Capítulo 15🦋 (PARTE 2)
— ¿Pero cómo... Cómo has... Entrado?— Le pregunté nerviosa levantándome de a poco del suelo, tenía el cuerpo y el rostro cubierto de espuma.
— La puerta estaba abierta, ¿no lo sabías?— Se acomodó el flequillo mientras sus ojos exploraban el baño.
— No... Debí haberme olvidado de cerrarla, ¡a veces me odio, pudiste haber sido...!
— ¿Un ladrón?— Me interrumpió.
— No...
— ¿Un violador?
— Tampoco...
— Bueno, eso no importa, lo importante es que tu amiga del alma está aquí y se pasará toda una semana contigo... ¡¿Qué tal?!— Dio un salto como niña pequeña.— ¡Auch!— Gimió de dolor tras golpearse la cabeza con el estante.
— Me sucedió cuando encontré una rata coleteando en el retrete.— Le dije entre risas introduciéndome nuevamente en la bañera.
— ¿Rata? ¿Coleteando? ¿Retrete? Son tres palabras que me provocan náuseas si se pronuncian en una misma oración. — Me respondió asqueada mientras se tocaba con los dedos el lugar del golpe.
— Deja las maletas encima del colchón, si sientes hambre puedes prepararte algo en la cocina, terminaré de lavarme el cabello.
Leslie abandonó el sanitario y nuevamente me quedé sola.
¿Cómo pude pensar que era Gabe quien había entrado?
Unos minutos después me encontraba sentada en la cama en toalla, secando mi cabello con un secador mientras Leslie comía un sándwich e intentaba charlar a la vez.
— Verás, decidí abandonar aquel sitio por unos días por dos razones: Primero...— Tragó.— Porque estoy hasta la mismísima de Nate.— Dio nuevamente un mordisco.— Segundo, porque me moría por verte.
— Yah... Solo discutieron y tu escapatoria es venirte a vivir conmigo, ¿no? Idiota.— La regañé con el ceño fruncido mientras le disminuía la velocidad al secador para escuchar mejor sus palabras.
— No me he mudado contigo... Es solo por una semana.— Aclaró cruzándose de brazos apoyada en el armario, un trozo de lechuga del emparedado cayó al suelo. —Además, no fue una simple discusión...
— ¡Levanta esa hoja!— La interrumpí molesta, conocía a Leslie como la palma de mi mano, estaba 100% segura que si no la controlaba, en dos días tendría nuevamente un kilombo como apartamento.
— Ya está...— Me respondió asqueada tras tirarla en el bote del baño.— Como te decía, no fue una simple discusión, estamos peleando a diario.
— ¿Nate peleando? Es la persona más serena que conozco, después de Joshua. — Dudé mientras retiraba el cable del secador del enchufe.
— ¿Quién es Joshua?— Preguntó arqueando una ceja mientras maleducadamente masticaba.
— Tenemos tiempo, luego te hablaré sobre eso... Pero la que probablemente está peleando eres tú, estoy segura de que Nate permanece callado mientras tú lo atosigas, eres casi tan pedante como Darell... Narcisista del demonio.— La regañé mientras abría las puertas del closet para buscar una pijama cómoda y fresca.
— ¿Darell? Wao, veo que conoces a muchos chicos.
— La verdad he hecho algunos amigos.
— Espero que no les quieras más que a mí.— Añadió cabizbaja mientras sus labios temblaban.
— Oh no... No.— Me acerqué a ella y la envolví en un fuerte abrazo.
Leslie y Nate fueron mis mejores amigos desde la preparatoria, al principio se caían tan mal que ni siquiera podían coincidir en el mismo lugar, ya que ambos son polos puestos.
Mientras Nate es callado, tranquilo y modesto, además de que no suele mostrar sus verdaderas emociones; Leslie es una ególatra, además de enérgica y agresiva, sin embargo es sensible e irrumpe en llanto por todo.
Con el tiempo Nate comenzó a soportarla en su círculo social porque yo se lo pedí, y luego me ausenté a una reunión de estudios que teníamos los tres, así que ambos se quedaron a solas... Y allí surgió una atracción inesperada. Comenzaron a salir y finalmente en último año de bachillerato finalmente acordaron una relación.
— No llores...— Le pedí mientras frotaba su espalda.
— Lo siento... Es que estoy perdiendo a Nate y no estoy preparada para afrontar perderte a ti también.— Me explicó entre sollozos mientras se limpiaba los mocos con el puño.
Mocosa sucia.
— Ey... Ey... Les, mírame.— Hice una pausa y levanté su mentón.— No me perderás, ¿ok? Tú y Nate son mi familia y nada ni nadie podrá cambiar eso.
Sus ojos azules brillaban con intensidad mientras le apartaba los cabellos negros del rostro.
— Sentémonos en la cocina, iré preparando la cena mientras me cuentas, ¿vale? — Le sugerí dándole nuevamente un abrazo.
— Vale.— Respondió para luego encaminar sus pasos hacia la cocina.
En la noche.
— Entonces son... Dos cajas de cigarrillos y una crema para la piel... Son 11.06 dólares.— Le dije a la chica a la cual me encontraba atendiendo en el mostrador.— Muchas gracias por su compra, vuelva pronto y tenga una linda noche.— La despedí cordialmente tras recibir el pago.
Me encontraba completamente desconcertada, mi mente yacía en mi apartamento con Leslie, a quien había dejado dormida tras obligarla a consumir una pastilla para el sueño.
No dejó de llorar durante toda una hora exacta, mientras me contaba cada discusión con Nate y los motivos de cada pelea.
