Capítulo 48

San aún está adentro, pagando por la comida, Yeosang y él fumando fuera del restaurante. Ya han pasado las diez de la noche, la calle está casi desierta, a los lejos Wooyoung puede distinguir figuras que caminan a la distancia y hay un viento agradable pero huele a lluvia.

“¿Sabes lo que extraño?” Pregunta Wooyoung, Yeosang le mira inquisitivamente. “Extraño la música, el alcohol y la hierba barata.”

Yeosang arquea una ceja.

“¿Quieres ir a una discoteca?”

Wooyoung asiente y se acerca a Yeosang acariciando su mejilla.

“Es nuestra última noche en Seúl, ¿Qué mejor que ir a una discoteca?”

Los labios de Yeosang se curvan en la más mínima sonrisa.

“Tu argumento es convincente.”

“¿Qué argumento?” Pregunta San al salir del restaurante.

“Deberíamos ir a una discoteca.” Dice Wooyoung, San frunce el ceño.

“¿En serio?”

Wooyoung asiente y San mira a Yeosang.

“Si ambos quieren ir, entonces sí.”
Yeosang se encoge de hombros mientras toma una calada.

“Sí, ¿Por qué no?”

“Bien.” Wooyoung tira el cigarrillo y se pone el tapabocas en la cara. “Vamos.”

Caminan hasta que llegan a Cheongdam-dong y ven una pequeña multitud fuera del edificio, la música fuerte resonando incluso en las calles. Wooyoung escoge ese.

El interior se encuentra lleno. Tiene tres pisos, tubos de neón desde el techo y el lugar lleno de humo, láseres coloridos creando formas en las paredes, música fuerte y desastrosa en aquel caos. A Wooyoung le gusta.

“Dijiste que extrañabas la hierba barata.” Yeosang le susurra en el oído. “¿Quieres un poco?”

Wooyoung asiente.

“Yo y San buscaremos las bebidas.”

Yeosang asiente y comienza a alejarse, desapareciendo entre las personas del primer piso. Wooyoung arrastra a San al bar y consiguen ponerse frente al mostrador, esperando que algún bartender les vea.

“¿Por qué estamos aquí?” Dice San, subiendo la voz para poder ser escuchados.

“Está malhumorado.” Responde Wooyoung. “Será mejor que se distraiga.”

“¿Por eso lo trajiste a un club?”

“Sonrió cuando se lo dije, es suficiente para mí.” Wooyoung asiente hacia uno de los bartender. “Algo con vodka para mi, otra cosa con whisky para él y otra bebida con ron.”

El barman asiente y comienza a preparar las bebidas.

“¿Sabes que está mintiendo?” San pregunta. “Con respecto a Seúl.”

“Lo sé.” Suspira Wooyoung. “Cuando quiera hablar lo hará.”

El barman pone los copas frente a Wooyoung. Este le da su bebida a San y toma un largo sorbo.

“Mierda.” Sisea, lamiendo sus encías. “Esto es casi vodka puro.”

“Bienvenido a Seúl.” Dice San, tomando un poco de su whisky y haciendo una mueca. “Sabe horrible.”

“Bienvenido a Seúl.” Responde Wooyoung, tratando de imitar la voz de San, fallando miserablemente.

Yeosang emerge de la multitud, con una mano en sus bolsillos, ojeando el vaso y tomándolo. Toma un sorbo y hace una mueca temblando ligeramente.

“Mierda, dejaré una crítica malísima si estas son las bebidas.”

“¿Lo trajiste?” Pregunta San, Yeosang asiente.

“Sí, ¿Quieren ir a un baño? Para recordar los viejos tiempos.”

Wooyoung se toma el resto de su vodka, sus labios yendo hacia abajo mientras el líquido pasa por su estómago.

“Busquemos un baño.”

“Quiero preguntar algo…” San expulsa el esposo humo, sus pupilas dilatadas y oscuras. “¿La compraste?”

