Capítulo 6
Wooyoung abre sus ojos lentamente y, por un momento, es golpeado por una oleada de gran confusión y se siente perdido. Mira al estacionamiento casi vacío, luego a la estación de gas y, finalmente, recuerda.
Wooyoung hace una mueca y se recuesta en su asiento, por un microsegundo la cara de Taeyong aparece en su mente y éste inmediatamente le reprime. Justo ahora no es el momento de lidiar con eso. Joder, nunca quiere que lo sea.
Siente algo cálido y suave tocando su mano, cuando baja la mirada observa que los dedos de San siguen entrelazados con los suyos. San aún está dormido, respirando lenta y suavemente, viéndose más joven; con sus cabellos rojizos cayendo sobre sus ojos, definitivamente se ve menos intimidante.
Wooyoung quita su mano cuidadosamente del agarre de San y no puede evitar notar lo grandes que son las manos del mayor, con largos y delgados dedos. A Wooyoung siempre le habían gustado las manos como esas.
Somnoliento, sale del auto y su cuerpo inmediatamente duele en protesta después de haber dormido en una terrible posición por horas. Estira su cuello y suspira, entonces cierra la pequeña puerta tan silenciosamente como le es posible.
Mira al asiento trasero e inhala. Yeosang no está allí.
Wooyoung siente que su pecho se contrae.
¿Se fue? ¿Sólo así? Tal vez es estúpido sentirse de esa manera, apenas lo conoce, pero aún así, ¿Sólo se fue?
“Hey.”
Wooyoung se sobresalta y luego se voltea tomando su pecho con una mano.
Entonces cierra sus ojos y suspira cuando es bienvenido con la sonrisa de Yeosang por la mañana.
“Me asustaste.” Murmura Wooyoung.
“¿Estás bien?” Pregunta Yeosang, su sonrisa decayendo un poco y sus cejas uniéndose en preocupación.
“Si.” Responde Wooyoung, forzando una sonrisa. “Sólo… pensé que te habías ido.”
La sonrisa de Yeosang vuelve a sus labios. Tiene una forma peculiar; piensa Wooyoung. Es muy linda.
“Aw, ¿Ya me extrañabas?”
Wooyoung piensa por un segundo.
“Creo que sí, en realidad.”
“Oh.” La cara de Yeosang se vuelve seria, quizás incluso un poco avergonzada y con un escaso semblante de halago. Tiene ojos amables, Yeosang. Le gente usualmente confía en las personas con los ojos así.
“No lo sé, yo sólo…” Wooyoung busca las palabras correctas. “Es extraño, pero… supongo que pensé que no se sentía bien tener la parte de atrás tan vacía.” Niega con la cabeza. “No lo sé.”
Yeosang ríe y es un sonido que le queda muy bien, a pesar de todo. Wooyoung se encuentra sonriendo también.
“¿Trajiste café?” Pregunta cuando observa los tres vasos que Yeosang sostiene.
“Ah, sí” Yeosang hace un gesto para que Wooyoung tome uno de los vasos y el chico obedece. “Robé el desayuno. Hay barras de cereal en mis bolsillos traseros.”
“Robaste el desayuno.” Repite Wooyoung, Yeosang asiente y se voltea, meneando su trasero.
“Soy bueno robando cosas. Vamos, escoge una.”
Wooyoung frunce el ceño pero aún así toma uno de los envoltorios que sale de los bolsillos traseros de Yeosang.
“Aunque, ¿Cómo robas tres cafés?” Pregunta, Yeosang hace un sonido con una sonrisa satisfecha, poniendo los demás vasos en el techo del auto.
“Finges que no los estás robando.” Responde, guiñándole.
Wooyoung suelta una risita y toma un trago de su café.
“Eres tan extraño.”
“Lo soy, ¿No es así?” La forma en la que lo dice suena como si se estuviera quejando. “Aunque es demasiado tarde para cambiar.”
“No necesitas cambiar” Wooyoung entrecierra sus ojos. “Mierda, tienes una cortada gigante en tu cara.”
Yeosang hace un mohín, sintiendo su mejilla derecha y siseando adolorido; la piel casi se rompe allí cuando se arrastró contra el asfalto, y ya aparece púrpura con parches amarillos. Entonces también, su labio inferior se encuentra cortado a causa de los golpes de San.
“Sí, lo vi cuando fui a orinar en los baños. Deberías de ver mi hombro, no luce bien.”
