Capítulo 51
Wooyoung es quien logra hacer que se levanten del suelo mojado.
Todavía está lloviendo, pero ahora está menos ruidoso.
Yeosang deja que Wooyoung lo tome y sus piernas están a punto de ceder, pero San aún lo abraza y lo mantiene consciente. Entran de nuevo al motel, Wooyoung tomándole de la mano aunque tiembla, San aun sin soltarlos, titiritando por la lluvia adherida a sus cuerpos.
Una vez que entran a la habitación, Wooyoung va a la bañera y vuelve a poner el agua, se voltea hacia ellos y tira de la camisa empapada de Yeosang hasta que éste entiende el mensaje y levanta los brazos, Wooyoung quitándole la prenda y arrojándola al suelo, luego haciendo lo mismo con San, empujándolos al baño y ayudándoles a quitarse el resto de la ropa.
Con cuidado, mete a Yeosang en la bañera y le sostiene el brazo para subir una pierna en el borde. Yeosang se mete en el agua tibia, sus músculos perdiendo la tensión y temblando ante el repentino cambio de temperatura. La bañera es lo suficientemente grande y profunda como para cubrirle el pecho cuando se sienta. Cierra los ojos y suspira. San también entra, posicionándose rápidamente detrás de Yeosang para poder sostenerlo de nuevo, con la barbilla apoyada en su hombro, respirando con lentitud.
Wooyoung se quita la camisa y la ropa interior y entra al agua también, toma una botella de champú y exprime una cantidad generosa en sus manos, masajeando el cuero cabelludo de Yeosang.
Yeosang se siente entumecido, todo su cuerpo doliéndole cegantemente, con su mente divagante, por lo que deja que Wooyoung se encargue de todo, manteniendo sus ojos cerrados y disfrutando del agua y de la presencia del cálido cuerpo de San detrás.
Wooyoung lo empuja suavemente hacia abajo hasta que su cabeza toca el agua y enjuaga el champú, las manos de San detrás de su cuello para mantenerlo a flote. Su cabeza es levantada de nuevo, y Wooyoung comienza a masajear sus hombros con gel de baño. Sus manos siguen temblando. Yeosang escucha como solloza con debilidad y cuando abre los ojos, puede ver como Wooyoung llora, aún lavando su cuerpo. El corazón de Yeosang se rompe un poco más.
“Dios, Woonnie.” Susurra. “Mierda, todo lo que te dije…”
“Está bien.” Solloza Wooyoung. “No eras tú el que hablaba.”
“Estás llorando.”
“Estoy llorando porque tenía miedo.” Wooyoung suspira, respirando con dificultad. “Creí que todo iba a acabar.”
Es culpa suya.
“Mierda, lo siento…” Murmura Yeosang. “No, no sé por qué…”
“Cállate, ¿sí?” Dice Wooyoung, su voz un poco temblorosa. “Cállate por un momento, dame un segundo y luego hablamos.”
Yeosang asiente y Wooyoung comienza a frotar su piel otra vez, el chico mira a San con ira.
“También estoy molesto contigo.”
San suspira.
“Lo sé.”
“Te odio en este momento.” Wooyoung niega con la cabeza. “Los odio a ambos.”
San asiente.
“Lo sé, yo…”
“San” Wooyoung lo mira. “Cállate”
San guarda silencio. Yeosang también cierra su boca. Dejan que Wooyoung haga lo que sea que esté haciendo porque si eso lo calma, entonces no lo detendrán. Wooyoung toma la botella de champú y, una vez más también lava el cabello de San mientras que de vez en cuando su cuerpo todavía se sacude con un sollozo. Yeosang pone su mano en la cadera de Wooyoung y la aprieta ligeramente antes de dejar que su mano caiga en el agua.
Una vez que Wooyoung termina con el cabello de San, pone la botella a un lado y respira profundamente antes de darse la vuelta y sentarse contra el pecho de Yeosang, tomando sus brazos y poniéndolos en su cintura.
“Ahora hablamos.” Dice Wooyoung, con una certeza en su voz que le asegura a Yeosang que no podrá escapar esa vez.
Yeosang suspira.
“No sé por dónde empezar.”
“Donde quieras.” Replica Wooyoung.
Luego de una pausa y otro suspiro comienza.
“Nací en Seúl”. Dice. “Pase toda mi infancia aquí, con mi padre. En realidad no sé nada de mi madre, jamás pude conocerla, aunque, si tuviera que creerle a mi papá, ella solo era una perra que me dejó en el momento en el que me tuvo en brazos “Yeosang hace círculos en el estómago de Wooyoung.” Mi infancia, no fue tan mala. Solo tengo buenos recuerdos. Mi padre era un desastre, pero siempre hizo todo lo posible por mantenerme, tenía un trabajo decente y comíamos sin problemas. Luego, cuando cumplí dieciséis comenzó a apostar, no podía parar, se volvió una adicción para él. Al final, terminó ahogándose en deudas, le debía dinero a gente peligrosa y estábamos a punto de perder nuestra casa. Luego, en ese periodo, encontré a un grupo de chicos que pertenecían a una pandilla pequeña, robábamos autos. Era fácil. Fingíamos ser ayudantes en hoteles lujosos, robábamos autos de tipos ricos y lo vendíamos por mucho dinero a personas que los sacaban ilegalmente de Corea. Cuando entré, dejé la secundaria y aprendí a robar casi todo. Comenzamos con pequeños robos en tiendas y yo era el que conducía para ellos.” Yeosang se muerde la parte interior de la mejilla. “Mi padre desapareció cuando cumplí dieciocho.”
