Sus cuentas ardían y su cabeza dolía. Dolía muchísimo.

Se levantó, aunque a duras penas podía mantenerse en pie. Avanzó un poco, y cayó al suelo cómo un saco de papas. Su sombrero cayó al unísono de sus lágrimas de dolor.

Levantó nuevamente, y se apoyó nuevamente, si queria encontrar a su versión psicópata y convencerla de que parara, ¡no había tiempo que perder!

Comenzó a avanzar evitando las caídas, y cuando caía, se levantaba cómo podía, para seguir.

Siguió avanzando y a lo lejos divisó tres siluetas familiares. Un flashback llegó a su mente.

« —Sería una molestia si te volvieras a levantar.—»
Negó con la cabeza, y avanzó más rápido, debía evitar que eso pasase.

Siguió avanzando, pero cayó al suelo y su cuerpo sufrió un profundo dolor. Ya no lo soportaba.

Vio a su versión opuesta, y notó que el cuerpo de su alterno se glicheaba.

...

Lo último que sintió fue un fuerte golpe, y lo último que escucho antes de caer inconsciente fue:

“Lo lamento, Palette. Ordenes de Lucy.”.