“¿Te duele?”
“Podría ser peor.” Yeosang asiente hacia la dirección de San. “Creo que él también está bastante herido. Estaba cojeando como loco ayer.”
“Si.” Wooyoung pone el café en la parte delantera del auto y comienza a desenvolver su barra de cereal. “Me pregunto qué le habrá pasado.”
Un silencio sigue, Wooyoung puede sentir que Yeosang le mira y muerde un poco la barra de cereal.
“También me pregunto qué te habrá pasado a ti.” Dice Yeosang. “Porque realmente no luces como alguien que podría matar a otra persona.”
Wooyoung traga un poco del cereal con moras azules.
“Al parecer es más fácil de lo que se piensa.”
“¿Qué pasó entonces?”
“Fue un accidente.” Wooyoung odia la forma en la que lo dice, casi como si no se creyera a sí mismo. “Sólo me defendía.”
Yeosang baja la mirada y observa la camisa rota de Wooyoung.
“Oh.” Yeosang aprieta la mandíbula. “Ya veo. Mierda. ¿Estás bien… “
“Estoy bien.” Wooyoung le corta. “Esa mierda pasa.”
Yeosang abre la boca para decir algo pero repentinamente San está saliendo del auto, aún luciendo un poco dormido, sus cabellos saliendo en ángulos peculiares y sus ojos cerrados.
“Los dos son jodidamente ruidosos.” Dice, su voz suena aún más grave en la mañana y Wooyoung se limita a reírse.
“Yeosang robó el desayuno para nosotros.” Dice Wooyoung. “Hay café.”
Al oír eso, San abre sus ojos e inmediatamente visualiza el vaso en el techo del auto, tomándolo casi con furia.
Apunta hacia Yeosang.
“Repentinamente me caes mejor que ayer.”
Yeosang pone una mano sobre su pecho.
“Me halagas. También tengo barras de cereal en mi trasero.”
San frunce el ceño.
“¿Qué?”
“Ignóralo.” Dice Wooyoung, tomando otra barra del bolsillo de Yeosang y tirándola sobre el techo del auto, San la toma antes de que caiga al suelo.
“Así que, niños, ¿Cuáles son los planes para hoy?” Pregunta Yeosang.
“Primero tengo que ir al baño.” Dice San, mordiendo su barra. “Después gasolina. Luego nos largamos de aquí.”
“Suena como un plan decente.” Wooyoung termina su café. “Voy al baño.”
“Voy contigo.” Dice San, termina en una sola mordida el resto de la barra. “Yeosang, ¿Te importaría vigilar el auto?”
“No, vayan a calmar sus vejigas.”
San parece querer decir algo pero al final sólo suspira y sigue a Wooyoung a los baños públicos de la estación de servicio.
Apenas Wooyoung abre las puertas arruga su nariz en disgusto.
“Este lugar huele a ratas muertas.”
San hace un sonidito de reconocimiento.
“Eso es porque hay ratas muertas.”
“¿Qué? ¡Mierda!” Wooyoung esquiva cuando observa el cuerpo de un roedor podrido junto a los lavabos. “No voy a tocar nada.”
“Bien pensado.”
Wooyoung entra a uno de los cubículos y se hace cargo de sus necesidades lo más rápido posible, decidiendo evitar tirar de la cadena porque en verdad no desea tocar nada.
Entonces sale del cubículo y se detiene repentinamente; San está mirando su reflejo, su camisa está levantada revelando sus costillas horriblemente lastimadas.
“Joder, San.”
“Está bien.” Dice. “Ya sanarán.”
“Por sí solas no.” Wooyoung suspira y va hacia los lavabos, comienza a lavar sus manos. “Será mejor que compremos algo. Vendajes, ungüentos y esa mierda. ¿Cómo siquiera conseguiste eso?”
“Trata de ser golpeado con bates de béisbol y dime que no te vas a herir.” San suspira y baja su camisa. “Me sorprende que no estén rotas. Vámonos si estás listo.”
Se retiran de los baños y vuelven al auto. Yeosang les espera recostado sobre la puerta, ojos cerrados y un cigarro entre sus labios “Como dije: creo que tendremos que cambiar de auto.”
“¿Te refieres a robar?” Pregunta Wooyoung y Yeosang asiente.
“Este también es robado. Por eso es que deberíamos de conseguir otro.”
“Bien.” Dice Yeosang mirando a su alrededor. El lote está aún casi vacío, excepto por cinco autos. “¿Cuál quieren?”