Era cierto lo que le decía, Nate nunca le respondía y por ende las cosas no empeoraban... Pero eso le molestaba demasiado a Leslie, por más que ella le demostrara frustración e incomodidad él respondía simplemente con un estúpido silencio o un "yah", "sí", "como quieras".
La situación era más compleja de lo que imaginaba, él se encontraba charlando con una chica por las redes sociales, además de que había comenzado a salir sin explicación. Leslie claramente mostró celos, y la preocupación era constante en ella.
No voy a mentirles, nunca imaginé que Nate fuera capaz de ponerle los cuernos a Leslie... Pero pensaba lo mismo de Leonel...
¿Qué puedo hacer para ayudarlos? ¿Debería llamar a Nate? ¿Sería muy atrevido? ¿Qué puedo aconsejarle a Leslie?
— Megan...
No tolero esta situación, me siento tan... Extraña.
— Ey... Megan.
En mi mente ellos eran la idealización que tenía de pareja perfecta...
— Mariposa insoportable...
Me siento horrible, ¿qué va a suceder si terminan la relación? Será muy duro para Leslie.
— ¡Megan!— Exclamaron en mi oído mientras me agitaban por los hombros.
— ¿Qué? ¿Yo? ¿Equis?— Reaccioné tras el movimiento, notando que Equis se encontraba de pie frente a mí.— Lo siento... ¿Qué vas a llevar esta vez?
— ¿Qué sucede? Es extraño notarte tan callada y tranquila... — Se acomodó el cabello que le cubría la visión.
— Es mi mejor amiga, se está quedando en mi apartamento, vino a visitarme... Pero está teniendo problemas con su novio, que además es mi mejor amigo.— Le expliqué de la manera más concisa que encontré mientras introducía los puños en los bolsillos del delantal.
— ¿Mejor amiga? ¿Mejor amigo?... Psss...— Emitió un sonido desagradable de inconformidad.— Qué cosa tan ridícula...— Musitó.
— Te escuché.
— Lo hice con esa intención.— Aclaró acercando su rostro al mío.— Solo dame una caja de Gold Leaf para largarme.
— Bien...— Mascullé molesta para luego pararme de puntillas, ni siquiera así lograba alcanzar los cigarrillos en el estante.
— Hasta tu estatura es insoportable...— Se quejó Equis mientras rodeaba todo el mostrador para luego adentrarse en mi zona de venta.
En unos segundos se encontraba de pie detrás de mí, tomando su pedido en la repisa.
Nerviosa me giré y quedé cara a cara con el chico de los piercings y los tatuajes.
Nuestros cuerpos se encontraban tan cerca que inhalaba cada suspiro que él exhalaba, pude sentir cada una de sus respiraciones en mi rostro.
¿Y ahora?
— ¿Sabes algo?— Preguntó encorvándose para así quedar rostro con rostro.
— ¿Qué?— Respondí mientras los labios me temblaban.
Estúpida, sientes más nervios que una chica de secundaria con su primer Bad Boy.
— Ya debo irme a tocar con los chicos.— Dijo apartándose nuevamente para luego abandonar el mostrador y dirigirse a la salida.
— Yah... Vale.— Susurré intentando ocultar mi impotencia, aunque inconscientemente ya me había cruzado de brazos, por suerte la gorra cubría mis cejas fruncidas. — Mañana... Mañana es la fiesta en la Universidad, no olvides recordárselo a los chicos.
— Lo olvidaré.
— Uyshhhh.— Gemí colérica.
— Ey... Tú... ¿Irás esta noche? Los chicos...
— Dile a los chicos que esta vez no.— Lo interrumpí arrogantemente.
— Como quieras.
— Por cierto, hay algo que olvidé preguntarte.
— ¿Preguntas? ¿Más de las que ya has hecho?
— ¿Qué hacías tú ayer en la Universidad? Tú y los chicos... Estaban en el partido.— Introduje el tema sí o sí.
— Magia.— Respondió secamente.
— Sabes que no. En la mañana te lo comenté, lo que hiciste fue avisarle a los chicos y listo pero... ¿Cómo supiste cuál era mi universidad?
— Ya basta.
— ¿En serio no vas a decirme? No dejaré de preguntarte "¿por qué?".
— ¡No!— Exclamó con desesperación en sus ojos.— Jackson conocía la dirección por esa relación rara que está entablando con la tal Arlen.
— Fuiste porque te dije que significaba mucho para mí que las personas que conocía estuviesen a mi lado... ¡Qué tierno!
—No.— Prácticamente me interrumpió.
— ¡Sí!— Insistí.— Además, supe que te comportaste posesivo cuando me encontraba inconsciente... Quería agradecerte por haberme protegido, y por la preocupación.
— Ya cállate, me largo.
— ¡Espera!
— Ojalá y no sobrevivas al apocalipsis. —Añadió sin ganas cerrando de un portazo la tienda.
— ¡Algún día quebrarás el maldito cristal de la puerta!— Le grité tras abrirla y ponerme de pie en el umbral, observándolo marcharse en la acera.
Él, sin decir alguna palabra ni voltearse, simplemente levantó el brazo y cerró el puño levantando el dedo del medio como gesto de: "Fuck You"
Estúpido, tonto, idiota, palurdo, lelo, bobo, tonto, burro, inepto, lerdo, tarúpido, simplón, zurumbático, jumento, ignorante, inletrado, indocto, bruto, menso. ¡Ahhh! ¡Estaré preguntándote "¿por qué?" durante horas!
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