Yeosang, sentando en el suelo del baño, ríe.

“San, la hierba no viene en porros.”

“Por eso lo pregunto.” Le pasa el porro a Wooyoung, que está sentado en su regazo mientras San se sienta en el inodoro.

“He robado todos los porros que hemos fumado.” Agrega Yeosang, sonriendo ligeramente. “En Busan, Changbin siempre me daba hierba gratis ¿Los demás? Todos robados.”

Wooyoung tararea mientras inhala y se lo pasa a Yeosang.

“¿Cómo aprendiste a robar? Eres jodidamente bueno.”

“¿Vas a preguntarme ahora?” Yeosang saca el humo por una de las esquinas de sus labios.

Wooyoung se encoge de hombros, alguien entra al baño y suena el grifo del agua.

“Empiezas con cosas pequeñas y luego comienzas a robar básicamente cualquier cosa.” Dice Yeosang.

“¿Y cómo comenzó?”

Cuando Yeosang se vuelve hacia él, Wooyoung observa que algo hace clic y sus ojos ya no son cálidos. Yeosang toma otra calada.

“Deja de presionar el tema, Wooyoung.” Dice.

Wooyoung aprieta la mandíbula, algo en su pecho duele fuertemente por la frialdad en Yeosang y baja la mirada.

“Hey.” San mira a Yeosang. “Ya.”

“¿Ya que?”

“Ya deja de hablarle así. Sólo te preguntó. Si no quieres responder, está bien, no tienes que tratarlo como una mierda.”

“Está bien.” Dice Wooyoung.

“No lo está.” Suspira Yeosang. “No lo está. Lo lamento, no sé qué me pasa.”

Pero sí sabe. Sí sabe por qué se siente así, solo que no quiere decirlo. Wooyoung resopla y se baja del regazo de San, quitándole el porro de los labios a Yeosang y tomando otra calada.

“Lo sabrías si hablaras con nosotros.” Dice, abriendo la puerta del cubículo. “Necesito beber un poco.”

Wooyoung los deja a ambos en el baño. San se encargará de Yeosang cuando pueda, ahora mismo no soportará nada de eso. Vino allí para que Yeosang se distrajera, para que dejara de pensar. De igual forma, fue estúpido pensar que Yeosang iba a responder algo. No sabe por qué, pero la idea lo hiere tanto que Wooyoung deja de moverse.

Queda estático en la pista de baile, rodeado de gente, la música ensordecedora, el alcohol, el olor a sudor y el humo llegan a su nariz. Wooyoung cierra sus ojos y choca contra alguien pero decide ignorarlo. Desde que llegaron a Seúl todo empeoró y ahora solo quiere irse de esa maldita ciudad.

“Oye.”

Wooyoung abre los ojos y salta con sorpresa ante la voz en su oído. Mira a su lado y hay un hombre, tambaleándose un poco, una botella de cerveza en su mano izquierda, sonriéndole ebrio.

“¿Estás solo?” Grita el hombre por la música.

“No.” Wooyoung responde y se vuelve para irse. El extraño lo toma del brazo y lo empuja hacia sí.

“Pero no veo a nadie.”

Wooyoung aparta el brazo y se aleja un poco, la multitud enjaulándolo demasiado cerca del hombre.

“Aléjate, no estoy de humor.”

“¿Y qué puedo hacer para ponerte de humor? ¿Mmh?” El hombre trata de tomarlo de nuevo, pero es empujado antes de siquiera tocarlo. Yeosang se para frente a Wooyoung, mirando al desconocido, que parece querer protestar, pero Yeosang es más rápido y le mira amenazadoramente.

“Tócalo, te reto.” Gruñe, luego se da la vuelta y empuja a Wooyoung con cuidado. Navegan entre la multitud y localizan a San, que también parece buscarlos. Cuando los ve, camina en su dirección, frunciendo el ceño al ver sus expresiones.