San le mira.
“¿Qué, vas a robarlo tú?”
“Soy muy bueno robando cosas.” Yeosang entrecierra los ojos y apunta a un auto estacionado no tan lejano. “Pienso que ese es el mejor.”
Wooyoung observa el auto que Yeosang sugiere. El auto es… viejo. Por no decir muy viejo. Alguien lo llamaría vintage, pero Wooyoung sólo diría que es viejo. Seguro, si estuviese mejor cuidado, el auto sería una belleza, pero en vez de eso sólo luce viejo e ignorado, la pintura negra está rasgada y una de las llantas se ve desinflada.
“Chevrolet Chevelle, 1970.” Dice Yeosang. “Es bellísima.”
“Es jodidamente anciana.” Dice San.
“Lo cual es exactamente lo que necesitamos. Ese auto no tiene rastreadores de GPS, no tiene alarma de wi-fi.” Dice Yeosang, arqueando una ceja. “Créeme, si quieres escapar con un auto siempre roba el más viejo.” Wooyoung observa a San, que no luce exactamente convencido.
“¿Y qué entonces? ¿Vas a pasar la electricidad?” Pregunta y Yeosang carcajea. San definitivamente no parece divertido.
“No, ese auto es muy viejo, necesitaría otro auto para eso.” Yeosang se encoge de hombros. “Sólo robaré las llaves.”
Wooyoung frunce el ceño.
“¿Cómo robaras las llaves si no sabes quién…”
“Sé a quién le pertenecen, lo vi estacionando cuando fui a buscar el desayuno.” Yeosang sonríe brillantemente y comienza a caminar al Seven Eleven. “Crean un poco en mi, esperénme.”
Wooyoung se mantiene en silencio, sus ojos siguiendo a Yeosang hasta que éste desaparece en la tienda.
San suspira y se pellizca el puente de la nariz.
“¿Por qué demonios estamos confiando en él?”
Wooyoung se muerde el interior de su mejilla.
“Bueno, no es que tengamos opción.”
“Tenemos muchas opiniones. Por ejemplo, si no sale en dos minutos nos largamos de aquí.” San mira una vez más el Chevrolet y frunce el ceño en leve realización. “El auto está en punto ciego.”
“¿Qué?”
“Las cámaras no llegan a la parte en la que el auto está estacionado.” Repite, Wooyoung sigue su mirada. “¿Crees que lo sabía?”
“Creo que no es un idiota.”
“Ó tal vez sea suerte.”
Wooyoung no dice nada, mira hacia el Seven Eleven y allí es cuando las puertas se abren y Yeosang sale felizmente con una paleta en su boca.
Cuando está lo suficientemente cerca busca las llaves en sus bolsillos y con una sonrisa de autosatisfacción las lanza hacia San, quien las atrapa con las cejas levantadas en asombro.
“Mierda, lo hiciste.”
“Claro que lo hice.” Yeosang asiente hacia el auto. “Busquemos nuestras cosas y larguémonos.”
San va inmediatamente a la cajuela del carro, tomando su bolsa deportiva y cerrándola, haciendo gestos para que él y Yeosang le sigan.
Caminan lentamente para no levantar sospechas pero tan pronto como San abre el auto Yeosang tira con rapidez la bolsa en el asiento de atrás y entra velozmente, saltando sobre los asientos delanteros y sentándose atrás, escondiendo la fortuna bajo los asientos.
Wooyoung se sienta en el asiento de copiloto, San gira la llave para encenderlo y, por algunos momentos, el carro hace un sonido que recuerda a Wooyoung a vidrio quebrándose hasta que, finalmente, el motor enciende. Los dos suspiran aliviados y Yeosang sólo se ríe.
“Les dije que tuvieran algo de fe en mí.” Dice, cruzándose de brazos. “Y hay suficiente gasolina como para durar un tiempo.”
“Buen trabajo, Yeosang.” Dice San, Wooyoung puede oír el asombro en su voz mientras sale de la estación. “Eres bueno robando cosas.”
Yeosang asiente con orgullo.
“Tuve un poco de suerte de mi parte porque sabía a quién le pertenecía, pero sí, soy bueno. ¡Oh!” Yeosang palmea el bolsillo de su chaqueta y entonces saca dos paletas, ofrenciéndoselas a Wooyoung. “Les traje dulces.”
Wooyoung observa con los ojos bien abiertos ambas paletas hasta tomarlas en sus manos.
