One

Tribunal de justicia,
2024, Seúl, Corea del Sur

—Luego de una semana de investigación y de haber obtenido el 80% de los votos del jurado, la sentencia ha sido dictada — habló el hombre mayor con voz ronca quien era el juez que llevaba a cargo el caso.

—Estamos jodidos…— Susurró el acusado.

Su abogado palmeó su hombro, no había nada que hacer, por más que intentó probar su inocencia, las pruebas en su contra estaban pesando demasiado en ese momento.

—Culpable— escucharon al fin — Se condena al señor Jeon JungKook a quince años y un día de presidio total, por el delito de lavado de dinero y distribución de estupefacientes.
La condena también tomó en cuenta las pruebas otorgadas por el demandante, el señor Park hyungSik, quien dió las suficientes para determinar que el acusado era el líder de la organización que se dedicaba a los negocios ilícitos— dictó — La condena se hace efectiva de inmediato al término de esta audiencia.

El golpe del martillo se escuchó como si  nada hubiera alrededor, como si para JungKook el lugar estuviese vacío y solo el se encontrara ahí, a punto de ser encerrado por un largo tiempo.

Los policías se acercaron a el y lo esposaron para sacarlo del lugar y llevarlo hacia el transporte que lo acercaría a su próximo hogar por los años que venían.

No hubo tiempo para despedidas, su angustiada madre lloraba desesperada por haber perdido a su hijo y el solo podía ver a lo lejos como todo su mundo acababa de destruirse.

—Lo siento, hermano—escuchó.

Jamás había odiado tanto a su hermano gemelo como en ese momento, nunca volvería a verlo como parte de su vida y estaba seguro que cuando todo aquello terminara, iría por él.

Subió al transporte sin poner resistencia y dejó que lo llevaran donde había  sido ordenado y dónde la traición había hecho que perdiera por completo sus ganas de vivir.

El tiempo parecía haberse detenido, mientras el vehículo lo transportaba a ese fatídico lugar donde cumpliría una condena larga y tortuosa, trataba de repetir en su mente  una y otra vez cada circunstancia que lo llevo a esto. Sentía llegar a su mente esas crueles palabras del fiscal indicando todo lo que había hecho, asesinatos, torturas lavado de dinero, drogas entre otras cosas más.

Sus recuerdos fueron interrumpidos por un fuerte sonido de un gran portón abriéndose, sintió como se detuvo el vehículo, lo sacaron casi arrastras al no poder caminar con facilidad al estar con cadenas en su muñecas y tobillos y una gran cadena que los unía en medio, caminaba por inercia, aun aturdido por todo lo sucedido.

Lo ingresaron a una sala donde le entregaron las pocas pertenencias qué tendría dentro de su celda, sin palabras amables y recibiendo el trato que merecía un delincuente, uno que estaba muy lejos de serlo realmente, pero para el que no había ninguna oportunidad de demostrar lo contrario.

— Ya, niño bonito— dijo uno de los guardias —llegamos a tu nuevo  hogar, lo siento por no tener todas las comodidades que su majestad desea pero no estamos en un hotel y esto es lo que se ganan los imbéciles como tu—exclamó burlon el hombre.

Los gritos de los demás reos no se hicieron esperar.

—¡Uy! tenemos carne fresca.

—Ven que te enseño quien manda acá

Decían algunos y otros simplemente se burlaban del nuevo reo que llegaba a ese lugar, el cuál sería el nuevo juguete, al menos eso pensaban.

Un grito se escucho entre la bulla de los reos.

—Celda 112— dictaron—Buena suerte en tu nuevo hogar, la vas a necesitar, sobre todo por tu compañero, no todos duran más de una semana en esta celda, casi siempre salen con los pies por delante directo al cementerio— hablo divertido, como si realmente la situación le hiciera gracia.

Al entrar a la celda fue recibido de inmediato por un hombre de piel pálida que lo observaba minucioso, con algo de odio, podía advertir.

—Pero que tenemos aquí, ¿Si no es el oficial Jeon?, el puto mal nacido que me encerró en este lugar— afirmó —tu y yo tenemos cuentas que saldar—Le dijo aquel sujeto con cara de pocos amigos, con una mirada felina y en su ojo derecho  una cicatriz que relucía, más lo que llamó su atención fue una brillante navaja en su mano izquierda .

—Pues te equivocaste de persona— contesto impacible —el puto mal nacido que buscas es mi hermano, uno que en este momento está gozando de una libertad que me debería corresponder a mi, el es que se debería estar hundiendo en este lugar.

—¿Crees que soy idiota?