“¿Qué pasó?” Pregunta cuando se acerca.

“Nada.” Dice Yeosang. “Quiero volver a casa, pueden quedarse si quieren.”

Wooyoung toma su muñeca.

“No vas a irte.”

Yeosang le mira por unos segundos antes de hablar.

“No hablaré, Woonnie.”

Wooyoung asiente.

“Lo sé.” Toma a Yeosang por el cuello de su camisa y lo acerca. “No hablemos entonces.”

Yeosang mira a San antes de ceder y finalmente inclinarse para besar a Wooyoung. Yeosang sabe a ron y a hierba, Wooyoung suspira mientras le besa. Lo más sincero en Yeosang es la forma en la que besa, amablemente, titubea y vacila un poco al principio, pero Wooyoung conoce bien sus besos. Se siente seguro cuando le besa, siente que puede confiar en él de esa forma al menos.

Detecta como San rodea sus brazos alrededor de sus cinturas, Yeosang se retira del beso y los mira por momentos, su mandíbula apretada y manos para sí mismo.

Wooyoung desliza sus pulgares sobre las dos mejillas de Yeosang.

“Soy tuyo, ¿sí?” Porque si eso le ayudará a Yeosang a olvidar lo que sea que nubla su mente, entonces Wooyoung se lo dirá cada vez que pueda. Planta un pequeño beso en los labios del mayor. “Todo tuyo.”

La mirada del chico se suaviza cada vez más con cada corto beso plantado en sus labios, hasta que sus ojos vuelven a la normalidad: cálidos, gentiles, simplemente tan Yeosang.

Toma su rostro y se inclina para besarlo de nuevo, labios suaves contra los suyos y Wooyoung suspira, cerrando los ojos y tomando el cuello de Yeosang, acercándolo más, besándolo fuertemente hasta que abre la boca y Wooyoung deja que su lengua se abra paso en su cavidad, la música aún sonando a su alrededor.

Wooyoung siente como San toma su cintura con más fuerza y sus labios rozan la parte inferior de su cuello. Wooyoung se estremece en su agarre. La mano de Yeosang se mueve de su cara a su cabello, tirando de los mechones y llevando su cabeza hacia atrás. Rompe el beso, lamiendo el labio inferior de Wooyoung antes de comenzar a mordisquear su mandíbula. La boca de San baja de su cuello a la suave piel de su hombro, mordiendo ligeramente. Wooyoung traga y se siente mareado por un segundo. Tal vez sea la hierba, y el hecho de que los tres están colocados y ebrios, y la vibración del bajo de la canción contra su caja torácica.

Los labios de Yeosang llegan a la garganta de Wooyoung y comienzan a succionar la piel, su lengua caliente y húmeda. Wooyoung abre su boca y se agarra de la camisa de Yeosang, sus caderas inconscientemente rozando la entrepierna de San.

Las manos de San se sumergen debajo de la camisa de vestir, dedos arrastrándose contra su piel, dejándolo más caliente y sensible, haciendo que las caderas de Wooyoung se muevan por instinto persiguiendo la sensación.

Deja que su mente se desvanezca, centrándose en la sensación, olvidando cualquier cosa que piense con respecto a Yeosang, buscando disfrutar de aquello. Las manos de San aún se encuentran en su estómago, pero lentamente suben, la lengua de Yeosang chupando con fuerza. Sabe que dejará una obvia marca roja, la idea haciendo que el calor se acumule en su abdomen y su aliento se trabe al tratar de reprimir un gemido. Yeosang parecía haberle escuchado, sus labios alargándose en una sonrisa y una de sus manos bajaba desde su cabello hasta tomar su pene. Wooyoung jadea, caderas vacilantes.

“Yeosang, ¿Qué mierda haces?” Pregunta San deteniéndose, y Wooyoung quiere gritar que continúe.