“Espera, ¿Tuviste tiempo de robar éstas?”
“Honestamente es la única razón por la cual tardé tanto.” Responde Yeosang, chupando su paleta.
Wooyoung hace un sonido, un poco mareado. Observa los dulces, uno es de fresas con vainilla y el otro es de cerezas. Desenvuelve el de cerezas y se lo ofrece a San, el cual arruga su nariz.
“Yeosang las trajo para nosotros.”
“No se lo pedí.”
Wooyoung rueda los ojos.
“Cierra la maldita boca y cómetela.”
San se queja en frustración, sus dedos sosteniendo con fuerza el volante pero al final abre su boca y deja que Wooyoung ponga el dulce dentro.
“Ambos son un dolor en el culo.”
Wooyoung succiona la paleta y tararea felizmente al sentir el dulce sabor contra su lengua.
Conducen en silencio por un tiempo y Wooyoung nota que el auto, a pesar de lucir como basura por fuera, no está tan mal por dentro. Los asientos son de cuero, sin rasguños, el auto está limpio y, claramente su dueño lo cuidaba bastante. Puede que simplemente no tuviese la suficiente cantidad de dinero para pintarlo de nuevo o cambiar las llantas. Siente un poco de culpa en su estómago pero rápidamente la reprime.
“De todas formas.” Comienza San. “Ya no tenemos que robar dulces. Tenemos un montón de dinero. Podemos, saben, descansar por un rato.” Una pausa. “Por ejemplo, tú necesitas ropa nueva.”
Wooyoung observa su camisa arruinada y suspira.
“Si.”
“Ambos, supongo que Yeosang no trajo ropa limpia consigo cuando decidió saltar frente al auto.”
“Definitivamente no.” Responde Yeosang. “Así que, ¿Nos vamos de compras?”
“Si.” Dice San. “Y tal vez mientras tanto pueda pensar en dónde carajos deberíamos ir.”
Wooyoung está de acuerdo.
“¿Alguien tiene alguna idea?” Pregunta Yeosang, sentándose cómodamente en el asiento de atrás con las piernas cruzadas. “Como, un lugar al cual quieran ir.”
Silencio de nuevo, Wooyoung observa la ventana. Un auto maneja a su lado y hay un niño en el asiento de atrás observándole. Wooyoung saca la paleta de su boca y sonríe, saludando un poco al chico. Ve como el niño ríe tímidamente y mira hacia abajo, y luego el carro los pasa.
“Me gustaría ir a Busan de nuevo.”
Wooyoung se vuelve hacía San, que mira el camino con la mandíbula apretada.
“¿Eres de Busan?” Pregunta Yeosang y San asiente.
“No he visto esa ciudad en años.”
Wooyoung suspira.
“Vayamos allí entonces.”
“¿Así de simple?”
“Conozco a alguien que nos puede ayudar y vive en Busan.” Dice. “Su nombre es Changbin. Crecí con él antes de que volviera. Es dueño de un club de por allí.”
“¿Crees que nos ayudará incluso aunque ha pasado un tiempo desde que se vieron?” Pregunta Yeosang.
“Nos hemos mantenido en contacto todo éste tiempo. Nos ayudará, estoy seguro. Es sólo que…” Wooyoung hace una mueca. “No sólo tiene un club. Tiene todo un cártel de drogas en ese lugar.”
Yeosang suspira.
“Qué demonios…”
San sube una ceja.
“¿Es en serio?”
“Tal vez queramos mantener el hecho de que eres de Imoogi Pa en secreto.”
San frunce el ceño por un momento hasta gruñir y rodar los ojos.
“Por favor no lo digas.”
“Está en Geottong Beolle Pa.”
“Maldita sea, Wooyoung.” Dice San. “Pudiste haberlo dicho antes.”
“¿Qué demonios es un Geottong Beolle Pa?” Pregunta Yeosang en confusión.
“Un cártel enorme, eso es lo que es.” Responde San. “Y sólo digamos que Imoogi Pa no se lleva muy bien con ellos.”
Wooyoung se encoge de hombros.
“Changbin es calmado, no hará preguntas porque soy el que te está llevando. Siempre y cuando no le digamos estaremos bien.”
San murmura algo bajo su aliento pero al final, simplemente suspira.
“Esto es una mala idea. No puedo creer que éste haciendo esto.”
Wooyoung no puede estar más de acuerdo.
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