Silencio inunda el baño, las paredes húmedas por el agua condensada, el vapor empañando el espejo del lavabo.
“¿Por qué?” Pregunta Wooyoung después de un momento.
“Quién sabe. Supongo que quería alejarse de los acreedores. Tienen que entender que, mi padre ya no era el mismo luego de los juegos y el dinero que le debía a la gente. Se convirtió en otra persona.” Yeosang frunce el ceño. “Mierda, incluso recuerdo que ni siquiera me sorprendió cuando desapareció, solo pensé: Oh, wow, realmente se fue. Duró más de lo que pensé.”
San presiona sus labios sobre su hombro, el agua volviéndose tibia.
“Creo que fue la primera vez que pensé de esa forma.” Yeosang chasquea su lengua. “La primera vez que pensé que tal vez estaba hecho para permanecer solo. Tal vez era un complejo de mamá o papá, o una mezcla de ambos, pero yo solo podía pensar que si ellos se habían ido entonces había sido por alguna razón ¿sabes? Entonces allí me di cuenta de que no tenía amigos. Ni siquiera amigos, yo… No tenía a nadie que me conociera ni un poco. Nadie.” Yeosang sacude la cabeza. “De cualquier forma, los acreedores no me dejaban en paz, así que hui de Seúl y terminé en Daegu. Para acortar la historia, los acreedores turbios se convirtieron en acreedores del gobierno, porque mi padre también tenía deudas con el banco y me encontraron. Aprendí a sobrevivir, a alejarme de ellos, me mudé a un pequeño apartamento. Allí conocí a una niña pequeña, Lia. A ella le gustaban mucho los autos de juguete. Yo le decía las marcas de los autos y ella simplemente se enamoró de mí. Yo robaba paletas para ella.”
Wooyoung se gira para verlo, sonriendo un poco.
“Es algo patético, pero ella era mi única amiga. Aun así, todo empeoró, yo…” Yeosang se muerde el labio inferior. “No sé cómo explicarlo. Es eso, a veces mi mente me recuerda que tal vez acabaré solo de nuevo, que la gente se va, y cuando sucede todo mi cuerpo se entumece. Todo se vuelve borroso. Me aíslo hasta que algo hace clic y luego vuelvo y… no lo sé. Finjo que estoy bien, saben que lo hago. Pero ya no, no lo he estado por un tiempo.”
“Está bien.” Dice San.
Yeosang resopla.
“No realmente, pero seguro.”
“Esa noche que te conocimos…” Wooyoung descansa su cabeza en su hombro. “¿Por qué saltaste frente al auto de San?”
Yeosang asiente.
“Se suponía que ese era mi último día en la tierra. La cosa es que, he tenido muchos últimos días en la tierra. Intenté suicidarme más de una vez pero siempre fallé.”
Wooyoung aprieta su muñeca.
“Tienes que entender que, lo que sea que alguna vez estuvo mal conmigo, empeoró. La soledad es una mierda y te succiona hasta que te conviertes en un caparazón.” Yeosang acaricia el cabello de Wooyoung. “En serio te jode. Y luego, aunque parezca una locura, el hecho de saber que simplemente sigues fallando en morir… mierda, eso te jode aún más. Porque si fracasas en algo como eso ¿Cómo no vas a fallar en la vida? Eso era lo que pensaba. Luego cuando les conocí, se suponía que era mi último intento en tener un último día en la tierra. Simplemente me dije, se acabó, si fallas de nuevo, sigues adelante.” Yeosang se encoge de hombros. “Y fallé…”
“Qué bueno que lo hiciste.” Murmura San detrás de él, robándole una sonrisa a Yeosang.
“Desde que llegué a Seúl, algo no andaba bien.” Dijo. “Tal vez sea porque recordé el tiempo que pasé con él, la mierda que lo empezó todo, no lo sé. Simplemente veía su cara en todas partes, pero lamento lo que dije. Mierda, lo siento mucho, lo jodí todo.”
“Lo hiciste.” Suspira Wooyoung. “Pero está bien.”
“¿Lo está?”
“Te perdonamos. Es decir, estoy enfadado, pero siempre te perdonaríamos.”
Yeosang siente alivio pasando por su sistema, pero algo más duele. Yeosang sabe que lo perdonaron, pero él jamás logrará perdonarse a sí mismo. No así, no después de todo lo que dijo.
“¿Siempre te sientes así?” Le pregunta San. “¿Entumecido?”
“No siempre.” Responde Yeosang. “Casi siempre estoy bien. Hay momentos de mierda, por supuesto, pero… Ustedes ayudan. Cuando estoy con ustedes, siento que quiero seguir rodeándolos, vivo y respirando.” Yeosang inhala con fuerza y se le humedecen los ojos. “El mundo es jodidamente feo, pero ustedes lo hacen más hermoso.”
Así que Yeosang llora un poco más cuando San y Wooyoung lo abrazan fuertemente, con el agua enfriándose y el vapor convirtiéndose en gotas en el espejo.
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