— ¿Y tu crees que si fuera un puto policía estaría aquí?— respondió molesto — no me jodas, mantente en tu sitio y no molestes— desafió.

El contrario río divertido, estaba claro que no era la persona que creía, el maldito Jeon que lo llevó tras las rejas, se habría cagado encima solo con ver su navaja.

—Min Yoongi — dijo sin más extendiendo su mano.

—Jungkook — contestó sin cambiar la seriedad de su rostro.

El maldito apellido Jeon no era algo que quisiera presumir, solo había traído desgracia a su vida, partiendo por su padre, quien fue un maldito asesino y que estaba seguro terminó por pudrirse en la cárcel que lo pusieron, tal como lo haría el, pero sin tener ni siquiera un gramo de culpa de lo que le acusaban.

Continuando con el idiota, de su hermano, Joowoon, el infeliz que no le había importado un carajo que compartieran la misma sangre, haría lo que fuera para librar su trasero, y lamentablemente está vez lo uso para ello.

—¿Mala relación de hermanos?

Dijo el sujeto girando su cuerpo y tomando una jarra con agua para servir un poco en uno de los vasos y entregárselo a Jungkook.

—Ese infeliz no es mi hermano— respondió tomando el vaso entre sus manos y bebiendo de él— cuando salga de aquí le haré pagar esta mierda.

—Es un maldito— reconoció Yoongi— el maldito infeliz se lava las manos y culpa a los demás de sus acciones, bueno no a mí, yo sí era culpable — río — pero el estaba metido hasta las narices en toda esta porquería, aún así sigue pareciendo el correcto oficial que es un puto ejemplo para todos.

—Siempre fue así, de niño siempre debia limpiar sus mierdas, nunca esperé que ahora me hiciera esto.

—¿Qué te hizo exactamente? — pregunto intrigado.

—La maldita organización que le pertenece, de la cual supe hace una semana, cuando me detuvieron, el infeliz logró hacerla parecer que era mi mierda, ahora resulta que soy traficante y también soy un estafador, lavo dinero y toda esa porquería — bufó — solo soy un puto mecánico — afirmó.

Se sentía frustrado, tan imponente de no poder probar su inocencia, que sabía que en cualquier momento iba a colapsar.

—Puedo sacarte de aquí— respondió Yoongi sin más — pero me deberás algo, harás algo por mi.

Jungkook lo observó intrigado, no lo conocía, pero si podía ayudarle a salir lo antes posible, el maldito desconocido se volvería su mejor amigo.

— Ni creas que me transformare en tu puta en esta mierda — respondió casi indignado — no se me da que me follen el culo.

— Pues no es mala idea tu propuesta — respondió casi sin poder aguantar la risa —  pero mi idea inicial es algo totalmente distinto, creeme que nos conviene ambos lo que tengo en mente.
Cuento con gente de confianza, mi novio quien me a estado ayudando con mis negocios tiene un muy buen amigo abogado que te podría ayudar, el fue el responsable de bajar mi condena de 15 a solo  2 años.
Necesito que me hagas un favor saliendo de acá, quiero que te hagas cargo de mis negocios, es algo que nos conviene a ambos, tu  tendrás poder, dinero a tu disposición para refundir al idiota de tu hermano y yo con tu ayuda puedo seguir creciendo mi pequeño imperio.

— ¿Confiaras en un desconocido?

—Ambos tenemos el mismo enemigo, eso nos convierte en los mejores amigos, sin duda alguna nos nos traucionaremos si ambos necesitamos una venganza hacia el imbécil de tu hermano.

Jungkook se lo pensó unos momentos, no tenía nada que perder, si a caso hundirse un poco más en aquel agujero, pero nada mas difícil de lo que ya estaba viviendo.

— Ɓueno, aunque nos conocemos hace poco, con tu ayuda y de tu abogado podría salir pronto de aquí, cuenta con toda mi confianza y te juro que haremos que ese pedazo de mierda  pague por todo lo que a hecho.

Yoongi sonrió satisfecho y tomó su celular, uno de los tantos beneficios que tenía ahí dentro, para comunicarse con el mundo exterior y que ahora le era de gran ayuda para contactar a su novio.

Tecleo rápidamente un mensaje.

Cariño necesito tu ayuda debes comunicarte con Tae , tengo un amigo que necesita de sus servicios  urgente.
Esperaré tu respuesta, te extraño pollito y te amo.

La respuesta no tardó en llegar, fue casi inmediata.

Yo también te extraño gatito gruñon, en cuanto tenga la fecha y hora te confirmo su visita


Les dejo aquí el primer capítulo de equivocado, espero puedan darle amor y les guste está nueva historia.

🌸Erlith_🌸


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