“Creo que le gusta.” Yeosang aprieta su pene y Wooyoung se estremece un poco. “Te gusta, ¿No es así? Te gusta que haya gente a tu alrededor.”

Wooyoung se ruboriza, pero logra asentir. Lentamente, las manos de San comienzan a moverse de nuevo, sus labios rozando su oreja.

“La gente podría ver.” Murmura, su aliento cálido. “¿Te gusta? ¿Quieres que vean lo bueno que eres para nosotros?”

Un pequeño gemido escapa de sus labios y esa es toda la señal que requiere Yeosang para comenzar a tocarlo a través del pantalón. Wooyoung está cada vez más duro, abre los ojos y mira como Yeosang le observa, ojos oscurecidos y pupilas enormes.

“¿Quieres que haga que te corras?” Yeosang se relame los labios. “¿Quieres venirte en frente de todos?”

Wooyoung gime, sus caderas chocando contra la mano de Yeosang.

“Oh, mierda.”

“Contéstale.” Dice San, dedos enterrándose en sus costados. “¿Quieres eso?”

Wooyoung traga con fuerza.

“Sí.”

Yeosang gruñe contra su cuello, tocándolo con más rapidez. Wooyoung puede sentir el líquido preseminal manchando su ropa interior. Abre los ojos, la gente a su alrededor demasiado perdida en la música como para notarlos, pero mierda, podrían ver, oír, y eso hace que su pene se endurezca aún más. Bueno, ese es otro fetiche para agregar a la lista.

Los labios de San se estiran en una sonrisa burlona contra su oreja.

“Eres tan sucio, amor.”

“Hyung.” Wooyoung arrastra su trasero contra San “Tócame más.”

San inclina su cabeza y lo besa con lentitud, arrastrando su lengua contra su paladar, levantando su camisa. Sus cabellos húmedos golpean su piel pálida y las yemas de los dedos de San comienzan a tocar sus pezones, haciendo que Wooyoung gima en la boca de San.

Yeosang se acerca, su cuerpo al nivel que el de Wooyoung, abriendo su pantalón y tocando su miembro a través de sus calzoncillos. Wooyoung muerde el labio inferior de San para evitar soltar un gemido, el mayor sisea.

“Mierda, estás tan mojado.” Yeosang mueve su muñeca y la frente de Wooyoung se posa contra el hombro de San, sus piernas débiles y su cuerpo en llamas. “Tan bueno para nosotros, ¿sí?”

Wooyoung se retuerce y San presiona sus pezones entre sus dedos.

“Ojalá pudieras verte.” Dice, besando su frente. “Tan hermoso.”

“Mierda, joder.” Gimotea Wooyoung, caderas convulsionando, casi siente como si todos lo estuvieran mirando, poniéndolo incluso más sensible.

“¿Amor?”

Wooyoung mira a San, el mayor sonriéndole.

“Voltea a tu derecha.”

Lentamente, Wooyoung inclina su cabeza y la observa. Le toma algunos segundos enfocar bien, pero allí la ve. Sus ojos conectan con los de una chica, con una cara linda y maquillaje arruinado. Ella está bailando, pero sus ojos están fijos en ellos, mirándolos con mejillas enrojecidas, boquiabierta.

Wooyoung se viene entonces, allí en la mano de Yeosang, con los ojos cerrados y un gemido que sale de sus labios, sus piernas casi dejando de funcionar.

“Mierda.” Susurra Yeosang, asombrado. “En serio te viniste.”

“¿Y qué esperabas?” Pregunta San, sus manos dejando sus pezones y volviendo a sus caderas para sostenerlo.

Wooyoung aun temblando, trata de entender el desorden en su cabeza y murmura algo casi inaudiblemente.

“¿Qué dices?” Pregunta Yeosang confundido.

“Yo…” Wooyoung traga. “Quiero que los dos me follen en una cama de verdad justo ahora.”

San ríe pero se muerde los labios. “Creo que podremos arreglar eso.”

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