Capítulo 11
Dos semanas ya habían pasado desde que el cuarteto se reuniera con sus mascotas. Por separado cada uno entreno a sus bestias para que se pudieran mover como en casa, en el mundo mortal. Queriendo evitar miradas innecesarias, decidieron transformar a sus criaturas en algo más común para los humanos.
Eris quién controlaba la hidra, la volvió un gato negro con heterocromía. Cuando ella recitaba unas plegarias en griego, el minino cambiaba a la gran bestia de cinco cabezas. Marte era el señor del cerbero, el mítico perro guardián al cual transformó en un doberman de estatura anormal. Con darle una sola orden, se convertía en el terror de los romanos. Anubis un ser de paz pero peligroso, dueño de la apofis, la gran serpiente egipcia. Dada a su naturaleza, eligió transformarlo en un tatuaje en su brazo izquierdo. Por su parte, Hela la dueña del Niohoggr, el gran dragón nórdico. No encontró una criatura en el mundo humano que demostrara la fiereza de su sirviente, así que lo convirtió en un tatuaje que inicia en su pecho y acababa en su mano izquierda.
...
A pesar de que la decisión de los dioses de cazar a los desterrados ya estaba tomada, aún no habían iniciado la cacería. Pues esta requería de ciertas condiciones:
✔ La sangre de 20 vírgenes de cada región (nórdica, griega, egipcia y romana)
✔ Luna sangrienta
✔ Huéspedes resistentes
✔ Energía suficiente
✔ Almas recolectadas por los guardianes
La luna sangrienta ocurría en tres meses, contando desde la llegada de los desterrados. La energía y las almas eran suficientes, dado a las constantes guerras que tenían los humanos entre ellos. Sólo faltaban encontrar a las vírgenes y a los huéspedes que pudieran contener la fuerza bruta, el alma y los poderes de los dioses.
...
Por otro lado, los dioses cumplieron con exactitud su parte del trato. Maximus Regalus, pasó de ser un multimillonario a ser el único dueño de refinerías petroleras. Obtuvo su deseo, poder y más poder. A cambio de esto, por la gran cantidad de trabajo que había, las ofertas de empleo abundaban y con ellas una cláusula donde dabas libremente tu alma a tu jefe. Todo aquel que lo firmara, su alma sería llevada al Hell o al Inframundo haciendo más fuertes a los exiliados.
Claro está, esa no era la única cláusula que beneficiara a los dioses. La vida de los trabajadores era reducida significativamente para que así pudiera ser visible la absorción de almas. Sin importar el lugar, siempre habían accidentes o desastres naturales donde una o varias víctimas pertenecían al conglomerado de Regalus.
A pesar de la cantidad de muertes que surgieron en el mundo, la prensa mundial había sido silenciada, prometiéndoles a los jefes vida plena y abundante. Sin embargo, los humanos empezaban a sospechar que algo malo estaba ocurriendo o estaba por ocurrir.
...
Hela, sabía que pronto llegarían los cuatro dioses seleccionados para erradicarlos. Pero ella ya tenía planeado varios métodos para evitar que ellos ganaran la guerra. Ella solo deseaba venganza, al igual que los demás. Pero ella, tenía la certeza de que lo lograría; la hija del dios de las mentiras, había sido entrenada desde su concepción, en conseguir lo que deseaba. Su padre fue su mentor, un hábil hechicero y mentiroso por naturaleza.
Los otros dioses también tenían cualidades y motivos de poder. Eris, quién había sido una mujer muy poderosa que llamó la atención de quiénes no debían. Olvidada, desterrada y odiada. Ese había sido su destino, hasta que recordó que los Titanes, habían pasado por lo mismo, y decidió tomar las riendas del destino que se le había impuesto. Por eso deseaba despertarlos, no le importaba si ella terminaba siendo víctima de su plan, solo quería que todos ellos sufrieran lo que ella.
Marte, quién fue entrenado para pelear, matar, arremeter y vengar; ahora era el culpable de todas las desgracias. En las mitologías, cada dios representa algo y es tratado por lo que representa para los humanos. Marte, era sinónimo de guerra, caos, muerte, sangre, destrucción, y por ende fue aborrecido. Aunque tuvo su época de gloria, ahora era odiado incluso olvidado por aquellos que antes le idolatraban.
Anubis, un simple sirviente. Un ser que lo único que quería era cumplir con su deber. Con una familia complicada, su esposa era la amante de su padre; siempre existieron problemas con sus tíos Osiris y Ra, uno queriendo arrebatar el puesto del otro. Anubis nunca fue amante de la guerra, a pesar de ser un excelente guerrero. Su labor era darle un descanso a las almas que habían sufrido en vida.
Y así, nuestro cuarteto seguía siendo visto como los villanos de la historia. Pero, ¿realmente lo eran? ¿Acaso eran víctimas de las circunstancias? ¿Sólo cumplían con un rol específico? ¿Quiénes podrían realmente juzgarlos sin ser hipócritas? ¿Los demás dioses eran los héroes? ¿Ellos no tienen ninguna responsabilidad en los monstruos que crearon?
Sólo hay una respuesta correcta.
La verdad tiene dos caras.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top